Advertencias: Ninguna.

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Chuuya despertó sintiendo una rara miseria. Ser amenazado dentro del lugar que será tu vivienda por meses no habla bien de tu futuro. "A la mierda ese idiota, ni siquiera se apareció por aquí" pensó mientras se vestía para ir a cazar.

Pocas cosas en el mundo se arreglan por intervención humana, cazar lo ayudaría a encontrar una solución a corto plazo para sus problemas. Cuando intentó salir del palacio, los guardias se lo evitaron, él podría ser un invitado del rey, pero jamás dejaría la soberbia propia de su título—. Quitense de mi camino.

Uno de los soldados le suplicó que esperará unos días, pero antes de decir más, Mori llegó junto a un chico de ojos grises, Akutagawa—. Creo que su guardia hará un buen trabajo cuidándolo, no se alejen demasiado, si es necesario haré que vayan más guardias.

Al final terminaron ellos dos paseando por el bosque, claro que él joven de ojos azules era rápido y lo perdió con facilidad. Si alguien intentaba lastimarlo, Chuuya tenía la fuerza suficiente para defenderse. El día que alguien le pusiera una mano encima, sería la última vez que tuviera mano.

El príncipe distinguió una liebre entre las hierbas, se acercó lentamente para apreciarlo mejor, porque en realidad Chuuya solo mataba animales de ser necesario, normalmente llevaba a Kyoka con él para mostrarle algunos roedores que dejaba libre después de su cometido. Un quejido lo hizo perder al animal y centró toda su vista llena de horror en el hombre de traje dorado.

Dazai temblaba del frío que se extendía por sus huesos y ya había devorado sus músculos. Una de las siervas lo ayudó a llegar a su cama con extraño temor de tocarlo de más, ni siquiera hablar. Incluso para el castaño era aburrido, nunca golpeó a nadie que no lo intentará golpear primero, nunca les alzó la voz. Pero así era él, un joven con una perfecta actitud para ser rey, pero sin deseos de serlo.

—¿Dazai? —preguntó acortando la distancia entre ambos.

El castaño sonrió suavemente al escuchar su voz—. No, soy el demonio que tomó su forma, ahora dame tu oro —débilmente se pudo de pie para verlo mejor—. No me siento bien —y se desmayó.

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El olor a lavanda hizo que el olfato de Dazai fuera despertada seguido de sus ojos y músculos. El baño ya estaba listo, incluso la sierva puso toallas cerca por si las necesitaba, pero el castaño se negaba a entrar por la desorientación—. Ya te dije que estoy bien, yo estaba…¿Dónde estaba?.

—En el bosque como si fueras otra planta —la voz de Nakahara hizo que su respiración se regulará con facilidad—. Creí que habías muerto, ya hasta estaba planeando como irme de aquí sin hacer revuelo.

Osamu se enderezó del colchón observando que solo usaba un camisón—. ¿Tú lo hiciste?.

—Mierda no, una de tus mucamas te cambió, solo tuve que ayudarla a levantarte —la oración fue más vergonzosa de lo que esperaba—. Como sea, date un baño, apestas a tierra y humedad.

Con pocos ánimos y fuerza se pudo de pie avanzando lentamente al cuarto de baño donde entrecerró la puerta para seguir con su conversación. Deslizó el camisón por su piel llena de marcas y saltó a la tina haciendo bastante ruido, pero aún así pudo escuchar la puerta de su habitación abrirse—. ¡Quiero saber que hacía en el bosque!.

Ambos sabían que era mentira, Chuuya mordió el interior de su mejilla con fuerza—. Habla rápido, eres desagradable —se recargó en la pared fuera del baño.

El menor sonrió con suficiencia—. De manera extraoficial somos concubinos, así que creo que es normal —agitó las manos lentamente, pero las detuvo antes de tomar la esponja—. No quiero hacer nada, apenas pude llegar aquí, llama a alguien para que me bañe, o tú puedes hacerlo, pero no me mires.

—¿Sabes que estás lejos de ser mi tipo? —cuestionó el mayor a través de la puerta—. Báñate solo, desgraciado inútil.

—¿Cómo es tu tipo? —intrigado se estiró para escuchar mejor, y de paso hizo caso a la "sugerencia" de Nakahara.

—Amables, personas con lindas sonrisas y…

El castaño lo interrumpió rápidamente—. ¿No mujeres?.

Chuuya suspiró profundamente—. ¿Las mujeres no son personas?.

—En realidad sí, pero también los hombres lo somos…¿Entonces personas? —volvió a cuestionar alegremente.

—Me pediste que me quedara para contarte de tu aparición en el bosque, estabas sobre la tumba de alguien, medio dormido, o algo similar —reunió valor suficiente para decir lo siguiente—. Te cargué de camino al palacio.

—¿De dónde sacaste fuerza? —soltó una risita nerviosa, estaba más avergonzado que Chuuya.

—En fin, solo fue eso. Hablaremos después —comentó el mayor, pero el ruido de júbilo detuvo sus pies antes de siquiera caminar dos paso—. ¿Qué ocurre?.

Dazai comenzó a tallar suavemente su cuerpo, era como si sus músculos comenzaran a relajarse después de escuchar que fue tocado por Chuuya—. Estoy sorprendido, solo eso.

—Tienes una fijación extraña con mi estatura, soy bastante fuerte, lo suficiente para patearte el trasero —asomó la cabeza por la pequeña apertura de la puerta—. Hazme el favor de ahogarte…

—De quererme muerto, me hubieras dejado en el bosque —su nariz hizo un ruido gracioso por la congestión—. Pero Chuuya me quiere vivo.

La palabra "querer" y "Dazai" en la misma oración hizo surgir mariposas del vientre de Chuuya. Suspiró profundamente y se despegó de la puerta—. Le diré al septo que venga a revisarte.

El muchacho bajito salió siendo presa del bochorno. Avisó a una criada para que fueran por Mori, mientras tanto él regresó a sus habitaciones listo para comer ahí, redactar algunas cartas y pensar sobre sus emociones. Cerca de Dazai era más gruñón, pero también sentía como se le aceleraba el corazón.

Ambos estaban enamorados cuando el mundo estaba en guerra.

Notas de la autora:

Muy corto porque lo escribí en el transporte público :((

La escuela me está matando y es el primer mes, me pidieron material que cuesta más que mi casa, si me doy de baja de la vida le diré a mi hermana que publique mis borradores 👉🏻👈🏻