Nueve meses después, Hermione comenzaba su carrera en Hogwarts. Acababa de terminar su primer día como nueva profesora de Pociones. La noche anterior, Minerva le había dado una presentación más formal a todo el colegio, mientras se levantaba de la mesa de profesores y sonreía hacia los alumnos.

Sus clases en su primer día, no estuvieron nada mal. Les explicó qué pociones iban a elaborar a lo largo del año y simplemente les hizo una prueba rápida, para que se familiarizaran con los ingredientes y el equipo una vez más, antes de empezar el trabajo práctico a lo largo de la semana.

Acababa de dar por terminada su última clase del día y se acomodó en el borde de su escritorio, continuando con la lectura de la carta que había recibido de Ginny ese mismo día. Su amiga pelirroja mencionaba cómo se las arreglaban ella y Harry al convertirse en padres primerizos. Su hijo había nacido hacía poco más de una semana y ninguno de los dos había podido dormir un poco. Tuvieron un niño y lo llamaron James Sirius Potter. Ginny ni siquiera tuvo voz en la elección del nombre, por lo que maldijo a Harry. Ganándole con su encanto.

Hermione colocó la carta en el cajón de su escritorio e hizo una nota mental para responder más tarde. Sus manos ahora agarraron el Diario del Profeta y hojearon el periódico, hasta llegar a cierto artículo que despertó su interés.

HERMIONE GRANGER-SNAPE

La bruja más brillante de su edad, como muchos han dicho. Ha demostrado una vez más sus habilidades al lograr lo imposible. La inteligente del trío de oro y esposa del ex maestro de pociones del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería; Severus Snape, como descubrió una forma de eliminar los signos de licantropía añadiendo acónito en polvo en lugar de acónito simple. La poción elimina todos los signos, pero desgraciadamente no puede curar la licantropía. Muchos hombres lobo la han probado hasta ahora y afirman tener por fin una oportunidad de llevar una vida normal. El propio Albus Dumbledore se decantó por la señorita Granger porque conocía sus habilidades y su mente brillante. Esperemos que nos siga sorprendiendo así en el futuro.

La bruja se sonrió a sí misma. La bruja más brillante de su edad, por fin estaba mostrando su talento al mundo mágico. Su cabeza giró al escuchar el sonido de la puerta de su aula abrirse. Severus entró, buscando a su esposa. Finalmente vio a la mujer al otro lado del aula y sonrió con suficiencia.

Su bolsa de lona negra desgastada cayó al suelo, mientras tomaba a la bruja en sus brazos. La besó con firmeza. La pareja no se había visto en tres meses. Mientras Hermione comenzaba su formación como profesora y su curso de pociones, para convertirse en una maestra de pociones totalmente capacitada. Severus decidió que, debido a la falta de tiempo que pasaría con su esposa, él también se ocuparía durante el verano. Así que decidió responder a una de sus cartas sobre su libro e irse de gira durante unos meses. Hermione estaba más que contenta, le dijo que era una gran oportunidad y así se fue.

"Señora Snape, mmm Esta ropa simplemente no sirve". Severus le dijo que le daria una palmada en el trasero y la sentaria en su escritorio. Acariciando la parte superior de su muslo sobre el material de la falda que llevaba.

"¿Y por qué dices eso?" Hermione levantó una ceja hacia su marido.

"Porque no quiero que mocosos adolescentes idiotas piensen.."

"Todo lo que van a pensar es eso. Soy una del trío de oro, que luchó en la segunda guerra mágica y ayudó al niño que vivió a derrotar a Voldemort. Créanlo o no. En todo caso, querido, me temen, más de lo que te temían a ti". Dándole una sonrisa de suficiencia.

"Esa es mi chica. Te he enseñado bien". Severus capturó sus labios una vez más, mientras Hermione acercaba su cuerpo al de ella.

Se habían casado justo después de Navidad, el día de Año Nuevo. Haciendo que fuera un día para recordar. Se dirigieron a Gretna Green, en las Tierras Altas de Escocia, y ataron el nudo, con sólo Harry y Ginny presentes. Decidieron que era mejor no decírselo a nadie y mantenerlo en secreto hasta después de casarse. No había tiempo como el presente, ¿verdad? Una vez que regresaron de su luna de miel, el mundo mágico se alertó rápidamente y se convirtieron en la nueva portada del Diario del Profeta.

Los dos vivían felizmente en Spinners End y crearon un hogar lleno de nuevos recuerdos amorosos, dejando que las viejas visiones crueles se desvanecieran con el tiempo. Severus había encontrado por fin la paz en su vida y Hermione derretía su corazón, como nadie más podía hacerlo. Curaron las cicatrices del otro y trajeron luz a la vida del otro, una más. Todo era perfecto.

Fin

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NOTA IMPORTANTE!!!
Las próximas historias en actualizar son "El Prisionero y la Oclumante" y "Nunca en condiciones de igualdad".

Quiero que me comenten si prefieren dos capítulos por día de "El Prisionero y la Ocumante" o un capítulo de ésta historia y un capítulo de "Nunca en condiciones de Igualdad"
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