𝟏𝟒. 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐨𝐬𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐮𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝.
❝No tengo miedo de decir esas palabras. Contigo estoy a salvo.
Estamos cayendo como las estrellas.
Estoy enamorado.❞
━Falling like the stars - James Arthur.
•••
Ninguno dijo nada a la hora en que desayunaron junto a los padres del pelinegro, podía sentirse esa nueva energía en ambos, en no querer estar apartados el uno del otro. En querer compartir el mayor tiempo posible como en ese momento en que se encontraban lavando y secando los platos.
Se sonreían, miraban sus ojos y rostro jugando tontamente a besarse, pero no llegaba suceder. JungKook llevó una de sus manos hacia la espalda baja de Ayla en dirección hacia su trasero, ella empuñó el cinturón atrayéndolo hacia si.
Sintió la nariz del pelinegro recorrer en una lenta y electrizante caricia su mandíbula, bajó por su cuello y su pecho hasta el escote sin ir más allá. Ella llevó su mano hacia la nuca de él para apretar entre sus dedos los cabellos.
Un carraspeo los sacó de su mundo de cariños, voltearon tomando cierta distancia con las mejillas sonrojadas mientras Soojin los miraba con una sonrisa maliciosa en sus labios.
—Aw, los tortolitos.
Ayla sonrió yendo abrazar a la chica.
—Que bueno que viniste, Soo, te extrañaba.
—Yo también, Lala. —correspondió. Al separarse saludó a su primo con un abrazo y tomó la mano de la castaña— Debemos irnos.
—¿A dónde? —preguntó la parejita al unísono.
—Todos quieren conocer a Ayla.
—¿Para qué?
Soojin rodó los ojos ante la preguntonta del pelinegro.
—Es tu novia, es la primera vez que traes una novia a la casa. —arrastró a Ayla afuera, se dirigieron a la casa contigua dónde gran parte de la familia estaban reunidos en el patio trasero mientras se disfrutaba de una parrillada.
A los primeros que vio fueron a los padres de Soojin, la madre era un calco idéntico a Soah, su hermana, el padre era quien la chica se parecía más. Luego conoció a los abuelos maternos y paternos de JungKook, tan amables que no supo cómo sentirse ante tanta atención.
Todos eran muy atentos con ella, incluso las tías que no podían apartar las manos de los cachetes redondos de su novio.
—Oh, JungKookie, tanto tiempo sin vernos. —dos chicos sonrientes aparecieron, uno abrazando el hombro de otro.
—Podrías presentarnos a tu amiga. —dijo el chico de cabello rubio.
JungKook suspiró mirando con ojos entrecerrados a sus primos, sobre todo cuando uno de ellos se acercó peligrosamente hacia la castaña.
—¡Quieto ahí! Ella no es mi amiga, es mi novia, Kim Ayla, ellos son mis primos Jeon Wonwoo, —señaló al chico de cabello azabache de brazos cruzados— y él es Wen Junhui, —presentó al rubio que le guiñó un ojo.
—Encantada de conocerlos.
—¡Bienvenida prima! —Junhui se adelantó con los brazos abiertos hacia ella. JungKook interponiéndose.
—¿Qué haces?
—Quiero abrazarla, darle la bienvenida a la familia.
—Ya la viste, te la presente, se puede saludar sin la necesidad de tocar, listo.
Ambos chicos rieron divertidos.
—Gukk-a, —Wonwoo rodeó con un brazo el hombro de la castaña— no seas malo, deja que la chica nos conozca.
—¡Hyung!
Otro chico de cabello rubio y unos centímetros más alto que JungKook lo abrazó con efusividad.
—Hola Soobin, que bueno verte. —correspondió— Lala te presentó al menor de los primos, Choi Soobin.
—Encantado de conocerla, noona. —hizo una reverencia— Hyung ha hablado mucho de usted.
—Me alegra conocerlos, han sido muy lindos, todos.
—Apenas somos nosotros, luego llegarán los demás. —sonrió Junhui.
—No veo la hora que los chicos te conozcan, primita. —expresó con regodeo.
—¡La barbacoa está lista!
Anunció uno de los tíos al frente de la parrilla, ambos mayores tomaron las manos de Ayla para acercarla a la mesa donde ellos se sentaban. JungKook rodeándole la cintura evitó que se le llevarán dejándola confundida.
—¿Por qué eres así?
—Tú nos los conoces, son como buitres, sobre todo ellos dos. —susurró viéndoles reír molestando a Soojin— Ven algo bonito y van a por ello.
—¿Soy bonita?
—Muy bonita y mi novia.
—No exageres, solo fueron amables.
—Sí, claro. —bufó.
Ayla sonrió por lo gruñón que JungKook se ponía cuando algo no le gustaba.
Se encontraba en la habitación matrimonial acompañando a Soah en lo que la ayudaba con el maquillaje y el peinado. La mujer llevaba un sobrio vestido color vino combinado con zapatos de tacón negro. Ayla llevaba pantalones de vestir negro y blusa de mangas tres cuartos del mismo color. Se habían entendido demasiado bien.
—Las dos lucen hermosas.
La voz de JungKook apoyado en el umbral de la puerta las hizo voltear. Ayla se babearía por ver a su novio muy bien vestido en camisa de botones blanca y pantalones de vestir negro.
—Gracias, mi amor. También estás muy apuesto, mi niño.
—Omma. —se quejó cuando acunó sus mejillas para darle besos— Yah.
—Jeon JungKook, deja que te dé cariño.
—Tú das cariños violentos.
Soltó una risa nasal cuando su madre le propino un suave jalón de oreja, Soah se dispuso a buscar con algo de apuro en el interior del cajón de su mesa de luz.
—¿Qué buscas, omma?
—Tu padre y yo decidimos usar anillos simbólicos por nuestro aniversario, —chasqueó su lengua— pero no encuentro la cajita y sé que él no se lo llevó.
—Recuerdas dónde lo dejaste.
Soah lo pensó por unos minutos hasta que su rostro se iluminó, pasó por al lado de Ayla acariciando su cabello y de su hijo a quien besó su mejilla en dirección hacia la cocina, la cruzó llegando hasta el living y luego al recibidor de la salida donde se encontraba su bolso de dónde extrajo la pequeña cajita de azul terciopelo.
—Aquí esta, —sonrió— con tanto en la cabeza se me olvidaba.
—Omma, me hubieras dejado traer a Bam, él sería el que lleve los anillos.
—Oh no, ni loca aceptaría eso, —les pasó a ambos los abrigos— ¿qué tal y se le cae o se los come?
JungKook indignado se cruzó de brazos.
—Bam está bien entrenado, es muy obediente.
Soah sonrió irónica y respondió.
—Lo sé, cariño, es igual de obediente que tú.
Ayla se carcajeó por lo bajo, viendo a su novio refunfuñar en desacuerdo. Irían los tres juntos hasta el bar donde se celebraría el aniversario con toda la familia. Sería algo tranquilo dónde cenarían alguna comida tradicional, habría un especial baile de los novios y un monje bendijera el matrimonio.
Ayla pudo observar con mucha alegría cuando Soah y Junho se encontraron en un abrazo cargado de amor en medio de lo que supuso la pista de baile, los aplausos estallando ante los novios, los flashes de los celulares para captar ese hermoso momento o cuando inició la ceremonia.
El lugar que solía ser un bar para divertirse y pasar un buen rato luego del trabajo, se encontraba perfectamente decorado como si de una ceremonia de casamiento se tratase. Estaba impactada por lo sencillo, pero magnífico que todo se veía, incluso imaginándose en esa misma situación.
Miró al pelinegro a su lado, sonreía mientras hablaba con uno de sus tíos y primos, ella sonrió agradecida por haberlo conocido, por haber pasado todo lo que pasó entre ellos, a su lado, jamás imaginó que un desconocido al cual ayudó con su mascota terminaría siendo su gran amor.
Porque para Ayla, JungKook era su primer y gran amor.
A lo lejos vio a Soojin sentada en la mesa, desde el inicio la vio alejada, cabizbaja y callada, todo lo contrario a lo que ella solía ser. Vivaz e impulsiva. Se acercó, tomó asiento a su lado llamando su atención, más solo recibió una suave sonrisa de labios cerrados por parte de la morocha.
—Esta muy lindo todo, ¿verdad?
—Así es.
La escuchó sollozar, recargando la cabeza sobre su hombro. Ayla le rodeó con su brazo la espalda dejando una cuantas caricias como forma de consolación.
—No sé cómo sucedió, —esnifó, quitando sus manos de su rostro— siempre estábamos discutiendo, comenzamos a mandarnos mensajes y de un día a otro terminé saliendo con él al cine, luego me acompañó al departamento, se portó muy lindo conmigo, por más que quise negarme no podía, Tae es tan dulce, —sonrió entre lágrimas. Ayla peinó un mechón del cabello negro de la chica— hasta que…
Se detuvo, Ayla ladeando su rostro.
—¿Hasta que, qué?
Soojin con semblante apenado giró para mirarla.
—Un día pasé a buscarlo por su trabajo, caminamos en silencio, me acompañaría a casa, —jugó son sus dedos— entrelazó nuestras manos y se sintió muy bien. —sonrió— Cuando llegamos, se despidió —miró a la castaña a los ojos— con un beso —hizo una pausa— en los labios, y de ahí no recuerdo cuando fue que todo empezó.
—Sabes que lo que pasó en ese restaurante fue un malentendido.
—Lo sé. Él intentó aclararlo todo, incluso JungKook y Yoongi me contaron lo que realmente sucedió. Esas chicas eran la cita de Yoongi y el amigo, pero al parecer se deslumbraron con Tae y mi primo.
Ayla suspiró, acariciando la cabeza de Soojin.
—¿Por qué no hablaron?
—Siento vergüenza, no he querido hacerlo por eso.
Ayla desvió la mirada hacia la puerta de entrada del bar, dónde un rostro conocido entraba siendo recibido por su novio quien parecía confundido por la inesperada visita. Jaló a Soojin con ella sin permitirle hablar.
—Hola Lala.
—Hola oppa.
—Sabes que hace Taehyung aquí. —preguntó JungKook extrañado.
Ayla y Tae se miraron cómplices, ambos habían acordado un plan y una sorpresa para toda la familia y sobre todo para los novios.
Voltearon cuando una voz llamó la atención arriba del escenario, la madre de Soojin quien había sido la encargada de organizar todo el evento, convocó a Soah y Junho al centro.
—Es hora de que los novios tengan su baile especial, —la mujer miró a la novia de su sobrino a lo lejos— para esto hay una sorpresa de parte de JungKook y Ayla que quisieron que hoy fuera un día mucho más especial. —dijo haciendo que los novios se miren sin entender— Por favor, denle una cálida bienvenida a la cantante JinYi.
La sorpresa invadió en todos, Soah y Junho sin poder creer que la cantante favorita de ambos estaba sonriéndoles a punto de cantar la canción que hicieron propia de ellos.
JungKook estaba atónito, Ayla riendo por lo cómico que su novio se veía con la boca abierta.
—No me dijiste que tu madre vendría.
—Fue una sorpresa. —miró hacia el centro donde la pareja bailaban unidos, enamorados y aún sorprendidos.
JungKook rodeó la cintura de Ayla atrayéndola a su anatomía. Sus mejillas enrojecieron ante el arrebatado beso que le había robado en esa escasa oscuridad aún iluminada por algunas luces.
—¿Quiere bailar conmigo, señorita Kim?
La voz ronca la estremeció por completo dejándola sin habla, asintió embobada por la sonrisa del chico, se dejó arrastrar hasta la pista donde comenzaron a bailar luego de que otra canción diferente había comenzado.
—Oh por Dios, oh por Dios, no puedo creer que estés aquí. —Soah seguía algo exaltada ante la sorpresa— Lo siento mucho, no quiero ser inoportuna, lo siento, es que estoy muy emocionada.
Rieron ante la exaltación de Soah al ver sentada frente a ella a su cantante favorita.
—Ayla me contó que son mis fans número uno, me pidió que cantara para ustedes mi canción Because of You como un regalo de bodas y espero les haya gustado.
—Fue más que hermoso. —habló Junho sonriendo y apretando la mano de su esposa entre la suya— JungKook no nos dijo que la madre de su novia era cantante.
—No podía decirles si no tenía el consentimiento de Ayla y Hyekio. —señaló—Ahora lo saben.
—Me alegra conocerlos, Ayla me ha hablado mucho de ustedes, hemos conocido a JungKook y ya forma parte de nuestra familia.
Soah miró a ambos jóvenes.
—¡Ay y son tan lindos! Es más, son el uno para el otro, hasta comparten lunar en la nariz, ambos.
Se miraron entre si, porque no habían reparado en ese detalle, sin embargo, así era, compartían el mismo lunar en el mismo sitio haciéndolo una extraña y hermosa casualidad.
—Pues bienvenida y esperó que pasen una noche amena junto a nosotros.
—Gracias por acoger a mi hija y les deseo una vida colmada de bendiciones.
JungKook y Ayla se miraron, sus manos unidas bajo la mesa, hasta que el ambiente se vio interrumpido por la presencia de algunos.
—Primito, —la cabeza de Junhui se metió en medio de la parejita— haremos karaoke, así que tienen que venir con nosotros.
—A menos que quieran seguir escondidos aquí. —espetó Soojin mirando de reojo a Taehyung.
—No, nos gustaría, ¿verdad, Gukk?
—Si vamos.
La mayoría de los jóvenes de la familia se juntaron en una de las mesas delanteras del escenario para compartir un divertido momento en lo que los más valientes hacían karaoke.
—¿Qué le pasa a la novia de hyung?
Junhui volteó hacia donde se encontraba otro de sus primos discutiendo en voz baja y alejados con una linda chica, Soojin riendo.
—Pues al parecer, Wonwoo oppa, metió la pata olvidándose de su aniversario y SonHye unnie está enojada con él.
—Deberían arreglarse, hyung es muy lindo con ella. —comenta Soobin haciendo que sus labios hagan una linda forma en O.
La tal SonHye se sentó al lado de Soojin, está le pregunto algo al oído y la otra le respondió.
—Es turno de JungKook de subir al escenario.
—No, —interpuso Soojin— mejor que suba unnie, que canté una canción para oppa.
Soojin con una sonrisa ladina tomó la mano de la mayor y la llevó arriba del escenario. Mientras la chica se preparaba tomando el micrófono, Soojin elegía la canción a interpretar.
Cuando los primeros acordes comenzaron, todos en la mesa se miraron entre si, algunos sorprendidos, otros conteniendo la risa cuando la chica comenzó a cantar.
—Rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho.
JungKook miró a su primo a su lado.
—¿Qué le hiciste hyung?
—Aparte de que me olvidé de nuestro aniversario, —suspiró— la deje plantada para irme de fiesta con amigos.
—Que tonto eres, Won, ¿cómo se te va olvidar algo tan importante? —se burló Junhui a la cabecera de la mesa, recibiendo del otro una fulminante mirada.
—Es tu culpa. —murmuró hacia Soojin. Ella se encogió de hombros tentada por la risa.
—Esperen, esperen, viene la mejor parte.
Y todos a coro cantando.
—Rata de dos patas, te estoy hablando a ti, porque un bicho rastrero, aún siendo chiquito, comparado contigo, se queda muy chiquito.
Incluso los adultos reían por lo cómico del momento, luego como el chico subía al escenario para quitarle el micrófono a su novia y luego perseguirla por su perdón.
—Ya pasó el momento gracioso. —habló Soojin cruzando miradas cómplices con Taehyung— Gukk es tu turno, sube y elige una canción.
El mencionado se paró de su asiento pensando alguna canción para poder hacer divertido el momento, pero la voz de TaeHyung lo dejó un tanto confuso.
—Lala debería subir también.
—Es una idea genial. —Soojin tomó la mano de la castaña y la llevó al lado de su primo, tomó otro micrófono dándole a la castaña en mano decidiendo rápidamente la canción— Mucha suerte, tortolitos.
Ambos se miraron escuchando sonar los primeros acordes de 'Stuck whit You' de Ariana Grande. La vergüenza en ambos al principio al tener, absolutamente, todas la miradas en ellos.
La voz de Ayla sonó bajito a causa de la timidez. Sus mejillas se veían más rosas a pesar de su maquillaje, era la primera vez que cantaba delante de mucha gente y sobre todo que su novio la oía. Pues por obra del destino o simple herencia, había sacado una voz parecida a la de su madre, tal vez un poco más dulce, pero Ayla cantaba muy bonito.
Y JungKook estaba cautivado por lo hermosa que se veía cantando, por las mejillas sonrojadas a causa de su timidez, incluso ella evitando mirarle a los ojos. La sonrisa en su rostro no pasaba desapercibido por ninguno de los presentes.
Cuando fue su turno de cantar, Ayla abrió sus ojos como platos al escuchar la voz tan dulce y aterciopelada de su novio, como un suave arrullo encantador que te hipnotizaba. Tan atractivo y encantador que sabía envolverte transmitiendo demasiadas emociones.
Sus ojos conectaron con cada palabra cantada. JungKook se atrevió acercarse a ella, entrelazando los dedos de sus manos, el escenario volviéndose únicamente de ellos y de nadie más mientras se cantaban para el otro. Haciendo suyo el momento y la propia letra.
Ni siquiera cuando terminaron y los aplausos explotaron, ellos seguían en su propio mundo.
—Eres la casualidad con los ojos más bonitos que ha llegado a mi vida, Kim Ayla.
—Te amo, JungKook.
—Yo te amo más, yeobo.
Para cuándo la madrugada había llegado, los más jóvenes se encontraban paseando por la playa con un poco más de euforia a causa de todo el alcohol ingerido. Pues luego de algunos momentos incómodos, el karaoke se torno divertido cuando todos pasaban por turnos a cantar así algunos carecían de afinación.
Reían, ante los chistes que algunos de los primos de JungKook lanzaban. Ayla estaba totalmente sobria cuidando de su novio que si había bebido, feliz colgado de su espalda, sus brazos alrededor de los hombros femeninos casi con todo su peso sobre ella.
—Gukki-yah, pesas un poco.
—Jijiji, tengo sueño, estoy cansado, —puchereó— tengo hambre.
Ayla se carcajeó tambaleándose un poco, todos los demás adelantados reían sin percatarse de la parejita. Ayla escuchando las tonterías de su chico avisó a los demás que volverían a la casa para descansar. Y aunque el camino no era tan lejos, les costó un poco llegar al tener que subir por la colina dónde la residencia Jeon se hallaba.
Llegaron hasta la habitación a duras penas, Ayla dejó caer cómo bolsa de papas el cuerpo del pelinegro. Reía, porque aún así él no dejaba de decir tonterías.
—Yah, ¿por qué eres tan linda? —sonreía tontamente, prosiguió en un canturreó— Tengo una novia muy linda y sexi.
Se incorporó apenas para besar el cuello de Ayla, ella chilló al sentir que la arrastraba con él.
—Gukk, estás borracho.
—Pero no estoy diciendo mentiras. Es la verdad, eres preciosa y solamente mía. —ella se sonrojo por ese doble sentido—Tengo algo que decirte.
—¿Qué tienes?
—Quiero que hagamos un trato. —balbuceó arrastrando las palabras— Es más bien un compromiso. —enfatizó, tomó las manos femeninas entre las suyas— Quiero qué tú, tú Kim Ayla… sé sincera, eh.
—Ya dilo, ¿qué?
—Kim Ayla, aceptarías, —hizo una pausa acumulando todavía más la ansiedad en ella, los párpados de Kook se cerraban lentamente— ¿aceptarías ser la madre de Bam?
—Claro que acepto.
—¡Bam! ¡Bammie-yah! Ya te conseguí madre.
Ayla no pudo evitar carcajearse al verlo buscar por la habitación a su mascota.
—Soy un padre genial, uno muy bueno, hijo.
—Estas borracho. —balbuceó entre risas— Bam no está aquí.
—Borracho de amor por ti, deberíamos irnos a vivir en la playa, en una casita junto al mar y criar juntos a nuestro cachorro.
Los párpados de JungKook estaban cerrados, sus manos sobre la cintura de Ayla que se había inclinado sobre el pecho de su novio para acariciar sus mejillas.
—Lo que tú quieras mi Gukki-yah.
En el capítulo anterior deje algún que otro detallito importante para lo que se viene más adelante. 🤔
Agradecerles por darle amor a esta historia. No olviden votar y comentar.
Cuidense mucho, se les quiere.
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