𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝚇𝚅𝙸𝙸: 𝙷𝙰𝚈 𝚀𝚄𝙴 𝙰𝙲𝙾𝙿𝙻𝙰𝚁𝚂𝙴

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Con todo mi equipaje, respiré un par de veces antes de entrar al campo minado, alias la cabaña en la que me quedaré el fin de semana.

Cuando me sentí preparada, toqué la puerta tres veces y entré. —Ho-hola, me asignaron esta cabaña— no pude evitar tartamudear. Mi relación con los Nightmares era... Tensa.

Sin embargo, abrí más los ojos, sorprendida de ver a los tres chicos rodeando a Loon.

—¡___-______!— Exclamó el asiático con alivio y se escabulló velozmente hacia mis brazos.

—Después de todo estaremos juntos— regresé el abrazo para reconfortarlo, el pobre temblaba como gelatina.

—¿______?— Escuché decir a Deuz.

—H-hey— sonreí nerviosa. —Espero no les importe compartir cabaña conmigo también.

Oxy y Onnie desviaron la mirada, incómodos. El castaño del grupo aclaró la garganta, tampoco hizo contacto visual conmigo.

—¿No deberías estar en la cabaña de las chicas? Digo... Incluso Maggie está allá.

—Al parecer no. De seguro pensaron en que todas las cabañas tengan la misma cantidad de personas y pueeeees ¡aquí me tienen!— Alcé los brazos, soltando a Loon sin querer, este se aferró a uno de mis brazos cuando los bajé.

Hubo un silencio incómodo. Así que decidí tratar de tener una conversación.

—Yyyyy ¿qué hacían antes de que yo llegara?— Revolví el cabello del chico a mi lado, más por ansiedad.

—Le estábamos dando a nuestro nuevo amigo la bienvenida— Deuz señaló al más bajo.

Otro silencio incómodo comenzó. Suspiré y bajé la mirada.

—¿Pueden dejar de hacer eso?— Pedí, con seriedad en mi voz.

—¿Hacer qué?— Oxy preguntó, sintiéndose levemente insultado.

Me mantuve cabizbaja. —Ustedes lo saben. Si tanto me detestan, puedo pedir que me cambien de cabaña— tomé mis maletas nuevamente y me decidí a salir.

Loon comenzó a alterarse. —¡No, ______-!

Sentí una mano en mi hombro. Me detuve al pensar que era la de Loon, pero me sorprendió ver que fue Onnie.

—No es que te detestemos— dijo con seguridad. —Es solo que...— Volteó a ver al moreno.

—¿No estás enojada con nosotros?— Deuz cuestionó.

—¿Por qué habría de estarlo?— Respondí curiosa.

—Le pegamos a Bonnie en varias ocasiones, y luego... Yo a ti— dijo lo último en casi un susurro.

—Wey, la verdad ya me había olvidado de eso— rasqué la parte trasera de mi cabeza con una sonrisa, apenada. —Han sucedido tantas cosas que me mantuvieron ocupada. ¿Será que podemos empezar desde cero?— Ofrecí mi mano, con una pequeña sonrisa.

Deuz se me acercó y me estrechó la mano, sonriendo ampliamente.

—Olvidémoslo definitivamente— dijimos al unísono, prometiendo no volver a tocar el tema.

Luego de estrechar mi mano con Onnie y Oxy, decidimos sentarnos en el comedor que había en el lugar para relajarnos y acoplarnos al nuevo ambiente. Loon como siempre, a mi lado, aferrándose a mi ropa como un niño.

—¿Quieren té?— El oji azul ofreció.

—¡Claro!— Exclamamos todos somatando las manos en la mesa, menos el asiático, quien aún estaba medio incómodo.

P.O.V. e Fox

Estaba sobre mi litera con una expresión neutral. No le presté atención a ese baboso francés que llegó de repente. ¿Es idea mía o se parece al tipo de los Toys?

—¿Ya terminaron de ordenar sus cosas?— Bonnie se nos acercó a Freddy y a mí.

—S-sí, más o menos— respondió el castaño, yo solo ignoré la pregunta. Me volteó a ver. —Te noto inquieto ¿estás bien?— Cuestionó.

—Mira quien lo dice— rodé los ojos. —Pero sí, estoy inquieto. A la enana le tocó compartir cabaña con los Nightmares.

Bonnie me vio anonadado. —¡¿Qué?!— Exclamó.

—¿Los qué?— Freddy preguntó confundido.

—Es un grupo de bullys. Siempre se meten con Bonnie, pero una vez ______ lo defendió y ella salió herida— expliqué.

—Oh no, ¿y si le hacen algo?— El temor de Freddy no mejoró mi estado.

—Ella es fuerte, sabe cuidarse— dijo el peli violeta.

(¡Estoy irritado, si estropajo se enterara él no lo hubiese permitido. Ella me logró convencer para dejarla ir a la boca del lobo!) Golpeé con fuerza mi almohada por mi pensamiento.

—Realmente te vez muy preocupado por ella— comentó el oji rojizo.

—Es que es una cabeza hueca impulsiva... Me preocupa— susurré lo último para que no oyeran.

—Bueno, la elección de equipos para las actividades es hasta mañana ¿y si vamos a ver cómo está?— Propuso el oji azul.

—Al fin una buena idea— salté de mi cama y los tres nos pusimos en marcha.

Llegamos a la cabaña, la cual era una de las más aisladas.

Abrí la puerta sin avisar de un portazo. —¡______ ¿estás-?!— Dejé de hablar.

El grupo estaba tomando té como si estuviesen en una fiesta de ricachones.

—¿Quién invitó a la chusma?— Oxy preguntó levemente molesto.

—¿Fox, Freddy, Bonnie?— ______ nos vio con curiosidad. —¿Qué hacen aquí?

—Venimos a ver como estabas— comentó Bonnie.

—Pero a juzgar por la situación estás bien— rodé los ojos y salí del lugar.

P.O.V. de ______

Todos miramos irse al pelirrojo.

—E-es solo su forma de decir que está preocupado por ti, jeje— Freddy rió incómodo

—Aaaawww son unos soles— sonreí con dulzura. —Discúlpenme— me giré a los Nightmares y a Loon. —¿Puedo retirarme por un rato?— Pregunté educadamente.

—Está bien, solo no vayas a perderte por ahí— respondió el castaño tomando un sorbo de su té.

—¡Ya regreso Loon!— Le di una palmada amigable en su espalda para animarlo y di saltitos hacia donde estaban Freddy y Bonnie.

—¡Espera ______!— Oí exclamar a mi amigo tímido.

—Toma esta oportunidad para socializar ¿sí?— Cerré la puerta detrás de mí. —Vamos, alcancemos a Fox— hice una señal para que me siguieran y caminamos a paso rápido. —¡Rosita Fresita!— Exclamé justo cuando llegué a su lado.

Este bufó desviando la mirada. —Yo preocupándome por ti y tú teniendo una fiestecita de té con esos idiotas.

—¿Pero no es bueno que nos llevemos bien? Es mejor eso, a que estar en un silencio incómodo todo el tiempo— me aferré a su brazo como niña chiquita. —No te enfades.

Suspiró. —¡E-esperen!— Escuché decir a Freddy.

—Ambos caminan muy rápido— se quejó mi bebé.

—Vamos a la cabaña— el oji ámbar retomó el paso, conmigo siguiéndole.

Entramos a la cabaña de los chicos. La verdad me daba igual porque, dahhh, la mía es igual.

—¿Y dónde está mi gente?— Saludé a los presentes.

—¡______!— La otra chica en el lugar me saludó.

—¡PUPPET!— Me lancé a abrazarla. Ella regresó el gesto. —Estamos en una situación similar— le sonreí.

—¿Te tocó en una cabaña solo de chicos? Más les vale no sobrepasarse— me revolvió el pelo.

—Nah— hice un ademán despreocupado. —Son inofensivos— aseguré.

—Eso es lo que te quieren hacer pensar— Fox se metió a la conversación mientras estaba sentado en su litera.

—Foxy basta— rodé los ojos.

—Apuesto que eres capaz de ponerlos en su lugar rápidamente— Bonnie apareció de la nada colgado de cabeza en la misma litera que Fox.

—¡Bonnie bájate de ahí!— Corrí a ayudarle. El peli uva se soltó al momento que lo iba a atrapar y ambos caímos al suelo con un golpe sordo. —Po'la gran...— Me quejé.

—Lo siento— se disculpó sentado sobre mi espalda.

—¿Cómo es que-? Olvídalo— negué y me ayudaron a levantarme.

—Por cierto linda, ¿ya conoces a Bonsua?— Puppet señaló al peli turquesa.

—Oh, no para nada— me le acerqué. —Gusto en conocerte, francés ¿oui?— Le guiñé el ojo.

—A-já— asintió nervioso.

—Bon, ¿en serio este es tu plan para que Bonnie no se dé cuenta?— Alcé una ceja. Soltó un chillido volviendo a asentir. Suspiré. —¡Lindo!— Aplaudí mis manos y volví con mi grupo de amigos.

Fox, Bonnie y yo nos sumergimos en nuestra propia conversación. Sin embargo, por el rabillo del ojo noté a Freddy inquieto.

(Oh sh*t, here we go again). —Am, oigan, necesito ir por algo a mi cabaña. ¡Freddy acompáñame!

—¿Q-qu-?— Lo tomé de la muñeca y salimos corriendo, bueno, él estaba siendo arrastrado.

Ya afuera, me detuve, provocando que el castaño chocara contra mi espalda y cayera al piso.

—¿Pero qué demonios contigo?— Escuché quejarse, esta vez, a Fred.

—Mmm, cuando veo a Freddy inquieto sé que quieres tomar el control. Así que si Freddu lo permite, podemos ir a la reta del bosque— señalé a un lugar x, proponiendo algo divertido, al menos para él.

—En otras palabras eres mi policía personal, me agrada— acercó su rostro con una mirada coqueta.

—¡Está decidido!— Sonreí.

Caminamos hacia donde se escuchaba una canción irritante.

—Me gusta este ambiente— sonrió de lado.

—¡Fierro pariente!— Exclamé alzando mi puño en el aire.

—Esa es la actitud.

—Dos competidores más ¿eh?— Se escuchó una voz femenina.

—¿Jo-? ¡Mmh!— Fred me tapó rápidamente la boca con su mano. Cuando lo volteé a ver, me percaté de su expresión nerviosa y ruborizada.

Lo miré con cara de "Really Nigga?".

—¿Vienen a mostrar su talento a los demás?— Vio a Fred y luego a mí. (¿Estoy loca o me vio de pies a cabeza?).

—Jejeje, y-yo solo acompaño— dije apenada señalando a mi amigo castaño.

—Es una pena, pareces tener una bonita voz. Seguro mucho mejor que eso— señaló detrás de ella.

—Piki piki pìki piki piki y demasiado piki piki piki piki piki— cantó un chavo peli negro con un antifaz.

—De hecho no sabría decir, am, además creo que entre el público está el tipo al que le rompí el brazo así queeeeeee, les dejaré el canto a los profesionales— pasé mis brazos por los hombros de ambos, se sonrojaron simultáneamente.

—E-en fin, ¿qué hay de ti?— Le habló a mi estimado amigo junto a mí. —¿Tienes el suficiente valor para subir al escenario? Solo los mejores sobrevivirán.

—Soy lo mejor de lo mejor— aseguró.

—Ya lo veremos— la rubia me guiñó el ojo y se fue.

La vimos alejarse. Fred pasó su mano por su rostro, frustrado. —¡No puede ser! A la única chica que me gusta le tiene que gustar mi mejor amiga— Se quejó en voz alta.

Lo giré a ver sorprendida. —¿Soy tu mejor amiga?— Chillé estilo fangirl a la vez que mis ojos brillaban como si tuviesen brillantina.

—¿Qu-? Eh, sí. Eres la única a quien l-le agrado y pues...— Rascó la parte trasera de su cabeza desviando la mirada.

Solté una risita y lo abracé de lado. —Vamos rey de los muelles. Enséñales quién manda— nos acercamos al escenario.

...

Al finalizar el evento de canto, estaba agotada. Como era de esperarse, el castaño no quería irse, pero todo lo bueno tiene un final. Llegamos a nuestro destino, nos despedimos y nos separamos para ir a nuestras respectivas cabañas.

Cuando me acerqué a la puerta, no escuché ningún ruido. (Huh, supongo que están dormidos). Entré lo más silenciosa posible y me dirigí a mi cama de puntitas. Sin embargo, a medio trayecto, la luz se encendió de repente.

Abrí mis ojos como platos. Oxy estaba junto al interruptor. —¿Qué son estas horas de llegar?— Escuché detrás de mí.

—¿Deuz? ¿Qué rayos?— Estaba sentado en medio del lugar con una expresión seria, tipo mamá regañona.

—¡______!— Loon me llamó con alivio en su voz. —Creí que te habías perdido en el bosque— se me acercó.

—N-no, yo- — un ronquido me interrumpió. Todos miramos a Onnie, quien estaba en su cama desordenada, roncando como camión.

El chico peli naranja bufó y le lanzó un zapato a la cabeza del peli azul, despertándolo y ganando un quejido de su parte cuando cayó de la cama por lo desprevenido que le tomó dicha acción.

—¡Oye, cuidado con eso!— Exclamó molesto levantando la cara.

—¡Ejem!— El más alto lo vio con el ceño fruncido y cruzó los brazos.

—¿Qué?— Cuando me vio, abrió más los ojos. —Ah sí. Oye ______, nos preocupaste a todos. No es bueno que estés afuera tan tarde, y menos en un bosque— apoyó sus codos en el piso y su cara sobre sus manos, re-casual.

—A-ah, así que de eso se trata esta rara situación. Esperen ¿acaso me estaban esperando en la oscuridad?— Alcé una ceja extrañada.

—Suena extraño en voz alta. En fin, ten cuidado afuera— recalcó Deuz. —Todos a la cama.

Nos fuimos a dormir inmediatamente. —Gracias por preocuparse— les susurré con una sonrisa en mi rostro antes de, como dicen, caer en los brazos de Morfeo.

𝙲𝚘𝚗𝚝𝚒𝚗𝚞𝚊𝚛á...

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