Quackity estaba subiendo las escaleras junto a Beni hacia la oficina del alcalde, la revolución estaba a nada de llegar a su fin y solo tenía que hacer una última cosa, matar al alcalde.

Llego lo más rápido que podía sintiéndose intranquilo al no ver secuaces cerca, tenía la respiración agitada de la adrenalina que sentía en el momento, cuando llegaron se quedó quieto enfrente de la puerta negra, miro a Beni y ambos sabían que la matanza y sufrimiento pronto acabaría. Con una seña lo mando a cuidar la puerta mientras la abría apuntando su arma hacia el frente donde se encontraba el alcalde de Karmaland y su mayor dolor, Luzu. Lo miro enfrente de él con su camisa roja y su chaleco negro, con sus manos cubiertas de cuero sostenía una copa de vino y lo miro despreocupado.

—Después de tanto tiempo por fin vienes a mi oficina Quacks—Quackity se le quedo mirando desde la entrada de la puerta

— ¿Es que acaso ya no saludas a tu luzu?— Por fin conecto con esos ojos duros que tanto esperaba ver pero estos ya no lo miraban con ese brillo de antes ahora solo lo miraba con odio y enojo.

—Se acabó luzu, hoy mismo seré yo quien te de muerte— Luzu rio desde su silla sacando de sus casillas a Quackity, se acercó de manera amenazante a su escritorio golpeando el mueble con sus manos para callarlo —Te dará más risa cuando tu cabeza este colgada en la punta de la iglesia— La actitud despreocupada de Luzu desapareció al instante.

—Porque no mejor te sientas y tratamos de charlar aunque sea unos minutos antes que me arranques la cabeza— luzu señalo la silla enfrente de el— Quackity lo dudo pero decidió hacerle caso por última vez

—Espera— lo detuvo el castaño —El arma déjala en el mueble—

— ¿Me crees tan pendejo para hacer eso?—

—El único aquí que desea matar eres tú, prácticamente te deje entrar sin ningún peligro— Quackity seguía sin obedecer su orden.

—Lo único que deseo para ti es tu seguridad, nunca te haría daño Quackity— No quería pero aun así dejo el arma en el escritorio, se sentó en la silla de brazos cruzados, observo como el mayor tomaba una copa y la llenaba de vino.

—-Estoy feliz de tenerte enfrente mío después de tantos tiempo Quacks— no obtuvo respuesta— Después de aquel día fue muy difícil contactar contigo— ignoro por completo sus palabras, él estaba allí por una razón y no quería perder la oportunidad de cumplir la única meta que tenía en su vida.

—Te lo dije muy bien Luzu, si descubría que hiciste fraude yo mismo te mataría—

—Yo solo quería tu felicidad Quackity— Grito luzu
—¡La Alcaldía solo te corrompería y te haría infeliz! Que te entre a la cabeza que este no es tu lugar—

— ¡Mírame Luzu! ¡¿Tu vez que soy feliz?! Tu sentimiento egoísta solo término convirtiéndome en lo que evitabas—

— ¿Sentimiento egoísta? ¿¡Yo egoísta!? Hice todo esto por ti Quackity, quise ayudarte aunque tú no merecías mi ayuda ¡No mereces nada de mí!— Luzu detuvo sus movimiento cuando noto que ya se había exaltado y estaba a nada de saltar encima del pelinegro, carraspeo y limpio su traje mientras trataba de calmarse, lo que menos quería era que Quackity reaccionara de mala manera ahora que lo tenía enfrente después de tiempo, tiempo de no tenerlo cerca.

Mentiría si no sintiera sus manos picar en tocar ese rostro que tanto extrañaba.

—Mis manos no son las únicas manchadas de sangre de inocentes—dijo en un tono más bajo, se levantó de su silla acercándose a un toca discos, agarro el disco de vinil con la canción que le pertenecía, una canción que le recuerda a él.

— ¿Qué fue lo que te hizo explotar? No verme como un niño el cual puedes usar o fue que en realidad no me conocías y ya no te gusto el mal trato que te di—

—Mataste a mis secuaces desde el día uno y mostraste ser un peligro para esta ciudad desde el principio, eres especial pero quiero que entiendas que siendo alcalde no podía hacer excepciones— Quackity lo miro de reojo detrás de él, alerta a cada movimiento que hacía.

Una voz tranquila empezó a cantar.

—Mataste a mis hijos a sangre fría y eso no lo puedo perdonar—

"𝑾𝒊𝒔𝒆 𝒎𝒆𝒏 𝒔𝒂𝒚

𝒍𝒚 𝒇𝒐𝒐𝒍𝒔 𝒓𝒖𝒔𝒉 𝒊𝒏

𝑩𝒖𝒕 𝑰 𝒄𝒂𝒏'𝒕 𝒉𝒆𝒍𝒑 𝒇𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒚𝒐𝒖"

—Te burlaste de mí, mataste a la última compañía que tenía en mi casa y me lo enviaste echo hamburguesa, secuestraste a mi familia, realmente no sé qué tipo de reacción esperabas de mi después de hacer todo eso, Son las consecuencias de tus acciones Luzu—

"𝑺𝒉𝒂𝒍𝒍 𝑰 𝒔𝒕𝒂𝒚?

𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒊𝒕 𝒃𝒆 𝒂 𝒔𝒊𝒏"

—Desde ese día mi único objetivo en la vida es darte la muerte— El mencionado se acercó por detrás de su silla recargándose en ella.

—Admito que verte tan obsesionado por mí me da satisfacción aunque sea para verme muerto— apretó con fuerza la cara de Quackity obligando a levantar la cabeza y verlo a el —Cree cuando te digo que después de todo lo que hiciste el sentimiento es mutuo—

"¿𝑰𝒇 𝑰 𝒄𝒂𝒏'𝒕 𝒉𝒆𝒍𝒑 𝒇𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒚𝒐𝒖?"

Quackity apretó sus ojos —Tenias razón desde un inicio, no debí confiar en nadie—

"𝑳𝒊𝒌𝒆 𝒂 𝒓𝒊𝒗𝒆𝒓 𝒇𝒍𝒐𝒘𝒔

𝒖𝒓𝒆𝒍𝒚 𝒕𝒐 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒆𝒂

𝑫𝒂𝒓𝒍𝒊𝒏𝒈, 𝒔𝒐 𝒊𝒕 𝒈𝒐𝒆𝒔

𝑺𝒐𝒎𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒆𝒂𝒏𝒕 𝒕𝒐 𝒃𝒆"

—Solo debiste confiar en mi Quackity— Luzu decidió dejarse llevar por el deseo y acerco su mano al pelo opaco y áspero de Quackity, él lo recordaba más suave y brilloso. Quackity cerró los ojos disfrutando la cálida caricia que le daba luzu, su mano bajo hasta llegar a su mejilla, este disfruto el último momento que tendría con él.

"𝑻𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒚 𝒉𝒂𝒏𝒅

𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒚 𝒘𝒉𝒐𝒍𝒆 𝒍𝒊𝒇𝒆, 𝒕𝒐𝒐"

—Pero tú no deberías de confiar en mi— dicho esto saco una navaja que tenía escondida en su pantalón y aprovecho para cortar su mano, no logrando mucho daño pero lo necesario para tenerlo vulnerable.

𝑭𝒐𝒓 𝑰 𝒄𝒂𝒏'𝒕 𝒉𝒆𝒍𝒑 𝒇𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒚𝒐u

Luzu grito de dolor y algo aturdido miro como Quackity se acercaba al arma, con la fuerza que tenía lo atrapo por detrás pero este ya la había tomado, entre el forcejeo el arma fue lanzada a otro lado de la habitación dejando a Quackity sin nada para defenderse.

Miro la mano cortada de Luzu y como pudo presiono la herida haciendo que lo soltara al instante, corrió hacia donde estaba el arma y muy decidido a disparar se giró de espaldas apretando el gatillo sin mirar que luzu lo patearía dejándolo en el suelo y fallando el tiro.

"𝑳𝒊𝒌𝒆 𝒂 𝒓𝒊𝒗𝒆𝒓 𝒇𝒍𝒐𝒘𝒔

𝑺𝒖𝒓𝒆𝒍𝒚 𝒕𝒐 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒆𝒂"

El de rojo se lanzó encima de Quackity manteniéndolo en el suelo, El ardor que sintió en su cara fue el primer golpe que le llego de parte de él, lo tomo por el cuello con una mano dejándolo casi sin aire, con dificultad trataba de quitarle la pistola pero el pelinegro era tan necio que no dejaba de moverse ocasionando que se disparara varias veces sola.

— ¿Tan difícil es para ti dejar la maldita pistola?— se burló desde arriba

𝑫𝒂𝒓𝒍𝒊𝒏𝒈, 𝒔𝒐 𝒊𝒕 𝒈𝒐𝒆𝒔

𝑺𝒐𝒎𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒆𝒂𝒏𝒕 𝒕𝒐 𝒃𝒆

—Vete a la chingada— escupió con asco, Luzu se levantó tomándolo del cuello lanzándolo de nuevo en la silla reteniéndolo contra ella —Solo quería hablar tranquilamente contigo desde el principio pero como siempre tienes que complicar más las cosas—

—Esto no sería tan complicado para ti si no me hubieras traicionado de esa manera, tienes que dejar de escudarte en que solo querías ayudarme cuando solo deseabas poder— con todas sus fuerzas aventó a luzu cayendo encima del escritorio de madera, lo presiono con fuerza y con la misma pistola golpeo su cara.

— ¿Fue tan fácil manipularme no es cierto? Pero en verdad nunca me conociste Luzu— lo estrello contra el suelo duro.

"𝑻𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒚 𝒉𝒂𝒏𝒅"

— ¡Eres un bastardo traidor!, estuviste allí desde el principio solo para aprovecharte de mí y en la mínima oportunidad atacarme por la espalda— La voz rota de Quackity empezó a salir entre los gritos que daba, no quería romperse enfrente del castaño, no quería sentirse vulnerable ante él y nadie más de nuevo. Cargo el arma y decidido apunto hacia luzu, El de abajo no podía emitir ninguna palabra solo se quedó mirando hacia la persona que se habría convertido el chico más perfecto para él.

"𝑻𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒚 𝒘𝒉𝒐𝒍𝒆 𝒍𝒊𝒇𝒆, 𝒕𝒐𝒐"

—¡Tu mayor error fue creerme Débil!—

𝑭𝒐𝒓 𝑰 𝒄𝒂𝒏'𝒕 𝒉𝒆𝒍𝒑 𝒇𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒚𝒐𝒖

—Yo solo lo hice porque te amaba— Susurro con su último aliento dejando de forcejear, Quackity lo miro directamente a los ojos.

𝑭𝒐𝒓 𝑰 𝒄𝒂𝒏'𝒕 𝒉𝒆𝒍𝒑 𝒇𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒚𝒐𝒖

—Tú ya no eres la persona que llegue a amar—Quackity apretó el catillo sin piedad pero no salió ninguno bala, volvió a recargar y disparo una vez más pero seguía sin salir nada, lanzo el arma y agarro su cabeza gritando con desesperación.

—¡Todo sería diferente si tu no hubieras echo eso!, si tan solo... Si tan solo— Quackity golpeaba el pecho de luzu con dolor mientras ocultaba su rostro —Incluso llegue a pensar que yo era el que estaba mal y que tal vez tu tenías una razón para todo esto pero llegaron tus secuaces y yo...— Luzu rodeo con sus brazos el cuerpo tembloroso

—¡Dios! Tú en verdad me amabas ¿no es así?—

— ¿Por qué quiero lastimarte tanto? Se suponía que éramos amigos— Quackity dejo salir su dolor entre el llanto —Yo solo quería estar contigo—

—Extraño esos días, te extraño a ti y a todos esos recuerdos que sin ellos me derrumbaría— Quackity levanto su rostro, luzu extendió su mano apartando su cabello dejándolo ver su cara.

—Tu presencia en mi vida lo fueron todo para mí desde un principio Luzu—

—Yo siempre me pregunté cuando seria el día en que te volvería a ver Quacks, Verte de nuevo y tomarnos fotos como era nuestra costumbre...Te eh extrañado— Quackity se quedó en silencio observando los ojos rojos encontrando en alguna parte de ellos a la persona que llego a querer —Quiéro que me mires y que me digas la verdad, ¿Hiciste fraude en las elecciones?—

—Sí, soy total me te sincero cuando te digo que no me arrepiento, créeme cuando te digo que se cómo se siente el dolor de la traición, nunca fue mi intención hacerte mal Quacks pero ya no hay vuelta atrás—

Quackity jadeo cuando sintió un dolor agudo en la parte baja de su espalda, de un momento a otro estar en los brazos de Luzu se sentía asfixiante —Puede que tengas razón, puede que sea un imbécil más que se aprovechó de tu vulnerabilidad— Quackity intentaba con las pocas fuerzas que tenía levantarse y salir de allí —Pero a ti nunca te importo este pueblo, solo su aprobación— Saco la navaja de golpe dejando a Quackity sin aire —Y yo siendo alcalde tengo que eliminar a las personas que se involucren en mi camino, aunque se trate de ti—

—suéltame— apretó con más fuerza el cuerpo de Quackity presionando la herida —¡Luzu suéltame!—no importaba Cuanto le suplicara este solo lo ignoraba, oculto su rostro en su hombro y le clavo la navaja nuevamente dejando inmóvil a Quackity.

No sabía si el cansancio o la pérdida de sangre estaba ganando pero su vista se estaba nublado y le era aún más difícil controlar su respiración, sintió su hombro humedecer y el cuerpo de luzu temblar, Quackity hubiera reído si no fuera que el dolor y la ira lo estaban matando.

—Levanta la cara y mírame Luzu— negó con la cabeza de forma desesperada

—Quiero que me veas a los ojos para lo que te diré— levanto la mira y como se lo esperaba miro un rostro lleno de dolor, con sus ojos opacos sin ningún brillo de felicidad, sonrió en forma de burla.

—Lo único que me quedaba en esta vida era matarte, pero viendo tu patético rostro ahora mismo es mejor— agacho la cabeza sin querer seguir manteniendo la mirada, Quackity aprovecho que aflojo el abrazo y tomo su cara obligándolo a mantenerla arriba ---no luzu, levanta tu rostro, si me iré de esta forma quiero que mires ¿sí? Quiero que mires como muero en tus brazos, como muero a causa tuya—

—Moriré odiándote hasta el final pero feliz sabiendo que al menos logre matarte internamente, sin familia, sin amigos ¿Qué es lo que te queda?— Quackity sintió como su cuerpo comenzaba a debilitarse, soltó el rostro de luzu y se recostó en su pecho.

—𝑀𝑒 𝑑𝑖𝑠𝑡𝑒 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠 𝑙𝑖𝑛𝑑𝑜𝑠 𝑦 𝑢𝑛𝑎 𝑎𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑜𝑙𝑣𝑖𝑑𝑎𝑟𝑒 𝑦 𝑒𝑠𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑡𝑒 𝑙𝑜 𝑎𝑔𝑟𝑒𝑑𝑒𝑐𝑒𝑟𝑒, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑡𝑒 𝑎𝑡𝑜𝑟𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑙𝑜 𝑠𝑢𝑓𝑖𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑝𝑜𝑟 𝑒𝑙 𝑟𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑡𝑢 𝑚𝑖𝑠𝑒𝑟𝑎𝑏𝑙𝑒 𝑣𝑖𝑑𝑎—

Al final de la guerra por el pueblo de Karmaland, el lado revolucionario logro llegar al despacho del alcalde en busca de su líder, pero en vez de encontrar la victoria encontraron su cuerpo muerto en los brazos del enemigo, aferrado al cuerpo de lo que alguna vez fue su amado el Alcalde de Karmaland murió a manos de los enemigos.

Siendo miserable tal como lo dictaron las últimas palabras de quien alguna vez fue su amado.