
❇capitulo 37❇
Todo el domingo estuve bajo observación médica. Mi ataque severo de asma me había provocado réplicas menos intensas pero los médicos, mi madre y kushina, se rehusaban a dejarme levantar de la camilla sin estar seguros de que me encontraba bien.
Lo único que quería era estar cerca de naruto. Nadie había pasado a verlo y su situación no había empeorado. Seguía grave, pero estable y eso, en parte, era bueno. sasuke, por otro lado, mostraba mejorías. Aún no despertaba de su operación, pero estaba fuera de peligro.
Los pensamientos acerca de lo que pudo haber pasado no me dejaban tranquila y la información llegaba a mí a cuenta gotas. Sabía que una camioneta los había golpeado en el camino rumbo al hotel donde se hospedaban y una punzada de coraje me invadió al pensar que, quizás, habían bebido.
El coraje se disipó cuando kushina me dijo que los análisis de sangre habían salido completamente limpios. Ninguno de los dos había ingerido alcohol; el conductor de la otra camioneta, en cambio, había estado muy borracho y se encontraba grave en otro hospital.
Estaba desesperada por salir de aquellas cuatro paredes. Sabía que no iba a ser de mucha ayuda afuera, en los pasillos, pero no quería estar aquí cuando naruto despertara.
No fue hasta el martes que me dieron de alta y pude deambular por los pasillos del hospital junto con sakura y karin. La madrugada del miércoles, todos recibimos la fabulosa noticia de que sasuke había despertado.
mikoto fue la primera en pasar a verlo, y yo me quedé con sakura intentando tranquilizarla. Estaba ansiosa por verlo. Una punzada de envidia cruzó mi pecho; daría lo que fuera por que naruto mejorara, sin embargo, estaba igual que antes. Lo acababan de ingresar a una sala para hacerle una tomografía y verificar que no hubiera daño cerebral que le impidiera despertar y kushina les contó de la inflamación en su lóbulo occipital, para que no se alarmaran.
sakura desapareció por el pasillo después de que fugako salió de la habitación de sasukle y suspiré con un poco de alivio al saber que, por fin, sasuke estaba bien y que alguien iba a contarnos lo sucedido.
karin y yo nos habíamos vuelto más cercanas de lo que éramos y agradecía tener alguien con quien pasar el rato ahí dentro. No había ido a la universidad en todo lo que iba de la semana y no me importaba; quería estar ahí cuando naruto despertara.
-¿Familiares del paciente naruto uzumaki namikaze? -dijo la voz del médico que atendía a naruto.
karin , kushina y yo nos precipitamos con el médico. mikoto y fugako también se acercaron de forma solidaria.
-¿Pasa algo malo, doctor? -preguntó kushina con la voz entrecortada por la ansiedad.
Tomé su mano y la apreté con fuerza esperando la respuesta del médico.
-Todo lo contrario, señora. La tomografía de su hijo salió muy bien, venía a informarle que la inflamación de su lóbulo occipital ha disminuido considerablemente -dijo el médico.
Fruncí el ceño.
-¿Cómo?, ¿Eso quiere decir que naruto recuperó la vista? -dijo karin esperanzada.
-No. No es así de simple; sin embargo, quiere decir que la operación para que naruto recupere la vista es de menos riesgo y hay un setenta por ciento de probabilidades de que la operación sea exitosa -explicó el médico.
-¡Eso no importa ahora, maldita sea! -espeté.
La rabia corría por mi cuerpo de forma vertiginosa. ¿Cómo podía preocuparse por la vista de naruto si ni siquiera estaba consciente?, su trabajo era mantenerlo con vida, hacerlo despertar, no husmear en su cerebro para ver si naruto volvería a ver.
karin puso ambas manos sobre mis hombros pero yo no me detuve. -Preocúpese por hacer que se recupere y luego habla de su ceguera. Manténgalo con vida -gruñí.
kushina apretó mi mano y me envolvió entre sus brazos mientras las lágrimas comenzaban a agolparse en mis ojos. No había querido llorar delante de ellas pero para ése punto estaba al borde de la histeria y no pude contenerme más.
Lloré. Lloré como jamás lo había hecho. Mis ojos me ardían de tanto llorar y restregar mis ojos, mis manos me sudaban, los sollozos me impedían respirar correctamente y sentí la impotencia fluir por mi cuerpo mientras kushina, karin y mi madre me abrazaban con fuerza.
-¿hinata? -la voz de sakura me hizo alzar la vista al pasillo. -, sasuke quiere verlas. A ti, a kushina y a karin.
Me limpié las lágrimas lo mejor que pude y asentí. Necesitaba hablar con él. Necesitábamos saber qué había pasado así que nos dirigimos a su habitación.
Cuando lo vi, el corazón me dio un vuelco. Estaba vivo. VIVO, eso avivaba mis esperanzas de tener a naruto pronto conmigo. Lucía pálido, cansado, tenía un horrible moretón en la sien y un parche aparatoso en la nariz. Su brazo estaba enyesado pegado a su cuerpo y parecía frágil. A punto de quebrarse.
-¡Gracias a Dios que estás bien! -susurró kushina caminando hacia sasuke
Él sonrió tristemente y dijo -Sé lo de naruto. Él... -su voz se entrecortó. -, él estará bien.
Yo sequé mis lágrimas nuevamente y me acerqué a la cama. karin venía detrás de mi.
-¿Qué pasó? -preguntó karin con ansiedad.
sasuke bajó la cabeza mientras negaba. -No bebimos. Ni una gota de alcohol, lo juro -cerró los ojos con pesar. -. Se lo prometí a sakura y a mi madre; yo nunca rompo mis promesas. naruto tampoco bebió.
Yo apreté su mano para darle valor. Parecía que se quebraría a llorar.
Suspiró. -Yo conducía por la carretera rumbo al hotel. shikamaru y kiba habían bebido un poco, pero naruto y yo estábamos bien. Yo conducía y él venía en el copiloto, a mi lado. Un idiota se pasó la luz roja y, todo el impacto lo recibió naruto -cerró los ojos.-. Ese hijo de puta ni siquiera intentó frenar.
El nudo de mi garganta se volvió insoportable.
Un par de lágrimas se resbalaron por las mejillas de sasuke y apreté mi agarre.
-Cuando abrí los ojos, agradecí a Dios estar vivo. naruto estaba de pie, estaba sacándome a mi. No lo recuerdo muy bien porque estaba semi-consciente -negó con la cabeza -, pero naruto me sacó de los escombros y..., vomitó sangre. Después de asegurarse que había salido. Vomitó sangre y -comenzó a sollozar.-, se desplomó delante de mí. No pude hacer nada. Caí inconsciente también.
Se llevó las manos a la cara mientras lloraba y yo no pude más. Comencé a llorar.
Ese naruto sonaba como a MI naruto. La clase de hombre que pondría primero a las personas que le importaban antes de su propio bienestar. Se había asegurado de que sasuke estuviera fuera de los escombros, libre del peligro más grande antes de caer inconsciente. Lo amaba tanto, lo amaba por ser tan valiente, por ser tan noble..., por ser simplemente ÉL.
kushina también lloraba. Nadie había comprendido la magnitud del accidente hasta ése momento. Estaban vivos de puro milagro.
"¡Dios por favor, no permitas que nada le suceda!, no te lo lleves de mi lado aún, por favor. Lo amo, por favor." supliqué mentalmente.
-¿Señora uzumaki? -la voz de una enfermera nos hizo mirar hacia la puerta.- Han trasladado a su hijo a una habitación de piso. Está fuera de peligro. Sigue delicado, pero está estable. Ahora podrán pasar a verlo.
Una sensación de alivio llenó mi pecho y fue como volver a respirar. Estaba mejor. Seguía grave, pero estaba mejor. kushina salió de la habitación con la promesa de volver para dejarnos entrar a verlo a karin y a mí.
Al cabo de treinta minutos con sakura, sasuke y karin , kushina entró de nuevo a la habitación.
karin me miró y apretó mi mano -Ve. Yo voy después de ti -dijo, regalándome una sonrisa tímida.
El corazón me dio un vuelco. Me iba a dejar verlo antes que ella y lo agradecí infinitamente.
Casi tropiezo con mis propios pasos cuando corrí por el pasillo rumbo a la habitación que kushina me había indicado y cuando estuve frente a la puerta me detuve. Tomé una inspiración profunda preparándome para lo que vería a continuación.
Abrí la puerta y entré. El sonido de las máquinas que indicaban que el amor de mi vida estaba vivo me hizo sentir un nudo en la garganta. Me paré justo al pie de la cama, incapaz de avanzar más.
-Hola... -susurré con la voz entrecortada por las lágrimas.
naruto se encontraba acostado en la cama. Un tubo enorme surcaba su boca, sus ojos estaban cerrados y su piel lucía pálida. Un yeso sostenía su muñeca y tenía el rostro cubierto de moretones pequeños. Caminé hacia su lado y tomé su mano sana con cuidado.
-Estoy aquí -susurré. Lágrimas cayeron de mis ojos.-. No me iré a ningún lado. Te necesito.
Tragué saliva intentando calmarme.- Te amo, naruto. Eres el amor de mi vida -un sollozo me impidió seguir hablando. -; así que no te atrevas a dejarme sola. No te atrevas a irte así. No sin haberme dejado decirte cuánto te amo. ¡Eres el amor de mi vida!, ¡No puedo perderte!
Las lágrimas no me dejaban hablar. En ése momento, me quebré. No podía más. Necesitaba que naruto despertara o iba a volverme loca
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