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Capítulo 35


Ok, tenía que respirar y calmarse.

Estaba casi seguro de que la noticia la tomaría de buena manera.

Después de todo, Jungkook le había contado sobre los "destinados" y Hoseok era completamente feliz con Namjoon, podía verlo, por eso no había razón para dudar ahora.

Pero, debió de pensarlo mejor cuando decidieron que Jungkook y Jin también se quedarían en esa casa... bueno realmente no es su culpa, en ese momento el pelirrojo no se estaba quedando a dormir ahí, ni siquiera había ido, y ahora tendría que confesarle sobre que tipo de relación tenía con Jungkook. Le hubiera gustado decirle cuando ambos pudieran tener una buena platica y no verse en esa situación solo porque en cualquier momento llegaría su alfa.

— Hoseok, no es necesario que me ayudes, en todo caso el flojo de Jin-hyung es el que debería de bajar a ayudarme. Ve a sentarte con Nam, en seguida terminare la cena.

— Peeerooo hyung~ Si no practico el cocinar se me olvidaran las clases que me diste, déjame ayudarte, por favooor~

Demonios, cómo podía decir que no a ese puchero.
Lamentablemente que actuará frío y distante no quería decir que en realidad lo fuera y la verdad era que es malditamente débil ante cosas así.

— Está bien, Hobi.

— ¡Si! ¿En que te ayudo hyung?

¿Como una persona podía ser tan brillante? Ese omega pelirrojo sin duda era único.

Entre risas y explicaciones el tiempo pasó volando y la cena estuvo lista en la mitad del tiempo que estimo. Era fácil estar con Hobi, de hecho sentía que la energía de su cuerpo se cargaba al máximo con solo unos minutos al lado del menor.

— Vaya, huele bien. Eres un buen ayudante Hobi, todo un profesional — dijo el rubio alfa que ingresó a la cocina.

— Tu debiste de ayudarme, pero en lugar de eso te encerraste a hablar por teléfono en cuanto llegamos — le reclamó al mayor que ya se empezaba a acercar para probar la comida.

— Sé que amas trabajar conmigo y te sientes perdido si no estoy a tu lado, por eso mismo no te ayude, para que aprendas a estar unos segundos sin mis sabios consejos y mi hermoso rostro, Yoongi-ah.

La risa de Hoseok empezó a llenar la cocina cuando él estaba a punto de contestarle al mayor, pero se vio interrumpido cuando su celular le hizo saber que tenía un mensaje. No era alguien que estaba pendiente de los mensajes recibidos para contestar inmediatamente, de hecho era totalmente lo opuesto y había veces en que duraba días para contestar alguno. Pero ese tono en específico solo pertenecía a un contacto en su lista.

Mocoso🐰

Hyung ya llegue.
¿Esta bien que entre?
¿Le contaremos a Hobi-hyung?
11:28

Sus dedos duraron unos segundos sin moverse, pero cuando su vista se elevó y observó al sonriente Hoseok que se reía con Jin, las dudas se fueron así como llegaron.

Mocoso🐰

Entra.
Vamos a contarle.
Estaremos en la cocina.
11:29

Esta bien hyung.
Te veo enseguida.
Te amo.
11:29

No era necesario que le escribiera lo último y ahora se encontraba maldiciéndolo mentalmente por dejarlo así de nervioso y con sus mejillas ardiendo frente a un muy burlón Jin.

— Creo que a alguien le mandaron un mensaje muy pervertido.

Maldición, lo sabía.

— Ya vamos a empezar a cenar antes de que se enfríe. — Ignoró olímpicamente el comentario del mayor y encontró cómo evadir su mirada mientras  tomaba asiento y se servía en su plato. — ¡Namjoon ven ahora o tendrás que comer hasta mañana!

El pobre de su amigo estaba pagando por el comentario del alfa, pero cuando la vergüenza lo invadía inevitablemente empezaba a gritar y a gruñir por todo para que nadie se atreviera a decirle nada.

Lamentablemente eso no funciona con el mocoso.

Sentía como su ceño se fruncía aún más al recordar como el menor siempre hallaba la manera de mantenerlo en ese estado donde su rostro, cuello y orejas se ponían de un muy intenso color rojo.

De manera un tanto brusca comió el primer bocado con su vista aun fija en la comida y con su mente perdida e ignorando a las otras tres personas de la mesa. Realmente no estaba prestando atención y creyó que nada lo sacaría de su burbuja, pero como siempre Jeon Jungkook siempre era su excepción pues cuando él entró y su aroma llenó sus sentidos su lobo y él inmediatamente se pusieron alertas.

Levantó la vista rápidamente y se encontró mirando directamente a esos grandes ojos cafés que brillaban y lo miraban de regreso.

Su omega ya estaba mostrando su panza y meneando la cola felizmente con la llegada de su menor y en ese momento agradecía traer el neutralizador puesto porque no quería avergonzarse aún más frente a Hoseok dejando que sus feromonas salieran como locas.

Vio como el menor movía los labios mientras miraba a los demás, pero no escucho ni una palabra, aun sin mirarlo sus sentidos se enfocaban en como camino hasta estar a su lado para sentarse en la silla vacía y su mente buscaba las mejor manera de iniciar la conversación, no quería trabarse o peor aún, sonar muy cursi.

El sentimiento de tranquilidad lo invadió y no tardó mucho en darse cuenta de que su pelinegro lo estaba calmando por medio del lazo, tal vez su nerviosismo era más grande de lo que pensaba.

— Hobi... — Bien, logró llamar la atención del otro omega sin trabarse y sin que su voz temblara, pero ahora todos tenían su vista puesta en él y tuvo que concentrarse en inhalar y exhalar correctamente para no pensar en ello y poder seguir hablando.

— Yoongi-hyung, haces bonita pareja con Kookie.

La grande sonrisa que le mostró el pelirrojo después de decir esas palabras lo dejaron un poco paralizado en su lugar, solo fue capaz de parpadear un par de veces mientras le daba sentido a lo que dijo.

Cuando entendió las palabras, miró frente a él con ojos entrecerrados a Namjoon, sin duda alguna su rostro se mostraba con un gesto molesto porque el beta abrió los ojos con miedo y negó repetidas veces. Después de eso volteo a ver al alfa pelinegro sentado a su derecha y este inmediatamente negó.

— Te juro que no le dije nada, hyung.

— Nadie me dijo nada Yoongi-hyung, yo lo note el día que vine aquí para hablar con Nam, la vez que te pusiste super rojo por lo que dijo Jin-hyung y Kookie trato de agarrarte la mano. — Con rojo escalando su cara, miro una vez más al omega pelirrojo sin saber cómo continuar aquella conversación. — En serio hacen bonita pareja.

Después de un débil "Gracias", la cena continuó con Jin contando lo que sucedió ese día en el restaurante mientras Namjoon preguntaba incrédulo por lo que había pasado en su día de descanso y Hoseok reía sin parar. Quiso aportar a la historia del mayor de todos, pero la cálida mano que tomaba la suya debajo de la mesa no lo dejaba concentrarse.

Para cuando todos subieron y se metieron en la habitación que se quedarían, él aun seguía un poco rojo por las constantes caricias que el menor no dejaba de repartir sin importarle que no estuvieran solos.

¿Por qué demonios no lo dejo descansar un momento de su abrumadora presencia?

Su espalda se llenó del calor corporal del alfa cuando su cuerpo fue jalado hacia atrás sin darse cuenta, perdido en sus pensamientos.

— Hyung, estas pensando demasiado. — Con los brazos rodeando su cintura fue conducido hacia la cama hasta que el menor se sentó, dejándolo a él encima. — ¿Por qué estás nervioso desde la cena? — ¿Cómo podía hablarle tan tranquilamente mientras acariciaba su cuello con su nariz? — Dime qué pasa, hyung.

— Es t-t-tu cul-pa.

Ya ni siquiera podía hablar correctamente, no cuando el aliento caliente chocaba contra la zona donde la cicatriz de su marca lucía.

— ¿Estás nervioso por mi culpa?

— S-si.

— Lo siento, hyung, no era mi intención. — Lo sabía, sólo había agarrado su mano. La culpa era de que él y su tonto lobo que se quedaban embobados con la fuerte presencia de su alfa. — ¿Me dejas acicalarte?

Dios, no iba a sobrevivir.

Últimamente, el menor siempre pedía acicalarlo y aunque la caricia que le daba era sin segundas intenciones, no podía evitar soltar varios gemidos cuando la lengua dejaba un rastro de saliva en su piel. Lo peor de todo es que parecía que nunca se cansaba de ello, las últimas veces él había quedado dormido con ese toque arrullandolo.

Y después de unos minutos se dio cuenta de que ese día no sería la excepción cuando sus parpados empezaron a sentirse pesados y su cuerpo más liviano.

— Descansa, Yoongi-hyung. Te amo.

Esas fueron la ultimas palabras que escucho antes de que su visión quedara en negro, pero aun con el sueño ganando sobre su cuerpo, nada pudo calmar a su acelerado corazón.

Amaba despertar y que la imagen de Yoongi dormido fuera lo primero que sus ojos captaran.

Pero ese parecía no ser un día de esos, porque cuando un ruido en el pasillo lo despertó, lo primero que notó fue que el espacio a su lado estaba vacío.

Tallando uno de sus ojos se levantó con pasos lentos en busca de su omega y por supuesto de su beso matutino. Solo avanzo unos cuantos pasos cuando la puerta de la habitación se abrió y el mayor entro completamente vestido para salir, con el cabello húmedo y con una toalla en su mano.

— Venía a despertarte, todos quieren salir a desayunar fuera, así que tenemos que irnos ahora para que Hobi llegue a tiempo a su trabajo.

— Está bien. Me cambiaré enseguida.

Se dirigió a la maleta deportiva que la noche anterior dejó en una esquina y sacó la ropa que tenía lista para ese día. Lo más tardado fue intentar que su desordenado cabello se viera un poco más presentable, tal vez ya había llegado la hora de cortarlo.

Sin mucho cambio en sus rebeldes mechones salió para encontrarse con la tierna imagen de su hyung haciendo un puchero mientras se peinaba.

¡Era tan tierno!

Dejó un beso en esa esponjada mejilla que lo llamaba y que rápidamente pasó de un perfecto blanco a un suave rosa con su acción.

— No te di un beso de buenos días, hyung.

— Es porque ni siquiera sentiste cuando me levanté.

— Lo siento, es solo que anoche me quedé despierto hasta tarde pensando en lo que hable con Taetae.

— ¿Pasó algo grave?

— Es solo que Tae tiene un asunto pendiente que resolver, pero.. para él es difícil de enfrentar.

Bajo la vista un poco recordando la conversación que tuvo la noche anterior con su hyung. Definitivamente sería algo complicado de encarar, pero su amigo era fuerte y estaba seguro de que superaría algo así.

Los delgados brazos rodearon su torso y esos cabellos picaron en su nariz cuando el cuerpo delgado del mayor se pegó al suyo. — Todo saldrá bien. No te preocupes.

Envolvió sus brazos alrededor y pronto estaba con su nariz enterrada en el cuello de su omega justo encima de la marca, llenándose de sus aromas combinados. Era un poco extraña la mezcla de los olores de agua salada y orquídeas con un sutil extracto de menta y naranja, pero le encantaba.

— Vamos a bajar, de seguro ya están todos abajo.
Con su lobo resistiendose en su interior dejó ir ese agradable calor de entre sus brazos.

Inhalo una vez más para llenarse de ese olor antes de detener el camino del mayor.

— Hyung, olvidaste poner tu neutralizador y ahora no tienes una camisa de cuello alto, así que deberías de poner una bufanda.

Pensó en ir a buscar la prenda al pequeño armario que había en la habitación, pero ni siquiera pudo moverse porque estaba siendo detenido de su muñeca por el más bajito.

— Y-ya no quiero usar neutralizador. Tal vez, debí de habértelo dicho antes.. pe-perdón por haberme tardado tanto, pero estoy seguro d-de que ya no quiero ocultarlo, si te parece bi-ien.

Se vería muy mal que en ese momento se pusiera a brincar de felicidad, quizás acompañados de unos cuantos gritos de niña enamorada.

Si, sí se vería muy mal, así que resistió de hacer eso y se conformó con abrazar fuertemente a su omega y dejarle un casto beso en esos delgados labios y en esas mejillas para finalizar dejando sus frentes juntas.

— Te amo, hyung. No me importaba el tiempo que haya pasado, no me importaba esperar. Te amo.

— Y-yo..

— Shhh. Está bien. También puedo esperar a que esas palabras salgan de tu boca. Ahora vamos, los demás hyungs ya están abajo, puedo escucharlos.

Con un último beso tomó fuertemente la mano contraria para entrelazar sus dedos y comenzar a bajar.

Estaba muy enamorado de su omega.

— 👥 —

— Buenos días, me informaron que usted necesitaba hablar urgentemente conmigo. ¿En qué puedo ayudarlo, señor..?

Min Geumjae. En realidad busco que nos ayudemos mutuamente. Tengo entendido que usted busca a su hermano menor y yo quiero que mi hermano rompa su enlace, así que le puedo decir dónde está su hermano si usted me promete que se lo llevara de regreso a Busan o por lo menos que evitará que se interponga cuando me lleve a al mío de regreso a nuestra casa.

— Pues si lo que me dice es cierto, señor Min, yo estaría más que dispuesto a ayudarlo a romper ese enlace que no tiene su consentimiento, mi Hermano es un irresponsable y mal educado, pero créame que la familia Jeon no tolerará un comportamiento así. Seria tan amable de informarme sobre la ubicación.

Es en Seúl, pero antes de decirle exactamente donde, me gustaría tener una reunión, tiene mi nombre y mi numero, cuando esté aquí llámeme y yo puedo llevarlo hasta donde está su hermano.

— Muy bien, mañana mismo salgo para allá. Nos vemos señor Min.

Nos vemos señor Jeon.

La llamada finalizó y él ya estaba marcando a sus padres para avisarles sobre las nuevas noticias de Jungkook. Ese niño regresaría con él a Busan a enfrentar a sus padres.


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