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𝟏𝟐. 𝐃𝐞𝐣𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫.

❝Soy obsesiva y amo demasiado, soy buena en pensar demasiado con mi corazón
¿Cómo crees que llegamos tan lejos, tan lejos?❞

Needy - Ariana Grande.
•••


El silencio en la habitación ayudaba que ambas jóvenes se concentren en sus lecturas. Tenían muchos textos por leer y resumir. Miyeon de boca abajo sobre la cama de su amiga leía mientras recitaba inaudible algunas líneas del libro, movía entre sus dedos un lápiz como ayudándola a mantener la concentración.

Ayla sentada frente al escritorio leía en silencio mientras subrayaba en los apuntes fotocopias con un resaltador amarillo las partes más importantes. Tanta era su concentración que apenas veía su teléfono encenderse con algunas notificaciones en pantalla teniéndolo a su lado.

—Basta. —expresó dejando caer su rostro sobre los libros— Tomemos una pausa por favor.

Ayla sonrió de acuerdo con ello, le apetecía tomar un café. Tomó su celular revisando los mensajes.

“Saldré con unos amigos luego del trabajo, sé que dije que pasaría a llevarte dulces para que estudies mejor, pero no pude negarme cuando me lo pidieron”
19:50 ✓✓

“Tal vez no me contestes porque estés ocupada, solo decirte que te quiero”
20:15✓✓

“No te desveles mucho, descansa, linda”.
20:15✓✓

Su novio era muy lindo, no pudo evitar sonreír tontamente leyendo los mensajes. Una llamada entrante de parte de Soojin le borró la sonrisa, contestó llevando el celular a su oído.

—Soo…

¿Que estás haciendo?

Le extrañó un poco que la interrumpirá, parecía acelerada e inquieta.

—Aquí en casa, con mi amiga Miyeon, estamos estudiando.

¿Quieren salir? —volvió hablar rápidamente— Necesito salir.

—Ahm, Soo es miércoles.

¿Sabes dónde está mi primo ahora?

Tragó saliva nerviosa ante el cambio de tema.

—Salió a comer con unos amigos.

Tu hermano está con él, Yoongi también.

—Tae no me dijo nada. —murmuró para si misma. Miyeon al ver a Ayla extraña, se acercó obligándola a poner en altavoz la llamada.

Pues se fueron a cenar —agrega irónica— y están con unas chicas.

—¿Qué?

Si no quieres que te roben a tu novio, te aconsejo que te muevas ahora, les mandaré la dirección de dónde estoy. Las espero.

Ayla ensimismada mantuvo el celular en su oído aún cuando la llamada había finalizado.

—¿Qué pasó con JungKook?

No sabía con exactitud cómo sentirse. Estaba confundida porque confiaba en su novio, confiaba en lo que tenían y confiaba en que aquellas chicas solo eran amigas y nada más. Entonces, ¿por qué se sentía perseguida?

—¿Ayla?

—¿Me acompañas?

El auto se detuvo frente al restaurante parrillada. Dentro estaba lleno de gente, pero aún podía verse algunas mesas vacías para ocupar. Desde donde estaban les era algo imposible saber si dentro de encontraban las personas que buscaban.

—¿Y bien? —volteó Miyeon mirando a Ayla en el asiento copiloto y a Soojin en el asiento de atrás.

—Bajemos. —dictó está última. Ayla deteniéndola.

—Espera, ¿qué se supone que haremos?

Soojin la observó sin emoción alguna en su rostro. Suspiró mirando hacia otro lado.

—Mirar que hacen.

—¿Para qué?

Se cruzó de brazos, en actitud totalmente terca rodó los ojos y resopló.

—Solo sé algo y quiero corroborarlo. Es mejor que entremos ahora a ver qué hacen mi primo y tu hermano.

Soojin bajó rápidamente, Ayla mirando con duda a Miyeon, está solo se encogió de hombros. Ambas se apearon del vehículo, acercándose hasta donde la morocha, entraron al restaurante colmado de comensales cenando. Llevaban las capuchas de sus hoodies puestos como camuflaje para evitar que las reconocieran mientras buscaban un sitio vacío cerca de la mesa donde se encontraban los otros.

Por suerte, Soojin dio con una en el piso superior, con la vista directa hacia los chicos. Un mesero se acercó a ellas dándole la bienvenida al lugar

—Una parrillada completa. —pidió Soojin sin apartar su atención de la mesa en el piso de abajo.

Miyeon y Ayla compartieron una mirada nerviosa con el chico asombrado por la actitud grosera de la morocha, este asintió marchándose en busca del pedido.

—Yo no tengo dinero.

—Soo, yo tampoco traje dinero.

—Las invitó a ambas. —parecía más pendiente de cada movimiento que hacían los otros que sus dos acompañantes frente a ella.

—Soojin, —Ayla se estaba cansando de la mala actitud de la chica— esto no está bien.

—¿Ah sí? —sonrió con malicia— pues mira hacia allá y dime sino cambiaste de opinión.

Ayla apenas giró su rostro encontrando el divertido panorama de aquella mesa donde comían entre risas, no solo se encontraba su novio, junto a su pálido amigo, un chico desconocido y su hermano, sino que habían dos chicas muy bonitas con ellos.

Lo que mas le llamó la atención, no fue la pelirroja que reía a carcajadas apoyándose de TaeHyung, sino de la rubia bonita que le sonreía coqueta a JungKook. Y él, le correspondía de igual manera. Su corazón descontrolado dentro de su pecho pareciera querer salirse ante esa escena que solo le dejó un mal sabor de boca.

—Te dije que algo se traían entre manos.

—¿Soojin? —inquirió Miyeon obteniendo la atención de la susodicha— ¿Cómo sabes que iban a estar aquí? ¿conoces a las chicas que están ahí?

Soojin tragó saliva, sus ojos en todos lados menos en la chica que seguía esperando por su respuesta.

—Solo lo escuché.

Miyeon suspiró sin estar del todo convencida. Le preocupaba un poco que Ayla a su lado se encontrará muy callada y pendiente de la mesa donde todos reían. Ella sabía que una decepción para la castaña sería demasiado, peor siendo su primera relación amorosa, una donde estaba llena de ilusiones.

El camarero llegó con una bandeja sirviendo pequeños platitos con los diferentes tipos de acompañamiento, Miyeon alternaba su mirada de la mesa hacia las chicas, se exaltó cuando vio a Soojin saltar en su asiento quitando la capucha de su cabeza, maldecir porque vio como la pelirroja besaba cariñosamente al castaño en la mejilla. Ayla a su lado con ojos desorbitados cuando vio a la menor levantarse de la mesa casi corriendo.

También había lo había visto.

Se miró con su amiga para levantarse también, ambas corriendo detrás de la morocha que parecía fuera de si. Llegó hasta la mesa haciendo que las risas desaparecieran en el primer segundo. JungKook y Yoongi mirándose serios entre si. Taehyung perplejo, las dos chicas y el otro sin entender la situación.

—Así que esto era la cena de trabajo. —su voz sonaba con ironía y una mezcla de decepción.

Taehyung relamió sus labios, abrió su boca para decir algo, pero solo volvía a quedarse callado de vuelta viendo a Soojin lagrimear.

—Disculpa, ¿cuál es tu problema? ¿quién eres?

Ayla y JungKook cerraron fuertemente sus ojos al ver a Soojin tensarse por aquella pregunta proveniente de la pelirroja. Su respuesta fue lanzarle al rostro el vaso entero de cerveza provocando el gritó de la chica.

—¡Está loca! —chilló su rubia amiga sosteniéndose del brazo del pelinegro acción que no pasó desapercibido por Ayla.

—¡Soojin! Déjame...

Un silencio sepulcral acaparó el restaurante entero con todos los ojos sobre ellos cuando Soojin calló a Taehyung con una bofetada para luego salir despavorida llorando a mares.

—No sé que le hiciste, Tae, —murmuró su hermana con pesar— pero te lo mereces.

El castaño no contestó, simplemente salió detrás de la menor para explicarle que todo había sido un malentendido.

—¿Lala?

Ni siquiera volteó a escucharlo, simplemente tomó la mano de Miyeon y salieron caminando del lugar. La cena había terminado.

—Lala, ¿tu amiga estará bien?

—No lo sé.

Ella también quería salir de allí.

—¿Qué hacen aquí?

Ambas se detuvieron en la vereda a punto de cruzar la calle cuando Yoongi se acercó a ellas. JungKook detrás con sus ojos puesto en Ayla.

—¿Me puedes explicar qué diablos tiene tu amiga en la cabeza?

Ayla jamás fue de pensamientos malintencionados o de sentir disgusto hacia un tercero, pero no podía evitar tenerlos en ese momento en que la rubia de largas piernas le hablaba con altanería.

—Oye, rubia, —sonrió Miyeon con ironía— no es de tu incumbencia. —se atrevió a mirar al pelinegro detrás de ellos— Te recomiendo que cierres la boca y te largues, entrometida.

—¿Quién te crees que eres? Tengo un nombre por si no lo sabías, es Maelie, igualada.

—¡Ay! Perdóneme su majestad.

—¡Miyeon! —Ayla rodeó el brazo de su amiga para evitar que se le fuera encima a la chica— Vámonos, no vale la pena.

Apenas pudo dar dos pasos cuando la mano del pelinegro la detuvo nombrándola.

—¿La conoces, JungKook?

—Es mi novia. —sentenció dejando a la rubia muda.

—Será mejor que nos vayamos a casa. —dijo Yoongi con tranquilidad— Taehyung seguramente hablara con Soojin y se arreglaran.

La parejita por primera vez prestaba atención a la situación en si.

—¿De qué habla, hyung?

Yoongi lo pensó dos veces antes de hablar, pero en vista del escándalo no le quedaba de otra que darles la primicia.

—TaeHyung y Soojin están saliendo.

Miyeon los había dejado en el apartamento, Ayla siendo arrastrada por JungKook al interior. Al entrar, Bam es el primero que los recibe, se dirige directamente a Ayla con demasiada emoción. Ella lo sigue tomando asiento en el suelo, luego de quitarse los zapatos, prefiere mimar al canino que hablar con el pelinegro. No entiende porque, pero está molesta.

Yoongi de igual manera, se quita los zapatos y el abrigo, le dedica a JungKook una mirada cómplice advirtiéndote que tenga paciencia, pues el chico también estaba molesto y muy ofuscado por todo lo que había ocurrido.

—Iré a descansar, ustedes deberían hacerlo también.

—Que descanses, oppa. —susurra ella levantándose. Yoongi mueve la mano, se aleja por el pequeño pasillo hasta que la puerta de su habitación se cierra detrás de él— Debería irme, es muy tarde.

Pasó por al lado del pelinegro en dirección a la salida, este la toma del brazo volteándola.

—Es demasiado tarde, no te irás sola.

—Puedo cuidarme, JungKook. —intenta soltarse, pero el agarre de él, aunque no es fuerte, es firme.

—No, —rotundo— está noche te quedarás aquí.

—No me quedaré aquí.

La ignora, la suelta por un segundo y la toma de la mano arrastrándola hasta su habitación donde cierra la puerta comenzando a organizar algunas cosas que tiene sobre su cama tendida.

—Te dejaré mi cama para que duermas,  yo dormiré en la sala.

—Me mentiste.

Él no le responde, sigue guardando algunas cosas, Ayla sabe que está molesto, lo puede ver en la forma en que las aletas de la nariz se mueven al respirar, o su caminar de un lado a otro con su cuerpo tenso.

—No sabía lo de Soojin y Taehyung. —murmuró con tranquilidad.

—Dijiste que saldrías con amigos.

—Y no mentí con eso.

—Estabas con chicas.

Se detuvo ante ese comentario. Sostenía en sus brazos una manta y una almohada. Las soltó al piso mirando fijamente a la castaña, ella tragó saliva nerviosa.

—No las conozco, son amigas de Yoongi y JinGoo, invite a Taehyung porque nos lo encontramos en Itaewon cuando salía del trabajo. —suspiró con frustración.

—Pues parecía que se conocían de hace mucho. —ironizó.

JungKook sobó su entrecejo manteniendo tranquilidad.

—Te dejaste llevar por lo que Soojin te dijo, ¿verdad? —Ayla solo rodó los ojos— Sabes que ella es impulsiva, no sabía que estaba con tu hermano sino le habría advertido a hyung su comportamiento.

Intentó tomarle la mano, pero ella se cruzó de brazos alejándose. No quería admitir, pero sentía celos.

—Ayla, esa chica no me interesa, —murmuró con tranquilidad— si le hable fue por simple respeto, nada más, ella era demasiado amable. —hizo una pausa— La única mujer que realmente me interesa eres tú, mi novia, —escucharlo estaba cesando su malestar— ¿qué tengo que hacer para demostrártelo?

Él no le mentiría, ella se había dejado llevar por las palabras de Soojin. No sentía que le estuviera mintiendo, tampoco tendría porque y si lo hacía, no creía que fuera ese tipo de persona que anda con otra estando en pareja.

Bajó los brazos, un puchero en su labios que a él le tentó besar.

—¿Hablas en serio?

—Muy en serio, Kim Ayla. —sonrió mostrando sus dientes. Esa sonrisa a ella la derretía.

—Tal vez si me dejé llevar por lo que pasó. —sus dedos se entrelazaron, estaba algo avergonzada— No suelo ser celosa, yo sé que no me harías algo así, ¿verdad?

—Jamás. —acunó una de sus mejillas, acariciando con su pulgar los labios de su chica— Jamás te engañaría, me gustas tanto, jamás haría algo para lastimarte.

Se acercó a él, sus manos posándose en su pecho, de puntitas de pie para besarlo, JungKook sostuvo con delicadeza la cabeza de Ayla para que no se alejara. Sus labios moviéndose suave sobre los de ella, sintiendo la textura, sintiéndola suspirar cuando la rodeo entre sus brazos y sus lenguas se rozaron subiendo la intensidad.

No era la primera vez que un simple beso pasaba a ser demandante o necesitado como en ese momento. Surgieron veces dónde ninguno podía detenerse sin que sus manos se aferraran a la ropa del otro. Dónde las de él acariciaban con una pizca de fervor y fuerza la cintura o espalda de Ayla, o que ella empuñara la camisa de él o imitara rasguñar su espalda.

Sin embargo, no pasaba solamente de un beso que les quitaba el aliento, les dejara el corazón arrítmico y pensamientos que no podrían decirse en voz alta. Ayla aún sabiendo lo que sentía, lo segura que JungKook la hacia sentir, no podía evitar detenerse. Tal vez porque su mente imaginaba una noche romántica de velas y pétalos de rosas sobre una cama de sábanas blancas sabiendo que eso jamás pasaría.

Y lo que realmente, pase, es que en algún momento estén tan detonados, tan al límite que decidan dejarse llevar por sus instintos más primitivos.

Se movieron con torpeza cayendo a la cama, lentamente JungKook se coloca sobre el cuerpo de Ayla, una de sus piernas entre medio de las femeninas. Ella no puede evitar sentir su cuerpo temblar, una extraña sensación en su vientre al rozarse con el masculino, sintiendo sus músculos, las grandes manos recorrerla a través de la ropa, ardiendo sin detenerse a pensar.

Acariciando su cintura, de vez en cuando bajaba y apretaba sus muslos, pero no sobrepasaba el límite. Ayla sabía que si quisiera ir más allá él no lo haría al no obtener su completo consentimiento o simple respeto, a pesar de que podrían dejarse llevar.

Jadearon a la par cuando ella colocó distancia, estaban igual de agitados y desordenados, Ayla podía ver aquellos finos labios hinchados y rojizos o el brillo en aquellas pupilas dilatadas. Si su novio se veía así no quería saber cómo se encontraba ella.

La imagen de un JungKook alborotado solo se le hizo sexi.

—Lo siento, no pienses que no quiero, solo…

Sus mejillas estaban rosadas, JungKook las beso.

—¿Qué?

—Yo, bueno... —sentía vergüenza de decirlo en voz alta— yo nunca estuve con nadie de esa manera… como te dije esa vez, serías mi primer todo.

JungKook tragó saliva nervioso.

—Pensé que solo bromeabas, que querías provocarme.

—En realidad, si te estaba provocando, —sonrió ladina— pero no mentí con lo otro. Supongo que tú tienes experiencia.

Él bufó colocándose de costado, pero sin alejarse ni un centímetro del cuerpo de la castaña.

—Si tener una novia a los quince y una neutra experiencia sexual cuenta, si, tal vez.

—Ah.

Presentía la duda en ella, y para ser sincero, él también lo estaba. No quería arruinarlo o que ella tuviera una terrible primera vez.

—Solo —suspiró— dejemos que las cosas fluyan, que pase lo que deba pasar en el momento que se deba. No presionemos nada, Lala. Tenemos tiempo.

—Esta bien.

Picoteo sus labios, JungKook lo alargó por unos minutos más, se colocó de pie para tomar las cobijas y almohada para salir a la sala, pero Ayla lo retuvo invitándolo a dormir a su lado, total, nada pasaría entre ellos esa noche.

Es la primera en despertar al sentir en su oído el sonido de un pequeño resuello que no llegaba a ser un ronquido, levantó su cabeza viendo el rostro de su novio, durmiendo boca arriba, sus labios se encontraban entreabiertos, sus párpados aún cerrados, su cabello suelto y largo regado por la almohada, era una imagen muy linda de ver, según Ayla.

Intentó no reír para no despertarlo, se removió con cuidado al tener uno de los brazos alrededor de su cintura.

—Siento mucho despertarte. —susurró besando la nariz del chico.

—No te preocupes, —su voz ronca y somnolienta la estremeció— ¿qué hora es?

Giro sobre el colchón tomando su celular debajo de la almohada, gimió de sorpresa al ver que eran las nueve de la mañana. Se habían quedado dormidos. Ayla faltando a su primera clase del día, JungKook a su trabajo.

—Tranquila, —jaló de su brazo para devolverla a acostarla a su lado— ya no tenemos tiempo de todas maneras.

Decide despreocuparse colocando su cabeza sobre el pecho del pelinegro escuchando los latidos de su corazón y su respiración acompasada hasta quedarse dormida otra vez.

Llegó pasado el medio día a su casa. Habían dejado el recado en la universidad y trabajo de que se encontraban enfermos de gripe viral.

Deja sus zapatos en la entrada, se dirige a la cocina a por un vaso de agua encontrándose con su hermano desayunando solitario en silencio.

—¿Estás enojada?

Le ignoró, tomó de la heladera una botella de agua. Se sentó en uno de los taburetes al lado del castaño, respiró despacio antes de hablarle con calma.

—Así cómo a mí me reprochaste el hecho de que te escondí mi relación con JungKook, puedo reprocharte por no decirme que salías con Soo y por lo que pasó en aquel restaurante.

—Solo fue un mal entendido. —puchereó cabizbajo.

—Lo sé, Gukk me explicó todo.

—¿Crees que ella me perdone? —hizo un mohín con sus labios que le pareció tierno a su hermana— No me contesta los mensajes, creo que me bloqueó.

—Soo es muy testaruda, dale tiempo.

—No podré verla, se ira a Busan por lo del aniversario de sus tíos. ¿tú irás?

—Iré.

El castaño revolvió el contenido de su tazón. Leche y cereales.

—¿Qué debo hacer?

—Algo se nos ocurrirá, no te preocupes.

Maelie, ¿Que haces en esta historia? 🤭
No sé sorprendan si encuentran en mis historias otros de mis personajes pasados. Pues todos son mundos paralelos y me gustan que hagan cameos.

Y en otras noticias: tuvimos triple live del jotakaaaaaa. La compañía/staff/PD-nim despertando y viendo el desmadre, la borrachera, el mini concierto y que casi se queda dormido en plena transmisión. 😂

Nos hizo feliz. Te amamos Jeon JungKook.

💜💜💜

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