𝟑. 𝐃𝐞𝐬𝐯𝐞𝐥𝐚𝐝𝐚 𝐲 𝐬𝐡𝐨𝐩𝐩𝐢𝐧𝐠.
❝Todo lo que puedo decir es que estuve encantada de conocerte ❞
━ Enchanted - Taylor Swift.
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Para cuándo las fechas de las fiestas se acercaban, Ayla y JungKook se veían casi todos los días, —salvo cuando sus horarios no concordaban— sino, se escribían mensajes hablando de cualquier tema. Era increíble que siempre encontrarán algo que los mantuviera constantemente entretenidos. Por eso no era nada extraño que a veces se desvelarán hablando sabiendo que al otro día tendrían que levantarse temprano.
—Yo digo que le des una oportunidad.
—Mmm, no lo sé, tu amiga es intensa.
Ayla evito reírse acomodando el edredón sobre su cuerpo. Afuera hacia mucho frio.
—Miyeon es así, no le temas, quien te dice y pasa algo. —dijo con simpleza mirando hacia la pantalla de su laptop.
—Si te soy sincero, —hizo una pausa desviando la mirada de la cámara por un segundo—, no quiero nada... con ella. Digo, no tengo tiempo para relaciones. Creo.
—¿Cómo sabes? El amor llega de forma inesperada, tú solo lo debes dejar entrar.
—Sí, pero... —rodó los ojos acomodando la capucha de su hoodie sobre su cabeza. También estaba acostado con las frazadas hasta los hombros—. No quiero —Ayla suspiró en un susurro—, ya te dije, no me interesa. Así que si intentas juntarme con ella estás perdiendo el tiempo.
—¿Cómo sabes que intento juntarte con mi amiga?
JungKook quedó en silencio, analizándola por un momento a través de la pantalla. Ambos tenían las veladoras de sus habitaciones encendidas dando así un ambiente íntimo.
—Me he dado cuenta de que eres bastante transparente, y que el otro día cuando te invite a almorzar, no fue casualidad que Miyeon apareciera contigo —miró hacia un costado— o que se sentará a mi lado —contó con los dedos— o que me hablara tan cerca o que quisiera darme de comer en la boca y tengo una lista de 'Miyeon no es nada discreta'.
Ayla no pudo evitar reírse. La habían descubierto, en su defensa, su amiga fue tan insistente que no quiso pincharle el globo al decirle que el pelinegro no quería nada con ella.
—Tendrás que decírselo, ella no te dejará ir tan fácil si solo la ignoras.
—Esta bien.
—¿Lo harás? —se sorprendió un poco.
—Seré sincero como lo estoy siendo ahora contigo, Lala.
—Mmm —iba agregar algo más, jadeó al darse cuenta de la hora— ¡JungKook! Dios mío, son las cinco de la mañana.
El chico miró la hora en su celular abriendo sus ojos a tope.
—Nos hemos desvelado un poco al parecer. —ironizó.
—Sera mejor que vayamos a dormir.
—Debo despertar en dos horas. —se quejó colocando las puntas de sus dedos sobre sus párpados—. Tengo clase a las nueve.
—¿Estás seguro de querer acompañarme hoy? No tardaré mucho en comprar los regalos para mis hermanos.
—Tengo clase hasta las doce, cambie de día con Hobi hyung en el trabajo, así que llegaré a casa y dormiré un poco hasta que pase a buscarte en la universidad, ¿te parece?
—Miyeon comparte las clases de la tarde conmigo —canturreó.
—Te espero en el centro comercial.
—Esta bien. —sonrió—. Que descanses.
—Tú igual, Lala.
La conexión se cortó, a duras penas, se levantó de la calentita comodidad de su cama para dejar su laptop sobre la mesa de su escritorio junto a sus cuadernos y libros. Aprovechó de ir al baño antes de volver a acostarse, fue saliendo que escuchó la puerta principal abrirse. Bajó en silencio, las luces del recibidor siendo encendidas por uno de sus hermanos llegando de la discoteca.
—¿Oppa?
—¿Qué haces a esta hora despierta? —preguntó Taehyung al levantar la cabeza y mirar a su hermana. Iba muy bien vestido, su cabello de un castaño claro bien peinado hacia atrás. Ayla se sorprendía de la belleza de su hermano.
Más de una vez, la buscaban en la escuela para acercarse al chico, pura conveniencia. Es como se dio cuenta de la calidad de las amistades.
—¿Qué haces llegando a esta hora? —se cruzó de brazo dejando el peso de su cuerpo en una sola pierna—. Apestas a alcohol —dijo cuando Taehyung se acercó a besarle la frente, ambos sentándose en el living— ¿te divertiste?
—Baile toda la noche, bebimos un poco, luego JiMin me dejó solo por irse con una chica y me quedé con la amiga de su conquista. —enarco una ceja— Linda, nos besamos, luego peleamos y nos fuimos.
Ayla resolló una risita.
—¿Por qué pelearon?
—No sé, solo lo hicimos y cada uno por su camino, —suspiró dramáticamente— ¿omma?
—Durmiendo con Yeontan.
—¿Nam?
—Aviso que se quedaría en lo de Hyejin después del trabajo.
—Entonces me iré a dormir. —besó la cabeza de Ayla antes de levantarse.
—¡Que descanses oppa!
—Igual Lala.
Taehyung jamás cambiaría pensó Ayla. Aún teniendo veinticinco años y a punto de cumplir los veintiseis se comportaría como un adolescente.
Cuando el timbre de su última clase sonó salió junto algunos de sus compañeros. Había estado enviándose mensajes con JungKook después del almuerzo, la esperaría dentro del centro comercial. Por suerte, pudo despedirse de su amiga quien quiso acompañarla a las compras.
Al parecer, el pelinegro le temía un poco, podía entenderlo, pues Miyeon era un tanto... eufórica.
Sintiendo en sus manos y cuerpo la calidez de la calefacción del lugar, decidió avisarle al pelinegro de su llegada a través de un mensaje, no le veía en el lugar donde habían acordado en encontrarse. Decidió que echaría una rápida llamada, sus ojos siendo tapados por unas manos. Sonrió.
—¿Si adivinas quién soy te ganas un regalo?
—Déjame adivinar. —se mordió el labio inferior divertida siguiendo el juego— Dime qué eres YuGyeom de Got7.
JungKook rápidamente la volteó, su entrecejo con unas arruguitas en descontento.
—¿Te gusta ese? —resopló— me desconciertan tus gusto, Kim Ayla.
La hacía reír, se ancló del brazo del pelinegro empujándole a caminar.
—Gustos son gustos.
—Pero el tuyo deja que desear.
—¿Acaso tus gustos son perfectos, Jeon?
JungKook la miró fijamente sin ella darse cuenta y murmuró.
—Lo son.
—¿Qué dijiste?
—Nada. —respiró— ¿A dónde quieres ir primero?
—Debo comprarle algo a Taehyung, dentro de unos días es su cumpleaños.
—¿Te llevas muy bien con ellos por lo que me has contado?
—Sí. —sonrió— Nam y Tae son mis mejores amigos, los mejores hermanos.
—Entonces busquemos...
Se interrumpió a si mismo cuando escuchó a Ayla chillar y trotar hacia una determinada tienda con prisa.
—Aw, mira, tienen ropita para mascotas. Ven entremos, le compraré algo a Tan.
JungKook no se pudo negar, en partes, porque recordó que necesitaba comprarle una correa nueva a Bam, aprovecharía. Lo que no contó es que terminaría comprando no solo una correa, sino galletas con formas de hueso, un juguete y un pijama de Iron Man.
Ayla se dio cuenta de lo mucho que le gustaba ese personaje al pelinegro, se podía ver el entusiasmo en esos ojos negros de cervatillo cuando le mostró la ropa. Sin contar que anteriormente le había comentado sobre su maratón de fin de semana con películas de superhéroes.
JungKook se daba cuenta que no era difícil para Ayla escoger ropa, tenía etilo y buen gusto. Por eso no dudaba en su forma de vestir o que tendría éxito en un futuro como diseñadora. En cambio, él dudaba de si mismo. No entendía porque de repente su forma de vestir le traía inseguridad.
—Eso te quedaría bien. —llamó su atención, observó la chaqueta aviadora que tenía en su mano.
—Me gusta a mi también, pero no sé, ¿debería cambiar un poco? —se miró a si mismo. Jeans pegados a sus piernas, botas militares, un hoodie abrigado negro y un sobretodo del mismo color.
—Para nada, tienes un estilo único. —la miró con sorpresa— Me encanta. Aunque sea todo negro, lo haces tuyo, es diferente, es muy Jeon JungKook.
Su cerebro indicándole que conteste algo para no verse como un idiota ahí parado y callado, pero solo se sonrojó metiéndose al probador con algunas prendas de su agrado.
Cuando tuvieron las bolsas suficientes decidieron sentarse a tomar algo en el patio de comidas. JungKook se decidió por un chocolate caliente, Ayla por té verde ambos lo acompañarían con una porción de cheesecake de frutos rojos.
—A Taetae le gustara su regalo. —dijo revisando la prenda muy por encima.
—¿Ya pensaste qué harás en las vacaciones? —preguntó llevándose un pedazo del postre a la boca.
—Se supone que iría de viaje con mis hermanos, mi cuñada y un amigo de Nam, pero no me ha dicho casi nada. Solo sé que habrá nieve.
—Como en todo Corea. —bromeó él, ella sonrió divertida bebiendo de su té— ¿Entonces no sabes que harás?
—La verdad solo se que iremos a acampar a unas cabañas a las afueras de Seúl, ¿tú qué harás?
—No estoy seguro aún. Tal vez vaya a Busan a ver a mis padres, si pasa eso, debo llevar a Bam y si hago eso le pediré a Yoongi el auto para que esté más cómodo.
—Yeontan se quedará con omma. Estará de vacaciones también, prefirió quedarse en casa.
—Tendrás que mandarme fotos.
—Tú también.
—Sera mejor que nos apresuremos. Quiero mi cama.
—Yo también, Bam me espera y seguramente me va reprochar a su manera por llegar tarde.
Sonrieron, la fría brisa de la noche golpeándoles el rostro. Caminaron en silencio hacia el metro que debían tomar de regreso, uno al lado del otro como manera de darse un poco de calor.
—¡JungKook!
Ambos voltearon ante el grito, una chica menuda y muy bien abrigada con una campera amarilla corriendo hacia ellos. Ayla se quedó quieta en su puesto viendo cómo la nueva presencia abrazaba con sus brazos e incluso piernas a JungKook. Él la sostenía de la cintura evitando que se cayera al removerse.
Estaba demasiado avergonzado.
—Soojin, bájate por favor, —susurró al oído de la chica—, me estás arruinando.
La susodicha resopló rodando los ojos, bajó de un salto percatándose de la castaña quien miraba hacia el cemento de la vereda como distraída.
—Hola, mi nombre es Seo Soojin. —se presentó extendiendo su mano con una sonrisa en sus labios de color rojo— Tú debes ser la novia de oppa. Yo soy su prima, bueno, soy como su hermana.
JungKook comenzó a toser colorado de la vergüenza. Ayla respirando y riendo a la vez por la situación confusa. Le correspondió amable.
—Kim Ayla, y no soy la novia, soy su amiga.
—Oh, así que tú eres Ayla. —sonrió mirando al pelinegro a su lado propinándole un golpe a su hombro— No deja de hablar de ti.
—¡Soojin! Deja de hablar. —siseó.
Soojin frunció su ceño cruzándose de brazos.
—Los tíos dijeron que me trates bien, omma y appa te dijeron lo mismo ayer cuando te llamaron.
JungKook refregó su rostro con ambas manos por la frustración. Su prima era todo un serio caso.
—Soo se quedará en Seúl, la transfirieron de la compañía de baile de Busan. —comentó el pelinegro hacia Ayla.
—¿Eres bailarina?
—Clásica y contemporánea.
—Te deseo mucha suerte en tu nuevo camino.
—Muchas gracias, Ayla. —sonrió, se veía una chica muy simpática— Los dejo, me voy.
—¿A dónde vas? —la detuvo JungKook.
—Me juntare con una amiga, adiós.
—Soojin, llegaste recién, ¿a dónde te estás quedando? Se suponía que me avisarías, ¿les avisaste a los tíos?
—Te daré simples respuestas. —carraspeó— En tu casa, la batería del teléfono se agotó y sí, los llamé por el teléfono de tu compañero de piso. Por cierto, es lindo.
Si las miradas matarán, ella estaría enterrada bajo tierra ahora mismo ante la mirada penetrante que JungKook le dedicaba.
—Soojin tenemos que volver...
—Después —le interrumpió—, me alegro mucho haberte conocido Ayla. —la abrazó despidiéndose para luego besar la mejilla de su primo— Hablamos, oppa.
La observaron alejarse. Seo Soojin era como una adolescente, libre y algo imprudente.
—Juró que me sacará de quicio. —gruñó— Lo siento por eso.
—No te preocupes. Se ve una persona muy linda.
Retomaron la caminata. JungKook de vez en cuando volteando a dónde Soojin se había ido.
—La adoro, en serio, pero a veces tengo ganas de ahorcarla. Es la niña consentida de mis tíos, mis padres la adoran. Es la única mujer en la familia, todos los demás, somos varones.
—Tal vez te entiendo un poco. —murmuró al ser ella la única mujer entre tantos hombres.
—Así que todos la adoran, está un poco chiflada, pero es buena.
Ayla golpeó suavemente su brazo mientras bajaban las escaleras del metro. Esperaron a que el tren llegará junto a los demás pasajeros. Llegando a la estación correspondiente dónde tendrían que hacer distintas combinaciones para llegar a sus hogares bajaron juntos despidiéndose.
—Entonces no nos veremos hasta después de las vacaciones.
—Cómo te comenté, pasaremos el cumpleaños de mi hermano allá.
—Que te diviertas, si te aburres yo estaré disponible. —bromeó en tono inocente.
—Gracias, Kook.
Él decidió acortar la distancia entre ambos, acomodó la bufanda color gris de Ayla para que no pasará frío.
—Avísame cuando llegues a casa.
—Tú también, por favor. —respondió acomodando la solapa del sobretodo de JungKook y golpeando suave la visera de su gorra haciéndolo reír.
Ayla fue la primera en tomar su tren, JungKook la despidió sacudiendo su mano a la vez que sintió su celular sonar. Lo sacó del bolsillo de sus jeans leyendo el nombre de su compañero de piso en la pantalla. Suspiró porque estaba seguro que le diría algo por culpa de su prima.
Habrá mucho cliché, mucha
escena de kdrama o telenovela, lo intentaré. También quiero hacerlo algo cómico. Espero me salga. 🙏🏻
No olviden votar y comentar por favor.
Se les quiere mucho.
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