San cuando era un cachorro de ocho años solía ir muy seguido a la casa de su abuela, esta quedaba frente a la suya así que le era fácil llegar, la omega le contaba historias sobre las hadas que vivían en el bosque y a él realmente le encantaban, le parecían fantásticas, su abuela solo le decía que eran mitos ya que el mundo de los lobos no existían, pero el pequeño pelinegro creía en ellas con todo su corazón, su mayor sueño era encontrarse alguna vez con una.

San todas las tardes iba al bosque que quedaba atrás de la casa de sus abuelos, se sentaba bajo un árbol y guardaba silencio, veía cada rincón de aquel lugar, tenía la esperanza de encontrar una hada y demostrarle a sus papis y a su abuelita que esos seres existían, en su pequeña mentecita imaginaba como serian esos seres. Pequeños, brillantes, con cabello de colores y hermosos.

Cuando cumplió diez años sus padres le dijeron que se mudarían a Seúl, ya que su padre fue trasladado a ese lugar por asuntos de trabajo. El no quería dejar aquel pueblo, quería quedarse con su abuelita y que esta le contara muchas historias, pero por ser menor no podría tomar sus propias decisiones, con todo el dolor de su pequeño corazón tuvo que irse de ahí.

Con su rostro pegado a la ventana del auto se despedía de su abuela y en el camino vio el bosque, se sintió más triste, ya no podría hacer su investigación sobre las hadas. 

Pero se prometió que cuando fuera mayor regresaría a ese lugar.

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Los primeros capítulos serán algo cortos :3 ♥

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