TRHEE
Hacía las 23 de la noche, Maia estaba recogiendo los platos ayudando a Billy, mientras su madre limpiaba los platos con ayuda de Jacob. Recogió los últimos cubiertos cuando uno de los tenedores cayó al suelo, haciendo que la chica resoplará y se agachará viendo en el suelo una fotografía que cogió con curiosidad.
Observó la imagen antes de guardarla sobresaltada cuando oyó a Billy preguntar que hacía bajo la mesa, su cabeza chocó contra la madera haciendo que la chica soltará un pequeño quejido y que se sobara la cabeza.
—Se me cayó un tenedor al suelo y lo recogí —levantó el tenedor para que lo pudiera ver, y lo llevó hasta el fregadero mientras se sentaba en la isla y miraba a Jake.
Cuando ya era la hora de volver a casa, Maya observaba el camino, absorta en sus pensamientos mientras de fondo se escuchaba la voz de Bruno Mars en los altavoces del coche.
—Cariño, hemos llegado... llevas un rato en silencio ¿estás bien?
Maya asintió saliendo del coche y sacando sus llaves del bolso donde descansaba la fotografía que estaba dispuesta a investigar hasta averiguar por qué Lenna y aquella mujer se parecían tanto. Su subconsciente le decía que quizás no era tan extraño, solo un antepasado o quizás otra cosa, pero era algo que picaba su curiosidad.
Tras desearle las buenas noches a su progenitora, se sentó en su cama con su ordenador y conectó sus auriculares para poder poner música desde ITunes y empezó a teclear. Estaba segura que el hombre al lado de la mujer era un quileute, así que comenzó por allí.
Los quileute habían residido en Forks desde tiempos inmemorables por lo que esa fotografía podía ser antigua, aunque parecía una fotografía de un boceto dibujado, entonces la habían digitalizado.
En aquel momento comenzó a mirar las leyendas que se encontraban en internet, encontrando dos viejos libros que las catalogaba todas juntas. Estaba segura que había visto uno de los libros por las estanterías de la sala de estudio/oficina que usaba su madre para trabajar en casa.
Se levantó con cuidado y entro en la sala buscando el libro encontrándolo en una estantería, un poco lleno de polvo, pero allí estaban sus respuestas. Estaba segura de ello y que iba a encontrarlas todas.
***
A la mañana siguiente Lenna salía de su casa con un extraño presentimiento. Jasper notaba la incertidumbre y como su esposa estaba inquieta. Incluso aquella mañana había decidido que no le apetecía desayunar ya que notaba su estómago extraño.
—Lenna...
—¿sí?
—¿qué ocurre cariño?
Lenna suspiró y miró a Jasper, que le dedicaba una pequeña sonrisa tranquilizadora para transmitirle que todas sus preocupaciones eran importantes y que no debía tener miedo a contarle lo que le incomodaba.
—Creo que... Algo malo va a pasar y tengo miedo de que corramos peligro, si no podemos evitarlo.
Jasper cogió entre sus manos las mejillas de Lenna dando suaves caricias para intentar calmar un poco a su esposa infligiendo sobre ella una ola de calma.
—Gracias mi amor... —Después de estar en silencio ambos durante un par de segundos, ambos sintieron un empujón haciendo que la chica soltará un pequeño chillido.
—¿Qué son esas caras largas? De Jasper estoy acostumbrada pero de ti suegri no —Lenna soltó una pequeña carcajada para después sonreír a su nuero.
—Solo un mal presentimiento Emmett, esperemos que no sea nada.
De camino a casa de Maia, recibió un mensaje de la latina diciendo que hoy no iría a clase porque se encontraba mal y no había dormido en toda la noche.
Lenna prometió pasarse después para poder ver a la chica y ver si se encontraba bien, le llevaría algún detalle para que se recuperará antes.
***
Por otra parte, Maia leía el libro cuando su madre entró en su habitación con una taza de té. En un movimiento rápido Maia guardó el libro y se acurruco en la cama.
—¿Cómo te encuentras mi niña?
—Un poco mejor —suspiró mientras se sentaba para ver a su madre que le entregaba la taza y acariciaba su pelo, notando las ojeras bajo sus parpados.
—¿has dormido bien? —Melissa siempre se había preocupado por su hija, sobre todo ahora que era un adolescente y en cualquier momento podría empezar a cambiar.
Bill le había advertido que ella sería especial y que cuando el momento llegará él le explicaría todo lo que debía saber. Desde que llegaron los Cullen de nuevo a Forks, ella estaba más al tanto de ello, sobre todo sabiendo que las transformaciones ocurrían con mayor intensidad sin el pueblo quileute notaba a los vampiros.
—No mucho el malestar no me ha dejado pegar ojo...
—Bueno quédate a descansar hoy y después te haré un sopa para que se te pase el dolor.
***
Cuando Melissa se fue a su trabajo por la tarde después de que las clases acabaran. Fue cuando la chica se levantó de la cama dispuesta a seguir investigando. Estaba segura que todo lo que tenía delante apuntaba a que las leyendas que su madre le contaba antes de ir a dormir no eran solo leyendas.
—si quiero estar segura, necesito ir a por más información —La chica se abrigó bien puesto que el clima no acompañaba esos días y cogió su bicicleta en el momento que el Fiat de Lenna paraba en su puerta y ella bajaba del coche con una bolsa y una piruleta en su boca.
—Maia ¿cómo te encuentras? —Lenna tenía una chaqueta vaquera con borreguito y una bufanda, y en su mano llevaba una bolsa de papel y dos cafés en la otra.
—Oh bien, ya se me ha pasado el...dolor —Sonrió mientras la veía acercarse, le parecía una locura que aquello que estuviera investigando fuera real— uhm... Lenna te importaría acompañarme a... comprar una cosa
—Oh ¡claro que no! —ambas subieron al coche y Lenna le entregó el café— ¿Dónde vamos?
—Vamos a Port Ángeles necesito un libro urgentemente
***
Mientras la chica estaba en la librería, Lenna se preguntaba que contenía el libro que tanta urgencia tenía por comprar, Lenna sabía qua Amaia era especial lo podía sentir pero... Y si los descubría, se asustaba y si perdía su amistad.
Mataría a Edward y a sus estúpidos impulsos de héroe. Amaia salió con el libro en sus manos y ambas caminaron hacía su coche. Lenna pudo ver el título del libro que había en las manos de Maia y se preguntó si ella la estaba investigando. Mataría a Edward.
—He oído que mañana irán a la reserva con Bella, te apetece que vayamos al cine nosotras, estrenan un película que Jasper y Emmett quieren ir a ver y la verdad no quiero ir con ellos sola.
—Es una gran idea... Le preguntaré a mi madre y te mandaré un mensaje
—¿Estas investigando tus raíces?
—Si... Jacob dice que son muy interesantes que hay muchas leyendas...
—Que guay, Carlisle sabe mucho sobre ellas si quieres puedo preguntarle —la miro.
Maia negó con una pequeña sonrisa, si había algo que sabía hacer era mentir y Lenna parecía creer lo que le decía así que eso jugaba a su favor. Mientras iban de camino hacía la casa de la chica, Lenna recibió una llamada de Rosalie, pidiendo si la podía recoger.
—Te importa si la recojo antes de dejarte en casa —Maia negó mientras abría el libro y echaba un vistazo a las leyendas. Desde Banshees a Hombres lobos.
Se entretuvo leyendo la historia de las Banshees, las banshee formaban parte del folklore irlandés pero durante un tiempo una de ellas estuvo instalada en Forks y rondaba a la familia MacArthur. Las banshee también conocidas como mujer de los túmulos eran deidades que se aparecían o rondaban a las familias para anunciar con su grito o con llantos la muerte de algún ser querido.
—Hola Maaa...Maia —sonrió cuando vio a la chica absorta en su lectura que levantaba su cabeza y la miraba con una pequeña sonrisa antes de compartir lo que acababa de leer.
—Wow eso suena triste
—¿Por qué?
—Imagina no poder hacer nada por esa persona que va a morir... tan solo avisar de que se va...
—Viéndolo así es triste si... —Lenna miró a Rosalie que estaba mirando a Maia con curiosidad.
A unos kilómetros dejaron a Maia en la entrada de su casa y se dirigieron a su casa donde Emmett y Jasper jugaban al ajedrez, Emmett se levantó como si un perro hubiera oído a su dueña y bajó los escalones de la casa, mientras Jasper colocaba las piezas para una partida con su esposa.
—¡Edward Cullen!
—Eso suena a que le van a patear el culo
Edward se asomó en su balcón viendo como Lenna saltaba hasta este y la miraba furiosa.
—Maia esta investigando sus raíces... Aunque creo que ella esta investigando otra cosa, te juro que si por tu imprudencia para salvar a esa estúpida humana ella nos descubre no tendré piedad contigo
Jasper se acercó a su esposa y acarició sus manos intentando relajarla.
—No te preocupes Lenna amor...
—No quiero perderla, es lo único que me recuerda que la necesito... Además hice una promesa, jamás he roto una promesa a los Black y no comenzaré ahora entiendes...
—No vas a romper tu promesa, te lo juro Lenna —Jasper besó a la chica haciendo que esta se relajará y se abrazará a ella.
***
A la mañana siguiente Maia estaba más que segura que Los Cullen eran lo que la tribu Quileute llamaban Los fríos. Y por algún motivo ella no tenía miedo si no curiosidad. El sol radiaba en el cielo, haciendo que Maia sonriera el sol siempre la ponía de buen humor, el calor, los rayos de sol...
Al llegar al instituto estaba lista para su practica de animadoras y hablar con Lenna, hasta que recordó que ellos nunca venían cuando hacía sol, ahora entendía el porqué.
Después de su clase de literatura, Maia salió con Angela al patio y se sentaron en una de las mesas mientras comían y repasaban para su exposición. Bella parecía buscar con la mirada a Edward, según había oído de la boca de Jessica había vuelto en el autobús de los Cullen en la excursión al invernadero y ahora estaba muy interesada en ellos. Eso no le hacía ni pizca de gracia, es que ella siempre solía leer las intenciones de las personas era como un don pero las de bella eran difíciles y no le gustaba nada de nada.
—Ellos no van a venir —Comentaba Jessica — Los días soleados el señor Cullen se va con su familia a hacer excursiones al monte para fortalecer los vínculos, e intentado convencer a mis padres pero dicen que es una locura...
—mi madre y yo hacemos eso en fiestas para fortalecer nuestro vinculo familiar de madre e hija
—Tu madre es genial —comentó Angela mientras sonreía a Maia.
Después de un par de días soleados, Maia estaba preparada para hablar con los Cullen. Fuera como fuera y esperaba que Lenna pudiera resolver sus dudas, se acercó al hospital donde el señor Cullen salía, al verla la saludó con una pequeña sonrisa.
—Hola Señor Cullen, cree que podría... refugiarme en su casa... he olvidado las llaves en casa y... no quiero quedarme sola hasta el regreso de mi madre...
—Oh Claro... avisaré a Esme de que vamos para allá con este frio debes estar helada...
Alice había predicho que Amaia iría en busca de respuestas y ellos no se las iban a negar sobre todo cuando el destino ya había hablado. Después de una breve conversación la señora Cullen Carlisle y Amaia fueron hasta la casa.
En el balcón que daba al salón Lenna jugaba con Jasper mientras esperaban a Carlisle, Jasper intentaba hacerla reír con sus ocurrencias.
—Venga Lenna no te preocupes... Todo va a salir bien y ella no se va a asustar bajo ningún motivo...
—Ellos ya llegan, entrad vamos —Emmett saltó al balcón desde la rama de un árbol mientras entraban en la casa.
Amaia bajó del coche y cogió la mano que Carlisle le ofrecía, el frio de su piel no le molestaba al contrario le parecía reconfortante. Al entrar en la casa Carlisle colgó los abrigos y ambos subieron en silencio hasta el salón donde toda la familia Cullen los esperaban sentado.
—Maia bienvenida —Sonrió la señora Cullen y le pasó una taza de chocolate caliente.
—Yo... Gracias —murmuró la chica— quería hablar con vosotros...
—Sabemos que lo sabes —Dijo Alice con su voz cantarina.
—¿De verdad? Y no vais a matarme por que pueda revelar vuestro secreto
—¿Vas a hacerlo?
—No...
—Entonces no vamos a matarte
—No matamos humanos, Emmett solo bromea Maia, somos vegetarianos, bueno es nuestra broma no bebemos sangre de humanos —le explicó Lenna con una pequeña sonrisa— aunque Jasper es el más nuevo con la dieta...
—Entonces... puedo preguntaros cosas... ¡tengo mucha curiosidad!
—Adelante pequeña curiosa —comentó Emmett con diversión.
—¿Estacas?
—Falso
—¿Ajo?
—muy rico en las comidas —Comentó Lenna mientras comía una galleta.
—¿Plata?
—Nos encanta, mira que collar llevo —Comentó Rosalie enseñando su collar— no nos mata
—¿Sol?
—No nos quema como en las películas... Brillamos como si miles de diamantes estuvieran en nuestra piel
—¿podéis comer?
—Solo Lenna puede, ella es especial —explicó Carlisle con tranquilidad mientras se sentaba en el sofá junto a su esposa.
—¿especial en qué sentido?
—ven acércate —Lenna dejó que la chica apoyará su cabeza en su pecho y escuchará el leve latido de su corazón.
—Fascinante —murmuró y los miró a todos— ¿Cuántos años tenéis?
—59, fui convertido al final de la segunda guerra mundial —sonrió Adler mientras miraba a Alice que fue la siguiente en hablar.
—84 años
—71 años, Lenna me convirtió en 1933
—69 años, me salvaron de morir por un ataque de oso
—341 años, soy el primer Cullen despúes vino Lenna
—140 años, Carlisle me salvó y yo convertí a Edward, Rosalie y Adler
—Yo tengo 141 fui convertido un años antes que Lenna por otro vampiro
—Edward tiene 86 y yo tengo 83...
Amaia sonrió mientras los miraba con curiosidad, le gustaba oír aquello, cada uno había vivido una época de la historia desde su propio punto de vista y seguían unidos.
—Entonces... lo que se rumorea de que sois parejas...
—Es cierto cada uno encontró a su alma gemela, Alice y Adler, Jasper y yo, Esme y Carlisle y Rosalie y Emmett
—Que bonito...
La conversación siguió durante unos minutos hasta que Maia tuvo que marcharse por que su madre había llegado a casa por fin.
ⁿᵒᵗᵃ ᵈᵉ ᵃᵘᵗᵒʳᵃ
¡𝓕𝓮𝓵𝓲𝔃 𝓪𝓷̃𝓸 𝟐𝟎𝟐𝟏!
He vuelto, estos últimos meses me he centrado en mis estudios y tambien en mi salud, hace un mes tuve que estar ingresada en urgencias un día entero por un cólico nefrítico y he estado un poco malita, pero ya estoy bien. Después de mucho tempo sin escribir. He vuelto me alegra poder continuar con esta historia. Espero que todos estéis bien, que vuestras familias estén bien y que este año sea mejor para todos.
Por favor cuidaros mucho, se despide con mucho amor Lau
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