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❇capitulo 9❇

Evitar a naruto namikaze era lo más difícil que había hecho en mi vida y hacerlo los últimos días era más difícil de lo habitual. Aparecía donde quiera que me encontrara y no podía sentirme más nerviosa. ¿Me habría reconocido?, ¿Sabría quién soy?... El hecho de no haber recibido mensajes de texto de su parte, me ponía más ansiosa. Lo había visto un par de veces en la cafetería y había optado por desayunar en las jardineras que estaban a las afueras del campus con tal de no encontrármelo.

Al llegar el viernes, estaba harta de esconderme en todos lados. Sabía que no podía retener a naruto más allá del lunes por la mañana, ya que el plazo de una semana sería ese día; sin embargo, tendría todo el fin de semana para hacerme a la idea de que tendría que enfrentarme a él tarde o temprano.

-¿Estás segura de que no quieres venir? -preguntó sakura aquella tarde mientras charlábamos por teléfono.

-Completamente segura. Tú sabes que no soy una chica de fiestas universitarias -dije, sonriendo suavemente

-Anímate. Una fiesta no le hace daño a nadie, te distraerás de todo eso que te agobia. -me animó.

-Pero, ¿Y si naruto aparece? -dudé

-Pues nos escabullimos entre la gente. ¿Pasarás la vida entera escondiéndote de él?, ¿no, cierto?, pronto sabrá quién eres, así que, ¿Qué más da si lo ves?

Sabía que sakura tenía razón, pero no podía evitar sentirme exageradamente nerviosa.- No lo sé... -me mordí el labio inferior

-¡Será en casa de sasuke!, ni siquiera está lejos de tu casa. Prometo llevarte de vuelta si te sientes incómoda -suplicó ella

Suspiré pesadamente, mientras me decidía a aceptar o rechazar su oferta.- De acuerdo. -accedí finalmente.

Una parte muy grande de mí quería encontrarse con naruto de una vez por todas, pero otra tenía un miedo terrible. Me obligué a colgar el teléfono y arrastrarme a la ducha. Al salir, me pasé media hora probándome todo lo que tenía. Nada me convencía. Al final, me decidí por un vestido color hueso cubierto de encaje. Me alisé el cabello lo mejor que pude y me maquillé mis ojos con delineador y máscara para pestañas. Pinté mis labios de un color rojo carmín y tomé prestados los tacones rojos de mi madre.

Cuando terminé de arreglarme, mi madre entró a mi habitación.- sakura está esperándote abajo, ¿Saldrán? -inquirió

Me sentí un poco avergonzada de mi misma por mi haberle avisado temprano, pero no había marcha atrás.- S-Sí, ¿Estás bien con eso? -dije

-¡Claro!, estoy excelente. sakura me ha dicho que te quedarás a dormir en su casa. -mi madre me sonrió

-¿Eso dijo? -mi ceño se frunció.-, no quedamos en nada

-Llámame si vas a irte a su casa, para no preocuparme. -me sonrió y yo besé su mejilla, dejándole una marca de labial.

-Prometo hacerlo -dije tomando mi chaqueta y mi bolso

-¡Diviértete! -dijo mientras bajaba las escaleras.

sakura condujo las seis ridículas cuadras que separaban la casa de sasuke de la mía mientras tarareaba una bonita canción. No me sorprendió encontrarme con un puñado de autos apiñonados por toda la calle mientras la música hacía retumbar las paredes de la casa. sasuke era un chico bastante sociable y agradable. sakura bajó del auto rápidamente antes de echarse a andar rumbo a la puerta. Tuve que apresurarme para alcanzarla en la puerta principal.
Cuando entramos, la música retumbó por todo el lugar y yo sonreí como boba cuando mi amiga comenzó a bailar casi por inercia. Sin perder más tiempo, sakura localizó a sasuke y se abalanzó sobre él en un beso mortal mientras yo los miraba a lo lejos.

Cuerpos sudorosos se balanceaban al ritmo de la música pegajosa. sakura me guiñó un ojo y ambas nos dirigimos a la pista de baile. El propósito de la noche era bailar hasta que nos dolieran los pies y no pudiéramos pensar en otra cosa que no fuera quitarnos los tacones. Había sido el pacto hecho por teléfono y yo planeaba seguirlo al pie de la letra.

Al cabo de una hora bailando, me dirigí a buscar una bebida a la cocina, donde me detuve en seco.

naruto namikaze estaba sentado en un banquito alto, moviendo un vaso vacío entre sus dedos. Su cuerpo estaba encorvado hacia adelante y tenía la mirada perdida en la nada. Yo caminé lo más discretamente posible hasta la mesa y me serví un vaso de refresco antes de tomármelo todo de un trago y volver a servirme más. Pude mirar de reojo como naruto se servía una cantidad alarmante de tequila en el vaso y lo bebía casi de un trago.

Mi corazón comenzó a latir con furia dentro de mi pecho, ¿Estaba bebiendo?, ¿Después de todo lo que había vivido por culpa del alcohol, estaba bebiendo?, había perdido la vista en un accidente provocado por el alcohol, casi había muerto por culpa de un conductor ebrio, ¿y ahora estaba bebiendo como si lo hubiera olvidado? Apreté los dientes con fuerza, intentando obligarme a mí misma a alejarme de él, pero no pude. Me quedé clavada al suelo, observando cómo se servía más tequila.

El coraje crecía dentro de mi pecho con cada sorbo que lo veía tomar, hasta que no pude más. Caminé hasta él duramente y le arrebaté la botella de las manos.

-¡Hey! -gruñó, mirándome con el ceño fruncido.

-Fue suficiente alcohol para ti ésta noche, naruto -lo regañé, quitándole el vaso

-¡Déjame en paz! -sus palabras sonaron arrastradas y supe que estaba bastante ebrio

-Estás borracho -espeté, enfurecida

naruto me retó con la mirada y noté como su mandíbula se endurecía.- ¿Si lo estoy, qué importa?

-¿¡Qué importa!?, ¡Quedaste ciego una noche que te emborrachaste, idiota! -espeté

Pude ver cómo sus puños se cerraban con fuerza. Su ceño completamente fruncido me decía que debía alejarme y dejarlo enfurecerse, sin embargo no podía. No podía irme y quedarme con la incertidumbre de si conduciría a casa o se quedaría con sasuke.

-Sólo... -tomé aire intentando tranquilizarme.- ,deja de beber, ¿de acuerdo?

naruto cerró los ojos y se cubrió la cara con ambas manos en un gesto cargado de angustia.- Lo siento, Elys -murmuró arrastrando las palabras.

Yo no pude contenerme y apoyé mi mano en su hombro en un gesto conciliador.- Está bien, naruto -dije y sonreí

naruto apartó sus manos de su rostro y me miró con aprehensión.- Soy un jodido idiota -dijo, haciendo una mueca de disgusto.- Los soy casi todo el tiempo, no quería hablarte así.

Yo le dediqué una sonrisa amigable.- Está bien, ya no te preocupes por eso -le guiñé un ojo

-La culpa de todo esto la tiene tu estúpido libro -el gesto enfurruñado de naruto me recordó a un niño pequeño haciendo un berrinche.

-¡Oye! No culpes al pobre libro de tu insensatez -dije, reprimiendo una sonrisa

-No lo estoy culpando de mi insensatez, Lo estoy culpando por meterme absurdas ideas en la cabeza -se quejó.-. Me ha hecho pensar mucho y... -su mirada se ensombreció con tristeza.-, entendí que por más que lo intente, las cosas jamás volverán a ser lo que eran con hinata.

Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho de puro miedo.- ¿A-A qué te refieres?

-A qué... Por más que la quiera de vuelta, si ella no se quiere a su lado, no habrá nada que la haga cambiar de opinión. -dijo con un hilo de voz

-¿Cómo puedes saber que no te quiere a su lado? -inquirí, en un susurro. El dolor punzada dentro de mi pecho.

-Si me quisiera a su lado, querría verme. Tengo tres meses buscándola, pidiéndole que hablemos y ella tiene tres meses poniendo un pretexto tras otro.

Sus palabras me golpearon como un látigo. Antes de que pudiera responder, naruto se puso de pie, tambaleándose por lo borracho que estaba.

-Me voy a casa -masculló, sacando las llaves de su camioneta del bolsillo de su pantalón.

-¿¡Qué!?, ¿¡Estás loco!? -dije, horrorizada.-. No permitiré que conduzcas en éste estado. Dame las llaves.

naruto rodó los ojos al cielo y extendió su mano con las llaves hacia mí. Yo estiré mi brazo para tomarlas, pero él quitó la mano rápidamente, sonriendo como un niño malicioso.
Yo lo miré con cara de pocos amigos y siseé- Dame las llaves, namikaze

-¿Si no lo hago, qué harás, Elys? Si es que ese es tu verdadero nombre -me retó, entrecerrando los ojos.

-Te patearé el trasero, namikaze -dije, alzando las cejas con superioridad.

Una sonrisa fácil se deslizó por sus labios antes de entregarme las llaves. Yo sonreí y dije- Será mejor que le digas a sasuke que tendrá compañía ésta noche y no precisamente será la de sakura.

-¡Me tendrá a mí en su cama!, ¿¡Quién necesita a su novia cuando se tiene a naruto namikaze para compartir las sábanas!? -bromeó.

Yo no pude evitar reír por su comentario. La sonrisa de naruto se desvaneció por completo y lo escuché murmurar-: Tú risa me recuerda tanto a la suya.

Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho, pero no tuve oportunidad de decir nada, naruto se tambaleó hacia atrás, a punto de caerse. Tuve que correr y jalarlo con brusquedad para que no cayera al suelo.

-Tranquilo, grandote -gemí cargando gran parte de su peso.

-Estoy bien -rió él, recargándose en mí

Yo rodé los ojos al cielo.- Claro, naruto -ironicé

-Quiero dormir -gimió naruto y yo gemí al sentir cómo cargaba más su peso en mi cuerpo.

-¿Necesitas ayuda para subir a la habitación de sasuke? -inquirí, en un gemido.

-Un poco de ayuda no me vendría mal -rió. Y entonces, nos encaminamos escaleras arriba, rumbo a la habitación de sasuke.

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