Maldita sea Lee Felix y su engatusante encanto para convencerlo en todo. Él sabía perfectamente lo que hacía y cómo debía hacerlo para hacerle aceptar lo que sea que le propusiera, y Jisung se odiaba por ni siquiera pensar en la posibilidad de negarse en cada petición del pecoso. Pero incluso si realmente no tuviera ganas de levantarse de su cómoda cama, iría sin dudarlo a cualquier lugar que Lee le indicara, porque hoy más que nunca, debía acompañarlo en todo momento, porque un corazón roto no era algo fácil de arreglar, y su amigo era caracterizado por ser alguien muy sensible y de autoestima impredecible.

Así que helo aquí, en el gimnasio de la empresa. Estaba ahí desde las 5 am, y ahora el reloj marcaba las 11: 34 am. Su cuerpo se había acostumbrado a la vida sedentaria desde hace ya varios meses, y sólo se ejercitaba cada muerte de obispo, por lo que, inevitablemente, le había costado horrores volver a retomar una rutina de actividad física. Ya iban cerca de 3 meses de esta nueva rutina y, aunque se había acostumbrado de cierta forma, no podía evitar maldecirse mentalmente por tener que estar 5 horas consecutivas ejercitándose con Felix; todo porque el australiano de bonita sonrisa había decidido mejorar su físico con el banal objetivo de gustarle a Seo Changbin.

Sí, entendía en cierto punto a Felix, él había estado mucho tiempo enamorado secretamente de Changbin, tanto que, con el tiempo, ese enamoramiento se fue haciendo cada vez más evidente, pues prácticamente todos los miembros lo presentían. Todos menos Changbin.

Aquellos que ya veían venir lo obvio tan sólo esperaban el día en el que el australiano menor se animase a revelar sus sentimientos. Pero nadie esperaba que, de un día para otro, un tímido Changbin y un nervioso Chan les hicieran saber de su relación amorosa en una de las muchas prácticas de baile que tenían. La mayoría de los miembros se lo tomaron bien, incluso les hicieron saber que los apoyarían sinceramente.

― ¿Y Felix? ―preguntó Hyunjin, quien rebuscaba con la mirada al nombrado. De la nada, habían perdido rastro del Lee menor.

―Iré a buscarlo.

Han no dudó un segundo en pararse y salir rápidamente de la sala. Sabía perfectamente que la noticia no había sido tomada de la mejor manera por su amigo. Ya podía imaginar la cara roja y llorosa del australiano.

Lo buscó por todos lados, prácticamente se recorrió toda la empresa, sin embargo, no había rastros de Felix, parecía haberse esfumado de la faz de la tierra, y para colmo de los colmos, resultó que no había llevado su celular, pues cuando intentó llamarlo, el que terminó por contestar fue Jeongin.

― Quizás se sintió descompuesto y se fue antes ―dijo Jeongin al otro lado de la línea.

―Pero dejó su celular en la sala de prácticas. Felix nunca se va a ningún lado sin su celular ―recordó Jisung, todavía preocupado.

― Cariño ̴ ―una voz diferente se escuchó―. ¿Qué sucede?

―Hyung, no encuentro a Felix ―contestó aún más nervioso, en tanto mordisqueaba las uñas de la mano que tenía libre ―. Lo busqué por todos lados y nada.

― ¿Por qué no les preguntas a las personas que estén pasando por ahí? Quizás alguien lo haya visto ―propuso Lee.

Jisung odiaba interactuar con desconocidos, o mejor dicho; odiaba interactuar con personas que no sean los miembros de su grupo. Pero odiaba más no saber el paradero de Lee Felix.

Y, aunque le hubiera gustado prepararse mentalmente, la presencia de cierta conocida le puso alerta.

― ¡Yeji noona! ―le llamó, y esta rápidamente lo reconoció y se acercó a saludarlo ―. Noona ¿Has visto a Yongbok? Salió de la sala de prácticas hace media hora y no lo encuentro por ningún lado ―preguntó y explicó de forma acelerada. Realmente no quería perder más tiempo, cada minuto que pasaba hacía que se sintiera aún más ansioso; el temblor de sus manos era prácticamente incontrolable.

―De hecho sí, lo acabo de ver salir del edificio hace unos cinco minutos ―respondió, señalando la entrada y salida de la empresa.

Sin otra cosa más que decir, agradeció a la chica y salió corriendo como si el Diablo le pisara los talones. Corrió de esquina a esquina, alrededor de la cuadra y al de las cuadras aledañas, pero el resultado fue el mismo; ni un rastro de Felix.

La búsqueda parecía haberse vuelto infinita, y el cansancio se hacía cada vez más fuerte que su fuerza de voluntad, obligándolo a parar y descansar.

― ¡Hannie! ―la voz de Minho se escuchó a unos pasos de él ― ¿Lo encontraste?

Han negó con la cabeza, aún trataba de recobrar el aliento, ninguna palabra saldría de su boca, quizás antes se le saldría un pulmón.

―Y ha pasado una hora ―Hyunjin también hizo presencia ―, quizás deberíamos volver, él probablemente quiera estar solo por un rato, seguro luego vuelve al departamento.

Hyunjin tenía razón, tal vez simplemente debería dejar de preocuparse tanto, después de todo; si Felix había dejado su celular era porque posiblemente quisiera estar tranquilo y en soledad consigo mismo. Al final, no era la primera vez que reaccionaba de esa forma.

Sin más opción, y aún con el sentimiento de intranquilidad en su pecho, el preocupado chico terminó por volver con el resto al departamento que compartían.

El reloj marcaba casi media noche, apenas faltaban un par de minutos para ser hora punto. Los cansados y ojerosos ojos seguían las manecillas del aparato en un vano intento de calmar las ansias.

Luego de llegar al departamento-y como era de esperarse-los miembros no dejaban de preguntarse dónde se podría encontrar el sol del grupo, estaban todos desesperados y preocupados, en especial Jisung y el australiano mayor, quien no dejaba de culparse por no haber estado más atento. Todo el mundo podía notar el especial aprecio que Chan le tenía al pequeño pecoso, lo había prácticamente adoptado como su hermano no sanguíneo desde que se conocieron en su época de trainee, y desde entonces no se había molestado en demostrarse atento con él.

―No puedo llamarme líder después de haber descuidado a uno de mis miembros ―sollozaba el mayor de todos, en tanto Changbin lo abrazaba, tratando de transmitirle apoyo. Este tampoco estaba muy diferente de su pareja, tenía rastros de lágrimas secas sobre sus mejillas y sus ojos hinchados le daban una apariencia demacrada.

―Ya llamé a todos sus amigos y ninguno está con él ―informó Seungmin, quien no paraba de observar el celular del ausente, como esperando una señal.

―Si no vuelve para dentro de unos 15 minutos llamaré al manager ―dijo Minho, quien yacía sentado en un sofá individual, uno de sus pies no paraba de moverse, estaba terriblemente ansioso, pero trataba de mantener la calma con una expresión neutra plasmada en su rostro.

Pero para sorpresa y alivio de los presentes, la puerta principal fue abierta, dando paso a quien tan preocupados les tenía.

―Felix ―musitó Chan, volviendo a derramar lágrimas, pero esta vez de alivio.

― ¿Se puede saber dónde mierda te habías metido? Nos tenías preocupados, maldita sea.

El caminar del chico recién llegado se había detenido con el brusco hablar de Changbin, su ceño se hallaba arrugado y su expresión corporal denotaba enojo. Se había parado, dispuesto a encaminarse hacia Felix, pero Minho lo detuvo por el brazo rápidamente, sabiendo que la actitud del rapero no haría más que empeorar la situación.

―Para ―le ordenó Lee, manteniendo una expresión dura ante la mirada penetrante del más bajo. ―No es momento de discutir.

― ¿Estás bromeando? El idiota se desapareció casi por medio día ¿Acaso lo tengo que felicitar? ―el tono de Changbin parecía elevarse con cada palabra liberada.

―Claramente no es algo por lo que debamos felicitarlo, hyung, pero de nada sirve discutir ―esta vez fue Hyunjin quien le reprendió, arriesgándose a recibir una maldición de su parte.

―Lo siento.

Esas dos palabras terminaron por finalizar la discusión unilateral. Luego de lo dicho, el chico corrió directo hacia su habitación, escuchándose luego el sonido de la traba de la puerta al cerrarse esta.

―Dios, hyung ¿No podrías haber sido más amable? No sabes qué es lo que pudo haberle sucedido como para haberse ausentado, quizás falleció su abuela y tú vienes a gritarle y maldecirlo ―Seungmin parecía haberse enfadado también, su cara roja era una clara evidencia de ello.

―De haber llamado al manager nos habríamos metido en graves problemas ¿En serio vas a defenderlo después de esto? ¿Acaso no entiendes lo que eso significa, Kim? ―lo había llamado por su apellido, y eso no era buena señal.

― ¿Hablas enserio? ¿Te preocupa más lo que nos vayan a decir unos viejos bañados en oro que la seguridad de un amigo? ―alzó la voz, levantándose de su lugar con evidente enfado. Jeongin enseguida puso un brazo frente a él, deteniéndolo de avanzar, pero Seungmin lo apartó de inmediato, dando un par de zancadas hasta posarse frente a Changbin, manteniéndole la mirada.

― ¿Qué? ¿Acaso quieres pelear con tu hyung? Minnie ―preguntó con una sonrisa socarrona asomándose en sus labios ―Vamos, pégame.

Cuando el primer golpe se dio ya no hubo marcha atrás, una guerra de puñetazos comenzó casi al instante y los gritos y forcejeos se le añadieron, Jeongin y Minho trataban de retener a Seungmin, en tanto Chan y Hyunjin agarraban a Changbin por los brazos. Mientras que por otro lado, Jisung no paraba de observar la desastrosa situación, en estado de shock, sus ojos proyectaban una escena que jamás pensó ser capaz de presenciar, la violencia con la que dos de sus amigos y compañeros se trataban le comenzó a desesperar.

Podía escuchar las rápidas palpitaciones de su corazón retumbar en sus oídos, el sudor comenzaba a resbalar por su piel como si quisiera escapar de un peligro que le acechaba a sus espaldas, y en cuestión de segundos, su cuerpo comenzó a temblar como una gelatina, a la vez que sentía cómo sus pulmones le prohibían el paso del oxígeno a su interior.

De repente, Jisung calló sobre sus rodillas, sosteniéndose como podía del piso.

― ¡Jisung! ―se escuchó a Minho gritar.

"Aire, necesito aire, por favor".

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Bueno, he aquí un poquito de drama. En un principio tenía pensado escribir un poco de lime y bueno, salió algo que nada tenía que ver con la idea original, sin embargo me gustó como quedó, aunque siento que está un poco corto.

Y disculpen por la demora, pero la uni me está culiando sin vaselina, y entre los parciales y el trabajo no tengo ni tiempo, ni energías. Así que desde ya les pido disculpas y les aviso que al menos por este mes las actualizaciones van a tardar más de lo normal, hasta que comiencen las vacaciones de invierno acá en Argentina.

Y bueno, ya saben, voten, comenten y eso que siempre digo.

Sin nada más que decir, nos estamos leyendo en un próximo capítulo, bye bye ✨.