* 𝐎𝐌𝐆!!!
💌 。˚Minho caminaba por las calles desiertas en su sueño, la ciudad estaba silenciosa, pero la presencia de Olivia a su lado era palpable, como si el aire mismo se volviera más denso cada vez que se acercaba a él. Se pararon frente a un edificio iluminado, el sonido de la noche se desvaneció, y todo lo que quedaba era ella.
Olivia lo miró fijamente, sus ojos brillando con una intensidad que Minho no había visto antes. “¿Qué estás esperando?” murmuró, su voz suave, pero con un tono que parecía retarle.
Minho tragó saliva, sin poder apartar la mirada de ella. “No estoy seguro de qué esperas tú,” respondió, el calor en su rostro aumentando con cada segundo que pasaba.
Ella sonrió, un gesto lento, pero seguro. “Lo que quiero,” dijo mientras daba un paso más cerca, “es que dejes de hacerme esperar.”
Minho no podía resistir la cercanía, el aire entre ellos era eléctrico. Olivia se acercó aún más, y sus labios se rozaron brevemente, solo por un instante, pero suficiente para que Minho sintiera una ola de calor recorrer su cuerpo. Ella lo miró con una mezcla de desafío y deseo. “Sabes lo que quiero… ¿no?”
Minho asintió, sin palabras, perdiéndose en la sensación de su piel cerca de la suya, el deseo palpable entre ellos. Un suspiro se escapó de sus labios cuando Olivia se acercó aún más, y esta vez, los besos no fueron suaves, sino urgentes, como si cada uno de ellos estuviera buscando algo más, algo más profundo.
Cuando despertó, el eco de su presencia aún estaba allí, el deseo no se había desvanecido por completo, y Minho quedó con la sensación de que ese momento podría haber sido más real de lo que parecía.
💌 。˚Liv estaba con Q y Kitty sumida en sus pensamientos sobre que demonios había pasado con Minho y esa declaración de sentimientos tan repentina en Chuseok estaba confundida y aunque parte de su corazón le decía que luchará por el su cabeza era como una advertencia de que su corazón tal vez no estaba listo para admitir los sentimientos hacia aquel chico ya no tan odioso
—Solo quería hablar con él y Alex dijo que no todos estaban a mi disposición, así que ahora me pregunta sobre el profesor Lee y...—dijo Kitty rápidamente siendo interrumpida por Q ya estresado
—¿Qué tal si, en lugar de fijarnos en todo este drama de Alex, nos concentramos en lo que te vas a poner para la Madness Party?
—No voy a ir— respondió Kitty con simpleza
—¿Qué?— cuestiono Liv desde su asiento tomando un sorbo de su café
—¿Porque es el evento del año?— esta vez cuestiono Q confundido
—Porque Dae y Yuri probablemente estén ahí
—Yuri estará ahí, ella es DJ.— dijo Liv sonriendo incómoda al ver como Kitty hacia una mueca
—Pero Dae nunca va a estas cosas, no debes preocuparte
—No me preocupa, no me importa pasar el tiempo con alguien que no reconoce un gesto significativo— comenzó Kitty
—Aquí vamos— dijo Q sabiendo lo que Kitty diría
—Ni siquiera dijo: "gracias por el collar", ni siquiera un emoji. Ese collar era de mi mamá, se lo di a Dae cuando murió su madre
—De acuerdo. Aunque me encantaría sentarme aquí y hablar de esto otra vez, prefiero clavarme unas tijeras en los oídos— Liv asintió ya que era verdad Kitty había pasado semanas repitiendo lo mismo múltiples veces
—Oh
—Si, en serio. Toda esta semana, todo lo que he escuchado es :"Dae, collar, Yuri, Alex, Dae, collar, Yuri, collar" eres como un robot que funciona mal atrapado en un bucle ya ni siquiera Liv habla tanto sobre lo que Minho le dijo— ante la mención de Minho casi se ahogo con su café
—Y viniste aquí para tener nuevas experiencias y vivir tu vida— dijo ella evadiendo el tema
—¿Sabes lo que es la fiesta de Min ho? — cuestiono Q remarcando el nombre del chico —Una nueva experiencia
—Ay, dios, no puedo creer que me quedara un viernes por la noche haciendo pucheros por un hombre
—Si— afirmó Liv
—Ay no
—Me estoy convirtiendo en LJ
—Cierto esta bien, esta noche vamos a salir al gran mundo y serás un nuevo tipo de Kitty
—¿La nueva Kitty y quién?
—Tal vez encuentres a quien besar
—Bueno, siempre pensé que Dae sería mi primer beso, y ahora es el único chico en el mundo que no puede serlo.
—Lo sé, lo sé, pero piensa en todas las posibilidades. En serio ¿Porque no usas esa habilidad de cupido contigo misma?
—Encendamosla
—Okey, podría besar a alguien esta noche, ¡Si! Besaré a alguien esta misma noche
—Si eso
—¡Yo a dos!
—¡Ese es el espíritu amiga!
💌 。˚La música retumbaba en las paredes del salón. La fiesta estaba en pleno apogeo, el ambiente lleno de risas, voces y el crujir de copas al chocar entre sí. Las luces de colores brillaban, creando destellos que se deslizaban por el suelo y se reflejaban en las paredes adornadas. Minho estaba junto a Dae, riendo y charlando, pero su mente, sin saber por qué, no podía dejar de volar hacia las escaleras, como si algo o alguien estuviera a punto de llegar.
El bullicio de la fiesta se detuvo por un momento. Era como si toda la atmósfera se hubiera enfriado al instante, y todos los ojos se dirigieron hacia el umbral, donde dos figuras elegantes entraban. El primer paso de Kitty resonó en las escaleras, y un murmullo recorrió el lugar. Luego, Liv, con su gracia característica, bajo las escaleras con una sonrisa de desafío en sus labios.
Minho no pudo evitar mirar en su dirección. Era imposible no notar la forma en que el rostro de Liv brillaba bajo las luces, con su piel morena y brillante reflejando la luz de una manera casi etérea. Pero lo que realmente captó su atención fue su atuendo.
Liv llevaba un vestido de satén rojo, ajustado a su figura, que caía en una falda fluida que rozaba ligeramente el suelo. El diseño era sofisticado pero no sobrecargado, con un escote en forma de V que dejaba entrever la delicada cadena de oro que adornaba su cuello. Los tirantes eran finos y apenas visibles, pero suficientes para resaltar la suavidad de sus hombros. Cada vez que daba un paso, el satén del vestido brillaba ligeramente, casi como si estuviera en movimiento con la luz.
Minho observó cómo la tela se deslizaba a su alrededor, y un ligero escalofrío recorrió su espalda. Había algo en ella, en la forma en que se movía, que lo dejaba sin palabras. No estaba acostumbrado a ver a Liv con algo tan sencillo pero tan impactante al mismo tiempo. Cada detalle de su presencia parecía estar calculado, como si ella misma estuviera consciente de su poder.
Kitty, siempre a su lado, era igualmente deslumbrante, aunque de una manera diferente. Llevaba un vestido color negro brillante, dejando ver unos tacones plateados que brillaban con cada paso que daba. A diferencia de Liv, Kitty no era tan comedida en su elección de atuendo; su vestido era un manifiesto de confianza, un recordatorio de que no tenía miedo de destacar. Los ojos de Minho la miraron por un momento, pero su atención rápidamente regresó a Liv.
La mirada de Minho se endureció por un instante, pero la expresión en su rostro era mezcla de sorpresa y una emoción más profunda que no podía identificar. Por un segundo, parecía como si el tiempo se hubiera detenido, y todo a su alrededor se desvaneciera. Liv cruzó el lugar con Kitty a su lado, y el murmullo de la fiesta volvió a la normalidad, pero Minho no podía apartar los ojos de ella. Sus pasos eran lentos, medidos, pero seguros. Sabía que los estaba mirando, que todos los ojos en la sala se volvían hacia ellas, pero no parecía importarle.
Kitty y Liv llegaron a donde Q y Florian se encontraban quienes las saludaron con entusiasmo. Minho notó que Liv sonrió con una facilidad impresionante, como si no existiera nada que pudiera sacarla de su propio mundo. Cada movimiento que hacía, cada gesto que realizaba, parecía tan calculado, pero al mismo tiempo tan natural. No había duda de que ella sabía lo que quería, y el poder de esa seguridad era abrumador.
Minho respiró hondo, dándose cuenta de que ya no podía ignorar la electricidad en el aire. Había algo entre ellos, algo tenso, algo que no se podía nombrar fácilmente. Y mientras observaba a Liv reír suavemente por algo que Kitty había dicho, algo en su interior cambió.
Liv, al notar que Minho la observaba, giró su cabeza hacia él y, por un breve instante, sus ojos se encontraron. Había algo en su mirada que hizo que Minho diera un paso hacia adelante sin pensar. Los ojos de Liv brillaron con algo parecido a la diversión, una chispa traviesa que parecía desafiarlo a acercarse más.
Minho, algo desconcertado, se acercó con paso firme. Mientras avanzaba, Liv no apartó la mirada, manteniendo esa sonrisa en su rostro. Cuando estuvo frente a ellas, el calor de la multitud, la cercanía de Liv y la tensión entre ellos lo hicieron sentir como si el aire se hubiera vuelto denso, más espeso, como si todo estuviera a punto de estallar.
Liv levantó una ceja, y Minho sintió cómo la tensión aumentaba. No habían hablado en semanas
—¿Te gusta lo que ves?— preguntó ella, su tono cargado de picardía.
Minho la miró, buscando alguna respuesta, pero lo único que encontró fue un vacío cargado de promesas no dichas.
—No te creas tan importante— respondió con una sonrisa torcida, pero había algo en su voz que no logró ocultar. No estaba seguro si hablaba de ella o de él mismo.
Liv soltó una pequeña risa, como si hubiera escuchado un chiste privado, y le dio un vistazo más largo antes de girarse hacia sus amigos.
—¿Vamos por algo de beber?— dijo, cambiando de tema con la misma naturalidad con la que había llegado.
Mientras caminaban hacia la barra, Minho se quedó allí, observándolas alejarse. La imagen de Liv con su vestido rojo continuaba flotando en su mente, y por un momento, no pudo evitar preguntarse si la distancia entre ellos realmente importaba tanto.
La fiesta siguió su curso, pero en la mente de Minho, el tiempo pareció alargarse, como si las horas pasaran más lento cada vez que sus ojos buscaban a Liv en la multitud. Sabía que había algo en ella que lo atraía, algo que no podía comprender ni controlar. Pero una cosa era segura: esa noche, las reglas iban a cambiar.
💌 。˚Los amigos se encontraban buscando algún buen pretendiente para Kitty y personas para que Liv besara era algo como una apuesta con Q sin embargo ahora estaba con Florian y no iba a interrumpir eso, por lo que ahora estaba compitiendo con Kitty, las miradas de todos los chicos no se despegaban de ellas
—Les dije que todos iban a perder la cabeza, sobre todo Minho— dijo su mejor amigo recibiendo un golpe de Liv
—Dae llego— aviso Kitty haciendo que todos voltearan hacia donde su amigo estaba
—No. Estoy aquí para conocer a un hombre y besarlo— se corrigió ella
—¿Qué estás haciendo?— cuestiono Q viendo como Kitty tomaba una copa rápidamente
—Me preparo para que empiece todo esto de conocer personas nuevas. Nunca antes había bebido alcohol, pero es tiempo ¿verdad?
—En realidad, no tiene alcohol. Son cócteles sin alcohol. En consumo de alcohol entre menores en Corea es un gran no, la gente es castigada por eso— explicó Q recibiendo un asentamiento de su mejor amiga
—Suerte para los tres, soy francés— dijo Florian tomando un licorera y sirviendo alcohol en el trago de todos
—Por nuevas experiencias— brindaron ellos
—Kitty te vez increíble.. —se acercó Dae pero fue ignorado por los demás mientras Liv le sonría incómoda
—Muy bien Kitty una foto — Hablo Liv pasandole su celular a Florian y Kitty a Q
Cuando Liv le iba a dar un beso en la mejilla a Kitty esta se volteo accidentalmente haciendo que ambas se besaran, sorprendiendo a sus amigos Liv ni siquiera sintió el beso de aquella manera en la que Kitty se estaba sintiendo cuando se separaron Liv rio divertida ante la situación soltando una carcajada
—Bueno Covey vamos empanadas —Liv soltó una risa y tomo su teléfono Q y Florian estaban impactados que ni se movieron y Kitty se acariciaba los labios divertida, Liv se alejo y se dirijio a la pista de baile sin saber lo que esas fotos ocasionarian más adelante
💌 。˚Minho no podía dejar de mirarla. La música había cambiado, y ahora el ritmo de la canción se había vuelto más lento, más sensual, como si el universo estuviera conspirando para crear el ambiente perfecto o talvez Yuri sabia ambientar demasiado bien. Liv, completamente ajena a su mirada fija, se encontraba en el centro de la pista, rodeada por otras personas, pero había algo en su presencia que hacía que el resto del mundo pareciera desvanecerse.
Su cuerpo se movía con una gracia casi hipnótica, los movimientos de sus caderas marcaban el compás de la canción, mientras su cabello caía suavemente sobre sus hombros. El vestido rojo de satén brillaba bajo las luces, y cada paso que daba parecía llevarla más cerca de Minho, como un imán que no podía evitar sentir. A pesar de la multitud que la rodeaba, parecía que la habitación giraba en torno a ella.
Minho se sintió atrapado por esa energía, como si fuera incapaz de apartar la mirada de ella. Había algo en la forma en que bailaba, su libertad y su confianza, que lo desarmaba. En ese momento, sintió que cada palabra que no había dicho el día anterior se ahogaba en su garganta. La confesión de Liv todavía resonaba en su mente, y el hecho de que ella no hubiese dicho nada más después de esa noche, como si todo se hubiera quedado en un silencio tenso, lo estaba consumiendo.
La mirada de Minho se tornó más intensa, y finalmente, cuando Liv levantó la cabeza y se encontró con sus ojos a través de la multitud, algo dentro de él hizo clic. No podía seguir observándola desde lejos. Tenía que acercarse, tenía que saber lo que realmente sentía.
Con paso firme, Minho cruzó la pista de baile, el bullicio de la fiesta parecía desvanecerse a medida que avanzaba. Cuando estuvo cerca de ella, Liv lo miró con una mezcla de sorpresa y algo más, como si hubiera esperado este momento, pero no sabía cómo manejarlo.
Liv dejó de bailar, pero la música continuó en el fondo, creando una atmósfera extraña, cargada de electricidad. Minho la observó con una intensidad palpable, su respiración algo acelerada, mientras sus ojos recorrían su figura. Los dos permanecieron en silencio por un segundo que pareció eterno, el ruido de la fiesta suavizándose a su alrededor.
—¿Qué pasa?— Liv preguntó, su tono ligeramente desafiante, como si estuviera esperando una respuesta, o quizás una confrontación. Sabía lo que venía, pero no estaba segura de cómo reaccionar.
Minho no dejó que la distancia los separara más. Dio un paso más cerca, su mirada fija en los ojos de Liv, y por fin, dejó escapar lo que había estado guardando en su pecho.
—El otro día... después de lo que te dije... ¿por qué no dijiste nada más?— Minho habló con una mezcla de frustración y vulnerabilidad, su voz grave y directa.—Pense que me reclamarias como siempre. ¿Te vas a quedar callada o vas a decirme algo que realmente valga la pena?—
Liv lo miró con una intensidad que era casi tan feroz como la suya. Había algo en sus ojos, una chispa de desafío y dolor.
—¿Qué esperabas escuchar, Minho? —dijo, su voz baja, pero cargada de emociones. —No soy alguien que se lanza al vacío sin pensarlo. Pero parece que tú sí lo eres. Te declaras sin miedo, pero luego te quedas ahí, esperando que yo haga lo mismo. ¿Y si no lo hago? ¿Te vas a enojar? ¿Te vas a alejar?—
Minho la observó, sintiendo cómo su estómago se tensaba ante sus palabras.
—No quiero que lo hagas porque me lo pidas, Liv. Quiero que lo hagas porque tú también lo sientes. Pero no sé si puedo seguir ignorando lo que está pasando entre nosotros. Tú y yo, estamos atrapados en esto, y no sé qué hacer con eso.—
El aire entre ellos se volvió denso, como si cada palabra, cada mirada, estuviera cargada con algo más grande. Los dos podían sentirlo, ese tira y afloja que los mantenía en un juego de confusión, atracción y rechazo.
—Es que... no quiero que esto sea solo un juego, Minho. No quiero que pienses que soy una más, una más que va a caer en tu encanto,— Liv murmuró, sus palabras un susurro desafiante, pero también lleno de algo más vulnerable, algo que no mostraba fácilmente. —Porque si realmente te dejo acercarte... no sé si podré volver atrás.—
Minho, por un momento, la miró con una mezcla de ira y deseo. —¿Y qué pasa si no hay vuelta atrás? ¿Qué pasa si ya estamos demasiado lejos el uno del otro para frenar todo esto?—
Liv no se apartó. —Entonces que así sea,— respondió con firmeza, sus ojos brillando con una intensidad que Minho nunca antes había visto. —Porque yo también te quiero, pero no te voy a regalar mi corazón tan fácilmente, Minho. No lo entiendes, ¿verdad?—
El corazón de Minho latía con fuerza. Finalmente, no pudo más. Dio un paso al frente, acercándose aún más a ella, hasta que sus cuerpos casi se rozaron.
—No quiero que me lo regales,— dijo con suavidad, su voz ahora más grave. —Quiero ganarlo. Quiero saber si esto que siento por ti también es real para ti. Quiero que lo hagamos juntos, sin excusas.—
El silencio entre ellos se alargó. La música seguía sonando a lo lejos, pero todo parecía detenerse en ese momento, en esos segundos llenos de palabras no dichas y miradas intensas. Finalmente, sin más barreras, sin más juegos, Minho inclinó su rostro hacia el de Liv. Ella no lo rechazó, no se apartó. En su lugar, se levantó un poco, como si fuera a alcanzarlo, y luego, con una mezcla de necesidad y furia contenida, sus labios se encontraron.
El beso fue ardiente, cargado de la tensión de meses, de palabras no dichas y de una atracción que ninguno de los dos podía negar más. Fue salvaje y suave a la vez, con la urgencia de algo que había estado esperando por mucho tiempo. La fiesta, la gente a su alrededor, todo desapareció mientras el mundo se reducía a ellos dos, en esa conexión inesperada, intensa y definitiva.
Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad, sus frentes tocándose, los ojos brillando con la misma emoción que antes, pero ahora sin el miedo de enfrentarla.
—Te lo dije,— susurró Liv, con una sonrisa que mezclaba desafío y satisfacción. —No iba a ser fácil.—
Minho, con la respiración entrecortada, la miró con una sonrisa que le nacía desde lo más profundo. —Lo que me asusta es que ahora no quiero que sea fácil.—
Minho apenas podía creer lo que acababa de suceder. Después de meses de tensión, de miradas furtivas y discusiones, finalmente había confesado lo que sentía, y Liv había hecho lo mismo. Pero lo más sorprendente de todo era lo que vino después: un beso intenso, lleno de una necesidad reprimida que ahora parecía desbordarse, como si todo lo que había entre ellos fuera más que una simple atracción.
Liv no se apartó de él, sino que respondió con la misma pasión. Sus labios se encontraron de nuevo, esta vez sin miedo, sin barreras. Era un beso más profundo, más seguro, como si todo lo demás hubiera dejado de importar. El mundo a su alrededor se desvaneció, solo quedaba el latir acelerado de sus corazones, el calor que compartían mientras se entregaban al momento, a la complicidad que había nacido entre ellos.
Minho estaba tan absorto en el beso que no escuchó los pasos acercándose. Ni Liv, aparentemente, se percató de que alguien se acercaba. Solo cuando la mano de Minho tocó la cintura de Liv, sintió una vibración en el aire, algo que les alertaba. La directora, esa mujer implacable, la madre de Yuri apareció de repente en el escenario.
—¿Qué está pasando aquí?— La voz de la directora era firme y autoritaria, una presencia que cortó el aire en pedazos. Minho y Liv se separaron al instante, sus rostros todavía cercanos, pero sus corazones golpeando con la misma rapidez. La directora los observaba, con una ceja levantada y los brazos cruzados, claramente consciente de la tensión que flotaba entre ellos.
No hubo miedo en sus miradas, ni sorpresa, solo una determinación silenciosa que les decía que no podían seguir siendo tan precavidos. Sin pensarlo, Minho miró a Liv, luego a la puerta. Tomándola de la mano, la arrastró hacia ella sin decir una palabra. Liv lo siguió sin resistencia, casi como si supiera que este momento era inevitable.
La directora, sorprendida por la rapidez de su reacción, no alcanzó a reaccionar antes de que Minho y Liv desaparecieran por el pasillo, corriendo a toda prisa. El bullicio desapareció todos estaban enfocados solo en escapar
—¿Sabías que la directora iba a aparecer?— Liv le preguntó con una sonrisa traviesa mientras corrían.
Minho soltó una risa nerviosa.
—¿Qué, tú no?— respondió, su respiración agitada, pero divertida. —Ahora mismo, no importa lo que pase, Liv.—
El pasillo parecía interminable, pero finalmente llegaron a la puerta del dormitorio de Minho. Con manos apresuradas, abrió la puerta y empujó a Liv dentro, cerrándola tras de él con un clic. La habitación estaba en penumbra, la luz del exterior filtrándose a través de las cortinas, creando un ambiente casi secreto.
Se quedaron allí, mirándose el uno al otro, la respiración todavía acelerada por la adrenalina. El beso, la huida, todo había sido tan repentino, tan cargado de energía, que los dos parecían estar atrapados en un trance, entre la excitación de lo prohibido y la necesidad de más.
Liv miró a Minho, y su voz salió baja pero cargada de intensidad. —¿Qué hacemos ahora?—
Minho la observó, su corazón latiendo fuerte, sus ojos brillando con una emoción que no podía negar.
—Lo que sea que queramos,— dijo, acercándose lentamente a ella, su mano rozando su cintura con suavidad.
Liv no se apartó. En lugar de eso, dio otro paso hacia él, lo suficientemente cerca como para sentir el calor de su cuerpo. Los dos se miraron fijamente, como si todo lo demás hubiera dejado de importar. Sin decir palabra, Minho la atrajo hacia él, sus cuerpos chocando con suavidad, y sin pensarlo más, sus labios se encontraron de nuevo.
El beso fue más suave, más cargado de lo que había sucedido antes, un entendimiento tácito entre los dos, como si todo lo que se había quedado sin decir fuera ahora expresado en ese momento. Fue un beso profundo, lento, donde cada roce de sus labios parecía eliminar todas las dudas, todas las barreras que habían mantenido entre ellos.
Liv suspiró contra sus labios, sus manos acariciando su cuello, el calor entre ellos creciendo con cada segundo. El mundo fuera de esa habitación dejó de existir, y solo quedaban ellos, atrapados en una burbuja de emociones y deseos no resueltos.
Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban entrecortados, mirándose fijamente con una intensidad que había estado presente desde el primer día, pero ahora estaba mucho más clara.
—Ahora, ¿qué?— Liv preguntó, una sonrisa juguetona en sus labios, pero sus ojos mostraban un fuego que no se podía negar.
Minho no necesitó responder. Solo la miró con una sonrisa que solo ella podría comprender. Sin más palabras, la guió hacia la cama, la habitación en silencio excepto por sus respiraciones entrelazadas. Lo que fuera que había comenzado esa noche, se sentía como un nuevo comienzo, como si nada pudiera separarlos ahora.
ᵃᵘᵗᵒʳˢ ⁿᵒᵗᵉ
AHHHHHHHHHH LOS AMOOOOOOO🥳🥳🥳🥳
YA QUE NOS INVITEN A LA BODA
Resumen de hoy
Kitty y Liv 👭👩❤️💋👩👩❤️💋👩
Minho y liv 🫦🫦🫦❤️🔥❤️🔥❤️🔥
Dae viendo que le cerraron la puerta 🧍♂️
De que Q y Florian 😱😱😱😱
¿que les pareció?
No olviden votar y comentar 💕👻 porque los comentarios parecen desierto
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