Extra: Enseñando a Tzuyu y a Dahyun
Nota de edición: Reedité el capítulo de Dahyun, ahora si suena más a ella. Es que, no me convencía.
Tzuyu prefiere los productos del supermercado, le gusta pasearse por los pasillos y seguir la lista de compra al pie de la letra. Eso cambió el día que Jeongyeon llegó a casa con fresas frescas y jugosas, mejores de las que ha comido desde que vive en Corea.
Cuando mordió aquella fruta Tzuyu sintió el cielo en sus labios y no dudó en preguntar de dónde las había sacado. Jeongyeon le pasó la dirección amablemente alegando que la mujer que atiende el pequeño negocio es muy amable y talentosa.
—La conoces bien, eh. —dice en broma Tzuyu, pero cuando Jeongyeon traga saliva y las orejas se le ponen rojas, sabe que la conoce de más.
Entra al pequeño local y no esperaba para nada una exposición de arte ahí mismo, con desnudos femeninos colgando sobre el estante de uvas, Tzuyu está tan absorta en la pintura que no nota la presencia de la mujer más baja. Dahyun la observa con curiosidad, sólo hay un cliente que viste formal y es Jeongyeon.
La taiwanesa por fin deja la pintura y se dispone a escoger la mejor fruta y unas cuantas verduras, vive sola así que no necesita muchos insumos. Pasa sus ojos por todo el lugar y encima de la cubierta donde está la caja registradora hay una mujer sentada, con una falda de mezclilla y una blusa de princesa mangas cortas, sus delicados tatuajes se podían ver.
—Buenas tardes. —saluda la mujer, de un salto baja de la superficie y rodea el mueble para colocarse detrás de la caja. —Esas son las mejores uvas de la temporada, mi abuelo las cosechó con cariño extra.
—De seguro que sí. —contesta Tzuyu con una suave risa —Tuve la fortuna de probar algunas fresas de su tienda y son las mejores que he probado.
—¡Eso es estupendo! —Dahyun está orgullosa de su producto, toma la canasta de madera que Tzuyu dejó en el mostrador y va registrando cada fruta y verdura para anotar y hacer la cuenta. —¿Y a quién le debo agradecer por el marketing gratis? —pregunta mientras pone todo en una bolsa de papel.
—A la grandiosa Yoo Jeongyeon. —La coreana casi deja caer la bolsa de fruta al escuchar aquel nombre, se sonroja profundamente al recordar aquel rostro tallado por los mismos Dioses.— Creo que se conocen bien, eh.
—Más de lo que crees. —Dahyun responde bajito, pero la conversación se queda ahí. En vez de continuar hablando del sexy facto común, entablan una conversación sobre las obras expuestas en la tienda.
Ambas se quedan hablando por al menos media hora, el ambiente está siendo tan cómodo y acogedor que ninguna se da cuenta que está atardeciendo. Tzuyu se despide y en el bolso lleva un papelito con el número de Kim Dahyun.
Tzuyu comienza a frecuentar la tienda de Dahyun, de vez en cuando se lleva una buena cantidad de frutas y otras solo unas cuantas, queriendo una excusa para hablar con la joven tan agradable que siempre tiene tema de conversación y una gran sonrisa cálida. A Tzuyu se le acaban las excusas y simplemente va y pasa su tiempo libre cuando no tiene casos o simplemente es su día libre.
Son amigas, Dahyun la invita a pasar a su departamento, se ponen mascarillas y Tzuyu le hace diseños raros en las uñas de las manos mientras platican de cualquier cosa, ignorando el hecho de que ambas son folladas por Yoo Jeongyeon, pero no mencionan nada. Un acuerdo silencioso y mutuo.
—¡Kim Dahyun! —Jeongyeon entra saludando alegremente, tenía algunas semanas sin verla.
—Jeongyeon, bienvenida. —Se abrazan poniendo sus cuerpos cerca, han estado en sequía desde la última vez que se vieron, al menos lo ha estado Dahyun pues Jeongyeon ha estado viendo a Tzuyu constantemente.
—¿Qué tienes para mi, pequeña? —pregunta Jeongyeon mientras se pasea por la tienda, la fruta de temporada es la mejor y Jeongyeon quiere algunos kilos para sus batidos mañaneros.
—Así que le dices “pequeña” a otras mujeres, traidora. —Jeongyeon se gira y se encuentra con Tzuyu, su tono juguetón hacen que se avergüence, ha sido expuesta frente a otra de sus amantes. —Hola, Hyun.
Jeongyeon eleva una ceja a la mencionada, sorprendida por el cariñoso apodo y dándole a entender que se conocen bien para tener ese tipo de confianza. Jeongyeon se pregunta si hablan de ella en conjunto. Mientras tanto Dahyun empieza a sudar levemente, su ama y su amor platónico en un mismo lugar la hacen temblar de anticipación.
—Tzuyu, que sorpresa. —Dahyun lo dice con las mejillas rojas y las manos moviéndose detrás de su espalda, Jeongyeon conoce las señales cuando su linda extraña favorita está agitada.
—¿Sorpresa? Nos hemos visto todos estos días, Hyun. —Tzuyu llega a un lado de Jeongyeon y la abraza rápidamente.
El ambiente se vuelve un poco tenso, las tres conocen que es lo que las conecta pero ninguna quiere hablar sobre el elefante en la habitación.
El trío se queda en silencio, Jeongyeon vino por una sola cosa pero ahora que está Tzuyu también no sabe cómo proceder. ¿Irse?, ¿Preguntar cómo se hicieron tan cercanas?, ¿Besar a una y después a la otra? Jeongyeon lo considera por un momento, pero decide recargarse en la estantería de uvas.
—¿Por qué no vamos arriba? De todas maneras estaba a punto de cerrar —Tzuyu piensa que son apenas las tres de la tarde, un horario donde puede vender más que otras horas del día, pero observa como Jeongyeon se encoge de hombros.
Dahyun cierra en cuestión de minutos y ahora las tres están tiradas en el sillón y la más pequeña entre las abogadas. Las tres llevan ropa casual, con sus brazos descubiertos y relajadas. Dahyun prende el televisor y lo único que hay es un programa de apuestas y comedias aburridas y clichés.
—Así que… —Dahyun se detiene cuando dos pares de ojos la miran fijamente, se siente nerviosa de repente teniendo tanta atención en ella. Por una parte Jeongyeon quien tiene poder absoluto sobre ella y por otro está Tzuyu, su crush inalcanzable. Ahora está entre ellas. —¿A qué han venido? —la pregunta va para ambas, Jeongyeon le dirige la mirada a la taiwanesa dándole la oportunidad de que hable ella primero.
—Pues vengo a platicar, duh. —dice rodando los ojos, es algo obvio. Tzuyu solo es una amiga de Dahyun.
—Yo vine a follar.
La declaración de Jeongyeon hace que se le quite la sonrisa sarcástica a ambas mujeres, tragando saliva con dificultad. Se agitan y se remueven en sus lugares deseosas, sin embargo ninguna lo admite en voz alta.
—Oh vamos no me vean así, he follado con las dos y ustedes lo saben. —la defensa de Jeongyeon es fuerte y de nuevo las deja calladas. Rueda los ojos con fastidio por la actitud tan infantil de sus amantes.
—No hemos hablado de eso… —responde por fin Tzuyu, con las mejillas rojas. Pasa su brazo por el respaldo del sillón quedando sobre los hombros de Dahyun. Una mirada a Jeongyeon y ella lo sabe.
—Bueno, si yo vine a follar y tú a platicar… —comienza Jeongyeon, con una Dahyun petrificada en su lugar. —¿Por qué no me follo a Dahyun mientras le preguntas de su día?
Dahyun cruza las piernas con anticipación, asiente efusivamente. Quiere estar entre ellas siendo llenada por cualquier lado que ellas deseen. —Por favor. —Pide amablemente con esa voz melosa de niña consentida y mimada.
—¿Quieres esto, Tzuyu? —la pregunta de Jeongyeon sale de sus labios mientras sus manos viajan a las piernas descubiertas de Dahyun mientras piensa lo acertado que ha sido ponerse unos pantalones cortos.
—Joder, claro. —Tzuyu se inclina y quita el cabello del cuello de la coreana menor, pasa su nariz sutilmente por todo su cuello, aspirando sutilmente el olor que desprende toda su piel. —Desnúdame. —le dice a cualquiera de las dos, Dahyun toma la camisa que lleva Tzuyu y se deshace de toda la ropa de la taiwanesa mientras Jeongyeon se deshace de la suya.
Dos mujeres desnudas a ojos de Jeongyeon, no puede ser más perfecto. Observa como Dahyun se acerca a Tzuyu, la toma de la cara y une sus labios en un beso casto y cuidadoso. Tzuyu no tiene tiempo para tonterías y con decisión toma la nuca ajena y le mete la lengua en la cavidad bucal. Tzuyu y Jeongyeon disfrutan del sonido obsceno que deja salir Dahyun.
Mientras se reparten besos ácidos y hambrientos Jeongyeon se desnuda, dejando sus grandes pechos al aire. Jeongyeon puede ver un hambre en Tzuyu que no había visto en la cama; dominando en todo sentido a Dahyun, tanto sus besos como sus manos. Pasan con la fuerza suficiente por el cuello de la coreana, amasa sus pechos y jala los pezones mientras los retuerce entre sus dedos. Hasta sus piernas están ocupadas enredándose entre las de Dahyun.
Jeongyeon se acerca y con cuidado las separa y acto seguido las guía a la habitación de Dahyun. —Te vas a quedar aquí sentada mientras me follo a Tzuyu, y como quiere platicar he decidido que lo haga mientras le meto los dedos. —Ninguna de las dos cuestiona porque ha cambiado las posiciones, pero Dahyun está firmemente parada a un lado de la cama mientras Tzuyu es depositada en ella. —Nada de tocarse, enseñaré a Tzuyu.
Todo se queda en silencio pues tanto Dahyun como Tzuyu saben que si no hay permiso para hablar, no deben de hacerlo. Jeongyeon toma las caderas de Tzuyu mientras se recuesta sobre ella, le regala un beso corto, tan solo una presión de labios. Baja por su cuello y agrega largas y húmedas lamidas a toda la extensión de carne mientras la taiwanesa se aferra a la espalda ajena. Jeongyeon sigue con los besos y se lleva un pezón a la boca, tan erecto y rígido para ella; lo jala y lo chupa, lo llena de saliva mientras le da atención al faltante con sus dedos.
Cambia de objetivo y besa el pezón sin saliva. Dahyun mientras tanto está combustionado y asimila la vista gloriosa de las mujeres en la cama. Observa cómo se mueven, como Tzuyu agita las caderas en busca de cualquier roce de Jeongyeon y también observa como Jeongyeon no deja que eso suceda.
—Hyunnie —Jeongyeon la llama con voz profunda. — ¿Sabías que Tzuyu es una exhibicionista? —Dahyun niega y Tzuyu cierra los ojos cuando Jeongyeon reparte besos por su abdomen y llega a su entrepierna, abriéndose completamente y dejando en todo su esplendor a la tierna vagina. —Le excita que la veas mientras le paso la lengua por todo el cuerpo, ¿a qué sí?
—Ss-sí. —Tzuyu no puede hablar más cuando Jeongyeon saca su lengua y la pasa directamente por su erecto y palpitante clítoris, está chorreando y la saliva de Jeongyeon hace un desastre en su vulva.
Dahyun suspira cuando Jeongyeon succiona el nervio, sin más. Fuerte, aspirándolo entre sus labios mientras Tzuyu se retuerce y levanta todo su cuerpo de la cama a excepción de sus caderas pues Jeongyeon las sostiene con fuerza.
—¡Mi Dios! —Tzuyu gime alto, agita sus caderas. Quiere que la penetre. —Méteme los dedos, por ff-favor ahggmh. —Es incoherente, siente como su vagina se contrae a la nada, quiere abrazar los dedos de Jeongyeon entre sus paredes.
—No.
Tzuyu no ruega por más, sabe que no pasará. En recompensa Jeongyeon agita la cabeza y saca una mano de las piernas de Tzuyu para llamar a Dahyun. —Bésala. —La menor lo hace y Tzuyu se aferra ahora al cuello de la coreana, gimiendo en sus labios con los ojos cerrados y ceño fruncido, enrosca los dedos de los pies cuando Jeongyeon le escupe para aumentar aún más la lubricación.
No hace falta decir nada cuando Tzuyu comienza a lloriquear una y otra vez mientras siente cómo su húmedad se expande. Jeongyeon saborea todo de ella y traga aquel líquido espeso que sale de la entrada de la taiwanesa. Orgullosa de ella misma. Pasan unos minutos y Dahyun deja la boca de Tzuyu, Jeongyeon está acariciando sus piernas y cuando todo se tranquiliza Jeongyeon besa a Dahyun dando a probar el sabor de Tzuyu a través de sus labios.
—Me toca —Dahyun se decepciona cuando dice eso, pensaba que era su turno pero no reclama nada. —Hagan lo que quieran conmigo.
Ante el permiso Dahyun se le sube encima dejándola recostada en la cama. Tzuyu se le une para repartir besos por todos lados, cada una alimentándose de una teta de Jeongyeon. Las manos van a sus cabelleras y las presiona contra su carne blanda y las aleja cuando tienen los pezones entre sus dientes; obligandolas a jalar la protuberancia causando un excitante dolor. Después de dejarles los pezones casi morados, Tzuyu succiona con fuerza debajo del pezón, dejando una marca morada. Un momento después se une a Dahyun entre las piernas de la coreana, quien las observa con lujuria.
—Cómanme la vagina. — Jeongyeon susurra mientras siente como dos lenguas se acercan a ella, siendo chupada por dos personas a la vez. Mientras tanto Dahyun se llena la boca de saliva y Tzuyu siente la lengua ajena rozando con la de ella mientras también siente el clítoris de Jeongyeon en la propia.
Se turnan para succionar aquella protuberancia y mientras Dahyun le da una mamada al clítoris palpitante, Tzuyu ingresa con un par de dedos. Resbalan bien y se aprietan con cada succión que la coreana le proporciona. Tzuyu escarba hasta el fondo y siente que sus dedos tocan lo que probablemente es el cervix de Jeongyeon.
Jeongyeon gime alto, los dedos de Tzuyu ahora se curvan y los labios de Dahyun no le dan tregua. Se agita cuando las falanges de Tzuyu entran y salen y Dahyun se ahoga con sus fluidos. Sacude sus caderas y se corre con fuerza, ninguna de las dos para y la taiwanesa ama la sensación de sus dedos siendo apretados por la Diosa que tiene enfrente.
Solo un minuto y Jeongyeon se pone de pie, con fuerza toma a Dahyun y la pone de espaldas a ellas. —Tzuyu, esto se trata de confianza. —Comienza Jeongyeon aún con la respiración gitada y la mencionada mira atentamente. —No puedes hacer esto si la persona con la que lo haces no te tiene confianza, Dahyun la tiene conmigo. ¿Pero la tiene contigo?
Tzuyu entiende a lo que se refiere, así que con cuidado se posiciona sobre una Dahyun tranquila —¿Confías en mí, Hyun? —pregunta en su oído con un tono dulce.
—Lo hago, Tzuyu-ah. —Es lo único que necesita para alejarse de ella y pronto todo su cuerpo se llena de la necesidad de hacer gritar a la menor.
—Ten confianza en ti, si Dahyun siente que algo va mal o se pone muy turbio ella te lo dirá. Siempre tienes que estar atenta y parar al instante que ella lo pida. —Jeongyeon dice mientras abraza a Tzuyu, ambas admirando el culo y la espalda llena de tatuajes de Kim Dahyun. —Haz lo que quieras con ella, dale ordenes, haz que te chupe la vagina o lo que tu gustes. Estoy aquí.
Jeongyeon la deja ir y lo primero que hace Tzuyu es aterrizar una nalgada en Dahyun, que se ajita y gime alto. —No te muevas.
—Las nalgadas son excitantes para ella, es una chica mala a la cual le gusta que le azoten el culito. —Comenta Jeongyeon mientras observa desde un lado de la cama, como si no estuviera viendo a dos de sus perras follar sin ella.
Tzuyu toma nota mental y la azota de nuevo, Dahyun se remueve mientras se aferra a las sábanas, la mano de la taiwanesa no es tan pesada como las de Jeongyeon, pero aún así el ardor es increíble. Tzuyu se acerca y se acuesta entre las piernas de Dahyun, con sus manos le abre las nalgas, ve su ano y su vagina goteando.
Tzuyu hunde la cabeza ahí, chupando la entrada de Dahyun que se contrae a cada lamida, a veces Tzuyu le mete la lengua y la menor llora cada que siente el músculo tenso ir casi hasta el fondo. Jeongyeon encuentra el sonido de la boca de Tzuyu excitante y adora ver como se la folla.
—Jeongyeon, ponte debajo de ella. —Tzuyu ordena y Jeongyeon le da el placer de hacerlo. Dahyun se pone en cuatro y cuando el cuerpo largo está debajo de ella, se recarga en ella. —¿Dahyun has tenido sexo anal?
—Ss-sí. —Fue con Jeongyeon. —No he comido hoy, me levanté tarde y no pude desayunar. Puedes hacerlo. —Dice Dahyun con la higiene en mente, espera que eso sea suficiente y no tenga que dar detalles de que su ano está limpio.
—Tu dale por la vagina, yo me encargo del resto. —Jeongyeon asiente, Tzuyu está a cargo ahora y le da el gusto.
Jeongyeon baja su mano y pasa sus dedos por los pliegues palpitantes y cuando entra en Dahyun de manera fácil da unas cuantas embestidas y a la cuarta ingresa con dígito más. Dahyun está gimiendo, aferrada a los pechos de Jeongyeon mientras su ano está siendo dilatado con la punta de los dedos de Tzuyu y saliva abundante.
Cuando Tzuyu lo cree necesario mete un dedo y Dahyun arquea la espalda. Tzuyu adora la vista perfecta; Dahyun retorciéndose encima de Jeongyeon y la mencionada acariciando el cabello mientras que su mano la penetra lento pero fuerte. Tzuyu mete y saca su dedo unas cuantas veces, adorando como la aprietan esas rugosas paredes.
—¿Te gusta? —pregunta Tzuyu y Dahyun asiente con la baba cayendo de su boca y mojando sus pechos. Los dedos de Jeongyeon se aprietan con fuerza y Tzuyu aumenta el ritmo mientras le da un azote.
Con una mano libre presiona la nuca y hace que se trague un pezón de Jeongyeon, todo se pone salvaje cuando Dahyun ruega por más fuerza y rapidez: —Más, mm-más rápido. —Gemidos incontrolables y ambas suben la velocidad, estimulando tantos puntos a la vez. —¡Más fuerte!
Exige Dahyun con un pecho entre sus dientes y pronto estaba llegando a un poderoso y esperado orgasmo, ambas mujeres sienten como sus orificios son apretados y succionados con fervor y los lloriqueos de Dahyun son solo la confirmación de la húmedad que sale a presión de su vulva.
—Tzuyu, el aftercare es muy importante y tiene que hacerse sin excepción —dice Jeongyeon aún con los dedos dentro. —Sal de ella con cuidado.
Tzuyu sigue las instrucciones y cuando Jeongyeon sale de la vagina de Dahyun ve como más fluidos son expulsados de su entrada. Tzuyu va al baño y busca cualquier cosa que pueda limpiar sus cuerpos, encuentra toallas húmedas y se limpia entre las piernas, la boca y los dedos. Al regresar hace lo mismo con Jeongyeon y posteriormente con una Dahyun medio dormida que disfruta de los cariños que le regala Jeongyeon.
Entre las tres se cuidan y sanan los moretones y mordidas que hay en sus cuerpos, sin ningún resentimiento por sus cuerpos heridos.
Pasan los días y Tzuyu sigue practicando con Dahyun y Jeongyeon, aprendiendo de ambas y adorando la mirada de sus chicas cuando se masturba frente a ellas en un viaje a la playa. Se frecuentan y poco a poco su amistad se fortalece.
Lo directa que puede llegar a ser Jeongyeon en esta historia me vuelve loca jajsjsjsjs
Hola, terminé una nueva parte. Siempre me olvido que aún no se acabó jajsjsjs recuerdame Tu.
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