Capítulo 34
Tener día libre en el trabajo y tus amigos no era demasiado aburrido.
Podría salir hacia la academia y comer con Hoseok y Jimin, pero eso sería hasta la tarde y cuando su hora terminará nuevamente quedaría solo y aburrido.
Agh... ¿donde podía conseguir más amigos?
Se río de su propio chiste mental, pues realmente conocía a demasiados "amigos" pero eran pocos con los que realmente se sentía cómodo. Antes de Jimin, Hoseok y Minjae, su único verdadero amigo era Jungkook y siempre fue así desde secundaria cuando perdió el miedo y le confió su historia al pelinegro, historia que solo sabían él y su madre en ese entonces.
Ahora se sentía más libre de alguna manera. No le costaba trabajo estar y convivir con más gente, no tenía que fingir estar bien ni en su trabajo ni en sus salidas de amigos, pues realmente se sentía bien. Tampoco tenía miedo de estar sin Jungkook cuidándolo todo el tiempo, ahora se sentía cómodo mientras estuviera en los nuevos lugares que consideraba seguros.
Su nuevo departamento era uno de ellos, claro después de que su sobreprotector mejor amigo pelinegro instalara todo un equipo de seguridad. A veces se sorprendía de cuanto lo conocía Jungkook, cuando él pensaba que estaba completamente cómodo y feliz en su nuevo lugar, llegó el menor y realizó todos esos cambios que él creía innecesarios, pero que al estar ya listos realmente lo hicieron sentir mucho más cómodo y feliz. Sin duda alguna, ese alfa de buen corazón era una de las mejores cosas que le habían pasado y siempre se sentiría en deuda con él.
El sonido de su celular lo hizo abrir los ojos que no sabía que mantenía cerrados. Contestó alegremente después de localizarlo y ver el identificador.
— ¡Hola, Jae!
— ¡Hola, Taetae!
— Creí que tu hora para el almuerzo era más tarde.
— Así es, pero me acabo de enterar de algo que tienes que saber, aunque tengo la sospecha de que ya lo sabes y fuiste un mal amigo que no me lo quiso contar. — El tono de fingida indignación con el que salieron esas palabras ya lo tenía sonriendo al imaginarse las muecas que su amigo estaba haciendo al otro lado de la línea.
— Bueno, antes de defenderme tengo que saber de que se me está acusando, señor detective.
— Hoy me habló el hermano mayor de Yoongi-hyung y me contó quién es el alfa que lo marcó.
Ah, se refería a eso. Entonces ahora Minjae también sabía.
— Lo siento tanto Minjae, pero Yoongi-hyung le pidió a Kookie que no lo contara a nadie.
— ¡Lo sabía! Siempre soy el último en enterarme de las cosas.
— En realidad no eres el último, Jiminie y Hobi-hyung aun no lo saben — comentó divertido escuchando los berrinches del alfa.
— Entonces eso significa que mi hyung y Namjoon-hyung si saben… bueno es lógico, ellos son los mejores amigos de Yoongi-hyung.
— Si pero cada vez crece más la lista de los que saben su secreto, primero fui yo, después Namjoon-hyung, luego Jin-hyung y gracias a Yeri-ssi y Sooyoung-ssi, ahora todos en el restaurante lo sabemos, aunque creo que Yoongi-hyung no es consciente de eso. Será divertido cuando quieran contar un secreto que ya todo el mundo sabe.
A su risa se unió la del menor, saliendo por la bocina del celular, ambos podían imaginar perfectamente cómo es que la pareja se sonrojaría hasta las orejas cuando se enteraran de que su secreto no era secreto.
— Tendremos que asegurarnos de grabar ese momento.
— Cuenta con ello, en cada reunión que tengamos tendré la cámara de mi celular lista. Será un vídeo que tienen que ver sus futuros hijos.
— Y claro, tú como futuro tío te encargaras de eso.
— Que de eso no te quede ninguna duda, mi estimado señor detective.
La risa de Minjae era divertida por su broma del señor Detective que había permanecido desde que se despidieron en el aeropuerto.
— Yo creo que los dos hacen una pareja super tierna. Por lo que me has contado y lo que he visto, Jungkookie es realmente super cariñoso y tierno cuando baja la guardia y te puedo decir que Yoongi-hyung es similar aunque a él le cuesta un poco más de trabajo mostrarse así.
— Si, Kookie me ha dicho un poco de como es Yoongi-hyung. Al principio no podía creerlo, en el trabajo se ve amable pero a la vez un tanto frió y super reservado, había días en los que me daba miedo acercarme, pero creo que los dos están haciendo que el otro se muestre poco a poco.
— Y tú te encargaras de capturar momentos para tus futuros sobrinos, asegúrate de grabar el día que se les olvide que están en público y actúen todos mimosos entre ellos.
— Pero por supuesto que tengo que grabar todo eso, por el bien de mis futuros sobrinos, tienen que conocer la historia de sus padres.
Nuevamente la llamada se llenó de risas que se vieron interrumpidas cuando una voz en el fondo empezó a hablar con Minjae, no pudo identificar lo que decía, pero por las serias respuestas de su amigo y la maldición que soltó, supuso que era algo serio.
Después de un "Ocupen sus lugares, voy enseguida", la voz del menor se dirigió a él.
— Taetae, tengo que dejarte, probablemente esté algo ocupado así que no te preocupes si no contesto tus mensajes, te hablaré en cuanto me desocupe un poco. — Quiso responderle que estaba todo bien y que tuviera mucho cuidado, pero las palabras que salieron del celular entre sus manos lo dejaron paralizado. — Prepárense, esta vez debemos atrapar a Dong Sung-wook.
La llamada finalizó después de eso y aunque se encontraba sentado en el sofá, sudaba y comenzaba a respirar rápidamente como si hubiera estado corriendo durante todo el tiempo que habló con el alfa.
Escuché mal, escuché mal, escuché mal.
Tenía que haber escuchado mal. Por fin había olvidado ese nombre, no podía estar volviendo otra vez a su vida.
Con su mano aún temblorosa, levantó nuevamente el celular que había soltado a su lado y marcó rápidamente el número al que solo unas horas atrás le colgó.
Antes de pulsar el icono que iniciaría la llamada, tomó una profunda respiración e intenté calmar su voz lo suficiente pues sabía que antes de que el segundo tono sonará la persona al otro lado de la línea ya estaría contestando.
— Hola, hijo. ¿Pasa algo? ¿Por qué me volviste a marcar?
— Mamá, estás en Busan, ¿cierto?
— Si, claro que estoy aquí.
— Bien. — Si no iba a Daegu, todo estaba bien.
— Mi vida, dime que sucede.
— ¿Madre, no has vuelto a saber nada de él? ¿No te ha contactado por ningún medio?
— Claro que no, te hubiera contado algo así corazón. Por qué preguntas... ¡Dime que no te encontraste con él! ¡¿Te hizo algo?!
— No mamá, estoy bien y no me encontré con él, por lo que se, está en Daegu. Estaba hablando con Minjae, que está allá y mencionó su nombre, pero no estoy seguro de que sea él, podría tratarse de alguien más. Es solo que lo asocie porque él es el tipo de persona con las que lidian Jae y Kookie en su trabajo.
— Mi vida, habla con Kookie. Se que nunca le hemos dicho el nombre por miedo a que nuestro impulsivo Jungkook hiciera algo en el pasado siendo un adolescente, pero ahora es un detective que no hará algo incorrecto y pensará más las cosas. Ya confiamos en él todas las veces anteriores y siempre nos ha demostrado que podemos contar con él.
— Madre, Kookie ahora tiene una pareja por quien preocuparse, yo ya no quiero ser una carga para él, ya ha hecho suficiente por nosotros.
— No te diré que no soy consciente de ello, porque tienes toda la razón. Solo piénsalo un poco, no te digo que le digas el nombre del maldito y esperes a que vaya tras él para que te sientas seguro, solo te digo que le confíes por fin ese nombre a tu mejor amigo. Si su compañero ya está tras él es porque ya hay una demanda, ¿no piensas que sería bueno que denunciáramos para asegurarnos de que no salga de prisión?
— N-No, y-yo no puedo... tengo miedo. — Nuevamente el temblor en su cuerpo comenzó cuando la idea de verlo de frente cruzó por su cabeza. No sería capaz de enfrentarlo, no quería ni siquiera que estuvieran en la misma ciudad.
— Lo se mi corazón yo también, pero tendremos que ser valientes. Piensa en que tal vez con eso ayudamos a alguien más.
Tragó el nudo que sentía crecer en su garganta y nuevamente respiro hondo para poder tranquilizarse y detener la lagrimas que ya picaban en sus ojos y amenazaban con salir.
— Esta bien, mamá. Le contaré, pero... déjame pensar un poco más sobre lo otro... sobre lo de la denuncia.
— El tiempo que necesites mi corazón. Siempre apoyaré lo que tu decidas.
— Lo se, gracias. — La extrañaba tanto. — Mamá, estaba esperando para reunir un poco más de dinero, pero ya no quiero que estemos lejos, cinco años es mucho. Ven a Seúl, aquí conmigo, estaremos cómodos en el departamento... por favor.
— Mi vida, claro que iré contigo, pero yo te he dicho mil veces que no es necesario que trabajes para mantenerme, ese dinero gástalo en ti, busca algo que de verdad te apasione hacer y trabaja en ello. Tengo cuarenta y dos años aun puedo trabajar y mantenerme a mi misma, mi corazón.
— No discutamos eso por ahora madre, mejor hablemos cuando ya estés aquí. ¿Cuando vendrás para acá? ¿Te mando el dinero para el boleto?
— Tranquilo mi niño. — La suave risa de su madre lo hizo reír en automático y sentir su corazón palpitando rápido en su pecho por la emoción de saber que pronto la podría escuchar de cerca. — Sé que estás igual de emocionado que yo, pero respira y haz una pregunta a la vez. Hoy ya es tarde pero empezaré a empacar las pocas cosas que tenemos aquí y mañana me dedicare a mandarlas por correo. Tal vez salga para allá hasta el día siguiente, porque tengo que renunciar a mi trabajo y agradecerle a mi jefa por todo.
— Me gustaría tenerte aquí antes, pero entiendo. ¿Y lo del boleto?
— No es necesario que mandes nada. ¿Sabes que tu madre ha guardado el dinero que le mandas con la esperanza de que lo recibas de vuelta y lo gastes en ti?
— ¿Por qué haces eso? Ese dinero es para que lo gastaras en lo que tu quisieras — dijo haciendo un tono de enfado para nada realista, no se podría enojar en serio con su madre.
— Y yo lo quiero gastar en mi pequeño niño. — Rodó los ojos al escuchar esas mismas palabras que siempre le decía.
Esa mujer no cambia.
— Bueno, como sea. Algún día te darás por vencida y aceptaras el dinero.
— O, algún día tu te darás por vencido y dejarás de negarte a vivir tu vida, encontrarás a alguien a quien ames mucho y por fin dejarás de ponerte a ti siempre en último lugar.
Un bufido escapó de su garganta.
Él no quería enamorarse. Él era feliz así, trabajando y buscando un mejor futuro para su madre. Eso era todo lo que quería.
Pff… ¿A quien engañas?
Demonios, esa molesta voz en su cabeza seguía fastidiándolo y diciéndole una verdad que prefería ignorar desde hace más de cuatro semanas.
— ¿Corazón? Te quedaste callado, ¿te molestaste?
— No, no. Lo siento madre estaba pensando en algo, pero de eso hablaremos cuando estés aquí. Cuando vengas para acá, por favor háblame o mándame un mensaje para ir a recogerte a la estación.
— Está bien mi vida. Pero si no puedes ir por tu trabajo solo mándame la ubicación, ¿entendido?
— Si, si, entendido.
— Muy bien. Entonces te hablo mañana, como siempre mi pequeño. Te amo, mi bebe.
— Te amo mamá, hasta mañana.
— Hasta mañana, mi vida.
La línea quedó finalmente en silencio y sin darle un verdadero descanso a su viejo celular, marcó el número de su pelinegro mejor amigo antes de pensar aún más las cosas y acobardarse.
Tal y como sucedía cuando le marcaba a su madre, el menor le contestó antes de que el segundo tono llegará y se podía oír la preocupación en su voz.
— ¿Estas bien Taetae?
— Si, estoy bien, deja de estresarte Kookie, recuerda que ahora puedes alterar a Yoongi-hyung.
Se río un poco al escuchar como su amigo se atoraba con su saliva y ya sabía que su cara se encontraba totalmente roja cuando empezó a disculparse con alguien más.
— ¿Marcaste para burlarte de mi?
— Claro que no fue solo para eso. También te marcó porque quiero hablar de algo contigo, así que no se si puedes venir después de tu hora de salida.
— Claro que si Tae. ¿Pero en serio no te pasa nada? Te escucho... no se, con ¿miedo?
Y ahí estaba otra vez su amigo haciéndole saber que lo conocía a la perfección.
— Digamos que hoy escuché un nombre que me hizo recordar algunas cosas.
— Es él, cierto. ¿Lo viste? ¿Se te acercó?¿Te hizo algo?
— No te aseguro que no lo vi, solo escuche su nombre y digamos que… parece que tú también lo conoces.
— ¡¿Yo?! ¿Quién es?
— Te suena el nombre de Dong Sung-wook.
— Demonios.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro