Wooyoung había cumplido cuatro días sin ver a su Hyung, él no llegó al lugar en donde siempre se encontraban, se sentía culpable por haber rechazado sin querer al alfa.

En las noches lloraba pensando en lo mucho que lo odiaba su Hyung, su lobo estaba triste al igual que él, le habían fallado a su alfa. Quería hablar con su Hyung, pedirle disculpas y aceptar su cortejo. Extrañaba el aroma a menta, su adorable sonrisa y esos ojos grises que lo miraban con ternura y amor.

Cariño

¡Wooyoung!

El grito den su madre lo saco de su pequeño trance.

— ¿Qué pasa mamá? — el omega dirigió su vista hacia la mujer.

—Necesito hablar contigo. —El ojiazul asintió y se hizo a un lado para que su madre se sentará junto a él.

—¿Pasa algo? —

La mujer tomó la mano de su hijo y habló. —Cariño ¿estás saliendo con alguien o te gusta algún alfa? —

Esa pregunta tomó desprevenido al omega, estaba pensando que responder, si decía que le gustaba alguien, su madre se pondría histérica, ya había experimentado esa faceta de la mayor.

—No, mamá. — dio una sonrisa fingida.

—¿Seguro? — la mayor lo vio con ojos acusadores y su lobo se asunto. —Sabes, que solo quiero verte bien, me preocupó por tu salud. No quiero que pase lo de la última vez. —

—Mamá, ya hablamos de eso, mi última recaída no fue por culpa de él—

Fue tu culpa, me alejaste de él.

—Está bien, creo en ti—Yongsun se acercó y abrazo a su hijo. Ella sabía que le estaba mintiendo, solo lo estaba poniendo a prueba.

Wooyoung tenía miedo de que su madre alejara nuevamente a la persona que quería.

Después de eso tomó su gorro y abrigo, decidió salir un rato, necesitaba pensar muchas cosas.

—San, sal de esa cama. Llevas cuatro días sin salir de tu cuarto, apenas y comes algo. —la anciana movía de un lado a otro el cuerpo cubierto por completo con una sabana.

—No quiero, déjame dormir un poco más. — el alfa se aferró más a la cama.

—Son las dos de la tarde, baja a comer algo, mientras yo esté aquí, mi nieto no moría de hambre. —Dami abrió las ventanas para que entrara la luz y aire fresco en el cuarto, el alfa se quejó cuando los rayos del sol pegaron en su rostro.

San, con pereza se levantó, su abuela había ganado sus pies tocaron el frio suelo y se dirigió al baño se daría una ducha antes de bajar a comer.

Dami vio como un desanimado San entraba al cuarto de baño. Recordó lo de hace cuatro días, se preocupó cuando vio llegar a su nieto con ojos llorosos, este le contó lo que sucedió, el corazón de la omega se tranquilizó, ya que pensó que Solar les había hecho algo.

San estaba conociendo el amor y también había experimentado su primera decepción amorosa. Los dos jóvenes actuaron sin pensar, estaban destinados a estar juntos así que tarde o temprano iban a volver a hablarse.

[ 🦋✨ ]

San se encontraba con la cabeza recostada en las piernas de su abuela, mientras esta dejaba suaves caricias en su cabello.

—¿Te vas a dar por vencido tan fácilmente? — el alfa negó. —Entonces si quieres mucho al pequeño Wooyoung, ve por él. —

—Pero me rechazo. —el lobo de San aulló triste.

—Tal vez estaba un poco confundido, mañana irás a verlo y escucharas su respuesta. — la anciana dejó de acariciar el cabello y pellizco la nariz de su nieto.

—Pero... —

—Pero nada, toma. —Dami le extendió la mano y le entregó dinero. —Ve a comprar helado, cuando eras un cachorro siempre que estabas triste comer eso te animaba. —

—Pero ya no soy un cachorro, abuelita. —protestó el alfa.

—Aun eres mi pequeño cachorro, mi dulce algodón, así que ve. —La omega, tomó por los hombros al alfa y lo arrastró hacia la puerta.

Beso su frente, le entregó un abrigo y con un pequeño empujón lo saco de la acogedora casa. Lo último que escucho San fue un "regresa pronto" .

Guardo el dinero en su abrigo y vio el cielo, había un hermoso atardecer, con una pequeña sonrisa se dirigió a la heladería

Cuando iba de regreso, decidió ir a comer sus helados al parque, el lugar de los columpios estaba vacío, así que corrió hacía ellos y se sentó.

Saco el botecito de helado de melocotón, con una sonrisa empezó a comerlo. Dirigió su vista al área de resbaladeros, pero un pequeño bulto que estaba en uno de estos llamó su atención.

Pensó que tal vez era un cachorro perdido, así que se acercó lentamente. Pero se dio cuenta que no era un niño, era un chico que estaba con sus rodillas encogidas y su rostro escondido entre estas.

El alfa se acercó un poco y se puso de cuclillas, pero algo llamó su atención, ese aroma lo reconocía.

—¿Woonie? — el chico levanto su rostro lleno de lágrimas y San se asustó.

—¿Sanie Hyung? — sus tiernos ojos azules algo hinchados por el llanto lo vieron con ilusión.

—Hadita ¿Que tienes? ¿Te duele algo? — el omega lloro más y lo abrazo.

—Hyung...no me odie, lo s-siento... — habló entre hipidos mientras se aferrada más al abrazo y aspiraba el aroma del alfa.

—Woonie, estas preocupando mucho a Hyung, explícame lo que te pasa. –con cuidado separo el cuerpo que se aferraba a él.

—Usted no apareció por muchos días, pensé que me odiaba, yo no quise rechazarlo hyung. —el omega sintió unos suaves dedos limpiar sus lagrimas. —Yo estaba nervioso, así que hui, cuando logre recapacitar regrese a buscarlo pero ya no estaba. —

A San le dolía ver así a su pequeña hadita, lo atrajo hacia él y lo sentó en sus piernas.

—Escucha muy bien Woonie... Hyung no estaba enojado, solo estaba un poco dolido y necesitaba tiempo. — vio a los ojos al omega y le regalo una dulce sonrisa. —Olvidemos lo que pasó, eliminemos esos recuerdos tristes. — Wooyoung asintió.

San acomodo el gorrito con orejas de gato del omega y le sonrió. El corazón de Wooyoung estaba tranquilo.

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Espero les haya gustado este capítulo.

Los quiero ♡

Gracias por leer (๑'ᴗ')ゞ♡

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