𝓣𝓻𝓪𝓷𝓼𝓯𝓸𝓻𝓶𝓪𝓬𝓲ó𝓷
Blair no recordaba gran cosa de lo que sucedió después de su amenaza a los Vulturi. Ella defendió a su hermana como pudo, pero un mordisco por detrás la paralizó durante mucho tiempo. En estos momentos estaba conduciendo con una mano, mientras que con la otra se tocaba el mordisco con mucha confusión.
Miraba por el espejo retrovisor a su hermana junto al vampiro abrazarse y susurrarse cursilerías, por ello subió un poco más el volumen de la radio. Minutos pasaron hasta que Alice apagó la música del todo recibiendo una mirada dura de su parte.
—¿Que ocurre? — preguntó la conductora mirando al frente.
—¿Los conocías?— ese fue Edward, el hombre que no paraba de intentar meterse en su mente. — ¿Conocías a los Vulturi?
—¿Que ser sobrenatural no los conoce? — preguntó ella de vuelta. — Creo que sabes la respuesta, pero eres muy poco para tanta información.
Escuchó un gruñido de parte del vampiro y se rió en su intento de intimidación, ella podía hacerlo mejor. Miró a Alice de reojo y pudo entender que ella también se preguntaba lo mismo, rodó los ojos y sacó de debajo del escote su colgante con una V colgando de la cadena. Alice no entendió nada, hasta que su hermano habló.
—Eras una de ellos. — afirmó él sin ningún atisbo de duda. Pero Blair se rió.
—Soy una de ellos.— se encogió de hombros mientras adelantaba a varios coches a la vez. —Pero no por elección.
—No entiendo nada. —Blair miró a su hermana, está estaba con el ceño fruncido esperando respuestas de ella. —¡Has derrotado a los Vulturi con una sola mano! ¡Literalmente!
Blair se rió de los gritos de Bella, le encantaba cuando su hermana parecía una niña pequeña cada vez que estaba confundida o enfadada. No mostró ningún signo de brujería en ella cerca de Bella y le gustó que fuera así, pero ya había abierto la caja de Pandora y no había vuelta atrás.
—Soy mitad bruja y mitad licántropa. —le gustó volver a ver la cara de asombro de parte de su hermana. —Mi abuela, la que no es tuya, era bruja.
—Lo de mujer loba lo sabía. ¿Pero bruja? — Bella se interesó más y se intentó acercar desde su asiento a su hermana pequeña.
—Licántropa. — la corrigió ella. — Y los Vulturi me conocen porque soy sobrina de Aro.
El silencio en el coche fue reconfortante para Blair, calló la boca de todos con una simple frase y sonrió cuando pudo estar en silencio. Pero no duró demasiado, para su desgracia.
—¿Te refieres a que tu madre es Didyme Vulturi?— preguntó Alice en un murmuro, todos allí estaban en shock.
—¿Que? ¿Tú madre no se llamaba Diana? — preguntó de vuelta Bella.
—Si. — miró a Alice. — No. — miró a Bella. — Mi madre es Didyme, Aro pensó que la había matado pero no fue así. Pasaron años hasta que conoció a Charlie y me tuvieron, mi madre sigue sin poder explicar el echo de que yo nací.
—Pero ellos saben que existes. — habló Edward.
—Una hibrída no es fácil de esconder. — tocó el claxon y se enfadó cuando vio como un coche casi les golpea. — Perdón. Bueno, en su momento me enfrenté a los Vulturi, fue sin querer ni sabía quienes eran.
''Tenía unos diez años cuando ocurrió, fue unas vacaciones en las que tuve que irme con mi madre. Ella me llevó al bosque a practicar mis poderes, pero un vampiro nos vio y avisó a los Vulturi. El día en el que vinieron yo estaba sola en casa y cuando incendiaron la casa conmigo dentro intentando matarme los ataqué.
No fue fácil para ellos aceptar que una cría los había vencido e intentaron utilizar todos sus dones en mi contra. Pero apareció mi madre, ella tranquilizó a todos gracias a su don y pudimos escapar. Desde entonces mi madre sigue huyendo por miedo a Aro, mientras que yo no les temo. Ellos saben que no tienen posibilidades. ''
—Pero Blair. —la mencionada giró la vista para ver a su hermana. —Pudieron atacarte. Te han mordido. Y que yo sepa, a los sobrenaturales cómo tú se les curan las heridas, pero la tuya sigue ahí.
Blair tocó su cuello, trazando la mordedura diente por diente con una extraña sensación en el estómago. Sabía que algo le estaba sucediendo a su cuerpo para que no se curara, pero no entendía el que.
Varios días después...
Desde la mordida Blair se había mantenido encerrada en casa, con las ventanas cerradas y siempre vigilada. Nadie se podía imaginar que alguien pudiera llevar tanto peso encima, y menos de tres especies distintas en un solo cuerpo.
Blair había tenido que sufir en su propia soledad el dolor de la mordida, gritando y agonizando con la única ayuda de las voces en su cabeza. Siempre que podían su manada estaba allí para ella, pero lejos de la casa. Había sido un duro golpe para todos ellos saber que la especie a la que están obligados a odiar, sea parte de su manada.
Sam se mostró distante al principio, pero no podía ignorar que quien sufría era su mejor amiga, todos estuvieron en la misma posición que Sam al principio, pero al final todos eran parte de la misma familia.
Durante esos días Blair se obligó a controlar sus impulsos, bebió sangre humana y la disfrutó. Descubrió cosas sobre su nueva condición, como que podía seguir disfrutando de la comida humana, que sus ojos no cambiaban y que ahora todos sus sentidos eran incluso mejores. Su magia incrementó a medidas descomunales, tanta era su magia que tuvo que liberarla con hechizos simples para no volverse loca.
Solo pasaron dos semanas para que Blair volviera al instituto de la reserva como si nada, todos estaban felices de su regreso pero ahora Blair se sentía diferente. Pasó todos los días después descubriendo más de sí misma gracias a su manada y disfrutó de cada día. Incluso ahora podía sentirse segura alrededor de Charlie y Bella.
Como ese mismo día, Blair estaba sentada junto a su padre viendo un partido en el cómodo sofá. A él también le resultó difícil su nuevo cambio, pero estuvo allí para apoyarla. Blair maldecía a la pantalla de vez en cuando al ver los malos pases de los jugadores, meintras que su padre solo gruñía. Fue en ese instante en el que la puerta se abrió.
Blair miró la hora en su móvil y sonrió burlona a su hermana al ver que eran las cuatro en punto, justo la hora en la que su padre lo había dictado.
—Las cuatro en punto hermanita. — Blair levantó el pulgar en su direcciñon y se acabó su CocaCola para después levantarse para ir a por más.
—Si, cierto. ¿Ese chico intenta hacerme la pelota?
La chica soltó una carcajada desde la cocina mientras que Bella sonreía burlona. Se sentó en el sofá y aceptó el vaso de agua que le traía su hermana pequeña, mirando de reojo la bebida que se estaba tomando ella.
Blair siguió viendo el partido mientras su hermana y su padre hablaban al lado suyo. Blair no se concentró en su conversación en absoluto, pero notó el extraño ambiente que se formó de repente.
Por la noche Bella entró a la habitación de su hermana, la pilló haciendo los deberes para el instituto mientras escuchaba música. Blair notó a Isabella antes incluso de entrar y paró la música cuando esta se sentó en su cama con un suspiro.
—¿Sabes algo de Jake?
Blair levantó una ceja mientras giraba su silla para ver mejor a su hermana.
—¿Jacob? ¿Jacob Black? ¿Jacob, mi ex? —preguntó retóricamente la chica fingiendo pensar mierando a un punto fijo con en ceño fruncido. — ¿Jacob, el lobo? No, no sé nada de él.
—No mientras Bee
—No miento Belly
—Algo tienes que saber. —rodó los ojos y le señaló lo su móvil. —No me contesta las llamadas.
—No querrá hablar contigo. — se encogió de hombros y giró su silla para volver a sus deberes.
—¡Tiene que hacerlo! —Blair miró a su hermana confundida y Bella soltó un suspiro. —Papá me dijo que no tendría castigo si lo llamaba y hablaba con él.
—¡Ja! Pues suerte. — agarró su bolígrafo y señaló con el a su hermana. — Jacob está bien, solo está enfadado contigo por no quedarte aquí e ir a por tu ex. Ya volverá a ti, es débil.
Bella asintió cabizbaja, quería creer las palabras de su hermana, no por el castigo si no porque había pensado que podría estar herido de alguna manera y ahora sabía que todo era culpa suya. Blair volvió a poner música y fue cuando su hermana decidió salir de su habitación, pero Blair habló antes de que se fuera.
—Tu novio no dejará que vayas. — Bella giró sobre sus propios pies confundida mientras veía a su hermana escribir en un cuaderno.
—¿Que?
—Oh, vamos Bells. —sonrió ella mientras seguía escribiendo. —No tengo ni que leer tu mente para saber que quieres ir a la reserva.
—Pero estoy preocupada, es normal que quiera ir. Es mi amigo.
—¿Que parte de que no quiere verte no captas?— aunque las palabras fueron bruscas no sonó así, Blair sabía como suavizar el tono. —Aparte, he escuchado como alguien manipulaba tu coche y tu estabas aquí. Supuse que tu noviete escuchó de más.
Isabella no tuvo que escuchar más para salir disparada de la habitación de su hermana hacía su coche, solo para comprobar que era cierto y que su novio había manipulado el coche para que no arrancara. Charlie se asomó por la puerta de su hija menor mirando como su otra hija salía corriendo de casa.
—¿Le pasa algo? — sonó algo preocupado, pero no lo estaba mientras Blair estuviera tranquila. Y es que había aprendido que si su hija menor estaba relajada a las acciones de Isabella, es que no era tan grave como parecía.
—Nada, problemas en el paraíso.
—¡Cuñado! — Blair se acercó corriendo a Edward y le dio un gran abrazo. — Bella.
El vampiro se rió de la mueca de asombro de su novia al ver que su hermana pequeña le había dado un abrazo antes que a ella. Lo que ella no sabía es que ellos dos habían estrechado lazos en los días en los que Blair estaba intentando convivir siendo vampira, él le enseñó todo lo que había que saber y estuvo para ella en más de una ocasión, al igual que Alice.
—También me alegro de verte Blair. — sonrieron al unísono y miró dentro de la comisaría para ver a su padre. Habían quedado para comer con él y Blair había venido directa desde el instituto en su moto.
—¿Que pasará? — Blair siguió la mirada de su hermana y vio lo que sucedía.
—Ah, son unos padres que llevan buscando a su hijo desde hace un año. —miró con pena a los dos padres que les daban la espalda. — Hacemos lo que podemos, pero ni una pista.
—¿Hacemos? —su hermana miró a Blair con una ceja alzada.
—Suelo ayudar en este tipo de cosas a papá, mi olfato suele ser de gran ayuda. —miró a Edward de reojo y Bella notó eso.
—¿Sabéis algo que yo no?
Edward y Blair se miraron a la vez y la chica se encogió de hombros.
—Estamos vigilando la situación en Seattle. — murmuró el chico para que nadie salvo ellas pudieran escucharlos. — Gente desaparecida, asesinatos... Como llamen más la atención vendrán los Vulturis.
—Que se atrevan. — susurró Blair mirando de nuevo a su padre, quien ya iba saliendo. — Hola papá.
Chalie besó en la frente a su hija menor a modo de saludo y abrazó a su otra hija, después movió la cabeza para saludar a su yerno. Charlie preguntó si él también vendría a comer con ellos, algo que Edward negó enseguida.
—Por cierto Bella. — todos los presentes se giraron para ver a Edward a punto de entrar en su coche, pero mirando solamente a Bella. —Mis padres querían que te recordara sobre el billete de avión que te regalaron por tu cumpleaños.
—¿Te regalaron un billete de avión? — preguntó sorprendida Blair, sabía que ahora mismo los billetes de avión costaban mucho dinero. —¿Como decías que te adoptaron Ed?
—Muy graciosa. — murmuró Charlie al hacerle costillas en el cuello a su hija por la broma. — Pero enserio, ¿que billetes?
—Un billete para ver a mamá en Florida. — Blair se sorprendió, los billetes de avión que estaban en la otra punta del país eran de los más caros.
—Si, yo también quiero ser mantenida. — decidió ella y miró con una sonrisa a su cuñado. —¿No tienes algún hermano libre? Pregunta sin intenciones, claro.
—Seguro que sí. — sonrió Edward mirando a la chica. — Solo me queda un hermano libre y una hermana.
—¿Si? — sonrió esperanzada ella. —Me quedo con los dos.
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