CAPÍTULO 18: "La noche"
Estaba arrepentido y avergonzado debido a su anterior comportamiento. Esa mañana Jeongin se había despertado abrazando a Seungmin, y lo primero que se le vino a la cabeza fue la típica pregunta de "¿Qué pasó anoche?". No entendía cómo había llegado a esa situación y le asustaba pensar en que quizás había hecho algo cuestionable debido a su baja tolerancia con el alcohol.
―Oh Dios...―susurró horrorizado al darse cuenta que estaba en ropa interior ― ¿Qué diablos hice?
― ¿Jeongin? ¿Despertaste? ―la voz de un recién despierto Seungmin le alertó.
Jeongin vio cómo su amigo se sentaba entredormido mientras se refregaba los ojos con pesadez. Seungmin vestía sólo una remera y la ropa interior, lo que terminó por asustarlo aún más.
― ¿Mh? ¿Qué sucede? ―indagó Seungmin confundido al notar al otro preocupado.
― ¿Por qué estoy en ropa interior? ―se animó a preguntar, entonces Seungmin entendió lo que pasaba por la mente de su amigo.
―Anoche tomaste mucho, así que te mandamos a dormir, yo te acompañé para que no te golpearas o algo parecido, y de paso te ayudé a desvestirte ―comenzó a explicarle tranquilamente.
―No hice nada estúpido, ¿no? ―inquirió con evidente preocupación.
Seungmin meditó por un momento en si contarle lo que realmente pasó la noche anterior, o si contarle la verdad a medias, evitando mencionar las partes incómodas. No le gustaba mentir, pero sabía que si le contaba que anoche se le había insinuado y besado lo más probable es que Jeongin se alejara nuevamente. Y Seungmin no estaba dispuesto a permitir que su amigo se alejara más tiempo de su lado.
―Siempre que bebes haces alguna estupidez, pero nada serio realmente. No te preocupes ―respondió Seungmin de forma vaga, rogando para que Jeongin se conformara con su respuesta.
Jeongin lo quedó mirando por unos tensos segundos, y después de dejar escapar un largo suspiro de alivio sonrió.
―Menos mal ― dijo aliviado ―. Lo siento por hacer que te hagas cargo de mí en ese estado, a veces no controlo cuando tomo ―se disculpó avergonzado.
―Siempre me he encargado de ti cuando ni siquiera tu puedes, eso es parte de ser amigos, Innie ―le recordó Seungmin, y Jeongin no pudo más que estar agradecido de esas palabras.
Kim Seungmin, aunque a veces―muchas veces―fuera molesto y terco, también era responsable, lo cuidaba y velaba por su seguridad sin importarle mucho su propio bienestar. Y eso era quizás una de las muchas cosas que apreciaba de él, aunque ahora percibiera esas actitudes de otra forma.
―Em, Seungmin ―murmuró Jeongin, llamando la atención del contrario ―. Lo siento por evitarte todo este tiempo, no era mi intención alejarnos.
Quizás sacar a relucir ese tema en ese momento era algo repentino, sobretodo porque recién era de mañana, pero Jeongin sabía que si no hablaban ahora entonces las cosas entre ellos volverían a seguir alejándose cada vez más, y ya se estaba cansando de evadir los problemas.
―Esto es algo inesperado ―dijo Seungmin, y luego soltó una pequeña risa nerviosa. No se esperaba que Jeongin se animara a dar el primer paso, pues siempre había sido él quien luchara por arreglar los inconvenientes que se formaban entre ambos ―. En realidad, yo debería ser quien se disculpara, me pasé mucho con las bromas que te hacía, fui demasiado lejos, hasta el punto de incomodarte y prácticamente acosarte. Eso no está bien, realmente me he comportado como un imbécil. Lo siento mucho Jeongin, entenderé si no quieres seguir relacionándote conmigo ―la expresión de arrepentimiento en su rostro denotaba el pesar de sus acciones pasadas, estaba auténticamente arrepentido de su comportamiento.
―Creo que ha sido ya bastante tiempo alejados, y no quiero que nuestra amistad se termine por algo así, Seungmin. Lo importante es que reconociste tus acciones y te disculpaste ―Jeongin mismo se había equivocado incontables veces a lo largo de su vida, por lo que no era quién para demandar perfección a los demás ―. Te perdono, así que no te alejes de mi lado otra vez ―le suplicó con la mirada.
Seungmin se perdió en aquellos ojos rasgados y brillosos que tanto le encantaban, y sin saber qué contestar se acercó a él para rodearlo en un reconfortante abrazo que enseguida fue correspondido. Ambos chicos se mantuvieron así por un buen rato, entremezclando ese calorcito tan característico que emitía el cuerpo contrario.
―También lo siento por lo de anoche ―volvió a hablar Jeongin sin separarse todavía del otro.
― ¿Anoche? ―repitió Seungmin, haciéndose el tonto.
―Sí, acabo de recordar un poco de lo que pasó anoche cuando me seguiste al cuarto ―Jeongin cortó el abrazo y fijó su mirada al piso, apenado ―. Sé que sabes de lo que hablo, no es necesario que me mientas, evadir las cosas no sirve de nada ―le recalcó. A pesar de que fuera vergonzoso hablar respecto a lo sucedido era algo que tenían que hacer para tener la consciencia tranquila ―. Anoche yo...perdí un poco mi juicio, e intenté acostarme contigo ―Jeongin dio un rápido vistazo hacia Seungmin, notándolo igual de avergonzado que él ―. Creo que estoy pasando por una etapa de mi vida en la que quiero experimentar con mi sexualidad. Me ha costado aceptarlo, pero ahora que soy consciente de ello sin sentir remordimiento esto se ha vuelto un arma de doble filo ―siguió explicando mientras sentía la mirada de Seungmin sobre él ―. Una de las razones por las que me alejé de ti fue porque tus bromas comenzaron a despertar intereses sexuales por ti, y eso me hacía sentir confundido y culpable. Lo siento por esto, simplemente pasó ―culminó el maknae mientras pequeñas lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos.
Si bien ya había aceptado el reciente gusto por los chicos―y más específicamente por su mejor amigo―, era aún un tema reciente, por lo que sin poder evitarlo seguía abrumándolo en cierto punto, ya que los prejuicios que tanto tiempo se le inculcaron ahora eran dirigidos a sí mismo.
Seungmin se había quedado estático, sin saber qué hacer o decir. Definitivamente no lo vio venir, pues se había acostumbrado a que Jeongin evadiera cualquier tipo de enfrentamientos con tal de no formar un ambiente tenso o incómodo. Por no mencionar que nunca se habría imaginado que admitiera no sólo tener interés en los hombres, sino también por él, y aunque nunca le molestaría cualquiera que fuese la orientación sexual de su amigo, saber que de cierta forma él también le atraía sexualmente hablando era sin duda alguna algo impactante.
―Jeongin, ¿estás hablando en serio? ―preguntó dudoso, aún sin creerle del todo. Sabía que Jeongin también era de bromear a veces, aunque el contexto en el que se encontraban no demostraba que esta fuera una de sus bromas.
―Hablo muy en serio, Seungmin ―aclaró ahora derramando algunas lágrimas.
Seungmin entonces se convenció de sus palabras. Y al ver que el maknae comenzaba a llorar, se acercó a él para envolverlo en un abrazo, consolándolo.
―Innie, no llores. No es nada malo lo que sientes. Lo siento por no creerte ―comenzó a decir Seungmin, mientras le sobaba la espalda suavemente ―.No importa cuál sea tu orientación sexual, yo seguiré a tu lado y te apoyaré siempre ―dijo cerca de su oído, para luego depositar un pequeño beso en su cabello.
― ¿Lo prometes? ¿Prometes no alejarte de mí otra vez? ―preguntó Jeongin, irguiéndose para mirarle a la cara.
Y mirándo esos ojos pequeños y llorosos, Seungmin respondió enseguida:
―Por supuesto, lo prometo. No tengo intención de volver a alejarme de ti, ni ahora, ni nunca.
Ambos entonces volvieron a abrazarse, disfrutando de aquella cercanía que tanto extrañaron.
―Así que, en pocas palabras; se te confesó ―dijo Minho mientras caminaba por los pasillos del supermercado, mientras era seguido por Seungmin.
―No estoy seguro de eso la verdad ―contestó el menor. Luego tomó una botella de vodka y la metió al carrito de compras ―.No es como si haya dicho exactamente que le gustara.
Minho lo miró incrédulo. A veces pensaba que Kim Seungmin era o demasiado estúpido o que tenía serios problemas de autoestima; posiblemente era ambas.
―Él literalmente te dijo que lo hiciste cuestionar su sexualidad ―recordó el mayor ―.Eso es prácticamente una confesión directa.
―Pero no creo que sea lo mismo decir que le atraigo de cierta forma, a decir que le gusto.
Lee entonces pensó en lo cierto de esas palabras, aunque no dudaba que ambas cuestiones eran acertadas, a Jeongin le atraía Seungmin, eso ya era obvio, pero creía fervientemente en que también le gustaba, ya que la forma en la que le trataba ―tras aquella confesión―demostraba indirectamente lo que el menor no se animaba a decir. La extraña tranquilidad que Jeongin demostraba cuando Seungmin le abrazaba, las miradas que le dedicaba cuando le tenía cerca, o en contraparte; las miradas furtivas que dedicaba a quienes se le acercaban de más. Minho pensaba en que quizás Yang Jeongin era un poco celoso.
―Quizás tu no logres verlo bien, pero para quienes vemos sus interacciones es algo demasiado evidente. Tan sólo falta que lo aceptes y hagas algo al respecto ―comentó Minho.
Seungmin quedó pensante. Quizás lo que decía Minho era verdad, y en realidad estaba cegado por sus inseguridades, pero incluso si fuera así, no había manera de que lo confirmara sin hacer que ambos se sintieran incómodos o avergonzados. ¿Cómo podría averiguarlo? Ir y preguntárselo directamente no estaba como opción, él no era tan descarado. ¿Intentando acercamientos más íntimos? Quizás podría funcionar, aunque temía que comportándose así fuera rechazado, sin mencionar que ya lo había hecho para molestarlo con sus bromas cuestionables, y el resultado había sido que se alejaran. ¿Y si aprovechaba para preguntárselo cuando estuviera embriagado? No era moralmente correcto, aunque tal vez funcionara para sacarse la duda.
―Bien, ya compramos demasiado. Vayamos a la caja para pagar y volvamos. Tengo hambre ―dijo Minho, devolviéndolo a la realidad nuevamente.
Si las miradas mataran, Jeongin ya habría matado a Lee Minho incontables veces.
―Oye ―le llamó Hyunjin a su lado ―, ya deja de mirarlo así o le dejarás un hueco en la cabeza ―dijo en tono bajo, riendo disimuladamente.
―No sé de qué hablas ―contestó Jeongin, desviando la mirada hacia su bebida. No sabía por qué estaba bebiendo vodka si ni siquiera le gustaba esa bebida ―. ¿Esto es de frutilla? ―preguntó de repente.
―Frutos rojos ―aclaró Hyunjin ―. Y deja de desviar el tema.
―Oh, eso explica porque me gustó ―comentó fingiendo interés en la bebida, aunque en realidad lo único que le interesaba era el compañero de conversación de Kim Seungmin.
¿Por qué Minho no se despegaba de Seungmin? ¿De qué tanto hablaban mientras se reían? ¿Era necesario que Minho le tocara la pierna cada vez que le decía algo al oído?
―Innie, ya basta. Parece que quieres matar a Minho ―le retó Hyunjin, un poco preocupado de que los demás se dieran cuenta de la actitud de su dongsaeng.
―Hyung, ¿ no puedes hacer que Minho se separe de él un momento? ―indagó Jeongin, haciendo que Hyunjin alzara una ceja ―. Necesito hablar con Seungmin un momento, pero siento que si me acerco a ellos no podré disimular los celos ―explicó el menor, un poco avergonzado por admitir que estaba celoso de Lee Minho.
―No harás nada estúpido, ¿verdad? ―preguntó con preocupación.
―No prometo nada ―se sinceró Jeongin ―. Pero lo intentaré.
Hyunjin no pareció muy convencido, pero aun así aceptó ayudar a Jeongin. Se levantó de su lugar y caminó hacia el par que se hayaba hablando cómodamente.
―Hyung, acompáñame a buscar más cerveza ―dijo Hyunjin a Minho.
―Oh, pero aún quedan un par ―dijo Minho, confundido.
―Sí, lo sé, pero quiero buscar más para no pararme a cada rato. Ayúdame a llenar la conservadora de hielo, por favor ―volvió a insistir, y le hizo señas con los ojos, señalando a un solitario Jeongin sentado a lo lejos.
Minho entonces captó el mensaje.
―De acuerdo, vamos entonces ―terminó aceptando ―. Seungmin-ah, ¿puedes ir a buscarme un abrigo a la habitación mientras ayudo a Hyunjin?
―Claro, tu ve, ya te lo traigo ―contestó el castaño, despreocupado.
Mientras Minho y Hyunjin avanzaban hacia la cocina, Hyunjin vio de reojo cómo Seungmin se alejaba hacia las habitaciones, siendo seguido luego por Jeongin.
―Hey, Seungmin ―llamó Jeongin cuando vio a su amigo salir del pasillo que llevaba a las habitaciones.
―Oh, Innie, ¿qué pasa? ―indagó sorprendido al encontrarlo esperando por él.
―Eso es lo que yo debería preguntarte ―respondió el azabache, con expresión seria.
― ¿A qué te refieres? ―preguntó Seungmin, confundido. ¿Qué se supone que había hecho ahora?
―Has estado todo el día evadiéndome, refugiándote en Minho hyung, ¿o me vas a decir que no lo has hecho adrede? ―la expresión de molestia en la cara de Jeongin era tan marcada que le dio escalofríos al otro.
¿Por qué Jeongin estaba increpándolo de esa forma? ¿Le molestaba que compartiera con Minho? Siempre se había relacionado con Minho y nunca le había dado entender que esto le molestara o algo por el estilo. Entonces, ¿por qué ahora parecía no agradarle?
―Jeongin, no sé de qué hablas. No te estoy evadiendo, simplemente disfruto de la compañía de Minho hyung, nada más. ¿Por qué te molesta tanto?
Jeongin no respondió, en cambio le mantuvo la mirada, observándole con ojos depredadores, como si quisiera comérselo en cualquier momento. Dio un par de pasos hacia él, enfrentando sus caras.
―Deja de fingir que no sabes, Kim Seungmin ―le amenazó ―. Ya te lo había dejado claro, no me hagas decirlo de nuevo ―sus intimidantes ojos viajaron hacia abajo, enfocándose en sus labios.
Seungmin esperó, pero al final nada llegó. Jeongin se volvió a alejar para volver a la sala donde estaba el resto del grupo, pero mientras se alejaba el cerebro alerta del castaño hizo click. No quería volver a tener problemas con su amigo, y sentía que si no hacía algo ahora toda la conversación sincera que habían tenido hace unos días habría sido en vano.
―Jeongin, espera ―pidió mientras le tomaba de la muñeca.
―Suéltame, ya tuve bastante de tu juego ―musitó, aun dándole la espalda.
― ¿Puedes dejar de ser tan dramático y decirme bien qué se supone que estoy haciendo mal? ―preguntó con un tono de hastiado ―. No sé de qué juego me hablas, literalmente no he hecho nada, y ya me había disculpado por lo que hice antes. No sé qué más quieres que haga, Yang.
Jeongin finalmente se giró, y Seungmin quedó más confundido de lo que estaba.
― ¿Que no sabes lo que haces? ¿Hablas enserio, Kim? ―indagó Jeongin, con lágrimas amenazando con desbordar de sus ojos ―. Estuviste meses haciéndome "bromas" subidas de tono, molestánome y confundiéndome constantemente, mientras que tú te divertías. Luego te apartas de mí y comienzas a reemplazar mi presencia con Minho hyung. Y se supone que "no haces nada."
Seungmin lo soltó de inmediato al verlo llorar desconsolado. Finalmente había entendido lo lejos que habían llegado sus acciones.
― ¿Quieres saber por qué estoy actuando así? ¿Por qué parece que estoy siendo tan dramático? ―con sus puños arrugados limpió lo mejor que pudo los rastros de lágrimas en su rostro.
―Jeon-
―Me gustas ―le cortó ―. Me gustas, Kim Seungmin.
Silencio. Nada más que sus respiraciones y el sonido de unas voces no tan lejanas.
― ¿No dirás nada? ―preguntó, sonriendo con dolor ―. Siempre se trató de un estúpido juego para ti. Y ahora que no resultó como esperabas no harás nada al respecto. No me sorprende viniendo de alguien que poco le importó lo que yo pensara o quisiera ― y tras decir aquello volvió a girarse, dispuesto a alejarse de quien se supone había sido su mejor amigo.
Pero nuevamente fue impedido. Las fuertes manos de Kim Seungmin le tomaron por los hombros, para luego dejarlo acorralado contra la pared. Sus rostros a escasos centímetros no hacían más que observar a quién tenía al frente, recorriendo las facciones ajenas cuidadosamente. La diestra del castaño viajó hasta la delgada cintura de su amigo, esa parte del cuerpo que tantas veces había tocado, que ahora se sentía diferente. El sólo contacto parecía provocar una fuerte corriente que les recorría de pies a cabeza.
―Jeongin, lo que has dicho, ¿es cierto?
Jeongin asintió en silencio, mirándolo tímidamente con ojos de borrego, rojos y brillosos.
Entonces ya no hubo marcha atrás para ninguno de los dos. Los labios de Seungmin se unieron con los de Jeongin, como si de polos opuestos se trataran, atraídos por una fuerza invisible.
Pero esto no se trataba de una novela romántica. Y Jeongin lo apartó al instante, de un fuerte empujón.
― ¡Ya te dije que no hagas esas cosas! ―gritó Jeongin, enojado y avergonzado a la vez ―. Odio que me toquen, lo sabes bien.
―Lo sé, pero la última vez no pareció importante. Tú fuiste el que se acercó a mí y me plantó un beso, me lo debías ―le remató Seungmin, enfadado por haber sido apartado tan bruscamente. Su semblante sonriente ocultaba la impotencia que recorría todo su cuerpo.
―Eres un idiota, Kim ―le acusó.
Jeongin finalmente salió corriendo hacia su habitación, sin molestarse en mirar hacia atrás. Quería alejarse, huir de quien había sido el culpable de todas las crisis sufridas en este último tiempo.
―Es un maldito estúpido ―murmuró Jeongin entre sollozos, mientras se dejaba resbalar hasta sentarse en el piso ―. De todos los idiotas del mundo, tuvo que gustarme mi estúpido mejor amigo ―se lamentó, impotente.
Lo había conocido desde hace años, cuando un puberto e inocente Yang Jeongin decidió sacrificar los mejores años de su vida para entrenar y cumplir su sueño de ser cantante. Desde el primer día que le conoció, siendo presentado por un joven Christopher Bang, y tras saludarse incómodamente, Jeongin supo que ya no había marcha atrás. Luego de ese día Seungmin comenzó a acompañarle en prácticamente todo momento, hablándole para conocerse mejor, compartiéndole su comida y haciéndolo reír cuando la presión de los duros entrenamientos amenazaba con quebrajar su psiquis. De ahí en adelante, su amistad siguió desarrollándose rápidamente, volviéndose cada día más fuerte e inquebrantable, pues incluso aunque tuvieran sus desacuerdos o peleas, al final siempre terminaban solucionándolo en poco tiempo. No obstante, en la actualidad las cosas no pintaban muy bien.
―Jeongin ―se escuchó del otro lado de la puerta.
― ¡Vete! ―gritó el llamado, ya sabiendo de quién se trataba.
―Jeongin, hablemos, por favor ―pidió Seungmin, sonando realmente arrepentido ―.Abre, necesitamos hablar.
― ¡Te dije que te vayas! ¡No quiero ver tu estúpida cara! ―contestó casi gritando.
―Hablemos ahora, y si luego quieres que me aleje, prometo dejarte en paz el tiempo que quieras ―propuso el castaño, todavía determinado a dialogar.
Jeongin no respondió, lo meditó por un momento en silencio, pensando en si era mejor ignorarlo y volver a alejarse como antes lo había hecho, o abrir la puerta y tratar de solucionar todo en el momento.
―Entra ―musitó al abrirle la puerta.
Ambos tomaron asiento en la cama del menor, en un silencio tenso y casi fúnebre. Estuvieron callados unos largos segundos, pues ninguno de los dos se animaba a empezar la conversación.
―Creo...que también me gustas ― susurró Seungmin, mirando el piso.
Jeongin lo miró sorprendido.
―Ya basta de bromas, Seungmin ―le reprendió Jeongin, sin terminar de creer lo que dijo.
―Estoy siendo sincero, Jeongin ―aclaró el castaño, para luego levantar la mirada y fijarla en el contrario ―. Hace rato que Minho me comentó de la posibilidad de que me gustaras, aunque hasta hace poco yo lo negara. En un principio me propuse hacerte ese tipo de bromas porque me gustaba ver las reacciones que tenías, así que cuando molestarte como siempre hice no funcionó, comencé a ver por métodos más extremos, pero cuando me di cuenta de que disfrutaba ver lo molesto y avergonzado que te mostrabas cuando bromeaba contigo, empecé a plantearme por qué me obsesionaba tanto verte así ―sus manos inquietas se mantenían jugando con las sábanas de la cama, en un vano intento de disminuir los nervios que le provocaba la intensa mirada de su amigo ―. Ahora lo entiendo. Siempre me gustaste, pero era demasiado terco e inseguro para darme cuenta de ello. No quería aceptarlo, pero creo que en este punto ya no es ni siquiera una posibilidad, sino un hecho ―culminó el castaño.
Jeongin se mantuvo en silencio, procesando cada una de las palabras dichas por el mayor. Si antes no le creía, ahora directamente lo sentía como un sueño lejano e imposible, porque le parecía demasiado irreal que Kim Seungmin le estuviera diciendo todo eso con una seriedad que pocas veces había sido capaz de mostrar. Pero la verdad era esa, y no sabía bien cómo reaccionar.
―Lo siento mucho por todo lo que te he hecho pasar, soy un idiota. Entiendo si necesitas que me aleje de ti, aunque me gustaría que podamos tratar tranquilamente en nuestras actividades, después de todo también somos colegas de profesión ―mencionó Seungmin, al no tener respuesta alguna por parte del azabache.
―No creo que sea posible ―refutó Jeongin. Y Seungmin no pudo evitar preocuparse ―. No creo que podamos tratar con normalidad después de que tanto yo, como tú, nos hayamos confesado ―recalcó, avergonzado ―. Honestamente, pensaba en volver a alajarme, independientemente de cómo resultara la charla. Pero ahora que sé que el sentimiento es mutuo, no creo poder tratarte ya como un amigo ―su cuerpo se movió hasta quedar sentado más cerca del castaño, para luego tomar su mano ―. Realmente me gustas, Seungmin. No quiero tener que privarme de estar a tu lado otra vez.
Sus ojos buscaron los contrarios, tratando de transmitir un mensaje oculto y profundo con una simple mirada.
―Yo tampoco, Innie ―concordó Seungmin.
Entonces ambos se sumieron en un sincero abrazo, denotando la necesidad de cercanía que tanto les hacía falta. Sus labios no tardaron en unirse en un nuevo beso que se sintió verdaderamente como si fuera el primero, el primero que ambos compartían tras sincerar lo que realmente sentían.
―Debemos parar aquí ―musitó Seungmin, sosteniéndolo por los hombros ―. No creo poder controlarme si seguimos besándonos de esta forma ―advirtió al notar lo rápido que se habían intensificado los besos.
― ¿Por qué? ¿No quieres hacerlo? ―indagó Jeongin, quien yacía sentado sobre los muslos del otro.
― ¿No estamos yendo muy rápido? ―contestó con otra pregunta.
―Minnie, desde hace rato ya veníamos a este ritmo ―dijo Jeongin, sonriendo por la repentina vergüenza de su "amigo" ―. No pienses mucho las cosas, no ahora ―sentenció antes de volver a unir sus labios.
Y como Kim Seungmin no era quién para rechazar a Jeongin, se dejó llevar por las palabras del chico. Entre besos apasionados y caricias desesperadas, ambos cuerpos se fueron deshaciendo de las prendas, hasta quedar finalmente expuestos, desnudos en cuerpo y alma ante el contrario.
― ¿Seguro que estás listo? Podemos parar cuando quieras ―preguntó un preocupado Seungmin, mientras veía cómo el azabache terminaba de dilatarse a sí mismo, para luego posicionarse sobre su miembro.
―Jamás estuve tan listo como ahora ―replicó con determinación.
Seungmin sostuvo la delgada cintura suavemente, mientras que Jeongin se apoyó con la zurda de los hombros del castaño, su mano sobrante se encargó de mantener en posición el duro miembro alineado a su estrada. Poco a poco y con cuidado, el cuerpo de Jeongin fue descendiendo, dejando que Seungmin se abriera paso dentro de él.
Esa noche no había empezado de la mejor manera, pero sin duda alguna resultó mejor de lo que cualquiera de los dos hubiera esperado.
Minho cerró la puerta suavemente, tratando de no hacer ruido, aunque no creía que ninguno de los dos siquiera se diera cuenta con el ruido que estaban emitiendo.
―Como dije; jóvenes hormonales ―dijo Changbin, quien pasaba tranquilamente por el pasillo.
Minho negó divertido, para luego alejarse en silencio.
La primera pareja había sido oficializada, y no podía esperar para contribuir a la conformación de una nueva. Hyunjin no lo sabía en ese entonces, pero a partir de ese momento sería su socio más confiable.
.
.
.
.
.
.
.
Me llevó más tiempo de lo que pensé, pero he aquí el capítulo final del SeungIn. Espero que les haya gustado el desarrollo de esta pareja, aunque en lo personal siento que le faltó algo.
Por otro lado, creo que quedó en claro cuál fue la primer pareja que formó el HyunHo, no era el BinChan como se pensaba jaja. Próximamente se viene el inicio de la pareja cupido.
Pregunta del día:
¿Alguna vez se enamoraron o les gustó un amigx? ¿Creen que sea buena idea tener una relación con un amigx? Justifique su respuesta.
En mi caso, pensé que me gustaba una de mis mejores amigas porque estaba teniendo algo con un chico y cada vez que los veía me sentía decaída, pero resulta que me gustaba el chico jajas. Actualmente es mi novio y llevamos 7 años de relación, mi amistad con mi amiga sigue igual de fuerte y no hay incomodidad entre los 3 (ambos forman parte de mi grupo de amigos). Y en el caso de la 2da pregunta, mi novio antes fue mi amigo, aunque fue más como un enemy to lovers.
En fin, no se olviden de comentar y votar, su apoyo es el motor para seguir escribiendo.
Nos vemos en la próxima actu, bye bye🌠💚.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro