𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁𝑜 06.
Al final de la cena, estaba un poco más relajada, aunque ansiosa por llegar a casa y estar sola por un rato. Decidida a no ser tomada desprevenida otra vez, puse de nuevo el muro entre yo y mis recuerdos y traté de disfrutar de la compañía. No fue difícil. Eran un grupo fácil de Agradar.
Mis planes para estar sola fueron frustrados por Chris y Alice que se estaban reuniendo con Sebastian por unos tragos. Traté de librarme de ir con ellos, pero Alice no me estaba dejando. Era como si ella sintiera que me iba a casa para empollar o algo así.
Después de despedirme de su familia y prometiendo a Lisa que volvería, nos dirigimos a tomar un taxi para que nos llevara de vuelta al apartamento y entonces podría recoger mi bolso. Solo tenía mi celular y estaba determinada a que nadie —como Chris— estuviera comprándome bebidas esta noche, excepto yo. Cuanto menos estuviera en deuda con este chico, mejor.
A medida que el auto se detenía en el apartamento, una figura alta y desgarbada sentada en nuestro porche delantero hizo que mi pecho se apretara. Con el corazón acelerado, salté del taxi primero, apresurándome a Colin, que se puso de pie, su bolsa de lona pateada en sus pies. Grandes ojeras asolaban sus ojos, su rostro estaba demacrado y pálido, las comisuras de su boca apretadas con pena y enojo.
—Sólo dime una cosa. ¿La animaste a dejarme?
Desconcertada por toda la ira dirigida hacia mí, negué con mi cabeza aturdida, tomando un paso cauteloso hacia él. —Colin, no.
Él me señaló con el dedo, su boca se torció con amargura. —Ustedes dos están demasiado jodidas... tenías que haber tenido una mano en alguna parte de esto.
—Oye —Chris se paró en frente de mí, calmado pero intimidante mientras le hablaba a Colin—. Retrocede.
—Chris, está bien. —Miré de nuevo a Alice que estaba parada mirándonos con los ojos abiertos. Suplicándole a ella, hice un ademan hacia Chris—. Ustedes dos vayan adelante sin mí.
—No lo creo. —Chris meneó su cabeza, sus ojos nunca apartándose de los de Colin.
—Por favor.
—Chris. —Alice lo tiró del codo—. Vamos. Démosles algo de privacidad.
Con el disgusto quemando en sus ojos, Chris agarró mi celular de mi mano y comenzó a teclear en él.
—Que...
Alcanzó mi mano y enroscó mis dedos devuelta alrededor del teléfono.
—Tienes mi número ahora. Llama si me necesitas. ¿Bien?
Asentí sin decir nada. Mientras Alice arrastraba a su hermano lejos, miré abajo al teléfono en mi mano. ¿Estaba Chris cuidando de mí? ¿Estaba preocupado? Miré sobre mi hombro. No podía recordar la última vez que alguien había hecho algo como eso. Era solo una pequeña cosa pero...
—¿____?
La impaciente voz de Colin me sacó de vuelta de mis reflexiones.
Suspiré pesadamente, tan agotada, pero sabiendo que necesitaba lidiar con esto. —Vamos adentro.
Una vez que estuvimos acomodados en la sala de estar con café, salté directamente a ello. —Le dije a Scarlett que pensaba que estaba cometiendo un error. Yo nunca la animaría a abandonarte. Eres lo mejor que le ha pasado.
Colin sacudió su cabeza, sus ojos oscuros sombríos. —Lo siento, ____. Sobre antes. Yo sólo... siento como si no pudiera respirar. No parece real, tú sabes.
Sintiendo desesperanza, me incliné para rozar su hombro con consuelo. — Tal vez Scarlett cambiará de opinión.
—Pensé que había terminado su mierda —continuó como si no hubiera hablado—, es todo por culpa de sus padres, ¿sabes eso verdad?
—Más o menos. En realidad no. Nosotras no hablamos de esas cosas.
Él me miró con algo parecido a la incredulidad. —Ustedes dos se supone que son las mejores amigas, pero a veces pienso que se hacen más daño que bien la una a la otra.
—Colin...
—La mamá de Scarlett amaba al papá de Scarlett. Su papa era un atrofiado emocionalmente, cabrón alcohólico, pero esa perra lo amaba más de lo que amaba a Scarlett. Él golpeaba a su madre todo el tiempo. Y la mamá de Scarlett se mantenía volviendo con él. Eventualmente, él se largó, pidió el divorcio, conoció a alguien más. La mamá de Scarlett la culpaba. Dijo que ella era una cagada y que iba a terminar igual que su padre. Por años le dijo a Scarlett que era como su padre, un desastre esperando por suceder. Y Scarlett lo cree. ¿Sabes que su madre intentó suicidarse dos veces? La zorra egoísta dejó que Scarlett la encontrara así. Dos veces. Y ahora Scarlett piensa que va a hacer conmigo lo que su padre hizo con su madre. No puedo razonar con ella. Puñeteramente ella ni siquiera bebe. ¡Está todo en su cabeza! Y yo pensé que ya lo habíamos superado, ____. Cuando las cosas se pusieron serias años atrás fuimos a través de todo esto y pensamos que lo habíamos superado. Es por eso que me he declarado. —Él inclinó la cabeza en un intento de ocultar las lágrimas brillando en sus ojos—. No puedo creer que esto esté sucediendo realmente. —Pateó la mesa de café en frustración y apenas parpadeé.
Mi mente estaba fuera con Scarlett. ¿Cómo podía haber sido su mejor amiga durante cuatro años y no saber nada de esto? De esta manera era un lio mayor del que podría haber imaginado. Por supuesto, Scarlett no sabía nada de mi pasado tampoco. De pronto me pregunté si Colin tenía razón.
¿Cómo podríamos dar y recibir consejos, cuando no sabíamos nada de los demonios de la otra?
Entonces se me ocurrió, mirando a Colin, llorando por la mujer que amaba, que Scarlett estaba menos enredada de lo que yo lo estaba. Ella le había dicho a Colin todo porque había confiado en él con sus problemas. Ella había tratado a través de ellos con él. O casi lo había hecho.
Todavía, eso era un gran paso en la dirección correcta.
—____ —Colin estaba suplicándome ahora—, habla con ella, por favor. Ella te escucha. Ella piensa que si eres feliz estando sola, entonces va a estar bien también.
¿Feliz? Yo no era feliz. Sólo estaba a salvo.
Suspiré profundamente, sin saber qué hacer. —Mira, puedes dormir aquí durante todo el tiempo que necesites.
Colin me miró un momento demasiado largo, con una expresión indescifrable. Por último, se limitó a asentir. —Apreciaría si pudiera dormir en tu sofá esta noche. Mañana, estoy yendo de vuelta a casa de mamá. Hasta que pueda quedar resuelto.
—Bien.
No dijo nada más después de eso, encontré una frazada en el closet y la dejé en el sofá, junto a una de mis almohadas. Podía sentir la decepción de Colin en mí cada vez que caminaba cerca de él, así que lo dejé en la sala y me encerré en mi habitación.
Llamé a Alice.
—Oye, ¿estás bien? —preguntó, el sonido de la música y el ruido desvaneciéndose en el fondo, mientras caminaba a través de cualquier bar en el que estaba y saliendo hacia a una marginal calle más tranquila.
No, no estoy bien. Estoy demasiado lejos de estar bien. —Sí, estoy bien. Espero que no te importe, pero le dije a Colin que podía dormir en el sofá esta noche. Se está yendo a casa mañana.
—Claro es, ¿qué? —Su boca se apartó de su teléfono mientras hablaba con otra persona—. Ella está bien. Está durmiendo en el sofá.
¿Ese era Chris?
—No, he dicho que está bien. Chris, ella está bien. Fuera. —Su suspiro se hizo más fuerte cuando se volvió de nuevo a su teléfono—. Lo siento, ____. Sí, eso está bien. ¿Necesitas que vuelva a casa?
¿Necesitas que vuelva a casa?
¿Estaba yo en casa? ¿La necesitaba?
Apenas la conocía. Pero al igual que Chris, Alice se había arrastrado dentro de alguna manera. Agotada por lo que se había convertido en un día excepcionalmente emocional, sacudí la cabeza. —No, Alice, estoy muy bien. Quédate. Que se diviertan. Sólo recuerda que hay un tipo extraño durmiendo en el sofá cuando llegues a casa.
—Está bien.
A regañadientes, ella colgó el teléfono y me quedé mirando la pared. Yo daba vueltas. ¿Por qué me sentía tan fuera de balance? ¿Tan fuera de control? ¿Tan asustada? ¿Por qué mudarme a Dublin Street cambió tanto en tan poco tiempo?
Tantas cosas habían cambiado, pero aparentemente no habían cambiado lo suficiente. Aún estaba sola. Pero estaba sola porque así es como yo lo quería. Scarlett, de repente me di cuenta, era una criatura completamente diferente. No iba a sobrevivir sola. Marqué su número.
Contestó justo cuando estaba a punto de colgar. —¿Hola? — ella sonaba como la mierda. —¿Scarlett?
—¿Qué es lo que quieres, ____? Estaba durmiendo.
Sí, yo podía sólo imaginarme que estaba gastando todo su tiempo en la cama desde que Colin se había ido. De repente me sentí enojada con ella.
—Te estoy llamando para decirte que eres una completa idiota.
—¿Disculpa?
—Me oíste, ahora consigue el teléfono y llama a Colin y dile que cometiste un error.
—Jódete, ____. Sabes mejor que nadie que estoy mejor sola. ¿Has estado bebiendo?
—No. Estoy sentada aquí mientras tu novio yace tumbado en mi sofá.
Su respiración se dificultó. —¿Colin está en Edimburgo?
—Sip. Y tiene el corazón roto. Y me dijo todo. Sobre tus padres, sobre tu mamá. —Esperé por una respuesta pero Scarlett se había ido a un silencio sepulcral—. Scarlett, ¿Por qué no me lo dijiste?
—¿Por qué incluso nunca hablaste sobre tus padres? —ella respondió.
Parpadeé de nuevo el escozor en los ojos, mientras ellos aterrizaban en la fotografía de mi familia en la mesa de noche.
—Debido a que murieron junto a mi hermana pequeña cuando tenía catorce años y no hay nada más que decir. —Yo no sabía si eso era cierto o no. De hecho después de los ataques de pánico, me preguntaba si no decir nada era el problema. Respiré hondo y le dije algo que nunca le había
dicho a nadie.
—Cuando murieron, la única persona que tenía era mi mejor amiga Cynthia, y cuando ella murió un año después no tuve a nadie. Estaba completamente sola. Me pasé los años más impresionables de mi vida cuidando de mí. Nunca hubo llamadas telefónicas afectadas o gente chequeando. Quizá las hubiese habido si las hubiese permitido, pero estoy acostumbrada a cuidar de mí y no querer depender de nadie más.
Después de otro momento donde el único sonido que podía oír era el ruido de mi corazón. Scarlett sollozó. —Creo que eso es lo más honesta que alguna vez has sido conmigo.
—Es lo más honesta que he sido con nadie.
—Siempre has sido tan auto-contenida. Pensé que estabas bien. Pensé que no tenías necesidad de tener a nadie preocupado...
Me recosté en la cama con mi propio suspiro. —El punto de este derramamiento renuente de toda mi mierda no es para hacerte sentir culpable. Yo no necesito a nadie que esté preocupado por mí. Ese es mi punto. ¿Cambiará algún día? No lo sé. No lo estoy pidiendo. Pero Scarlett, cuando confiabas en Colin con todo tu equipaje decidiste que ese día pedirías a alguien que se preocupara. Estabas cansada de estar sola. ¿Quedarse con él será tan difícil? Sí. ¿Luchar con tus temores todos los días será difícil? Sí. Pero cómo se siente por ti... Jesús, Scarlett... eso vale la pena. Y diciéndote a ti misma que esté bien correr lejos de él y estar sola sólo porque yo estoy sola y bien con eso, es una mierda. Estoy sola porque sólo lo estoy. Estás sola porque tomaste una decisión. Y es la mierda de elección.
—¿____?
—¿Qué?
—Lo siento, no he sido la mejor amiga. No estás sola.
Si lo estoy. —Lo siento, no he sido una mejor amiga tampoco.
—¿Está Colin aún ahí?
—Sí.
—No quiero estar sola. No cuando podría tenerlo. Dios, eso suena tan cursi.
Sacudí mi cabeza, sonriendo, la opresión en mi pecho relajándose.
—Si eso suena cursi. Algunas veces la verdad es cursi.
—Lo voy a llamar.
Sonreí. —Voy a colgar el teléfono.
Colgamos y me quedé en la oscuridad escuchando. Después de veinte minutos oí crujir mi puerta principal abriéndose y cerrándose.
La habitación me pareció estar vacía, la manta en el sofá enrollada. Un trozo de papel yacía sobre ella. Una nota de Colin.
Te lo debo.
Agarré firmemente al papel y caminé aturdida de nuevo en mi habitación mirando a la foto de mí con mi familia. En todo caso estas últimas semanas me habían enseñado, que esa era que yo obviamente —como Scarlett— no había terminado de perderlos. Tenía que hablar con alguien. Pero a diferencia de Scarlett, no quería hablar con nadie que pudiera usar esa mierda contra mí. Mi terapeuta en la escuela secundaria había tratado de ayudarme pero me cerré todo el tiempo. Era una adolescente. Pensé que sabía lo mejor.
Pero ya no era más una niña, y no sabía lo mejor. Y si quería que el ataque de pánico parara, necesitaba hacer la llamada en la mañana.
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