❇capitulo 20❇
Maratón 5/7
Mi corazón comenzó a latir a una velocidad inhumana e irregular, pero me obligué a tragar duro e inspirar aire lentamente.
—¿I-Iremos por él a su casa? —tartamudeé y me maldije en silencio por sentirme nerviosa.
sakura hizo otra mueca de disgusto y disculpa y masculló—: Está dentro del Jeep. Pasamos primero por él porque quedaba de paso.
Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho y, por un momento, me sentí perdida. Abrí la boca para responder, pero no supe qué decir, así que volví a cerrarla.
—Si no quieres ir, lo entiendo... —masculló mi amiga, con la mirada entristecida.
Yo tragué saliva, intentando decidir qué sería lo mejor que podría hacer. Tenía tantas ganas de ir a aquella cabaña. Tenía tantas ganas de pasear y despejarme. ¿Realmente iba a dejar que naruto namikaze arruinara mis vacaciones?...
—Iré —dije, en un segundo de valentía.
—¿De verdad? —noté la incredulidad en el tono de su voz, pero me obligué a sonreír.
—Sí. Hace más de seis meses que naruto y yo no somos nada. Tengo novio, él tiene novia. Ya lo hemos superado. —dije, intentando convencerme a mi misma de mis palabras.
Pude notar cómo sakura me miraba con aprehensión e indecisión. —¿Estás segura de ésto? —volvió a preguntar.
—Completamente —dije, y puse mi mejor sonrisa.
Un suspiro aliviado salió de los labios de mi amiga y yo sonreí suavemente antes de dirigirme al Jeep.
sasuke me miró como si me hubiera vuelto loca, pero no dijo nada mientras abría la puerta trasera para que entrara.
Ni siquiera me digné a mirarlo mientras subía al auto. Sabía que si lo miraba, me acobardaría y saldría corriendo.
Me tomé todo el tiempo del mundo abrochando el cinturón de seguridad y acomodando mi bolso y mi chaqueta gruesa en el suelo del Jeep antes de suspirar y mirar, de reojo, en dirección a naruto, quien se encontraba sentado justo a mi lado en el reducido espacio del asiento trasero del Jeep.
Llevaba los auriculares puestos y tenía la mirada perdida en un punto en la ventana. Pude observarlo cerrar los ojos con fuerza y tragar saliva antes de dirigir su mirada hacia mí.
Sus ojos azules se clavaron en mí durante un momento eterno antes de sonreírme forzadamente y quitarse un audífono. —Hola. —saludó con aquella voz ronca que tanto me gustaba.
Pude sentir como un escalofrío me recorría la espina dorsal pero me limité a sonreírle de vuelta y decir—: ¡Hola!
—¿Cómo estás? —preguntó.
sakura y sasuke subieron al auto, cerrando sus respectivas puertas. —Bien —respondí, porque era cierto. —. ¿Y tú?
—Bien, también. —asintió.
sakura y sasuke nos miraban con cautela y nerviosismo, pero yo le sonreí a sasuke y bromeé—: Más te vale que ese lugar sea tan espectacular como lo describen o voy a hacer que me traigas de regreso.
Pude notar cómo la tensión del auto disminuía notablemente y sasuke me sonrió de vuelta mientras encendía el auto. —Es un lugar fabuloso. Va a encantarte, sakura ya ha estado ahí, ¿Verdad, cielo?
Mi amiga sonrió mientras encendía la radio. —¡Es maravilloso!, la cabaña tiene una vista espectacular y está cerca de un lago.
—Un lago que está congelado en éstas épocas del año —añadió la voz ronca de naruto.
Yo me volví para mirarlo. —¿Has estado ahí? —le pregunté con curiosidad.
—Muchas veces. La última vez que fuimos, me prometí a mi mismo que patinaría en ese lago. —admitió, sonriéndome.
—¡Yo he traído mis patines, también! —chilló sakura, emocionada.
—¿No es peligroso patinar en un lago?, nunca sabes qué tan delgado puede ser el hielo —pregunté, frunciendo el ceño.
—Eso es verdad —dijo sasuke. —. Nunca he visto a nadie patinar ahí, debe ser peligroso.
—Ya lo averiguaremos —dijo naruto encogiéndose de hombros.
Yo lo miré con horror, pero decidí no decir absolutamente nada. El resto del camino lo pasamos escuchando música, charlando y bromeando. La sensación de alivio y seguridad fue instalándose en mi pecho. Saber que naruto y yo podíamos estar en un mismo lugar sin pelear, discutir y terminar jodiendo todo a nuestro paso me hacía sentir eufórica.
El frío de la montaña comenzó a helarme los huesos, así que decidí enfundarme en mi chaqueta. El lugar estaba a poco más de dos horas de camino y los paisajes comenzaron a cambiar hasta volverse pura nieve. Yo estaba fascinada y emocionada.
La cabaña era espectacular. Estaba montada sobre una base de metro y medio de piedra labrada, y era completamente de madera. Había que subir una escalinata para llegar al pórtico, el cual, tenía un bonito columpio colgante que asemejaba a una banca de madera donde, fácilmente, podrían caber tres personas.
La puerta principal era enorme y podía notarse fácilmente que la cabaña era de dos pisos. Todo esto estaba en medio de un claro bañado en nieve y árboles desnudos de follaje.
—¡Es impresionante! —exclamé colocando mi gorro tejido sobre mi cabeza.
—Espera a que veas el interior —dijo sakura, guiñándome un ojo.
—¡sakura y yo pedimos la habitación principal! —gritó sasuke, corriendo escaleras arriba, cargando su maleta y la de sakura. Mi amiga corrió tras él, riendo a carcajadas.
—¡Maldito seas, sasuke!, ¡Siempre te adueñas de lo mejor! —gritó naruto, mientras luchaba con mi maleta y la suya.
Colocó mi maleta en el suelo un segundo antes de tomar una caja de cartón y apilar su maleta y la mía sobre ella.
Sin decir una palabra, cargó el bulto y se echó a andar escaleras arriba.
—¡Oye!, puedo cargar mi maleta —exclamé, corriendo tras él después de cerrar la puerta del Jeep de un portazo.
naruto me miró por encima del hombro con gesto exasperado y dijo—: Ya la estoy llevando yo.
Yo abrí la boca para replicar, pero sakura salió de la cabaña mirándonos de hito en hito.
—¡Apresúrense!, sasuke quiere que vayamos al pueblo a comprar provisiones. —dijo, sonriendo.
Pasamos el resto de la mañana y parte de la tarde en el pueblo cerca de la montaña, comprando comida y cosas indispensables.
Al volver a la casa, estaba cayendo el poco sol que quedaba. naruto y yo caminamos hacia la cocina para guardar la comida y sasuke y sakura corrieron escaleras arriba, directo al dormitorio que compartirían.
—Dios mío, son como conejos —me quejé haciendo una mueca de asco sólo de imaginar lo que estarían haciendo en unos minutos.
naruto estaba vaciando las bolsas en la mesa del desayunador. Una sonrisa maliciosa se deslizó por sus labios y sacó algo de una bolsa, diciendo—: Unos conejos sin esto...
Yo miré la caja que sostenía y abrí mi boca con sorpresa. Era una caja de condones que, seguramente, sasuke había comprado en el pueblo.
Sentí la sonrisa incrédula invadiendo mi rostro antes de cubrir mi boca para evitar reír a carcajadas.
—Será mejor que salgamos de aquí antes de que se den cuenta —dijo naruto tomando las llaves del jeep y metiendo la caja de condones a uno de los bolsillos de su chaqueta.
Yo, sin pensarlo dos veces, corrí detrás de él mientras salíamos por la puerta principal, bajando las escaleras a toda velocidad.
Sentí mi cuerpo helar en cuanto salimos de la cabaña, pero naruto ni siquiera parecía afectado por el frío. Abrió la cajuela del jeep y, tras unos minutos de búsqueda, sacó un par de patines de hielo.
Siguió rebuscando y tomó otro par más pequeño. Los patines de sakura. —¿Vienes? —dijo, lanzándome el par más pequeño.
—¿Q-Qué?, ¿A-A dónde? —castañeé por el frío.
naruto se echó a andar por la nieve y gritó sin volverse—: Al lago.
—¿¡Estás loco?! —exclamé, siguiéndolo.
naruto siguió caminando sin decir una palabra y yo intentaba seguirle el paso, resbalando de vez en cuando. Cuando por fin pude alcanzar su paso, jadeé diciendo—: ¡Es peligroso!
—Cuando papá y mamá aún no se divorciaban, solíamos ir a una granja cerca de un lago en invierno; aprendí, de muy mala manera debo agregar, a identificar el hielo delgado del grueso. Sólo echaré un vistazo, si está muy delgado no haremos nada. Lo prometo —dijo sin mirarme, pero pude ver la sombra de sonrisa dibujada en las comisuras de sus labios.
Yo lo seguí en silencio y de pronto, dimos de frente a un inmenso lago completamente cristalizado. Me quedé sin aliento al ver la hermosura del paisaje. Todo era blanco por la nieve, lo cual hacía resaltar el hielo del lago. naruto dejó caer los patines y se acercó a la orilla, donde el hielo comenzaba. Se puso en cuclillas y escudriñó el hielo con la vista.
Yo me acerqué sólo un poco; inclinándome hacia adelante para observar lo que hacía.
naruto se puso de pie y, cuidadosamente, posó un pie en el hielo, recargando parte de su peso en él.
—naruto... —dije, con advertencia. El miedo se hacía que mi corazón latiera a una velocidad impresionante.
naruto me miró un nanosegundo y se paró sobre el hielo. Una sonrisa se deslizó por sus labios y dijo—: Parece que aún no pierdo la habilidad. Viene la prueba de fuego.
Yo fruncí mi ceño confundida, y entonces lo vi agacharse, tomando potencia.
—¡naruto!, ¡naruto, no, no, no! —dije, sintiendo el pánico crecer dentro de mi pecho al darme cuenta de lo que planeaba hacer.
naruto saltó sobre sus pies, cayendo fuertemente contra el hielo y yo contuve el aliento, esperando a que el hielo se rompiera bajo sus pies, pero no lo hizo. El alivio me invadió por completo mientras él sonreía como niño pequeño.
Repitió el proceso varias veces, comprobando la firmeza del hielo y lo vi alejarse en el proceso. Al cabo de quince minutos de inspección naruto volvió y dijo —Está firme hasta el muelle de allá —dijo, señalando un pequeño y lastimoso muelle de madera. —. El hielo se ve bastante delgado ahí, así que, no te acerques allá.
Entonces, se sentó y comenzó a trabajar en las ataduras de sus botas de combate.
—No voy a hacerlo. No sé patinar. Mucho menos sobre hielo —dije, cruzándome de brazos.
naruto me miró un segundo y me guiñó un ojo diciendo—: Yo te enseño, vamos.
Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho con su cálido gesto y me maldije en silencio mientras me ponía los patines de sakura.
naruto se adentró al hielo, moviéndose con facilidad. Yo me puse de pie en el hielo y, lentamente, deslicé un pie dentro del hielo. Estaba muy resbaloso así que, en cuando mis dos pies estuvieron sobre la superficie helada, caí sobre mi trasero.
Una carcajada limpia salió de la boca de naruto mientras se acercaba a mí, ayudándome a ponerme de pie. —No te rías —siseé, molesta.
—Lo lamento —dijo, reprimiendo su risa. —. Es sencillo, inclina tu cuerpo hacia adelante para crear equilibrio y deslízate.
Tomó mis manos y yo apreté sus dedos helados contra los míos mientras él se deslizaba hacia atrás, ayudándome a no caer.
Tras veinte minutos sosteniéndome, me dejó sola. Caí varias veces sobre mi trasero, pero naruto ni siquiera se inmutó. Se tomaba bastante en serio aquello de "no burlarse de mí", y cuando me di cuenta, estaba patinando torpemente por todo el lago.
Me permití cerrar los ojos deslizándome, sintiendo el aire helado golpeando mi rostro, sintiendo mis dedos entumecidos y el pequeño calor corporal emanando de mí por el ejercicio. Eran contrastes deliciosos.
—¡hinata! —el grito aterrado de naruto me hizo abrir los ojos de golpe y de pronto, me derrapé.
Estaba muy cerca del hielo delgado. Caí al suelo sobre mi trasero y me deslicé llegando justo al punto donde no tenía que estar. Justo donde el hielo delgado comenzaba.
Escuché el crujir del hielo bajo mi peso y mi corazón comenzó a golpear tan fuerte dentro de mi pecho, que me dolieron las costillas.
Cerré los ojos con fuerza e intenté deslizarme cerca de la parte segura.
—¡NO TE MUEVAS! —gritó naruto y me congelé. Estaba temblando de miedo y sentí un nudo formándose en mi garganta.
—Escúchame bien, hinata. Vas a tomar mis manos y vas a ayudarme a moverte de ahí, ¿de acuerdo? —la voz de naruto llenó mis oídos. Estaba cerca. Muy cerca, pero no lo suficiente.
Escuché el hielo crujir una vez más y un grito ahogado salió de mi garganta. —¡HINATA!, ¡HINATA, MÍRAME! —gritó naruto, mientras yo comenzaba a respirar dificultosamente.
Estaba teniendo un ataque de asma. Estaba aterrada. Yo abrí los ojos y me encontré con la mirada angustiada de naruto, quien estiraba sus manos hacia mí. Se había quitado los patines y estaba parado, sobre sus calcetines, a medio metro de mí.
Yo estiré mis manos y tomé las suyas. —Una... —dijo, afianzando su agarre. Haciéndome daño. —dos... —sentí mis músculos tensarse. —¡Tres!
Entonces tiró de mí fuertemente, pero el hielo se deshizo bajo mi cuerpo y naruto no pudo hacer nada para evitar que cayera al agua helada.
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