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* 𝐭𝐞𝐚𝐫𝐬

💌 。˚Liv caminó por los pasillos sin rumbo, el eco de sus pasos resonando en las paredes vacías. El encuentro con Minho había sido como una sacudida para su corazón, una prueba más de lo doloroso que había sido separarse de él.

Se sentó en el pasillo, en una esquina, y abrazó sus piernas contra su pecho. "¿Por qué duele tanto?" pensó. Ella sabía que tomar esa decisión era lo mejor, pero las emociones seguían estrellándose contra ella. Cada palabra que Minho había dicho la había tocado en lo más profundo, y a pesar de que su mente insistía en que debía alejarse, su corazón seguía deseando que todo volviera a ser como antes.

Lloró en silencio, sin que nadie la viera. Nadie sabía realmente lo que sentía. Nadie sabía lo difícil que había sido todo esto para ella

Minho aún no se había recuperado de la conversación de la noche anterior, y Liv tampoco. Aunque había regresado a su habitación, no podía evitar pensar en él.

Los días habían pasado y con eso las noticias volaban Stella y Minho habían tenido una cita una que no sabía hasta que Kitty se lo contó como Stella había robado su celular pidiendo el número de Minho a escondidas. Algo no muy correcto Stella no le daba un buen presentimiento ademas de que después de llegar de ir a visitar a Q y Pancake estaba en su cama durmiendo por lo que tenia que dormir en el sillón, Kitty seguía buscando pistas de su madre y Yuri y Julianna parecian disfrutar de una luna de miel entre ellas

Estaba de camino con Kitty quién marcaba a distintas residencias intentando contactar a la madre de Yuri, Stella y Minho estaban sentados juntos Minho solo parecía querer distraerse con su reloj

-Hola, ¿saben quien es nuestro maestro?- saludó Kitty haciendo que ambos alzaron la mirada Minho dedicándole una sonrisa corta a la castaña

-Estoy feliz por no tener que presentarme, sigo marcada por interpretar al burros en la pastorela de mi iglesia -Liv sentándose junto a él hicieron una mueca ante la anécdota de Stella- Pero imagino que con tu papá tu tienes un contrato discográfico o una película que se estrenará

-No no es lo mio- respondió el intentando evadirla

-Buenas tardes - saludó una voz que Minho y Liv reconocieron como el señor Moon

-No puede ser

-Y felicidades y de todas las clases nuevas en KISS son los afortunados que se colaron a una gran clase, pero les tengo una noticia, ser un representante exitoso no es algo que se pueda enseñar

-¿Y para que es esta clase?-cuestiono Minho volteando a ver a su ex-novia que solo sonrió sarcástica

-Se resume en confiar en su instinto y hoy van a determinar quien va a ganar un lugar en voz avanzada y a quien le van a cortar el micrófono

-Uhh señor Moon yo no se lo suficiente de canto para ser una juez expert..-intento decir Kitty pero fue interrumpida señor Moon

-Mis opiniones más contundentes son sobre cosas que no se casi nada

-Y ese es mi papá -comenzaron a juzgar a cada uno de los participantes incluyendo a Dae dejando boquiabierta a Liv y así Minho y ella compartían varias opiniones en común

-Dae-Kim recibio aprobación unanime aunque mi hijo dice que esta un poco desafinado

-¿Oye es enserió?-preguntó Liv dándole una patada haciéndolo sonreír por la nostalgia

-Concuerdo de hecho Minho, Liv y yo tuvimos comentarios idénticos para cada cantante, Stella fuiste la única que voto por Min-hee ¿porque?

-Porque no quería herir sus sentimientos

-Es hiriente dejar que alguien sin talento crea que no lo entiende-respondió Minho

-Es cierto aquellos que quieran endulzar la verdad en esta industria

Después de la clase con el Sr. Moon, Minho no podía dejar de pensar en las palabras que Liv había dicho la noche anterior. Sabía que no todo se resolvía con una charla rápida, pero sentía la necesidad de aclarar las cosas entre ellos.

Cuando la oportunidad surgió, no la dejó pasar.

-Oye, Liv, ¿te gustaría salir a dar un paseo? -su voz sonaba suave, pero había una intensidad en ella que Liv no pudo ignorar.

Ella lo miró sorprendida, levantando una ceja. ¿Qué tan repentina era esa invitación? ¿Por qué ahora? Pero, en su corazón, algo dentro de ella quería aceptar. Quizás fuera la necesidad de respirar aire fresco, o tal vez simplemente la atracción natural hacia alguien con quien compartió tantas cosas. Sin embargo, la desconfianza seguía siendo su sombra.

-¿Para qué? -respondió con un tono desafiante, sus labios ligeramente curvados hacia abajo. Aún no podía olvidar las heridas de la separación.

Minho hizo una pausa, como si meditara sus palabras cuidadosamente. No quería hacerle daño, pero sí necesitaba hablar con ella.

-Solo para despejar la mente. A veces, el aire fresco puede cambiar las cosas.

Liv lo miró, su expresión no cambiando, pero su pecho se apretó al ver la seriedad en sus ojos. Minho, con su actitud despreocupada y su aura de confianza, parecía casi un extraño para ella ahora. Pero al mismo tiempo, un toque de nostalgia recorrió su cuerpo. El Minho que conocía, el que se preocupaba por ella, aún estaba allí.

-Está bien. -Finalmente, sus palabras salieron, algo renuente, pero sin poder evitarlo.

Minho sonrió levemente y, sin decir mucho más, se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección al parque. Liv lo siguió, sus pasos lentos pero firmes, mientras la presencia de Pancake en los brazos de Minho, les hacía compañía.

El paseo transcurrió en silencio, con Liv absorta en sus pensamientos y Minho tratando de encontrar el momento adecuado para hablar. Fue cuando se detuvieron junto a un pequeño banco, y Pancake comenzó a jugar a un lado, que Minho se giró hacia Liv.

-¿Cómo te sientes? -preguntó, su voz suave pero sincera.

Liv cerró los ojos, sintiendo el viento acariciar su rostro. Las lágrimas que había estado conteniendo durante días amenazaron con caer.

-No sé... Todo esto... me duele. -respondió, su voz quebrada por la emoción. -Sé que hice lo correcto, pero ¿por qué duele tanto?

Minho, viendo la lucha en sus ojos, se acercó y se sentó junto a ella, su mano encontrando la suya en un gesto suave pero firme. Con una ligera presión, la invitó a mirarlo, pero Liv no lo hizo. Estaba demasiado avergonzada de que él la viera vulnerable.

-Liv... -susurró, secando una lágrima que había escapado sin permiso. -Lo que sea que estés sintiendo, lo siento también.

Ella lo miró, sorprendida por la sinceridad en su tono. Minho, el chico que siempre había sido tan tenso y sarcástico, ahora mostraba una vulnerabilidad que ni ella había esperado. Y eso hizo que el dolor que sentía en su pecho se intensificara.

-No lo sé, Minho... No lo sé si esto es lo que quiero. No sé si puedo... no sé si debo.

Minho la miró por un momento, antes de soltar un suspiro nostálgico.

-A veces, no hay respuestas claras. Pero lo que sea que pase... siempre te voy a recordar cómo alguien importante en mi vida.

Liv lo miró fijamente. Sus ojos, llenos de dolor, también reflejaban una sensación de comprensión. No era fácil, no sería fácil, pero había algo en ese momento que les recordaba lo que fueron y lo que pudieron haber sido. La tensión entre ellos seguía ahí, pero algo había cambiado.

-Gracias... -murmuró Liv, mientras una lágrima más caía por su mejilla.

Minho la miró con una sonrisa triste, pero cálida, secando la última lágrima con su pulgar, sin decir una palabra más. Sabía que no podían forzar lo que no estaba destinado a ser, pero al menos en ese momento, se sentían un poco más en paz con el caos que compartían.

El silencio entre ellos se extendió mientras Minho seguía sosteniendo la mano de Liv. La brisa del atardecer comenzaba a enfriarse, pero la tensión en el aire era tan palpable que no necesitaban palabras para describirla. La cercanía, la historia compartida, todo seguía latiendo entre ellos, y aunque lo intentaran, no podían escapar de lo que una vez fueron.

Liv apartó su mano lentamente de la de él, sintiendo cómo un vacío se formaba donde antes había algo cálido. Se levantó del banco con rapidez, dándole la espalda a Minho, tratando de ocultar la turbulencia interna que la recorría. El silencio ahora se sentía pesado, como si un muro invisible se hubiera levantado entre los dos.

-Esto no está bien, Minho. -Su voz salió rasposa, como si el solo hecho de hablar sobre lo que sentía fuera una batalla.

Minho la miró, su rostro difícil de leer. Sabía que la situación no estaba bajo control, pero no podía entender por qué todo parecía tan complicado. Se levantó también, un paso lento y medido, y se acercó un poco, pero no lo suficiente para invadir su espacio.

-¿Qué quieres que haga, Liv? -preguntó, la frustración surgiendo en su tono. -Te estoy dando espacio, te estoy dando tiempo. No sé qué más puedes esperar de mí.

Liv lo miró de reojo, sus ojos llenos de una mezcla de resentimiento y algo que no lograba identificar.

-No quiero que hagas nada. -su respuesta fue fría, pero al mismo tiempo cargada de una desesperación sutil. -Solo... solo que dejes de pretender que las cosas no importan. Porque si no te importaran, no estarías aquí. Y si no me importaras, yo no estaría aquí tampoco.

Minho dio un paso más hacia ella, esta vez consciente de la distancia emocional que los separaba. A pesar de sus palabras duras, algo en su pecho le decía que todo esto todavía importaba más de lo que ambos querían admitir.

-Liv, siempre has sido la más difícil de leer. Pero no puedo dejar que esto se quede sin aclarar. No voy a alejarme y pretender que no me duele todo esto.

Liv apretó los labios, sintiendo cómo su pecho se apretaba mientras las palabras de Minho se incrustaban en su mente. Cada frase lo acercaba más, pero también lo alejaba más al mismo tiempo. La contradicción era insoportable.

-Y sin embargo, ¿qué quieres que hagamos? ¿Volver a lo que éramos? ¿Pretender que la separación no fue una herida? ¿Que el tiempo no nos cambió?

Minho se quedó en silencio, las palabras atascadas en su garganta. No era tan sencillo, nunca lo había sido, pero tampoco podía mentirle a sí mismo sobre lo que sentía.

-No sé si puedo volver a lo que éramos. -respondió finalmente, la sinceridad pintando su voz, como un susurro tenso en la quietud del aire. -Pero sí sé que no quiero que te vayas de mi vida. Aunque no sea lo que éramos, o lo que pensábamos que seríamos, aún quiero tenerte cerca. Aunque eso me duela.

Liv lo miró intensamente, sus ojos llenos de conflicto. No quería ceder, no quería admitir que las palabras de Minho la habían tocado, pero el peso de lo que había dicho la dejó sin aliento. Quería escapar, pero no podía mover los pies. No podía dar un paso atrás, ni hacia adelante.

-Minho... -su voz tembló, pero no se dejó vencer. -No sé si eso es lo que quiero. No puedo seguir dándote pedazos de mí misma solo para que me los devuelvas rotos. No sé si tengo más piezas para ofrecer.

Minho la observó con una intensidad feroz, como si intentara leer cada emoción que pasaba por su mente. El aire entre ellos estaba cargado de una tensión tan densa que parecía casi imposible de romper.

-No te estoy pidiendo que me des nada, Liv. Solo... solo quiero que entiendas que no todo está perdido. Si te vas ahora, eso será lo que nos destruya a los dos. La indiferencia. El hecho de que sigamos separados como si nunca hubiéramos sido algo real.

Liv dejó escapar una risa amarga, girándose para enfrentar a Minho completamente. El brillo de sus ojos estaba oscuro, cargado de una tristeza tan profunda que casi parecía que las palabras ya no tenían poder para salvarla.

-¿Y qué pasa si nos seguimos destruyendo, Minho? ¿Qué pasa si todo esto solo es más doloroso que seguir adelante? -su voz se quebró al final, la lucha interna entre lo que sentía y lo que debía hacer reflejada en cada palabra.

Minho no se movió, ni siquiera cuando vio las lágrimas comenzar a acumularse en los ojos de Liv. Sabía que esta conversación no estaba destinada a tener un final feliz, al menos no ahora. Pero algo en su pecho no lo dejaba rendirse, algo que seguía gritando que debía quedarse, que debía luchar.

-Liv... -susurró con voz temblorosa, pero firme. -No quiero que nos destruya. No quiero perderte.

Y aunque los dos sabían que no había una respuesta fácil, el aire entre ellos seguía vibrando con la promesa de que, aunque las heridas fueran profundas, aún quedaba algo por lo que luchar.

El ambiente seguía cargado de tensión, y cuando Liv intentó dar un paso atrás para alejarse de la conversación, Minho la detuvo con una mirada fija. Pero antes de que pudieran seguir, una voz familiar rompió el silencio.

-Ah, si no me equivoco... ¡Liv!

Minho se tensó a su lado, y el corazón de Liv dio un pequeño vuelco al reconocer al padre de Minho. De niña casi no habia hablado tanto con el pero sabia de los problemas que Minho tenia con su ausencia.

-Hola, señor Moon. -saludó Liv, su voz un tanto más baja al notar la mirada de Minho en su dirección, casi como si quisiera evitar que ella se acercara demasiado al hombre.

Minho, viendo la incomodidad de Liv, se apresuró a presentarla con su padre, sabiendo que ella se sentiría un poco fuera de lugar.

-Papá, esta es Liv, una amiga de la infancia.

El padre de Minho la miró con una sonrisa de reconocimiento y asintió, un brillo en sus ojos.

-Ah, Liv, claro. Recuerdo a una niña traviesa que siempre estaba cerca de Minho. ¿Recuerdas eso, hijo?

Minho no respondió inmediatamente, pero su cara se enrojeció levemente, claramente incómodo con el comentario. Liv, sintiendo que había una oportunidad para romper el hielo, decidió intervenir con un toque de humor para aliviar la tensión.

-Sí, me acuerdo, señor Moon. Siempre estaba corriendo detrás de Minho, haciendo que se metiera en problemas. -dijo, forzando una sonrisa para aliviar el momento, y al mismo tiempo dándole un toque cálido a la conversación.

El padre de Minho soltó una risa, pero la expresión de Minho se hizo más seria, como si intentara evadir completamente el tema.

-Bueno, eso fue hace mucho tiempo -respondió Minho, dándole una mirada de advertencia a su padre.

Stella, que estaba cerca y había escuchado todo, aprovechó la oportunidad para añadir algo raro, intentando quizás hacer una broma, pero el tono de su voz solo hizo las cosas más incómodas.

-¿No crees que ahora, con todo lo que ha pasado, ya sería hora de que Minho se dejara llevar por sus sentimientos? -dijo Stella, mirando a Minho con una sonrisa torcida, como si lo estuviera presionando para que dijera algo.

Liv se tensó al escuchar las palabras de Stella, dándose cuenta de que la situación estaba tomando un giro más complicado. Pero no quería que Minho quedara atrapado en las insinuaciones de Stella. No iba a dejar que eso lo hiciera sentir aún más presionado o confundido.

-Stella -dijo Liv, volviéndose hacia ella con una mirada firme pero amable. -A veces, es importante que las personas se tomen su tiempo para entender lo que realmente sienten. Y Minho, en este momento, no necesita sentir que tiene que "dejarse llevar". Él ya sabe lo que quiere. Solo tiene que decidir cuándo.

Minho la miró, sorprendido por la firmeza de sus palabras. Era cierto que ella lo entendía más de lo que pensaba.

-Gracias, Liv -dijo, en voz baja, como si el apoyo que le daba de alguna manera lo tranquilizara.

Stella, algo sorprendida por la intervención, se cruzó de brazos, pero no insistió más. La conversación, aunque aún incómoda, empezó a relajarse cuando el padre de Minho intervino con una sonrisa amplia.

-Creo que todos necesitamos un poco de espacio para entendernos. No presionemos tanto, chicos. -dijo, mirando a su hijo con una ligera complicidad. Alejándose despidiéndose diciéndole algo a Stella.

Liv se sintió aliviada por la forma en que el padre de Minho manejó la situación. Pero lo que no esperaba era que Minho, al estar tan cerca de ella, se acercara un poco más, como si estuviera buscando algo. Algo que Liv también sentía, aunque no quería admitirlo.

Minho, con una mirada cargada de nostalgia y algo más, se acercó lentamente a Liv, hasta que apenas unos centímetros los separaban. En ese momento, el aire se sentía espeso de nuevo, pero esta vez de una forma más... anticipada.

-Liv... -susurró Minho, su voz temblando ligeramente, como si estuviera indeciso.

Ella levantó la vista, encontrando sus ojos oscuros y profundos, llenos de emociones que no se atrevían a decir en voz alta.

-¿Qué pasa, Minho? -preguntó ella, su tono suave, aunque su corazón latía con fuerza.

Minho no dijo nada. Solo se inclinó hacia ella, y Liv, aunque sorprendida, no retrocedió. En ese instante, el tiempo pareció detenerse. La tensión que había entre ellos no era solo por lo que había pasado, sino por lo que aún no se había resuelto. Y, sin más palabras, él la besó.

El beso fue suave al principio, como una prueba, un roce de labios que hablaba de todo lo no dicho entre ellos. Minho, con una mano delicadamente tocando su mejilla, pareció querer decirle sin palabras todo lo que había guardado por tanto tiempo. Liv, sintiendo la calidez de su contacto, cerró los ojos, dejándose llevar por el momento.

Por un breve instante, todo el dolor, todas las dudas, se desvanecieron. Solo quedaban ellos dos, en ese espacio cargado de historia y sentimiento, con un beso que hablaba de todo lo que se habían guardado en el fondo de sus corazones.

Cuando finalmente se separaron, Minho la miró con una mezcla de sorpresa y satisfacción, como si hubiera dado el paso que tanto necesitaba.

Liv, ligeramente sonrojada pero con una sonrisa en sus labios, lo miró a los ojos.

-No te resistas a lo que sientes, Minho -dijo suavemente, en un susurro que solo él pudo escuchar.

Minho sonrió, sus ojos brillando con una nueva luz. Sabía que no había vuelta atrás, pero al menos, por ahora, todo lo que necesitaban era estar juntos en ese momento.

💌 。˚El plan que Kitty le había propuesto. Aunque al principio pensó que no era necesario, ahora, con la cercanía de Minho y su propia agitación, sintió que debía hacer algo para ayudar a su amigo.

Sabía que debía hacer tiempo, y el plan de Kitty, aunque un tanto ridículo, parecía la única salida. Fue en ese momento cuando, con un suspiro profundo, decidió seguir el "desmayo" que Kitty había sugerido.

Liv cerró los ojos por un segundo, respirando con dificultad, y de repente, dejó que su cuerpo se relajara y cayera de manera dramática hacia el suelo. La caída no fue violenta, pero lo suficiente como para que todos a su alrededor pudieran verla desplomada, justo en medio de la pista.

El sonido de la multitud se disipó mientras Minho, que se había estado concentrando en textear a Q, vio a Liv desplomarse de manera inesperada. Sin pensarlo, corrió hacia ella con la preocupación marcando cada paso.

-¡Liv! -gritó, su voz llena de angustia mientras se agachaba rápidamente a su lado.

Liv abrió un ojo, viendo la expresión desesperada de Minho justo cuando llegaba. Sonrió ligeramente, aunque trató de disimularlo, sintiendo la presión del momento.

-¿Estás bien? -preguntó Minho, preocupado, mientras le tomaba la muñeca y verificaba su pulso.

Liv se levantó lentamente, fingiendo que aún estaba débil, pero claramente disfrutando de la preocupación que Minho mostraba. Se tocó la cabeza, actuando como si estuviera mareada.

-Solo un poco de mareo... no es nada -dijo, forzando una sonrisa, mientras le daba una mirada juguetona.

Minho, sin embargo, no parecía tan convencido. Al verlo tan preocupado, Liv se sintió un poco culpable, pero, al mismo tiempo, sabía que había logrado su objetivo. Aun así, las cosas no salieron como había planeado. Q había llegado pero había perdido por culpa de que Jin apagara sus alarmas.

-¿Seguro que estás bien? -preguntó Minho, volviendo su mirada hacia Liv, sin poder dejar de notar el vínculo que se había formado entre ellos. Liv asintió, pero el aire entre ambos seguía cargado, como si las piezas del rompecabezas que ninguno de los dos entendía estuvieran comenzando a encajar.

𝑵𝒂𝒕𝒔 𝒏𝒐𝒕𝒆𝒔
AJJAJAJAJAJJAJA los hice sufrir para nada 🤪 ya no tienen que pagar terapia no hasta un poco más adelante

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