Querido Fab:

Una entrañable amiga me dijo una vez: "Solo la gente tonta es feliz". Ella es la prueba andante de lo que es vivir con dolor. Está bien, ella opina desde su punto de vista, de lo que ha vivido y sufrido.

Te apuesto a que, aunque no lo diga en voz alta, tiene al menos un gramo de felicidad. Lo sé perfectamente. Yo soy la madrina de aquella felicidad viviente, producto del amor que susodicha fue capaz de experimentar.

Sabes muy bien a quién me refiero. Courtney Love no es cualquier persona.

La juzgan muy mal, por cierto. Aquella tragedia en 1994 la atormenta. He visto en primera fila lo que le causa tan siquiera escuchar el año. Es odiada por muchas personas, pero afortunadamente también hay bastantes que la aman -yo me incluyo en ese grupo - y sé con certeza que ese acontecimiento no recae en ella. Que se pudran todos los que piensen lo contrario porque no saben la versión completa de la historia.

Oh, y referente a lo de la frase, déjame confesarte que si solo la gente tonta es feliz, yo fui la mayor estando a tu lado.

Pienso que la felicidad, más que un sentimiento, es una decisión. Llega por inercia y no se puede forzar.

Ser tonta no es malo. De hecho, si quiero ser feliz, no me debe importar que me crean tonta.

Desafortunadamente no soy feliz ahora debido al dolor que me persigue. Espero algún día poder ser tan fuerte como Courtney para afrontarlo y seguir adelante.

¡Dios mío, Fab! A veces me arrepiento tanto de haberte lastimado. Te juro que no fue mi intención. Debes entender que yo solo hago daño a las personas que me rodean.

Espero que tu sonrisa vuelva, pues no me gustaría convertirme en la asesina de tus ilusiones.

Creo que es muy egocéntrico de mi parte creer que no sonríes por mí pero no puedo evitar culparme de todo.

Si acaso tus desdichas no son causa mía, espero que las superes. En caso de que me equivoque, sé que saldrás adelante sin mí.

Nunca cambies, polluelo.

Recuerdo que amabas ese apodo. Tan solo recordarlo me hace carcajear.

Por ahora me despido.

Con amor,

Drew.