|||-𝑼𝒏 𝒕𝒆𝒓𝒓𝒊𝒃𝒍𝒆 𝒎𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏𝒅𝒊𝒅𝒐‐|||
Dos meses habían pasado desde la derrota de Drago Dura Mano, todo el pueblo de Berk parecía haber vuelto a la normalidad, todos los jinetes de dragones también habían vuelto a sus cotidianas tareas, todos excepto Amelia, quien era prácticamente vigilada por su novio casi todo el tiempo
—Deja el drama Hipo— pidió Amelia alejándose de su novio
—No soy dramático, solo soy realista— Hipo intentaba razonar con su novia— Solo... no salgas sin mi ¿Si?— preguntó, la joven Miracle miró a Haddock con enojo y fastidio
—Vuelve pronto— verbalizo la pelirroja dándole un pequeño beso a su novio, quien se fue a hacer vigilancia junto a los demás jinetes
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Las horas pasaban, y la joven bruja había terminado al fin sus prácticas con Gothi
Después de los sucedio unos meses atrás, Billy y Amelia comenzaron a tener clases para aprender a controlar su magia, incluso aumentar el poder que ambos poseían, a pesar de que a la menor de los Miracle le encantaba aprender cada vez más, también era estresante no poder salir sin que Hipo quisiera acompañarla a todos lados
—¿Estás bien?— escucho Amelia una voz detrás de ella
—Ereth, creí que te habías ido con Hipo— contestó la ojiazul
—Preferí no ir— dijo el pelinegro— ¿Puedo preguntar algo?— cuestiono Ereth, recibiendo de la chica solo una sonrisa, indicando que si podía hacer su pregunta —¿Aún sientes miedo?, ya sabes... tu... — el jinete comenzaba a ponerse nervioso al no saber como expresarse
—No puedo vivir con miedo toda mi vida Ereth, al principio era extraño, creo que preocupe demás a mis amigos y a mi familia— respondió la chica— aunque, extraño salir a volar junto a los demas... odio estar aqui todo el tiempo— continuó
—Si te sirve de algo, puedo hacerte compañía para que no estés tan sola— indicó Ereth dándole una sonrisa
—Gracias Ereth— dijo Amelia Miracle devolviendo la sonrisa
—Si quieres, podemos ir a dar un paseo antes de que lleguen los demás— propuso el pelinegro
—Eso me encantaría— vocifero Amelia aceptando la salida
Y sin darse cuenta, ese sería el inicio de una bella amistad
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—¡Idiota!— grito la pelirroja— Eso es lo que eres, ¡Maldito cabeza dura!— el enojo de la chica era muy notable
—No vas a salir a ningún lado, no sin mi— ordenó Hipo
—No puedes tratarme así toda la vida, no soy una niña— contestó su novia
—No saldrás, y como líder es mi última palabra— indicó el ojiverde
—Pruebame— reto la chica mirando a su novio
Amelia salió de la casa de Hipo directo a su dragon, el joven jinete intento detenerla, pero unas aureolas rojas fueron directo a donde estaba Hipo, lanzandolo lejos de donde estaba la chica, cuando por fin logró levantarse, lo único que logró mirar fue a su novia alejándose de Berk
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—¿Sabes donde esta Amelia?, necesito hablar con ella— preguntó Astrid sosteniendo una cesta de manzanas rojas
Hipo miro con odio a Astrid y soltó un quejido— Se fue... ni siquiera quiso que la acompañará— soltó
—Bueno... ella es un espíritu libre— contestó la rubia con simplemeza
—¿Espíritu libre?, casi muere Astrid, ella no debería salir sola... no me arriesgare a que le pase algo otra vez— reclamo Hipo
—Cabeza dura— murmuró Astrid alejándose del azabache, Hipo solo rebusno, estaba enojado y preocupado, incluso más que cualquier otro
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Las horas habían pasado y la media noche al fin había llegado, Amelia estaba muy contenta, pues al fin pudo salir ella sola con su dragón
—Vamos Sareth, que nadie nos escuche— susurró Miracle llegando a Berk
La joven jinete estaba pasando frente al hogar de su novio, estaba apunto de llegar a su destino
—Al fin llegas— escucho una voz detrás de ella, la pelirroja cerró los ojos con fuerza y volteo a mirar a Hipo
—Hola— verbalizo Amelia
Hipo la jalo, adentrándose a su hogar junto a ella
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—Me estas lastimando— reclamó la ojiazul
—Llegas tarde...— comenzó a quejarse el azabache
—Ya vas a empezar— interrumpió Amelia
—No está bien que salgas sola, te prohibido que vuelvas a salir, si vuelves a desobedecerme... — contestó Hipo
—¿Qué harás? ¿Me encerraras en una celda por el resto de mi vida?— grito su novia
—Solo te pedí una sola cosa ¡UNA!— gritaba Haddock
Ahora ambos jóvenes estaban realmente enojados
—¿Qué quieres que haga?, me tienes harta, no quieres que haga nada, eres un fastidio— reprocho la pelirroja
—Pues a mi me harta tu necedad, me hartas— continuó Hipo
—¿Y que quieres que haga?— preguntó la chica— "Lo siento Hipo, no lo volveré a hacer, regresaré contigo y haré todo lo que quieras, sere tu prisionera" ¿Eso quieres escuchar?, no soy de tu propiedad maldito cabeza dura— reclamó con enojo la menor de los Miracle
—Solo quiero protegerte ¿No lo entiendes?— habló Hipo
—No, y no quiero estar con alguien que me prohíbe hacer lo que más amo en todo el mundo, ¡Adiós!— grito Amelia para salir de la casa del Jefe de Berk
—¿De que estas hablando?— preguntó Hipo rápidamente
—Sabes a que me refiero— dijo con simpleza la jinete
—Tu no...— balbuceo el ojiverde— Bien, Lárgate, no te quiero volver a ver en toda mi vida— grito enojado
—Al fin estamos de acuerdo en algo— respondió su ahora ex novia
Amelia monto a Sareth y fue directo a su casa, dejando solo a Hipo
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3 semanas habían pasado desde aquella pelea, ambos jinetes no se dirigían la palabra, y aunque estaba más que claro que ambos estaban muriéndose por estar juntos, su orgullo era algo que se interponía entre ambos
—Ustedes dos deberían hablar— indicó Billy mientras desayunaba
—Ni siquiera se porque dije eso... pero el tampoco intento detenerme, ¿porqué tengo que ser yo la que tenga que hablar con el?— respondió su hermana— Lo único que el hacía era vigilarme todo el tiempo... yo no...— murmuró la chica
—A veces hacemos cosas incorrectas por las razones correctas— indicó Billy
—Tengo que irme, Ereth y yo vamos a dar un paseo— dijo Amelia saliendo de su casa
—¿Tu y quien?— cuestionó su hermano con curiosidad
Amelia lo ignoro, pues no estaba dispuesta a ser interrogada por algo tan insignificante
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Algunas horas habían pasado, Ereth y Amelia estaban riendo y pasando un momento agradable, la pelirroja realmente se sentía bien ante la presencia del ex-cazador
—¿Hipo y tu aún siguen igual?— preguntó el pelinegro
—Es un idiota, y yo también lo soy— respondió la ojiazul
Ambos estaban recostados en el tronco de un árbol, relajándose después de haber montado a sus dragones
—Deberías de hablar con el— verbalizo Ereth, Amelia lo miró con curiosidad
—Quiero hacerlo, de verdad lo quiero pero... no creo que— comentó la menor de los Miracle
Ereth tomo suavemente su mano y le dedico una linda mirada
—Ambos se aman, si realmente se aman, su amor los volverá a unir, así que ve... arriésgate— indicó el pelinegro
—Ereth eso fue... tienes razón, lo intentaré— dijo Amelia con una sonrisa de oreja a oreja
Ambos chicos se dieron un fuerte abrazo, sin duda alguna ambos habían encontrado una gran amistad, soltaban fuertes carcajadas, sin darse cuenta que cierto ojiverde los miraba desde lejos, malinterpretado así todo los sucedido
—Maldita sea...— maldijo Hipo apretó su mandíbula debido al enojo mientras se iba de aquel lugar, soltado pequeñas lágrimas
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