Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑰𝑰𝑰

𝚂𝚘𝚛𝚛𝚢 𝚚𝚞𝚎𝚛𝚒𝚍@𝚜 𝚕𝚎𝚌𝚝𝚘𝚛@𝚜, 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚏𝚒𝚌 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊𝚛á 𝚎𝚗 𝚑𝚒𝚊𝚝𝚞𝚜 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚖𝚎𝚜 𝚊𝚙𝚛𝚘𝚡𝚒𝚖𝚊𝚍𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚙𝚘𝚛𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚑𝚎 𝚝𝚎𝚗𝚒𝚍𝚘 𝚝𝚒𝚎𝚖𝚙𝚘 𝚍𝚎 𝚎𝚜𝚌𝚛𝚒𝚋𝚒𝚛 𝚢 𝚖𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚘𝚢 𝚌𝚘𝚗𝚌𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚎𝚗 𝚖𝚒 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚙𝚛𝚒𝚗𝚌𝚒𝚙𝚊𝚕 "𝙻𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚏𝚘𝚛𝚓𝚊𝚖𝚘𝚜". 𝙿𝚎𝚛𝚘 𝚙𝚛𝚘𝚗𝚝𝚘 𝚜𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚒𝚗𝚞𝚊𝚛á ;)



𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝚇𝙸𝙸𝙸: 𝙼𝙴𝙻𝙾𝙳Í𝙰 𝙽𝙾𝚂𝚃Á𝙻𝙶𝙸𝙲𝙰

───╮✿╰─────────── ✿ ───────────╮✿╰───


Los días siguientes siguieron igual. Yo me sentía cada vez más miserable, y no había vuelto a escuchar los extraños susurros que me dicen que no interfiera con esta historia.

En clase les daba miradas furtivas a mis nuevos amigos, quienes desde la pelea siempre tienen una mirada de indiferencia. Freddy ya no sonríe, ni se ríe nerviosamente, ni siquiera muestra tristeza o enojo. Bonnie siempre está mirando hacia la ventana o durmiendo, Chica, pues... Cuando nuestras miradas se topan nos sonreímos débilmente, con pena mutua pero nada más, no he sabido nada de Golden, no ha salido en las noticias desde la firma de autógrafos, y Fox ha faltado a clases, ya falta poco para que cumpla una semana de ausencia.

Y yo, no me quito de la cabeza que es culpa mía. Sí, la charla con Puppet me ayudó pero, mi ánimo cayó inmediatamente al verlos divididos otra vez. Ya debieron haberse reconciliado... (¿A qué esperan?).

Cuando sonó el timbre de salida, me paré frente a la escuela. (No es que esté desesperada, completamente, aunque... T-tal vez Springtrap sepa como está Fox. ¿De qué estoy hablando? Claro que sabe) sonreí levemente y fui hacia su casa, recordando claramente el camino.

—Por aq- — un ladrido inconfundible hizo que callara. Efectivamente, a la distancia vi a Bestia, corriendo hacia mí con su colita agitándose. —¡Hey, alborotador de la ley!— Lo saludé y me arrodillé, atrapándolo cuando llegó a mí y me atacó con varias lamidas. —Agh, de acuerdo, de acuerdo. También te extrañé, cosita bella— froté mi nariz con la suya.

—Pow pow— me lamió por última vez y lo dejé en el suelo.

—Dime ¿me llevas con Spring?— Incliné mi cabeza preguntándole con un tono dulce. Él asintió, para mi sorpresa, y comenzó a correr por donde vino. —Perrito muy astuto— sonreí y lo seguí.

Fue un recorrido largo y agotador, miré a mis alrededores y no reconocía esta parte del barrio.

—Em, ¿Bestia? ¿Qué no la casa de Springtrap queda más atrás?— Paré de caminar.

El cachorro volteó a verme. —Pow— señaló con su nariz hacia una dirección en específico.

Lo vi extrañada pero no perdía nada con asomarme a ver qué había. Me encogí de hombros y me acerqué, logré escuchar una conversación.

—Vaya, rojo está de muy malhumor. Parece un zombie— el oji gris soltó una risita.

—Un zombie cascarrabias— Meg sonrió de lado.

—Y al parecer es contagioso— le regresó la expresión burlonamente. Ganando un gruñido de la albina junto una mueca de fastidio. —Toma el mejor es para ti— le dio un tomate del cesto que llevaba.

La chica se ruborizó a la vez que miraba el tomate, sorprendida de la acción de su amigo.

Fue mi turno de gruñir. (¿Por qué siempre que me lo encuentro debe estar con ella?) Mi expresión cambió a una de shock. (¿A... Acaso estoy celosa?) Miré mis manos por un segundo, mi vista se tornó borrosa para luego aclararse. Giré la cabeza de lado a lado rápidamente para tranquilizarme y borrar los pensamientos que acabo de tener.

—... ¡-Y apuesto que-! ¿Uh?— Escuché decir detrás de mí después de una serie de pasos.

(F*ck!) Chilló mi mente y me giré para ver al alto y a la albina, extrañados.

—¡¿TÚ OTRA VEZ?! Ya tengo bastante con verte en la escuela. ¿Es que acaso me estás siguiendo?— La oji ámbar me empujó con un dedo.

—¡¿Qué rayos?! Mis asuntos no giran en torno a ti ¿sabes?— Contraataqué y chocamos nuestras frentes, gruñéndonos mutuamente.

—Chicas, cálmense— Spring se puso en medio para que no comenzara una pelea.

—Yo me voy, no debo estar con la competencia— entrecerró los ojos viéndome con molestia.

Alcé mi mano en su dirección, queriendo detenerla. —¡Meg! ¿Me odias por haber puesto a tu grupo en desventaja numérica?— Solté sin pensar, tomándola desprevenida.

—N-no, simplemente eres competencia y ya— se marchó.

Bajé mi brazo soltando un suspiro mientras la miraba irse.

—¿Por qué será que te odia tanto?— Spring también se le quedó viendo a la albina.

—¿Porque soy bonita?— Me encogí de hombros mirándole con una sonrisa bromista.

—Hermosa— me sonrió.

—Wait, what?— Se me abrieron los ojos como platos.

—Nada— apresuró a decir con nerviosismo. —N-nada jeje, por cierto, ¿qué haces aquí? No deberías aventurarte tú sola, creí que te lo había dicho aquella vez— alzó una ceja cambiando completamente el tema de conversación.

—No me aventuraba, te estaba... Buscando— lo miré con timidez.

—¿A mí?— Se señaló sorprendido.

—Sí, y camino a tu casa me encontré con Bestia, otra vez— le sonreí al mencionado, quién agitó su cola. —Y me guió hasta aquí— volví a ver al peli mostaza.

—Déjame adivinar. ¿Es algo relacionado con rojo?— Asentí, volviéndome a deprimir un poco. —¿Por qué será que siempre que te miro estás involucrada en algún tipo de problema?— Dijo ocultando su sonrisa. Pero al ver que no me hizo sentir mejor, su expresión cambió a una de preocupación. —Oye (T/A), estoy seguro que se calmará, solo dale tiempo y podrás hablar con él.

—Eso e-espero— ahogué un sollozo.

—R-realmente se veía mal— susurró el mayor con intenciones de que no oyera, sin embargo, fracasó. Esa simple oración bastó para que yo rompiera a llorar.

—Nuestra culpa, mi culpa— susurré entre sollozos.

—N-no, no es tu culpa— Spring se apresuró a dejar su canasta de tomates en el suelo y me abrazó con fuerza.

—Lo e- *cof* *cof*— otra vez me comenzó el ataque de tos escandaloso. Me tapé la boca mientras tosía sin parar.

—Tranquila, ya pasará— acarició mi espalda múltiples veces hasta que el ataque cesó.

—Estoy bie-*cof* estoy bien— traté de darle una sonrisa convincente.

—No me asustes así— me miró aún más preocupado. —Deberías ver a un doctor, te pasó lo mismo en mi casa, al hablar de...

—Me sucede cuando tengo problemas— me excusé. —Tal vez sea un tic, pero te haré caso e iré con un doctor— asentí.

—Bien— tomó su cesto. —¿Quieres un tomate? Te puede ayudar— ofreció.

—Esta vez paso, no me siento con ganas de comer, pero gracias.

—Bueno, ¿ahora sí me dejarás acompañarte a tu casa para que no te pierdas?— Me miró burlonamente.

—No tengo fuerzas para protestar o saltar por los techos así que te lo agradecería— sonreí genuinamente.

Comenzamos a caminar en silencio, no podría decir si era cómodo o no pero lo interrumpí al cabo de un rato.

—¿Por qué será que rompo a llorar estando únicamente frente a ti?— Susurré sin mirarle.

—En mi opinión es bueno, significa que me tienes confianza— revolvió mi cabello suavemente.

—Te doy toda la razón pero, aún así es vergonzoso— tapé mi cara para que no viera mi rubor. (Obvio que no quiero llorar a cada rato cuando tú en especial estás viendo, me hace sentir patética).

—No te apenes, llorar no es debilidad. A veces uno necesita sacar las emociones acumuladas— respondió calmado, sabiendo del tema.

—¿Tú lo has hecho?— Lo vi con curiosidad.

Me miró con una sonrisa. —Pues claro. Pero ya no más.

Paré por un momento y lo vi con un brillo en los ojos. —Te admiro— le susurré pero no logró escuchar.

—Oye enana, no te quedes atrás— regresó a mi lado.

—Perdón, es que casi me pierdo en el camino de la vida— sonreí apenada rascando la parte trasera de mi cabeza.

—No tienes remedio— negó divertido y puso un mechón de mi cabello detrás de mi oreja antes de continuar con nuestro camino. Yo lo seguí sonrojada, por la acción que hizo hace unos segundos.


...


Al día siguiente, decidí que ya no lloraría más. Ya me desahogué bastante y hasta preocupé a mis amigos, tanto que Puppet se vio en la obligación de arrastrarme fuera de la cafetería y preguntarme qué tenía.

Mi mamá me fue a dejar a la entrada del colegio.

—Feliz día amor, y no te desanimes. Estoy segura que lo lograrás resolver— me besó la frente.

—Gracias mami, ¿sabes? Siento que hoy la suerte estará de mi lado— sonreí.

Nos despedimos y se marchó.

—¡______!— Escuché que me llamaron.

Miré hacia el frente y vi a Usagi trotando hacia mí, con Loon detrás de ella.

—Hola Usagi, me alegro de verte— la saludé entusiasmada y me asomé para ver detrás de ella a Loon. —Hola Loon— dije con un tono más bajo.

—Ho-hola ___-

—¿Quieres esperar con nosotros a que el timbre suene?— La peli azul interrumpió al castaño.

—Claro- ¡woa!— Me jaló del brazo rápidamente y me llevó al interior.

—Hace tanto que no conversamos— me vio animada.

—Lo sé, yo-

—N-no... Corran... Tanto— Loon apenas logró alcanzarnos y estaba jadeando del cansancio.

—Loon, veo que ya no estás en forma— bromeó la asiática.

—Opino que él no está a tu nivel de entusiasmo— le dije a la chica, sudando frío.

El castaño se sonrojó de vergüenza. —De hecho, sí estoy alegre. Hace tiempo que no nos vemos— me sonrió.

—Aaaaawwwww— puse ambas manos en mi rostro. —Cosito— le di un abrazo, soltándolo antes de que pudiese reaccionar.

—Me alegra que Loon haga nuevos amigos, apuesto que a veces se aburre de mí— le dio una palmada al castaño, sacándole el aire levemente.

—N-no es eso— tosió dos veces y trató de sonreír nerviosamente.

—Nah, eres genial. Loon te quiere muchísimo— vi al chico con cara de 7u7.

—¡______!— Exclamó ruborizado.

Usagi y yo nos reímos y seguimos conversando a medida que caminábamos.

—Por cierto, ¿han visto el cartel sobre el campamento?— La peli azul nos preguntó.

Gaspeé. —¿C-campamento?— Respondió el chico.

—Sí. Dentro de unas semanas se hará una excursión al Campamento Amadeus. Yo ya tengo la firma de mis padres para poder ir— habló entusiasmada con los ojos cerrados.

—¡Uy, jamás he acampado!— Mis ojos brillaron. (Me pregunto en qué cabaña me pondrían, con qué grupo iría ¿conocería a los Funtime?) Sonreí de oreja a oreja de solo imaginármelo.

—¿Tú qué me dices Loon?— Cuestionó la oji azul.

—Y-yo no sé, no soy de ese tipo de actividades— bajó la cabeza.

—Cálmate Loon, apuesto que será divertido. Nunca sabrás si te gusta si no lo pruebas— puse una mano en su hombro para reconfortarlo.

—Eso significa que tú irás ¿no?— Usagi me miró.

—Apuesto que mis papás me darán el permiso necesario— sonreí con seguridad.

—¡No!— Exclamó mi padre mientras leía el periódico.

—Pero papiiiii— hice un puchero. —Mis amigos irán y yo quiero divertirme junto a ellos— di un pisotón en el suelo, mostrando mi disconformidad.

—Dije no, ¿y si caes al agua y te congelas? ¿Y si te ataca un oso marino?— Se cruzó de brazos.

—¡Eso es más ridículo que encender fuego debajo del mar!— Alegué frunciendo el ceño.

—Amor, deja a ______ ir. El viaje puede ser una experiencia gratificante— mi mamá intervino al salir de la cocina quitándose el delantal.

—¿Qué haces aquí?— Preguntamos mi papá y yo al unísono.

—No me necesitaban en el trabajo. ¿Y tú cariño? La última vez que fui a tu oficina, estaba llena de pendientes— puso ambas manos en sus caderas.

—Le dije al pasante que se encargara— dijo desinteresado y me volvió a ver. —Eres mi princesita, por eso no te dejaré-

—Aquí tienes— mamá me extendió una hoja.

Mi rostro se iluminó. —¡El permiso para ir, firmado! ¡Gracias mamá!— La abracé con fuerza, ella devolvió mi gesto y le di un beso en la mejilla antes de salir corriendo a mi cuarto.

Solo logré escuchar a mi papá sollozar. —¡(Nombre de tu mamá)! ¡¿Por qué?!

Sonreí con los ojos cerrados y me puse a celebrar en mi habitación, sacando comida chatarra que tengo escondida debajo del colchón.


...


(Hoy tocaría clase de guitarra con Bonnie pero... Viendo cómo están las cosas lo creo muy poco probable) sonreí amargamente y me senté en una banca en el parque, desanimada.

—Bueno, no lograré nada quejándome. Practicaré yo— saqué mi guitarra con decisión y toqué unos acordes hasta que decidí tocar la intro de Boku dake ga inai machi, me gustaba mucho desde que Bon la tocó justo antes de tirarle las hojitas de Bonnie :'v [Simplemente me gusta la melodía <3].

Me puse en posición y comencé. Inevitablemente, recordé algo que sucedió semanas atrás, antes de que este pleito sucediera.


https://youtu.be/xuTa-ziHCGo


-FLASHBACK-


—Gracias por quitarme el traje de burbujas protectoras— Bonnie me miró con una sonrisa, aliviado. —No ha sido la mejor idea que mi mamá haya tenido— soltó su típica risita adorable.

—Lo que realmente te serviría sería aprender a luchar— opiné con los brazos cruzados.

—¿Por qué le quitaste el traje? ¡Quería tomarle foto!— Fox llegó hacia nosotros.

—Yo le tomé— Freddy agitó su celular divertido.

—¡Wuju! Pásamela— el pelirrojo se acercó al castaño.

—¡Publiquen eso y les arranco la lengua!— Fui con ellos y les di un zape, ganándome un quejido de parte de los dos. —¿Qué clase de amigos son si le hacen bullying al pobre?

—De los mejores— rieron en conjunto.

Rodé los ojos pero sonreí, negando con la cabeza.

—¡Chicos-ah! No corran tan rápido— Chica nos alcanzó, jadeando por el cansancio y apoyándose en sus piernas.

—¿Golden no estaba contigo?— Le pregunté.

—Pero he estado aquí antes que Fox y Freddy— Golden habló de pronto, sorprendiéndome.

—P-perdón, supongo que te confundí con una lámpara del parque y pensé que venías con Chica atrás de nosotros— reí apenada rascándome la nuca.

Todos se echaron a reír menos el rubio, quien negó con una sonrisa, igual al gesto que hice hace rato.

—¿No recuerdan por qué nos juntamos aquí?— Comentó el rubio.

—¿Para planear nuestra presentación en la batalla de bandas?— Lo miré insegura.

—Exacto. Y me tomé la libertad de hacer un par de propuestas que-

—Wow, wow, wow— Fox lo interrumpió. —¿Tú hiciste algo? Vaya, no creí verlo nunca— dijo con desinterés.

Freddy comenzó a reír, por lo que supuse que Fred había tomado el control, ya que es quien se burla de los otros. Sin embargo, terminó tosiendo varias veces.

—¡Que se nos muere!— Exclamé preocupada yendo a socorrerle.

—¿Estás bien Freddy?— Chica preguntó, también preocupada.

—Sí, sí. Solo tengo dolor de garganta— se quejó con una expresión de dolor.

—Karma/Virus— dijeron Golden/Bonnie al unísono.

—Aléjate Golden, no te atrevas a contagiarte ahora ni nunca— la oji magenta tomó a Golden por los hombros y le habló seriamente, haciendo sonrojar al oji gris.

Yo aproveché que el resto estaba distraído y vi al castaño.

—Freddy, ¿me dejas hablar con Fred por un momento?

—¡¿Qué?! ¿Para qué?— Me vio alarmado.

—Por favor, solo un rato— hice la cara más kawaii que podía.

—Bien— aceptó a duras penas, desmotivado.

Inmediatamente, sus ojos se volvieron negros. Fruncí el ceño y le di un zape en la frente.

—¡Au!— Se quejó —¡¿Qué demonios?! ¿Por qué fue eso?— Me vio molesto.

—Tonto, te dije que me preocupo por la salud de Freddy ¿y qué haces? ¡Vas y lo dejas casi sin voz!— Lo regañé.

—¿Y quién dijo que fui yo el responsable?— Preguntó con desinterés evidente en su rostro.

—¿Crees que no sé lo que hiciste, Rey de los muelles?— Puse mis manos en la cintura.

Me miró sorprendido. —¿C-cómo sabes-?

—Yo también estuve ahí, ¿recuerdas? Oh, no. No lo recuerdas porque no me viste— lo empujé con mi dedo índice, haciendo que él retrocediera un paso. Suspiré y me tranquilicé lentamente. —Sé más considerado la próxima vez— me giré para regresar con los demás.

—¿Por qué tengo que hacerte caso?— Sentí el desdén en su tono.

Frené mis pasos y lo volteé a ver con preocupación. —Porque quiero que llegues a ser feliz— reanudé mi camino.


-FIN DEL FLASHBACK-


—Sabía que tenías talento— hablaron de repente.

Solté un chillido, haciéndome desafinar en la nota que iba y luego paré de tocar completamente. Me sorprendí al verlo. —¿Qué estás haciendo aquí, Bonnie?— Lo miré sin expresión.

—Toca clase ¿no? Ya llevábamos una semana sin practicar por las... Circunstancias— bajó la mirada por un segundo y apretó su agarre en su estuche de guitarra. —Lo siento— me miró con tristeza.

Abrí más los ojos y quedé anonadada. —¿P-por qué te disculpas? Tú no tienes la culpa de-

—Hasta hoy recapacité... Lo que sucedió, no debería interponerse entre nuestras clases de guitarra— me sonrió.

(Me sonrió... Por fin me sonrió) imité su gesto mientras mis ojos se llenaban de lágrimas, pero esta vez, por alivio.

—Pensé que estabas enojado conmigo— solté un sollozo involuntario.

—¿Qué? Claro que no. Hiciste lo que creíste correcto sin importar lo duro que fuese, y te admiro por eso— se sentó a la par mía, dejó su guitarra a un lado y me abrazó.

No pude resistir más y volví a llorar, a pesar que me prometí no hacerlo, pero estaba tan feliz en ese momento. Le regresé el abrazo con fuerza. —Perdón, mojé tu hombro— sonreí apenada al separarnos y me froté los ojos.

—No importa, yo también mojé el tuyo— (¿también lloró?) Ambos soltamos una risita, felices de que entre nosotros todo volvió a la normalidad.

—¡Entonces vamos!— Me puse de pie, con clara determinación.

—¿A dónde?— Me vio extrañado.

—¡A reunir a la banda!— Exclamé. —Me diste las fuerzas que necesitaba— puse mi mano sobre la de él. —Ustedes me dan algo que nadie más me puede dar. Nadie logró llenar este vacío que sentía mientras estábamos divididos— Expliqué con un tono bajo y mirando al suelo con una sonrisa. —Se volvieron mi fortaleza— volví a ver a Bonnie.

Él me vio con shock pero sonrió de oreja a oreja y se tapó los ojos con su brazo libre. —Me harás llorar otra vez— se puso de pie y tomó su guitarra. —Apresurémonos, tal vez encontremos a alguien— me vio motivado.

Mi sonrisa creció y corrimos tomados de la mano hacia la escuela, en busca de los otros.


𝙲𝚘𝚗𝚝𝚒𝚗𝚞𝚊𝚛á...

───╮✿╰─────────── ✿ ───────────╮✿╰───

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro