Steve

Conociste al capitán en el museo, en la zona dedicada a él precisamente. Estabas viendo los trajes cuando viste a alguien detenerse a tu altura a ver el mural sobre su mejor amigo. Bucky.
-Ojalá estuvieras aquí amigo...-Suspiro en un susurro apenas audible, pero que entendiste perfecto. Al voltear viste a un hombre de gorra intentando pasar desapercibido.
-Capitan Rogers?-Susurraste al mirarlo. Él solo te respondió con un gesto.

-Mi silencio tiene un precio Rogers.-Le dijiste una vez que lo encontraste fuera del museo.
-Será muy costoso?-Alzo una ceja con curiosidad sobre que dirías.
-No lo sé, es muy caro para ti un café?.-Sonreíste de lado cruzando tus brazos sobre tu pecho.
-No, claro que no...Cuál es tu nombre?-Se acercó a ti acortando su distancia entre ambos en un parpadeo.
-Soy ___________.-Le tendiste tu mano la cual él tomó estrechándola.

Tony

Conociste al millonario en un concurso que él mismo organizó. Dicho evento era exclusivamente para hackers, quien logrará hackear su nuevo sistema supuestamente impenetrable, no sólo ganaba un millón de dólares, si no que comenzaría a trabajar para los vengadores. La plata no te venia para nada mal, y ni mencionar el trabajo. Cuando llegaste al lugar notaste que eras la única mujer dispuesta a derrotar a Stark. Les dieron 2 horas para que intentarán hacer lo que pudieran.
-Listo.-Dijiste poniéndote de pie al cabo de 10 minutos. Resultó que para ti no era tan difícil. No por nada habías echo algún que otro trabajo para el FBI como hacker. Cuando volteaste a ver a Stark, no pudiste reprimir una sonrisa al ver su expresión.

Luego de recibir el dinero y el empleo. Stark no pudo evitar el invitarte a cenar, para que le explicases como demonios lograste vencer su sistema.
-A ver si termino de entender.-Dijo dejando su copa de vino en la mesa.-Dices que tu mismas creaste en 5 minutos del concurso un programa capaz de hackear el mío en el mismo tiempo?.-Tu solo asentiste con la cabeza. Haciendo que le diera un ataque de tos.-Eso...es increíble. Serás de gran utilidad en el equipo.
-Gracias señor Stark.-Sonreiste.
-Sólo llámame Tony.-Dijo calidamente.

Thor

Conociste al Dios nórdico en la playa. Estabas de vacaciones cuando viste a tu amigo Steve junto a otro hombre que te dejo boquiabierta con su atractivo.

-Cierra la boca __________, hay moscas.-Dijo el capitán al llegar a tu lado.

-Steve...q-quien es él?-Tu cara estaba roja, y no por el echo de que hiciera dos horas que estabas en la playa tomando sol.
-Es Thor, de...-Antes de que Steve pudiera concluir el rubio tomó tu mano derecha besando la parte de arriba, como si fueras de la realeza.
-Soy Thor, hijo de Odín, Dios del trueno y legítimo heredero al trono de Asgard.-Sonrió de lado enderezandose.-Y tú eres?
-Soy _________.-Te sonrojarse más de lo que ya estabas.-S-solo __________.-A tus espaldas escuchabas a Steve reírse ante tus nervios.-Fondue.- Dijiste sería y lo viste borrar la sonrisa de su cara, avergonzándose.
-Lady __________.-Dijo el de larga cabellera llamando tu atención.-Le apetecería ir por una crema helada?-Tu reíste nerviosa ante su invitación aunque no entendías a que te está invitando.
-Te está invitando a comer helado.-Steve respondió a la pregunta que aún no formulabas.
-Me encantaría.-Respondiste alegremente.

Loki

Conociste al príncipe en las prisiones de Asgard, tu celda quedaba justo frente a la tuya. Estabas ahí por usar magia a tu favor para robar dentro del palacio.

-Pero miren a quien tenemos aquí...-Dijiste de forma burlona cuando lo encerraron.-El gran principe Loki, dios del engaño. Finguir tu muerte y luego intentar conquistar Midgard. Bravo, muy inteligente.-Aplaudiste irónicamente.

-Y tu quien demonios eres?-Su expresión demostraba que su paciencia se agotaba.-Es claro que eres una midgardiana.

-La única en toda Asgard, y la única mortal que sabe hacer magia asgardiana.-Sonreíste con sorna.-Soy __________.

Pasaron los días y tu único modo de no estar aburrida era molestar a Loki. En el fondo no te caiga mal, y lo mismo le pasaba a él.

Pietro

Salias de un bar en plena noche, tu ahora ex novio estaba ebrio en la puerta del sitio. Te miraba deseoso de poseerte.

-Vamos chiquita, solo una ultima vez.-Decía mientras acariciaba tu brazo.-Como despedida.

-No.-Quitaste su mano de ti de un golpe.

-No te pregunte.-Grito enojado.-Fue una orden.-Comenzó a arrastrarte hacia el callejón. Pero de pronto te encontrabas a unos metros de él y tu ex estaba en el piso. Un veloz chico de pelo plata lo había empujado. 

-Si ella dice que no, es no, imbécil.-Pudiste notar un extraño acento en su modo de hablar.-Estas bien?-Una sonrisa que te inspira confianza aparece en su rostro.

-Si...Gracias. Sera mejor que me vaya a casa.-Te abrasaste a ti misma y comenzaste a caminar en dirección a tu departamento. Cuando estabas a una cuadra del bar él apareció a tu lado.

-Una chica como tu no debería andar sola a estas horas, y menos luego de lo que paso allí atrás.-Dice señalando a sus espaldas.-Soy Pietro. Que bello nombre tiene la princezna frente a mi?-Sonríe tiernamente, provocandote un sonrojo.

-S-soy _________...y-y no me digas princesa.-Bufas mirando para otro lado ocultando tus mejillas rojas, provocando que él ria.

Stephen Strange

Le debías tu vida aunque no lo sabías. Te había salvado de perder un brazo, cuando el era un respetado cirujano. Ibas por la calle contemplando una vez más la larga cicatriz que recorría gran parte de tu brazo izquierdo, por donde los médicos habían remplazado tus pulverizados huesos por unos de fibra de carbono. Ibas tan distraída que no notaste que estabas cruzando la calle con luz verde, hasta que un auto te arrollo y siguió su camino. Sentías un liquido caliente correr por tu cien, tus codos y rodillas. Estabas sangrando. Un hombre te tomo en brazos haciendo que te sientes en el asfalto.

-Oh no...estas muy herida, debemos llevarte de urgencias.-Su voz era grave era un hombre de extrañas ropas. Te dejo en el suelo y con un movimiento de manos lo viste hacer un portal, estaba haciendo magia. Sentías que comenzabas a delirar.

Rápidamente te tomo en brazos y atravesó el portal, apareciendo en el hospital. Te atendieron rápidamente, aunque no era nada realmente grave, 5 costillas y 1 dedo rotos, rodillas y codos raspados, y gran golpe en la cabeza.

-Q-que...Donde estoy?-Tu cabeza daba vueltas y lo ultimo que recordabas era a un atractivo hombre de extrañas ropas haciendo magia.

-En el hospital. Te arrollo un auto cuando cruzaste con luz verde.-Miraste a quien te había hablado para encontrarlo al él, a quien te había salvado. Se puso de pie y se acerco a tu camilla.-Estarás bien, soy...-Antes de que pudiera decir su nombre paro en seco al notar tu cicatriz en el brazo, la cual instintivamente tapaste.-Yo te conozco, eres ___________, opere tu brazo hace 2 años, recuerdo que mis compañeros querían amputártelo.-Escuchaste atentamente lo que decía, ahora resulta que le debías tu vida dos veces a una misma persona.-Disculpa mis modales, soy el doctor Stephen Strange.

-Pues con esas pintas pareces de todo menos doc.-Reíste ante tu mal chiste, aunque paraste al sentir una puntada en tus costillas rotas.

-Ya no ejerzo como doctor, estas ropas son las de un hechicero.-Se acerco a ti hablando en un volumen que solo tu escucharas.-No muchos aquí lo saben, pero se que me viste abrir el portal. Seria absurdo engañarte diciendo lo contrario.

-Bueno Strange, le debo mi vida...dos veces, lo menos que puedo hacer es invitarle a una cena. Le parece?-Lo miraste fijamente a lo que él sonrió.

-Seria un placer.

Bucky

Eras camarera en una cafetería. Todos los días veías a un hombre de cabellos largos y un brazo metálico que intentaba disimular, se sentaba en la zona más alejada y miraba hacia afuera. Tu nunca lo habías atendido, siempre lo hacían tus compañeras, aun así sabias que todos los días pedía lo mismo. Te intrigaba él, siempre serio,  mirando a la gente pasar. Hoy eras la única camarera en el lugar.

-Que puedo ofrecerle?-Preguntaste con una cálida sonrisa, una vez que estuviste de pie a su lado.

-Lo de siempre, un café negro.-No te miro, sus claros ojos estaban perdidos en la nada, y su tono era monótono.

-No quiere nada de comer? Hoy tenemos croissant, rara vez tenemos de esos.-Se volteo a verte a los ojos y sonreíste.-Vamos guapo, eres el único aquí, si nadie ordena terminaremos por tirarlos.

-Me acabas de llamar guapo?-Por primera vez en los 6 meses que hacia que iba al lugar lo viste sonreír.-Esta bien, tráeme mi café con un croissant.-Sonreíste y fuiste a preparar su pedido.

Cuando regresaste dejaste el pedido en la mesa, él leyó el pequeño cartel que decía tu nombre que estaba en tu delantal.

-Tu nombre es "Becky"?-Pregunto, soltando una risita luego.

-Q-que?...no, es el delantal de una compañera, olvide lavar el mio. Me llamo ________.

-James.-Respondió.-Pero mis amigos me dicen Bucky. Y Dime, que tal si me acompañas con un café?

-Me encantaría, pero debo estar atenta al lugar y...-Rápidamente te interrumpió.

-Tu misma lo dijiste, soy el único aquí, siéntate y acompáñame.-Sonrió de lado. Tu aun estabas sorprendida ante su cambio de actitud, nunca había sido así, con nadie de allí.