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𝑪𝒂𝖗𝖙𝒶𝖘 𝔸𝛊 𝓥𝚤𝜖𝛈𝖙𝖔

"El viento se lleva las palabras, las letras y los deseos"






























































El viento frío del otoño mecía las hojas secas de los árboles, que aún se aferraban a las ramas peladas que alguna vez estuvieron repletas de hojas verdes y un espeso follaje. El actual Patriarca del Santuario de Atenea se encontraba caminando por un sinuoso caminito de piedra que ahora estaba cubierto por hojas secas olvidadas que crujían bajo el peso de sus pies y la violencia de su andar.

El actual Patriarca era el mismo Saga de Géminis, el cual se encontraba absorto en sus pensamientos. Con su lento y penoso andar, se movía por inercia guiado por la costumbre de ir hacia su destino, el cual había visitado tantas veces y a la vez tan pocas. Su rostro serio solo era una máscara para la nostalgia que sentía. Todos sus recuerdos pasaban en su mente como si de una película se tratara, reproduciéndose con un vivido detalle y trayendo una amarga alegría al corazón.
Sus pies se detuvieron y su andar cesó. Bajo su mirada hacia lo que tenía en frente, una vieja lápida de piedra, rodeada de hojas secas y marchitas. En la misma, grabado toscamente en su centro, se encontraba un nombre:

—Kanon, querido hermanito—

Susurró Saga, mientras inhalaba lentas bocanadas de aire y su mirada se suavizaba. Se reclinó en cuclillas quedando frente a frente con la gran piedra. Con su mano quitó las hojas secas que recubrían como un manto a la lápida; estas mismas, siendo llevadas por el gélido viento, haciendo que se mezclaran entre ellas. Tomó entre sus dedos una flor silvestre que crecía cerca y la arrancó para luego posicionarla dulcemente sobre el pequeño escalón de la lápida. En todo momento había guardado silencio, buscando las palabras indicadas que llegarían a oídos sordos y morirían en el viento.

Rebuscó en su larga y negra túnica, sacó de entre los bolsillos un pequeño pedazo de papel, el cual estaba plegado en dos. De un costado tomó una piedra, algo grande y pesada, con los bordes disparejos y cubierta de polvo. Le sopló un poco para limpiarla; las motas de polvo fueron llevadas otra vez por el viento. Abrió la carta y colocó adentro la pequeña flor silvestre. Con un largo suspiro fue que se dignó a hablar.

—Feliz cumpleaños, hermanito. Espero que donde sea que estés ahora puedas escucharme. Te traje un regalo, es solo una carta, pero... Espero de que alguna manera mis palabras, las que no me puedo permitir decir en voz alta, lleguen a ti.—

Saga hablaba, creyendo que sus palabras caerían en oídos sordos y que sus deseos se los llevaría el viento de mayo. La presa se rompió y gruesas lágrimas silenciosas resbalaron por las enrojecidas mejillas del Géminis.

Todo esto ocurría mientras detrás de un pilar, lo suficientemente lejos como para estar oculto y a la vez poder oír los murmullos y sollozos del Patriarca, el supuesto muerto Kanon se encontraba reclinado sobre el antiguo pilar destruido por los años. Allí, en silencio, se concentraba en la presencia de su hermano.

—Discúlpame, Kanon, nunca debí poner otra cosa por delante de ti, el único que me acompañó desde siempre, el único al cual amé, el único al cual le di todo mi cariño y aprecio. Me arrepiento todos los días, sé que no merezco tu perdón—

Todos los años ofrecía disculpas; todos los años las disculpas eran oídas por Kanon. Se podría decir que Kanon ya había dejado eso en el pasado, pero el dolor perduraba, el nudo en la garganta y la sensación de la traición de quien más admiraba no se iban, estaban impregnados en él como un tatuaje. Nunca aceptaría las disculpas, dejaría que se las llevara el viento, como se había llevado sus lamentos aquellos días de soledad y miedo. Una pequeña hoja verde voló frente a sus ojos, fue llevada por la fría brisa hasta posarse sobre la mejilla de Saga, quedando pegada por la humedad en ellas. Saga la tomó entre sus dedos, admiró su bello color verde que resaltaba en el mar de tonalidades amarillas y marrones. Colocó la carta sobre el pequeño escalón de la lápida y arriba de ella puso la piedra, para que el viento no se llevara sus palabras. Se volvió a parar, quitando el polvo de sus ropas y secando sus lágrimas. Su rostro volvió a la fría neutralidad. Dándole un último vistazo a la tumba, fue que se retiró.

Kanon no se movió de su escondite, no hasta que sintió que el fogoso cosmos de su hermano se transformaba en la olvidada brasa de un frío fuego. Se paró frente a su lápida, tal cual lo había hecho su hermano minutos atrás. Observaba diligentemente la carta oculta bajo la pesada piedra. Su mente estaba dividida en dos opciones: una era olvidar la carta y dejar que se mojara bajo la lluvia, no deseaba escuchar más disculpas de su hermano. La otra opción era guiada por la curiosidad y el deseo de saber qué era lo que su hermano tenía para decirle, que no podía explicar con palabras. Los minutos pasaban y él aún no tomaba una decisión. El frío viento del atardecer ya se hacía presente, sacudiendo su capa y azules cabellos. Se estiró y tomó la carta entre sus dedos. Con una corta respiración fue que la abrió, dejando caer a sus pies la pequeña flor que yacía en su interior y ahora estaba olvidada en el suelo.

"Mi querido Hermanito.

A veces me parece que el tiempo se ha detenido en ese preciso instante en que te fuiste, en el momento en que te abandoné. Recuerdo nuestras conversaciones, nuestras risas, nuestros sueños... y el dolor me invade como una ola.
¿Cómo pude ser tan ciego, tan estúpido como para dejarte a tu suerte? La rabia a veces me consume, pero sé que no puedo cambiar el pasado. Sin embargo, hoy, en nuestro cumpleaños, quiero recordar los buenos momentos y agradecerte por haber sido mi compañero inseparable durante tantos años.
Tu vivido recuerdo sigue siendo mi inspiración. A pesar de todo, sigo adelante, tratando de honrar tu memoria y cumplir con las promesas que nos hicimos.
Este papel, testigo mudo de mis palabras y deseos, se ha convertido en el único lugar donde puedo plasmar mis palabras, las cuales me torturan toda la noche. Lloro por tu ausencia, pero también tengo esperanza en que algún día nos volveremos a encontrar. Espero que estas palabras no se las lleve el viento y que de alguna manera puedan llegar hasta ti.

Con amor eterno, tu hermano mayor, Saga"

Kanon apretaba fuertemente el papel entre sus manos, odiaba el segundo en el que decidió leerlo. Arrugó la carta y la lanzó lejos, miles de sentimientos se arremolinaban en su interior: el odio, la ira, la angustia y el dolor. Se giró, mirando hacia la montaña en donde se encontraba la estatua de su diosa, fuerte e imponente, a sus pies el templo. Mirando con rabia y dolor a la vez fue que dijo:

—Feliz cumpleaños para ti también, estúpido hermano—

Para luego desaparecer sin dejar rastro, sin dejar huellas ni lágrimas derramadas. Su presencia se la llevaría el viento, el único testigo de lo que había ocurrido aquella tarde, un 30 de mayo, frente a la tumba de un hombre vivo.

Los días se transformaron en meses y los meses en un año, y ya era otra vez el día de su natalicio. Saga se encontraba frente a la tumba de su hermano otra vez. Las hojas secas danzaban a su alrededor, siendo guiadas por el helado viento de mayo. Mirando la pequeña saliente de la piedra, vio que la carta que había dejado bajo esa pesada piedra, a la que había inundado en cada letra con su dolor y arrepentimiento, ya no estaba. En su lugar se encontraba una pequeña hoja verde que resaltaba junto a sus compañeras amarillas. La carta se la había llevado el viento, como se lleva las hojas secas y el polvo, como se lleva los lamentos y sollozos, como se lleva los lo siento y perdones, como se lleva los deseos y anhelos, como se lleva las palabras y las letras, porque después de todo, el viento es el único testigo de lo que ambos hermanos tenían para decirse.













Okey termine mi One-shot sad que se me ocurrió una noche y me quito el sueño, por qué tenía miedo de olvidarla y que "se la llevará el viento" 🤭🤭🤭. Espero se las allá gustado.

La historia se las quiero dedicar a mis amigos Vic y Nancy, ellos fueron los primeros en leerlo y dar su opinión. Gracias chicos por bancarme los tqmmm.

Sin más vueltas también me gustaría escuchar tu opinión sobre la historia y que te transmito.

Saludos a todos nos vemos en otro fanfic.

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