—Fue entonces cuando el Joven príncipe se dio cuenta que sin ella no era nadie, esa campesina había logrado robarle el corazón. Corrió lejos del castillo hasta divisar aquella casa color café en la que la doncella había crecido.

>Toco la puerta con esperanzas de que fuese abierta, pero no lo fue, con miedo a que ella hubiese cumplido su promesa abrió a la fuerza aquella puerta de madera, en su interior ya no había nada, más que algunas velas encendidas, su amada había cumplido su promesa... se había ido del pueblo.

YoonGi dejo el libro al lado descansando un momento su lectura, la puerta fue abierta dejando ver a JungKook quien ingresaba con su uniforme de policía.

—¿Qué le lees?

—Un cuento que le escribí hace años... cuando no podía dormir se lo contaba. Siempre ha sido su favorito solo por que lo escribí yo.

—¿Cómo se llama?—Preguntó sentándose junto su prometido.

—El príncipe y la campesina.

—Bien, ¿Puedo seguir leyendoselo yo?

—Claro yo ya me voy, quiero ir con JiMin a visitar la iglesia... quiere rezarle a la Diosa Luna para que Tae despierte pronto.

—Si, nos vemos.

YoonGi salió dejando a JungKook solo junto a TaeHyung.

Tomó el libro que posaba en el sillón y lo abrió en la página señalada, tomó la mano de TaeHyung y beso el dorso de su mano y comenzó con la lectura.

—Él rey, enojado mando a sus caballeros para buscar a él príncipe que aún seguía sonriendo en aquella gran montaña apreciando la vista del pueblo y aquel campo de flores mientras abrazaba a su du....

Paro su lectura al sentir su mano ser apretada, levantó la vista esperanzado y sintió su pecho llenarse de alegría al mirar como el omega fruncia el ceño y parpadeaba reiteradas veces.

—Mgh... ¿Do... dónde estoy?—Se llevo ambas manos al rostro quitándose la mascarilla de oxígeno la cual le molestaba.

JungKook dejo escapar las lágrimas que retenía, cruzó sus brazos y escondió su rostro en ellos.

Dejo salir todo. Todo. Su omega después de 4 semanas había despertado.

—¿Jung...Kookie?—Preguntó algo confundido el menor, quien penas podía formular palabra por el dolor de su garganta.

—Si... soy yo mi amor, soy yo—Se acercó más a él y acomodo sus cabellos para apreciar sus hermosos ojos avellanas que hace tiempo no veía—No... no me... no me vuelvas a hacer esto, no me lo vuelvas a hacer—Su llanto cesó cuando la calidad mano de su castaño acarició su mejilla.

—Amor... ¿Por... qué—Aclaró su garganta y continuó—estoy en el... hospital?

—¿No lo recuerdas mi vida?—Él castaño negó

—N-o

—Le hablaré al doctor mi amor—Besó su frente y se levantó de la silla.

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—El dolor de su garganta permanecerá por algunos días más, es normal, la mordida al ser justo en su cuello afecto en aspecto respiratorio y vocal, su laringe se encuentra dañada, con tratamiento y sin forzar la voz está se mejorara en menos de una semana.
Por otro lado creía que su despertar sería más tardado por lo que es un bue....

—¿Más tardado?... la enfermera hace un mes me dijo que despertaría pronto y como ve.. tardó un mes.

—Pues se equivocó.

—¿Cuándo me lo podre llevar a casa?

—Más tardar a mañana al medio día.

Él doctor salió y JungKook llamó a sus amigos informándoles aquello que tanto esperaban.

No paso ni una hora del aviso cuando todos ya estaban invadiendo aquella habitación de hospital.

Hablaron un rato y dejaron a los hermanos solos un rato.

Pero el castaño aún no entendía el por que de su estancia en el hospital... no recordaba que había pasado, por su mente solo pasaba aquel día en la montaña que hasta ahora era su último recuerdo, ese día solo estaban jugando... pero nada más.

Solo eso recordaba y comenzaba a frustrarse.

La noche cayó y a sus casas todos se fueron exceptuando a cierto azabache que no pretendía alejarse de su omega.

—Duerme mi amor, aquí estaré contigo.

—No... acu-acuestate aq-ui... a mi la-do.

Se hizo a un lado dejándole espacio a su alfa quien sin dudar se acostó junto a él y lo abrazo con fuerza pero sin llegar a lastimarlo, beso su frente y apagó la luz.

Acarició su cabello y espalda dejándolo dormir y cayendo al instante por fin podría pasar la noche tranquilo y en paz.

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"Corrí lo más que pude hacia él, rasguñe su rostro y en un movimiento me golpeo directo en el estómago y después me mordía...

Sentí el más fuerte dolor que jamás había sentido y caí al suelo"

—No.. no.. ¡¡AHHH!!

Se despertó de golpe asustando a su alfa que dormía tranquilo a su lado.

—Mi amor... ¿que pasa?, por la luna estas sudando. Mi vida tranquilo.

—Yoon... Yoon-gi, ¿e...él está bi-en?, ¿mi... mi papá no le hiz..hizo daño?

—Tanquilo, él esta bien.. los dos estan bien—Lo abrazo y acarició su cabello intentando transmitir seguridad a su omega—Aquí estoy mi amor, aquí estoy.

Lo arrulló hasta que volvió a caer dormido, en lo que resto de la noche no pegó el ojo, solo se dedicó a velar el sueño de su amado mientras soltaba feromonas para tranquilizarlo.

Abrió los ojos lentamente acostumbrándose a la luz el sol, al abrir sus ojos sintió un gran alivio al ya no ver las paredes blancas y al no escuchar el pitido del electrocardiograma. Y en cambio miro las paredes grisáceas y un olor a galletas por todo el lugar.

—Buenos días mi bello durmiente.

—Jung-Kookie ¿Qué ho-ra es?

—La una de la tarde, mi amor. Mira te traje de comer y tus pastillas para la garganta.

—Gra-cias. Amor..  ¿esta-mos en t-u casa?.

—Nuestra casa mi amor, te dieron de alta temprano y te traje a casa. Mira, me traje todas las flores que te llevé al hospital—las señaló.

—¿To-das son mi...mías?—Asombrado las miro las flores que posaban en el peinador, las mesitas de noche y algunas en el suelo, cada una en su respectivo jarrón.

—Si mi vida, te lleve una cada día, claro eran muchas más pero pues claramente se secaron. Pero las que quedaron están aquí.

—¿Vas a co...comer con-mi-go?

—Claro amor, voy por mi comida.

Lo que resto del día solo pasaron mirando películas y contando historias de su niñez que no habían sido contadas.

Ya todo había terminado y por fin estaban juntos y tranquilos.