CAPÍTULO 16: "Aceptación"
La cabeza de Jeongin explotaría en cualquier momento. Aquella reflexiva charla que tuvo con Hyunjin le había dejado con el mundo patas arriba, pues había supuesto una duda que, hasta hacía poco, jamás se le habría ocurrido preguntarse:
¿Le gustaban los hombres o las mujeres? ¿Ambos? Y aún más impactante; ¿le gustaba Kim Seungmin?
Por años, y prácticamente desde que tiene noción del significado "gustar", Jeongin estaba cien por ciento seguro de que le gustaban las mujeres. Su primer amor, su primer beso, su primera vez en prácticamente todo; había sido con alguien de su sexo opuesto. E incluso aunque hacía años que no tenía ningún tipo de contacto con una chica, jamás se le había pasado por la mente el besar a un chico, hasta ahora.
¡Eso es!. Quizás se trataba de esto último, quizás era por eso que su cuerpo había reaccionado de aquella forma; llevaba literalmente años desde su última experiencia con una chica, y debido a eso es que sus hormonas estaban tan descontroladas. La última vez que recuerda haber siquiera besado a una fémina había sido en el último año de secundaria, y luego de eso se centró por completo en su vocación como idol. No es de sorprenderse que estuviera confundido, después de todo, aunque el ser humano fuera un ser consciente e inteligente, sigue siendo un animal con instintos.
Y aunque en cierto punto lograba entender el porqué de sus deseos ocultos, debía admitir que sentirse levemente atraído―en ocasiones―por alguien de su mismo sexo le resultaba un tanto extraño, algo prohibido, posiblemente ocasionado por la religión que su familia había logrado imponerle desde su nacimiento. Sus padres, e incluso la mayoría de las personas que le rodeaban, le habían impuesto―a veces de forma directa y otras veces indirectamente―que lo normal, lo "natural" era que te guste tu opuesto; chico y chica, mujer y hombre, macho y hembra. Es por esto que la primera vez que un chico le pareció hermoso o atractivo se sintió incorrecto; Hyunjin había despertado ese extraño sentimiento en algún punto de su vida. Pero esto fue tomado como algo aparte, como un espectador que apreciaba la belleza de un lienzo, como un florista que encontraba hermosura en una flor. No obstante, 'eso' que le hacía sentir Kim Seungmin―aka su mejor amigo―, era diferente, más fuerte.
Conocía a Seungmin desde que era un pre-adolescente, y desde el primer día se habían llevado bien, hasta que con el pasar del tiempo se terminaron volviendo inseparables. El chico había conocido hasta su más profunda preocupación, habían estado el uno para el otro, en las buenas y en las malas, se conocían tan bien que hasta parecían ser amigos de toda la vida. Y sí, como era de suponerse, para Jeongin, Kim Seungmin era un chico espléndido y encantador, aunque a veces molesto, y muy en su interior; hermoso por donde lo vieras, ¿cómo no considerar a tu mejor amigo como alguien hermoso? Para Jeongin pensar así era algo común, pues siempre trataba de apreciar la belleza en todo lo que le rodeara. Y no fue hasta que a su amigo se le ocurrió ir más allá para molestarle que Jeongin se preguntó si lo que pensaba y sentía era algo común.
Seungmin disfrutaba de causarle nervios o molestia, eso siempre había sido así, y aunque Jeongin siempre se mostrara cortante o asqueado, la verdad es que le gustaba; era como un juego que habían construido entre ambos, parecido a la dinámica de Pepe Le Pew y Penélope Pussycat de Looney Tunes. Pero cuando esta extraña dinámica se salió de control, Jeongin no supo ya cómo seguir el juego; se había convertido en algo candente y confuso al mismo tiempo.
Era algo impensable, incorrecto, completamente inmoral para Yang, pero al final, aunque quisiera que fuera diferente, terminó por aceptar que le llegó a gustar demasiado las últimas ocurrencias de Kim. Realmente trataba de hacer a un lado esos pensamientos sucios y raros, pero quisiera o no éstos volvían a resurgir una y otra vez, como un Fénix resurge de sus cenizas.
Pero, a pesar de que últimamente su pensar estaba cambiando de rumbo, hasta el punto de considerar seriamente en la posibilidad de que en efecto; quizás sí le gustaba Kim Seungmin. Estaba aquella puntiaguda espina que le pinchaba las costillas a cada rato.
―Cariño, ¿estás bien? Casi no has comido ―preguntó su mamá, con aparente preocupación.
Jeongin volvió al mundo real de golpe. Su familia lo miraba expectante.
―Estoy bien, no te preocupes mamá. Es sólo que desayuné tarde, así que no tengo mucho apetito ―explicó Jeongin con rapidez.
―Te dije que esperaras a que termine de cocinar ―le reprendió su padre.
Jeongin se disculpó enseguida, y luego continuó comiendo junto con su familia, ahora procurando no perderse en sus pensamientos. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida abruptamente casi al instante.
―Jeongin-ah, ¿no has tenido novia? ―interrogó el señor Yang, haciendo que el chico se ahogara con arroz ―. Estás en la mejor etapa de tu vida, deberías aprovechar para encontrar una chica linda.
Jeongin terminó de toser, y tras tomar un poco de agua contestó:
―No papá. Ya sabes que el trabajo de idol es demasiado complejo y exigente, y aunque quisiera no podría, estaría arriesgando mi imagen y la de mis compañeros ―se excusó Jeongin, aunque por un lado no era realmente mentira.
―Para mí eso suena como una excusa, teniendo la fama tuya yo no dudaría en encontrar novia ―dijo su hermano menor ―. Vives rodeado de chicos, y tu última novia fue hace años. Tal vez seas gay ―propuso el adolescente.
Jeongin sentía que le estaba dando taquicardia, y el cuerpo antes relajado ahora parecía ser de gelatina.
―Yang Jonghyun, no digas esas cosas ―le reprendió la matriarca rápidamente ―. Que tu hermano priorice en su trabajo no quiere decir que sea un degenerado ―dijo la mayor.
Jeongin sintió que su corazón se oprimía. Si antes se sentía preocupado, ahora estaba destrozado.
―Disculpen, iré a mi habitación ―dijo Jeongin, justo antes de pararse y desaparecer del comedor.
―Luego de comer irás y te disculparás con tu hermano ―ordenó el señor Yang, mirando con desaprobación al menor de sus hijos.
El resto de familia continuó almorzando en un incómodo silencio, en tanto el mayor de los hermanos fijaba su mirada en la puerta por donde su menor había salido.
― ¡Jeongin! ¡Espera!
Jeongin paró su caminata al instante, encontrándose con su hermano mayor saliendo apresuradamente de la casa.
― ¿Te molesta si te acompaño? ―preguntó Jeongbin al acercarse al menor.
―Claro que no, es más, me vendría bien tu compañía para ayudarme a filmar mi vlog ―contestó Jeongin.
―Excelente, cuenta con ello ―dijo el mayor ―. Podemos ir en mi auto, ¿dónde hay que ir?
Jeongin sonrió y asintió en respuesta, aliviado por evitarse pagar un taxi.
Ambos hermanos emprendieron su rumbo en el auto del mayor, y mientras se dirigían al lugar acordado iban conversando amenamente sobre lo que harían en lo que quedaba de la tarde.
Jeongin no tenía planeado tener compañía aquella tarde, pero la presencia de Jeongbin fue algo de lo que estuvo profundamente agradecido, pues desde el almuerzo incómodo no había hecho más que aumentar la ansiedad con la que ya venía cargando desde hace semanas, y el hecho de que el mayor se ofreciera a acompañarle fue el remedio perfecto para alejar el malestar que sus pensamientos le producían.
Cuando la labor de Jeongin culminó, ambos chicos se dispusieron a tomar un refrescante helado, sentados tranquilamente en una solitaria banca que había en el parque en donde se encontraban. El atardecer bañaba sus figuras de un tono anaranjado que les hacía ver cálidos. Se mantuvieron observando el horizonte con una paz que sólo aquél pueblito del que eran originarios les podía otorgar. Jeongin se había acostumbrado tanto a la vida bulliciosa y movida de Seúl, que en aquellas pequeñas visitas a su familia le hacían apreciar y extrañar la amena rutina que ahora formaba parte de su pasado.
El parque parecía estar del lado de Jeongin, pues a pesar de ser fin de semana éste se había mantenido sereno y casi vacío, a excepción de ellos y una parejita que se encontraba abrazada a lo lejos en otra banca. Y sin querer, al observar a aquél adorable par, Jeongin volvía a ser bombardeado con esos pensamientos llenos de dudas y culpa. ¿Qué se sentiría tener una pareja? ¿Sería lo parecido estar en una relación heterosexual a una homosexual? ¿Por qué se imaginaba a él mismo y a Seungmin en la situación de la parejita?
―Jeongin, ¿qué opinas de las parejas homosexuales?
La repentina pregunta de Jeongbin hizo que Jeongin se alertara de golpe. Y aunque abría y cerraba la boca en un intento de responder algo, al final se mantuvo sin decir nada, mudo, sin saber qué contestar.
Jeongbin giró a mirarlo por un momento y luego rio al ver la cara estupefacta del menor.
―Hace unos meses uno de mis mejores amigos se declaró gay ―comentó el mayor, mientras volvía fijarse en la pareja que ahora compartía un tierno beso ―. La mayoría de nuestros amigos no estuvo de acuerdo con su orientación sexual, ya sabes cómo es ese tema en este país. Incluso aunque hayamos avanzado en muchos aspectos, la sociedad se sigue negando a aceptar que existe el amor no necesariamente heterosexual. Yo pensaba igual antes ―admitió con aparente vergüenza, llamando la atención de Jeongin ―. Pero incluso aunque en ese momento no estaba de acuerdo con su sexualidad, pensé que era injusto dejar una amistad de tantos años, sólo porque a él no le gustaban las mujeres como a mí ―continuó contando mientras recordaba la imagen de su amigo, asustado y preocupado, mientras recibía el rechazo de quienes se habían hecho llamar sus amigos ―. Me guardé mi punto de vista para mí mismo y le dije que no me importaba lo que prefiriera, que eso no cambiaría nuestra amistad, aunque en el fondo me preocupaba que no fuera así.
―Pienso que hubiera sido muy triste para él perder a todos sus amigos ―comentó Jeongin, al ponerse en el lugar del amigo de su hermano.
―Sí, lo mismo suelo pensar a menudo cuando lo veo ―dijo el mayor.
― ¿Sigues sin estar de acuerdo con su orientación sexual? ―se animó a preguntar Jeongin. Sabía que su hermano solía ser bastante comprensivo y respetuoso, pero aun así no descartaba que tuviera un pensamiento cerrado en algunos aspectos.
―Por un tiempo sí, porque no podía entender cómo es que podían gustarle los hombres ―contestó ―. Pero luego de que me presentara a su pareja, a quien había mantenido en secreto por mucho tiempo, y más específicamente; luego de convivir con ellos, terminé entendiéndolo ―Jeongbin fijó su mirada en un expectante Jeongin ―. Que para amar no hay límites, y que el corazón no siempre se fija en el género o en el sexo biológico. Y que sin importar tu identidad, tu sexualidad, ni tu etnia; todos merecemos amar sin ser juzgados.
Jeongin apartó la mirada, en un intento de ocultar lo conmovido que se sintió con aquellas palabras.
―Pienso igual que tú, hyung ―consintió Jeongin, sonriendo ―. De hecho algunos de mis amigos también son gays ―confesó ya sintiéndose más seguro ―. Creo que nuestros papás no estarían contentos de saberlo ―se lamentó un poco triste.
―Ellos no lo entienden, Innie. Están tan cerrados en sus ideas de lo que es correcto, que les cuesta comprender que no todos piensan igual que ellos ―comentó Jeongbin con desagrado ―. Es por eso que tendremos que mantener esta charla aquí, sólo entre nosotros.
Jeongin estuvo de acuerdo, pues sabía perfectamente que este tipo de temas no eran vistos con buenos ojos por sus progenitores, y eso en cierto punto llegaba a pesarle, teniendo en cuenta su situación. Pero a pesar de eso, saber que su hermano mayor tenía la mentalidad abierta respecto a las diferentes preferencias sexuales, hacían que Jeongin se sintiera más confortado, apoyado y protegido.
Al final del día, aquella significativa charla con Jeongbin había logrado aclarar mejor sus pensamientos, brindándole el valor que le faltaba para terminar aceptando lo inevitable.
A Yang Jeongin le gustaban las mujeres, pero era bisexual sólo por Kim Seungmin.
.
.
.
.
.
.
.
Buenas, mil disculpas por la demora, tuve un bloqueo con esta historia, me faltaba inspiración, y la vida de adulto me consume energías y tiempo casi en un 80 %.
Per bueno, he aquí el capítulo. Sé que quizás no sea muy interesante, pero me parece relevante para dar a entender el proceso que tuvo el personaje de Jeongin, ya que hasta el momento sólo me había centrado en el punto de vista de Seungmin.
Pero bueno, por otro lado, voy a dejar por aquí mi interrogatorio de la semana:
Suponiendo que por obvias razones están de acuerdo o apoyan la comunidad LGBTQI+, ¿Cómo fue su proceso de deconstrucción respecto a la comunidad? ¿Forman parte de ella? ¿Se han enamorado o les ha gustado un amige?
En mi caso, siempre supe sobre las diferentes orientaciones sexuales, pero no fue hasta que descubrí el yaoi (en mi época de otaku) que me interesé en informarme sobre la comunidad LGBTQI+. Y a partir de entonces, pude comprender mejor a aquellos que forman parte de ella y a mí mismo también, porque resultó ser que desde que tengo memoria me han gustado las personas, independientemente de su sexo o género, así como también entendí por qué nunca me sentí identificada con ningún género (soy no binarie, aunque no uso mucho el lenguaje inclusivo).
En fin, ya saben; voten, comenten y esas cosas que siempre digo.
No vemos en un próximo capítulo, bye bye ✨💞.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro