Capítulo 41
Después que Jungkook maniobrara sosteniéndolo en uno solo de sus brazos y abriera la puerta del dormitorio por fin podía olfatear esa mezcla de sus aromas que le hacían sentir calidez en su interior.
Se sentía en casa.
Todo acerca de su alfa pelinegro lo hacía tener esa sensación de familiaridad de la que huyó toda su vida. Para él una familia significaba problemas, resentimiento, dolor y críticas; una marca significaba tristeza, sufrimiento y abandono. El único sentimiento que él reconocía como valioso era el de la amistad, era precisamente con sus amigos que él mostraba sus miedos, inseguridades, cariño y gustos.
O al menos así fue hasta que su mocoso llegó a su vida.
— Hyung, ya no pienses en nada. — Su mente regresó de nuevo con esa suave voz llamándolo y su vista volvía a quedar fija en esos dos ojos oscuros pero brillantes que le encantaban. — Ahora solo somos tu y yo, olvídate de todo lo demás.
No pudo evitar sonreír mientras el menor se enterraba en el hueco de su cuello clamando por su total atención. — Estaba pensando en ti. — Con un movimiento de sus piernas pidió ser soltado y dejado de pie frente a la alta figura de su pelinegro. Sin dudarlo ni un segundo tomó las manos contrarias entre las suyas y caminó hacia atrás jalando a su alfa hasta que las corvas de sus rodillas tocaron el colchón de la cama. — Estaba pensando en todo lo que me has enseñado y lo mucho que cambiaste mi vida con tu llegada.
— ¿Eso es bueno? — pregunto viéndolo directamente.
— Mucho. Me alegra tanto que hayas cambiado mi opinión personal sobre lo que significa una pareja y una familia.
Una adorable sonrisa de blancos dientes se extendió por el atractivo rostro de su menor y un segundo después sus labios estaban siendo besados por los contrarios. Sus dedos agarraron fuertemente las hebras de cabellos azabaches en la nuca del más alto tratando de fundirse en el calor que podía sentir a pesar de las capas de ropa que se interponían entre ellos.
Su cabeza daba vueltas con cada toque de la ágil lengua de su alfa contra la suya, todo su peso descansaba en las puntas de sus pies queriendo obtener cada vez más del menor que lo estaba volviendo loco.
Con un paso de las piernas largas de su pelinegro pronto se encontraba con su espalda tocando la superficie blanda del colchón y con el cuerpo firme y más grande presionándolo levemente. Los besos bajaron a su cuello mientras las manos de su alfa trataban de abrir el cierre de su chaqueta. Con sus propias manos desesperadas por recorrer la piel de su novio empezó a jalar el borde de la delgada camisa que portaba y la subió hasta que quedó fuera de su camino para poder admirar los músculos que se marcaban perfectamente en todo el torso y los brazos.
Su corazón palpitó más rápidamente y la boca de su estómago dio un vuelco, siempre se sentía como si fuera la primera vez que se miraban, como si fuera la primera vez que sus cuerpos se convertirían en uno. Los sentimientos que en ese momento estaban compartiendo a través de su enlace le hacían saber cuánto era el amor que sentían cuando estaban con su pareja.
Con delicadeza y cuidado cada una de las prendas que cubrían su cuerpo fueron retiradas y aventadas a algún lado de la habitación junto a las ropas de su mocoso. Por fin sus cuerpos totalmente desnudos se tocaban y su delgada complexión era ligeramente aplastada por el peso del contrario.
Sus dedos se aferraron a la espalda ancha cuando su erección empezó a ser frotada por el pene duro del menor, su entrada cada vez se encontraba más húmeda por su lubricante respondiendo al aroma a playa que le encantaba y las caricias que recorrían su piel.
Su lobo se sentía cada vez más mimado con cada segundo que tenía la atención completa de su alfa. Atrapó una vez más el grueso labio inferior de su Jungkook antes de que este se alejara bajando por su cuello hasta llegar a la cicatriz de esa marca que compartían y la cual lo hizo temblar en cuanto el primer beso fue dejado encima.
Los besos siguieron bajando por su pecho y abdomen hasta la cabeza de su miembro. Una lamida en su glande y unos largos dedos acariciando su mojada entrada lo hicieron arquear su espalda baja y lo empujaron un poco más a la desesperación que sentía por hacerse uno con su novio.
Toda la extensión de su erección fue apresada entre el calor de la boca del menor y un dedo se adentro entre sus paredes.
— Mggh.. Jungkook~
Su pelinegro succionaba con necesidad sobre su glande y ahora dos dedos exploraban su interior abriéndolo y acariciando inmediatamente su próstata, la cual se hinchaba cada vez más con cada roce.
— Espe-espera.. me ven-ah~
Su advertencia no sirvió de mucho pues en cuanto el primer intento de palabra salió de sus labios su pene fue apresado más fuertemente y su orgasmo salió en forma de semen disparando directamente contra la garganta del menor.
Cada tramo de piel de su miembro fue lamido y limpiado hasta que el último rastro de su corrida desapareció y esa lengua caliente siguió su camino mas abajo, pasando por sus testículos para encontrarse con los dos dedos que lo penetraban.
— No.. te necesito ya~.. por favor.
— Yo también te necesito ya, mi Gatito-hyung.
Los dedos abandonaron lentamente su interior y besos subieron por su abdomen haciendo que su cuerpo entero temblara de anticipación. Pero poco a poco el peso de su menor se alejó y él abrió los ojos al tiempo que se aferraba con fuerza rodeándolo con brazos y piernas.
— Tranquilo Gatito-hyung, tengo que ir por un condón.
— No, no te alejes... yo.. yo estoy tomando pastillas, por favor solo entra.
— Hyung, sabes que no siempre funcionan con un alfa pur-
— Lo-lo se, y-yo... — No pudo seguir sosteniendo la mirada curiosa que le daba su pelinegro, así que antes de continuar se escondió en el cuello del contrario, ese lugar donde podía inhalar el fuerte aroma que lo tranquilizaba. — Te quiero sentir por completo, no importa que pase.
Podía escuchar los latidos acelerados de su propio corazón. Jamás creyó que le estaría pidiendo formar una familia a un alfa que conoció seis meses atrás y con el que lleva compartiendo un lazo la mitad de ese tiempo. Para el resto podría parecer que las cosas están avanzando demasiado rápido, pero nadie podía sentir las miles de emociones que atravesaron a su cuerpo, a su lobo y a su alma la vez que miro por primera vez esos centelleantes y expresivos ojos. Después de enfrentar a su hermano ya no quería ocultar jamás lo que realmente quería.
Nunca más.
— Yoongi-hyung, déjame ver tu cara. — Poco a poco se alejó de su lugar seguro para poder ver directamente a su pelinegro. — ¿Quieres un cachorro?
— ¿Tu no? — Mordió un poco su labio mientras esperaba por la respuesta de su novio.
— Hyung, yo siempre he querido formar una familia contigo, pero quiero que cuando tu lo decidas sea porque en verdad lo quieres y no por absolutamente ninguna otra razón.
— Estoy seguro de que quiero una familia contigo.
Un beso fugaz fue dejado en sus labios y una sonrisa se extendió en el contrario haciendo que también él mostrara la suya.
— Entonces hagamos a nuestro cachorro.
El comentario de su pelinegro fue acompañado de una lamida en su mejilla y un movimiento de cadera que lo hizo jadear un poco cuando sintió la dureza que se frotaba contra el interior de una de sus piernas.
— Ton-tonto — fue lo único que pudo decir antes de que los fuertes brazos tomaran su cuerpo y los acomodaran de tal manera que él quedaba a horcajadas sobre su alfa, el cual estaba sentado y con su espalda recargada contra la cabecera de la cama.
Vio como una de las manos bajaba para sostener la base de la gruesa erección que estaba debajo de él y aun con el color carmesí cubriéndolo por completo levantó su peso para situar su entrada justo encima del hinchado y goteante glande de su novio.
Centímetro a centímetro fue llenado por el miembro duro y caliente que forzaba a sus paredes internas a abrirse y acomodarlo. El ligero ardor ya conocido se extendió por los músculos que se amoldaban a la longitud que parecía tocar todos los lugares correctos dentro de él.
Amaba lo paciente que era su menor cuando esperaba a que se acostumbrara mientras se dedicaba a repartir besos a lo largo de su hombro derecho justo encima de su marca, pero justo ahora lo que necesitaba era sentir como entraba y salia, ver las muecas de placer que cubrían sus facciones cuando lo penetraba, por ello sin esperar ni un segundo más se elevó con ayuda de sus piernas hasta que solo la cabeza del pene estaba dentro y bajo de golpe amando la sensación de su su punto dulce siendo rozado.
— Hy-hyung, espe-ra — dijo su menor con voz entrecortada.
— N-no. Te necesito ya.
Con esas últimas palabras empezó a saltar con sus rodillas firmemente apoyadas a los costados de las caderas contrarias. El placer físico y el placer que recorría por medio de su lazo lo tenían al borde de su orgasmo otra vez.
Mantuvo el ritmo tanto como pudo, alternando con giros de cadera que hacían gruñir a su alfa y que causaban que el pene dentro de él se moliera con insistencia contra su hinchada próstata. Pero su condición no era ni de cerca la mitad que la de su mocoso, por ello rápidamente sus muslos empezaron a arder en protesta por el esfuerzo físico al que estaban siendo sometidos y su aceleración empezó a disminuir.
— Jung..kook.. ya no-mgh.. ya no puedo... más rápido.. por favor~
Lágrimas de desesperación empezaron a cruzar por sus mejillas. Necesitaba de las fuertes embestidas que lo hacían dejar de respirar y que causaban que su cuerpo se retorciera de placer.
— Shh tranquilo mi Gatito-hyung. — Su cuerpo se elevó y nuevamente se encontraba siendo recostado sobre su espalda, con el marcado cuerpo del menor aún unido al suyo. — No llores, lo haré más rápido, mi lindo hyung.
Sus piernas fueron abiertas y puestas en los anchos hombros de su alfa mientras su cuerpo era inclinado cuando los gruesos muslos se situaron bajo su cadera. Las penetraciones rápidas y precisas lo hicieron mandar su cabeza hacia atrás e inclinada ligeramente para que su marca quedará totalmente expuesta. Sus uñas se enterraron en la piel de la espalda que se movía al mismo ritmo con el que su cuerpo estaba siendo arremetido.
No necesito de ninguna otra caricia antes de que su segundo orgasmo lo golpeara de manera intensa, su semen se expulsó con fuerza quedando atrapado entre ambos cuerpos y su entrada seguía siendo invadida a un ritmo enloquecedor que alargó varios segundos ese sentimiento de satisfacción que sentía luego de correrse.
— Mnggh.. Jung.. kook..
— Yoongi-hyung~
Con una última embestida su alfa se enterró profundamente en él dejando que su nudo los mantuviera unidos al tiempo que encajaba sus colmillos en la cicatriz de su marca y expulsaba el espeso y caliente semen en su interior.
Nuevamente su mente se llenaba de imágenes y sentimientos que no le pertenecían y que al mismo tiempo sentía como propios, pequeños fragmentos de la historia que desconocía pero que a la vez parecía que la había vivido. Y por primera vez se veía a sí mismo con cabello color menta y sonriendo felizmente aquella noche cuando su pelinegro le entrego su auto. Los sentimientos que su menor sintió al verlo sonreír llenaron su pecho y lágrimas de felicidad brotaron de sus ojos.
— ¿Hyung? ¿Te lastime?
Como pudo negó frenéticamente con su cabeza a su preocupado novio. — Te amo mucho Jungkook.
— Yo también te amo mucho mi lindo hyung.
Cortos besos fueron dejados en sus mejillas, nariz, frente y labios mientras las manos de su menor los acomodaban en una posición cómoda que le permitía acariciar la piel desnuda de su cadera mientras el nudo se desinflamaba.
No supo en qué momento se quedó dormido, solo recordaba a su mocoso acicalándolo, diciéndole que lo amaba y abrigándolo con su calor y su aroma.
Tarde, lo se 😥.
Tenía ya el capítulo escrito y listo en borradores desde hoy en la mañana, así que me confié en que solo tenía que publicarlo y ya.
Pero adivinen a que autora despistada se le olvido 😅.
En fin, espero que les haya gustado el capítulo de hoy, nos leemos en la siguiente actualización.
I PURPLE YOU 💜
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