— Bien, hoy haremos la primera parte del trabajo en mi casa, tengo muchos libros que serán de ayuda.

— Escríbeme tu dirección en algún pedazo de papel.

— Oh no, eso no será necesario. — le sonrió fingidamente, HoSeok solo frunció el ceño confundido. — Iremos juntos luego de limpiar las aulas que nos tocan.

— ¿Qué? — su rostro se frunció en total incredulidad. — ¿Nosotros? ¿Juntos?

— Sí, genio. — bufó con hastío. — Tú y yo iremos en la misma dirección para ahorrar tiempo.

— No, eso no. No quiero que nadie me vea contigo. — hizo un áspero mohín.

JeongGuk rodó los ojos.

— Pues no hay de otra.

— Mejor espérame a dos cuadras lejos del colegio, tú saldrás primero.

El omega suspiró y se encogió de hombros.

— Agh, está bien, como quieras. El asunto es avanzar con el proyecto.

— Ok, pero ¿Estaremos en la sala?

— ¿Dónde más crees que estaremos? — le replicó burlón, el alfa parecía ser muy bobo en su opinión personal.

— Uhg no, me incomodará ver a tu familia por ahí.

— Estará solo mi mamá.

— Es lo mismo.

— ¡Ah! - se quejó. — ¡Y luego yo soy el mimado ¿Verdad?!

El grito irónico de JeongGuk llamó la atención de muchos a su alrededor. El alfa reprimió un gruñido y jaló del brazo al omega para llevarlo a un pasillo que estuviera desolado.

— Y también eres escandaloso. - lo miró con reproche. — Si quieres que colabore con el trabajo pues será mejor que sea un lugar tranquilo sin nadie, estoy haciendo mucho con soportarte a ti.

El castaño soltó un sonidito indignado, arrugando su nariz y evitando no lanzarse a los golpes con aquel tonto. - Ahg, como quieras. El único lugar sería mi habitación y agradece que es grande porque yo tampoco te tolero.

— Bien, no saludaré a tu familia tampoco. Me dan alergia los buenos modales.

— ¡Pero es lo mínimo que puedes hacer!

— Me vale mierda. — contestó con tranquilidad.

Ok, será como el joven Jung quiera. — habló con enojo y veneno en cada palabra. — Te veo después de terminar la limpieza, hasta luego.

JeongGuk dio media vuelta y se alejó con rapidez, si quería culminar lo más pronto posible con aquel proyecto, lo mejor sería no tener ningún estúpido problema con el alfa.

Rogaba a la Diosa Luna para que todo saliera bien.

— ¿Es aquí? — preguntó HoSeok luego de haber caminado varias cuadras.

Durante todo el trayecto ninguno se dirigió la palabra y ambos creían que era mucho mejor.

— Sí. — respondió, sacando un juego de llaves e interceptándola en la cerradura. — Espera aquí, revisaré si mi madre está por la sala. No creo que le agrade verte y menos que no le saludes cordialmente. — le regañó con la mirada despectiva.

JeongGuk ingresó de manera silenciosa a la gran sala. Al parecer la suerte estaba de su lado porque la omega mayor no se encontraba por el primer piso.

Rápidamente fue a la entrada e hizo pasar a HoSeok.

— Mi mamá también tiene trabajo en la empresa de mi papá, de seguro fue allá de último aviso. — explicó, yendo a la cocina a servirse un vaso con agua mineral. — Al menos no te verán, la próxima no creo que sea así.

— Ya veremos lo que pasa después.

— ¿Quieres algo de beber?

— Uh, sí. Cerveza.

— ¿Qué? Yo no tengo cerveza.

— ¿Vodka?

— Tampoco.

— ¿Ron?

— Ni siquiera sé que es.

— ¿Vino?

— ¡No!

— ¿No tienen vino? ¿Qué clase de familia no tiene una botella de vino en su casa?

— Pues las normales, tonto. A mi papá no le gusta nada de las bebidas alcohólicas así que te conformarás con un vaso de jugo de naranja.

— ¿Le echarás alcohol?

— ¡Jung! — exclamó exasperado, el mencionado sonrío con burla.

— Será asqueroso tomar eso pero bueno. — alzó los hombros con desinterés, tomando el vaso y siguiendo a JeongGuk hacia las escaleras.

— Es aquí. — dejó su mochila en la cama y fue hacia el enorme librero, tomando todo lo creía necesario

HoSeok silbó mientras miraba toda la habitación. No pensó que sería así, más bien él estaba seguro de que todo sería ridículamente rosado o en algún tono de color pastel como las grandes poleras que el omega siempre se ponía.

La decoración no era tanta, era un contraste suave y verdaderamente limpio a comparación de su recámara.

— Toma asiento, traeré la laptop. Ve sacando un cuaderno simple y un par de lapiceros.

El alfa asintió con desgana, jalando una de las sillas y tirando su mochila en el escritorio. Buscando algo que le sirva para apuntar dichos temas. No pasaron muchos minutos para cuando JeongGuk volvió a entrar con el aparato y una bandeja de galletas. Si bien no le agradaba HoSeok, era consciente de que este no almorzaría por un buen tiempo al estar en su casa estudiando con él.

Dejó la laptop frente a ambos y la bandeja cerca de HoSeok. — Si tienes hambre puedes tomarlas, tengo más en la alacena. — comentó medio apenado.

Maldijo internamente, no quería ser notorio.

El pelirrojo lo miró con duda por un par de segundos.

— ¿No tiene veneno?

— ¡¿Qué?! — se escandalizó porque era malísimo para entender las bromas. — Por supuesto que no, tonto.

— No lo dije en serio.

JeongGuk rodó los ojos y en breve le explicó el tema central de lo que trataría la investigación. HoSeok se dedicó a escucharlo y dar ciertas opiniones suma en válidas y colaborativas. El omega realmente quedó sorprendido ante la capacidad de expresión y crítica que el pelirrojo tenía. Más aún cuando notó que el alfa era muy bueno redactando, analizando y sacando ideas principales de fichas de información de manera concisa y entendible.

El omega dejó de ver la pantalla a la vez que soltó el bolígrafo junto al cuaderno, de pronto, su vista se iba más a menudo al rostro de HoSeok. Como si no fuera consciente de lo que hacía.

Sus ojitos curiosos delinearon el perfil del alfa. Tenía una nariz respingada y alargada, su entrecejo estaba medio fruncido debido a la concentración, sus labios eran delgados pero gruesos a comparación de los suyos y su mandíbula, wow, era demasiado varonil, marcada y... ¿Atractiva?

Ante la idea, JeongGuk sacudió rápidamente su cabeza. ¡¿En qué rayos estaba pensando?!

— ¿Y a ti que te pasa?

— Uh, n-nada, solo que casi me caigo, sí e-eso. — comentó avergonzado y sin hacer contacto visual. Tomó rápidamente el bolígrafo y fingió escribir. Por Dios, él no quería ser el centro de atención justo ahora.

— De acuerdo.

JeongGuk soltó un suspiro aliviado cuando ya no sintió la pesada mirada del alfa sobre él.

— Y ah, deja de mirarme que es incómodo.

¡Por la Diosa Luna! El omega quería que la tierra se lo tragara y lo escupiera muylejos. El alfa solo sonrió de medio lado al notar el efusivo sonrojo que el más pequeño traía en las mejillas.