Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

TWO


Había pasado una semana desde la llegada de Bella, una semana en la que Edward no había aparecido por clases. Aquella mañana Amaia se preparaba al ritmo de su grupo favorito del Mix de canciones que su hermano le había preparado con las canciones que habían marcado su infancia.

Al ritmo de Britney Spears preparaba su bolso con su botella de cristal rellena de agua con fresas, su teléfono móvil, su reproductor de música y el libro de literatura que estaban leyendo en clase.

Lenna la esperaba en su querido Fiat junto a su esposo, ambas habían decidido que ella podía ir con ellos en el coche cuando su madre necesitaba el coche, Amaia salía arreglándose el bolso y la cinta de su pelo. El outfit de Amaia era bonito había combinado un bonito sweater de color vino con unos vaqueros negros y sus amadas botas militares.

Entró en el coche y sonrió a la pareja, mientras aceptaba el café que Jasper le extendía.

—Gracias, hoy me levanté tarde y no desayune —Lenna le sonrió mientras comenzaban a ir hacia el instituto. La relación de Amaia con la familia Cullen era cercana por alguna razón. Alice se había acercado a ella junto a Lenna mientras comentaba lo bonito que era su collar, en cambio Lenna comentó lo mucho que le había gustado el libro que leía en aquel momento, El retrato de Dorian Gray.

—Hoy tengo entrenamiento y Jasper se irá con Alice y Adler, hable con Edward y el dijo que no tiene problema en llevarte a casa cuando acaben las clases

—Oh... ¿Seguro que no es molestia? También puedo esperarte mientras haces el entrenamiento.

Lenna negó con una pequeña sonrisa y giró para entrar en el instituto y aparcar junto al coche de sus hermanos. Sacó un paraguas de su bolso y saló del coche, abrochando su chaqueta y salió del coche con cuidado de no patinar.

Jasper ayudó a Lenna a salir debajo del paraguas y entraron al centro con mientras cada uno se dirigía a sus quehaceres.

Amaia entró en el aula de biología mientras se acercaba a Edward, quien estaba un poco tenso, empezaba a creer que esa era su postura más cómoda.

—Lenna me dijo que me acercarías a casa hoy... —Comentó la chica con una pequeña sonrisa mientras el vampiro asentía.

—Te esperaré en tu taquilla a la salida —comentó mientras la chica se sentaba detrás de él en su pupitre haciendo que el chico girara a verla.

—Esta bien —Lenna sonrió mientras ambos se quedaban en silencio mirándose fijamente —una foto dura más Eddie

Edward ladeo una sonrisa y se sentó bien cuando Bella llegó y le saludó con una pequeña sonrisa.

—Hola Bella

—Hey Amaia, ¿Cómo estás?

La conversación murió cuando Edward empezó a entablar una conversación con Bella dejando en un segundo plano a la chica que empezó a leer su libro esperando que llegará el señor molina.

La clase se pasó lenta analizando las raíces de cebolla e intentando averiguar en qué fase de la mitosis se encontraban, quizás por ella era más amante de las letras y la literatura que de otra cosa que estuviera relacionada con las ciencias, números y ecuaciones. Llegó la hora del almuerzo y en el pasillo pudo visualizar la larga cabellera de Lenna con su uniforme de animadora color violeta y amarillo, el uniforme de los espartanos de Forks.

—¡Maia!

A lo lejos Mike Newton corrió para coger su brazo y hablar con ella, desde que habían empezado el instituto, Mike se había interesado mucho por ella, aunque no fuera reciproco, pero eso no parecía importarle al chico que le enviaba mensajes todos los días antes de acostarse para preguntarle como le había ido el día.

—Oh hola, Mike —ambos empezaron a andar hacia la cafetería mientras Mike comenzaba un pequeño discurso.

—Bueno yo me preguntaba si ¿querías ir al baile conmigo?

—Oh Mike, mi hermano viene la semana del baile y seguramente hagamos una cena familiar con la familia de Rachel

—Oh... yo...

—Pero podrías preguntarle a Angela, ella seguro que quiere ir contigo, sois muy buenos amigos —Mike asintió cabizbajo antes de alejarse al ver como Adler y Alice se acercaban para saludar a la chica.

Había llegado la hora de volver a casa, así tal y como había prometido Edward la estaba esperando en su taquilla, mientras Lenna se acercaba hacia ellos y le sonreía.

—Ten un buen entrenamiento —sonrió la chica mientras la abrazaba y se despedían de ella, a la salida ambos caminaban hacia el camaro de Edward, cuando vieron la camioneta de Tyler perder el control y precipitarse hacía Bella— ¡Bella no!

En unas milésimas de segundo cuando Maia pensó lo peor, vio como el cuerpo de Edward amortiguaba el golpe evitando que Bella muriera aplastada, aquello causo un pequeño shock en la chica. ¿Cómo era posible que Edward estuviera allí? ¿Por qué no parecía tener ningún rasguño?

Alice se dio cuenta de aquello y corrió hasta la chica que parecía a punto de tener un pequeño ataque de pánico, por la incertidumbre de no saber que era todo lo que estaba pasando por que estaba segura de que normal aquello no era.

—Hey Maia, ¿estás bien?

—Yo... Edward estaba a mi lado, y ahora está allí

—Adler y yo estábamos contigo, Maia... —Adler asintió mientras tocaban levemente su espalda.

Amaia negó y hecho a correr cuando se acordó de que casi espachurran a Bella y hacían de ella un folio de papel. Bella estaba bien, de una pieza, pero lo mejor era llamar a una ambulancia. Adler se acercó a Edward para hablar con él.

—¿Estás idiota? Maia te vio desaparecer, Lenna te matará si ella nos descubre

—Ella no va a descubrirnos hombre... Llevadla a casa, veré que es lo que vio Bella e iré a casa.

Adler asintió y se acercó para llevar a Maia hacia su coche, un Audi de color negro con detalles en blanco, Alice los esperaba junto al coche mientras hablaba sobre la locura que había hecho Edward y lo mucho que Lenna se enfadaría. Ella en todos sus años jamás la descubrieron, si que había convertido a la mayoría de los integrantes, pero no iba a permitir que estos estuvieran en peligro por culpa de un descuido.

Adler intentó tranquilizar a Maia con sus palabras, pero aquello parecía no funcionar, pues la chica parecía confundida con todo lo que había presenciado, o si todo era producto de su imaginación y Edward en ningún momento había estado junto a ella.

Al entrar en su casa, dejó la mochila y se acercó a su madre que estaba al teléfono con quien suponía que sería o su hermano o Billy Black. Amaia abrió la nevera cogiendo el zumo de manzana y sirviendo un vaso mientras oía como su madre se despedía.

—Nos vemos esta noche, Billy, ya llegó Maia saluda a Jake

Maia abrazó con fuerza a su madre, que correspondió al abrazo un poco sorprendida por el brazo repentino. No por que ella no fuera cariñosa, al contrario, era el ser más dulce que había en la tierra, Maia se dejo mecer un poco por su madre antes de que ella le contará que era lo que había pasado.

—Cariño, quizás te lo imagínate —contestó rápido, Melissa conocía el secreto de los Cullen, ella estaba involucrada en aquel mundo y tenía miedo de que su pequeña lo estuviera.

A Kilómetros de aquella casa, unos tacones furiosos se movían por la casa, esperando la llegada del primer hijo de los Cullen, Edward. La matriarca de la familia miraba a Lenna caminar de un lado para otro completamente disgustada, acto que se veía reflejado en como giraba su sortija de matrimonio con rapidez.

En cuanto el volvo sonó en el camino una estela se vio pasar y luego un golpe seco contra una de las paredes.

—Eres Idiota, ¿Qué parte de no hagas estupideces no entiendes Edward Cullen? Te dije y repetí que Forks es un lugar importante para mí imbécil y que esperaba estar aquí un tiempo

Pocos en la familia conocían la historia del tratado y de como durante un tiempo, los lobos acogieron a la vampira sin problema alguno. Era una historia que Jasper había oído alguna vez cuando paseaban por el rio que rompía las dos zonas y que le encantaba.

—No van a descubrirnos Lenna, por dios —gruño el vampiro y se desprendió de sus brazos para subir a su habitación.

Lenna salió hacia el rio mientras Jasper la seguía de cerca, conocía el temperamento de su esposa, sobre todo con el tema de la familia, cuando llegaron al rio un par de lobos aparecieron vigilando que no cruzarán la línea del tratado.

—No vamos a cruzar no somos idiotas

Jasper se sentó junto a Lenna mientras la miraba con una pequeña sonrisa y le enviaba olas de calma para que la muchacha no se sintiera estresada. Desde que se habían casado, ambos eran como una sola persona, un gran equipo que se dedicaba a protegerse las espaldas.

***

Los primeras semanas después de la unión de la pareja Whitlock-Gray ambos las dedicaron a su luna de miel, habían viajado a Londres por petición de la vampira, allí ambos conocieron a Garret, un vampiro de la zona que le enseño los preciosos y misteriosos lugares que tenía que ofrecerle el país.

Habían tenido una cita en el famoso Stonehenge de madrugada viendo como el sol iluminaba sus pieles sin ojos humanos que los descubrieran y haciéndose promesas que sabían que no se iban con el viento que de una manera u otra conseguirían cumplirse.

Lenna había disfrutado de la moda londinense y había comprado mucha ropa de distintas tiendas. En una de las noches habían querido rememorar unas de sus citas yendo a un pub y comportándose como una pareja no sobrenatural, jugando a los dardos y al billar mientras competían apostando quien sería el ganador de las partidas a las que jugaban y bailaron al ritmo de alguna canción que sonaba por parte de la banda.

En una de las citas Lenna le hablo de la manada de Ephraim Black y lo importante que habían sido para ella, en el momento que se sintió sola, abandonada por la familia.

—Ephraim era un poco brusco pero cariñoso, nos llevábamos bien y nos ayudábamos mucho cuando teníamos que proteger a los cachorros de la manada y a las improntas.

—¿Qué son las improntas?

—Es una cosa de lobos, es cuando ellos encuentran a su alma gemela. Según me describió Ephraim es como si el cable que te sujeta a la tierra ya no existiera y se uniera a esa persona. Es como cuando nosotros encontramos a nuestra tua

Cantante.

—Si fuera un lobo, tu serías mi impronta lo sé, tú eres quien mantiene cuerdo a mis demonios

Lenna recordó cuando conoció a Ephraim y miró a los lobos con curiosidad y se acercó un poco a ellos mientras ellos les gruñían y sacaban los dientes. Lenna alzó las manos y los miró con tranquilidad.

—Quiero hablar con un Black —Murmuró la chica con paciencia.

Los lobos gruñeron y la miraron amenazante, como si cualquier movimiento fuera el detonante de una pelea.

—Necesito hablar con un Black que conozca las historias Quileute... —Sonrió la chica antes de mirarlos— Por favor

***

A mitad de la noche, sobre las 21h Maia y su madre estaban apunto de salir de casa, cuando el teléfono sonó en la casa rustica.

Maia bajó con rapidez las escaleras y cogió el teléfono, mientras se lo llevaba al oído contestó con voz cantarina: —Casa de las Jones

—Hola prima, soy Jake, escucha puedes traerme esa pieza que te pedí ayer, es para arreglar mi moto, a cambio mañana te llevo a por un helado a Port angeles

—Claro, deja que la busque en el garaje y ahora vamos, dile a Billy que preparé una ración extra de patatas de esas con cheddar que hace él que me encantan porfi —alargó la o y la i, mientras escuchaba a Jacob Black carcajear.

—Hecho, te dejo que están llamando a la puerta, te veo ahora —Al otro lado de la línea sonaron los típicos sonidos de que en la otra línea ya no había nadie. Maia caminó al garaje buscando en las cajas, la pieza que Jake había pedido y que había llegado algunos días atrás.

Mientras tanto en la casa de los Black, tras la puerta Lenna Cullen estaba de pie escoltada por Paul Lahote que estaba cruzado de brazos, la puerta se abrió revelando al chico con el pelo largo.

—Hola Paul, ¿Qué hace ella aquí?

—Necesito hablar con tu padre Jacob, tengo unos temas que hablar con él

Billy Black se asomó con su silla de ruedas, viendo a la chica de cabellos negros que sonreía levemente antes de entrar y sujetar contra su pecho un diario, cuyas paginas habían adquirido un tono café, producto del paso del tiempo.

—Lenna Cullen, sabía que este día llegaría, aun no sé cómo recibirte, si con un cálido saludo...

—Creo que el problema que causaron los míos, puede apartarse de mí, vengo en son de paz, solo porque tanto tu familia como la mía ha tenido unas buenas épocas

Lenna dejó el diario sobre la mesa y buscó entre sus páginas, la fotografía que tenía donde salía con Ephraim Black y sonrió con nostalgia. Los Black la había protegido en el momento en el que ella se quedó sola, cuando los Cullen se dividieron, antes de que encontrara a su Rose.

—Venía a ofrecer un trato, sé que eres parte del consejo, yo ofrezco mi ayuda y protección de los tuyos a cambio de que Jasper y yo podamos pasear por el prado, sin que tus lobos nos persigan

—¿Solo eso? Debo hablarlo con el consejo y cuando tenga una respuesta serás la primera en saberlo, ¿puedo pedir algo más?

—Lo que necesites Billy...

—Sé que Amaia y tú sois amigas, necesito que la protejas es una persona especial para la manada de los quileute, sin ella... solo los ancestros pueden saber que es lo que ocurriría

En aquel momento llegó Maia junto a su madre, y ambas miraron a Lenna, Melissa se puso tensa y miró a Billy interrogante, mientras que Maia dejaba la caja sobre la mesa y se fijaba en el diario.

—Hola Lenna, no sabía que conocías a Jake...

—mi padre y Billy si son amigos y me pidió que trajera algo, pero ya me voy y os dejo cenar que ya deben estar esperándome en casa

Lenna abandono la casa sin fijarse en que la fotografía había caído debajo de la mesa, despidiéndose de Maia, su madre y de los Black, caminando hasta el inicio del bosque y corriendo hasta el límite donde Jasper la esperaba con los brazos abiertos para abrazarla con suavidad. 


N/A: 

Bueno, primero que todo gracias por leer este capitulo y espero que os haya gustado muchísimo, si seguís aquí después de tanto tiempo sin actualizar espero que haya valido la pena la espera. 

Segundo, he tardado tanto en actualizar por que he comenzado a trabajar, en estos momentos tan difíciles, el trabajo que tengo es algo que priorizo muchísimo, espero que podáis entender que estoy ausente por que si no estoy trabajando, estoy descansando del día... 

Un saludo, Lau

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro