Capítulo 54
No había dejado de gruñir desde que Yoongi salió de su oficina esa tarde.
Ya no podían faltar más que un par de horas antes de que él celo del mayor llegara, lo había olido ese breve momento cuando lo tuvo en sus brazos.
Ya debe estar con un omega.
Se dejó caer en el sofá y se obligó a permanecer ahí aunque todo lo que quería era ir y buscar a Yoongi.
Era seguro que esa noche no podría dormir ni un poco, probablemente no lo hiciera hasta que volviera a ver al alfa. Solo esperaba no ser un idiota cuando tuviera a Yoongi frente a él.
Pero no podría no pensar en que alguien más estaría con el alfa, oliendo esa esencia embriagante, tocando la piel blanca, viendo todas esas expresiones qué hacía y escuchando esos roncos gruñidos.
No quería eso.
Pero se trata de lo que quiere y necesita Yoongi.
Tenía qué recordarse eso. El alfa naturalmente buscaría por un omega, o un beta en menor cantidad. Su lobo no era de esa manera pero tampoco había conocido a otros igual, incluso a su hermano menor le atraían los omegas.
Tenía que soportar por Yoongi.
¿Pero cómo iba a soportar si era el alfa quien iba hacia él?
El sonido del ascensor abriéndose en su piso y los fuertes pasos podían ser de cualquiera, pero no ese fuerte y descontrolado aroma qué llego a su nariz.
Corrió a la puerta guiado por ese aroma de whisky, comino y rosas rojas, y tiro de la puerta en cuanto el alfa estaba llegando a ella.
La piel blanca estaba enrojecida, los ojos aún no eran completamente dominados por el lobo pero ya podía ver los irises obscuros con algunas motas de brillo dorado y obviamente las feromonas estaban saliendo sin control alguno, aunque aún no eran tan fuertes como para que el mayor ya estuviera en celo.
Pero esta tan cerca.
Todo su cuerpo se tenso, quería abalanzarse sobre Yoongi, pero estaba obligándose a estar quieto porque no creía capaz de detenerse en cuanto tocara esos labios de color rosa con los suyos.
— Yoongi-hyung, ¿qué haces aquí?
El alfa solo le gruñó y frunció el ceño antes de empujarlo y pasar hasta donde estaba el sofá. Se quedo ahí de pie con los brazos cruzados, mirada molesta y luciendo malditamente hermoso.
También volvió sobre sus pasos y se acercó un poco más, aunque se aseguró de dejar al menos tres pasos de distancia.
— No estas con un omega.
— No quiero un omega.
Su corazón latiendo de manera furiosa llenó sus oídos. Sus músculos ya estaban listos para saltar hacia el mayor, las palmas de sus manos y sus labios cosquilleaban por tocar y besar al alfa.
— Aún no estas en celo… no sabes-
— ¿Por qué mierda no lo voy a saber? — Yoongi se acercó, cerró esa poca distancia y engancho los largos dedos en el cabello de su nuca. — Jungkook, estoy a nada de mi celo y olerte me hace pensar en lo que no terminamos hace días aquí en tu departamento y en casa de tu hermano. Incluso ese día frente a mi madre, Soo-il, Sunyoul y Young-sun, pensaba en ello porque decidiste molestar con tus malditas feromonas a mi hermano. — Mierda. Estaba respirando como si hubiera estado corriendo por un largo tiempo, pero solo eran sus ganas de avanzar esos pocos centímetros qué lo separaban de esos deliciosos labios. Pero en cuanto lo hiciera podía despedirse de su cordura, incluso no estaba tocando a Yoongi, mantenía sus manos pegadas a los costados. — Nunca me ha gustado estar con extraños en mi celo, lo hacia porque había veces qué estaba cansado de los supresores. Pero no voy a tomarlos ahora y no tengo a donde más ir. Si no me vas a ayudar, entonces puedes solo quedarte viendo.
— Como podría solo ver. — Cerró los ojos cuando Yoongi juntó sus frentes, eso los dejaba aún más cerca. — Será doloroso para ti.
— Entonces ayúdame.
— Pero…
— ¿Me deseas?
— Claro que te deseo — dijo al instante.
— Entonces llévame a la cama.
Cuando abrió los ojos, se encontró con el brillo lobuno invadiendo por completo esa mirada felina de Yoongi. Toda su piel se erizó.
— Eres tan cruel, Yoongi-hyung. Si me pones a prueba de esa manera, ¿cómo podría resistirme? — El alfa sonrió, como si hubiera obtenido exactamente la respuesta que quería… Quizás era así. — Si Yoongi-hyung me lo pide, por supuesto que tengo que hacerlo.
Su cuerpo finalmente se liberó. Sus manos no perdieron tiempo en ir a esa cintura para acariciar y acercar. Su pene estaba tan duro que lo frotó con insistencia contra el cuerpo contrario y podía sentir la abultada entrepierna de Yoongi haciendo lo mismo.
Pero el paraíso fue cuando alcanzó el par de labios. Lo había deseado tanto que incluso si fue desesperado y brusco, fue perfecto. Ni siquiera parecía un beso, era como si tratarán de devorarse. Sus lenguas no eran las únicas qué participaban y se movían con desesperación, también sus dientes mordían y trataban se succionar al contrario más profundo aunque no era posible.
También habían avanzado hacia su habitación. Aunque no tenía ni idea de como lo habían logrado cuando ninguno de los dos estaba prestando atención al camino. Solo se alegraba de no haber caído porque probablemente solo se habrían quedado ahí en el piso durante todo el celo del mayor.
Pero de alguna manera llegaron a la cama, podía sentir la superficie blanda contra la parte trasera de sus rodillas. O eso al menos antes de ser empujado por el mayor y quedar sentado.
Se quedo a la espera de que Yoongi lo empujara e hiciera recostarse, pero cuando sus ojos encontraron al alfa, este miraba la cama.
Su mente confundida por el besó no comprendió hasta que también volvió su cabeza para ver.
Oh, cierto, lo deje aquí.
La caja de color rojo seguía en la cama. Y no tendría que ser algo que llamara la atención, pero por supuesto que había letras bastante grandes qué dictaba en la superficie de la tapa el nombre del negocio y justo abajo especificaba qué era una tienda de juguetes sexuales.
Lo había comprado el día anterior, lo abrió lo lavó como indicaba y volvió a guardarlo. Y después sólo se preguntó por bastante tiempo si seria suficiente. Al final decidió qué no y ese día por la tarde le había dicho a Yoongi que buscará un omega.
Pero ahí estaba Yoongi con él porque no quería un omega, o al menos eso había afirmado.
— ¿Qué es eso?
Alcanzó la caja para el mayor y se la entregó en lugar de aclararlo con palabras.
Yoongi no tardó en abrirla y sacar lo único que contenía la caja.
Una manga masturadora para alfas. Era diferente a la de los betas solo en esa parte más elástica qué soportaba el nudo de los alfas. Yoongi debió de reconocerla, a los alfas se les mostraba durante su educación, cuando llegaban a la edad de tener sus primeros celos, era más seguro que el primero fuera con un juguete así para evitar que perdieran el control con un omega.
— Dijiste que no pasarías mi celo conmigo.
Yoongi sostenía la manga pero lo miraba con intensidad a él.
— Eso dije — estuvo de acuerdo.
— Entonces por que tienes esta cosa — enfatizó moviendo el juguete en su mano.
El alfa ahora parecía molesto.
— Porque no tengo ni idea de como cuidar a alguien en el celo... — sus manos volvieron a alcanzar la cintura de Yoongi y este lo permitió — pero realmente quería ayudarte con el tuyo.
El alfa se inclinó para volver a dejar el juguete en la caja y después se subió a su regazo. Ese ceño fruncido aún no cedía cuando el mayor lo apuntó con su dedo.
— Si querías ayudarme con mi celo, solo tenías que decirlo. Si temías no poder ayudarme solo lo hubieras dicho y podríamos haberlo conversado. ¿Por qué mierda me dijiste que me consiguiera un omega? ¿Sabes lo molesto qué estaba porque él maldito mocoso qué me dijo que le gustaba me decía que fuera a buscar un omega mientras me miraba como si solo quisiera decirme lo contrario?
— Solo quería…
Un suspiró largo salió de sus labios cuando enterró su rostro en el pecho de Yoongi.
No estaba seguro de que era lo que quería.
Se había autoconvencido de que era lo mejor porque Yoongi querría un omega, pero quizás la motivación mayor era qué no se sentía preparado para ayudar al mayor cuando fuera dominado por su lobo.
De verdad nunca había ayudado con el celo de alguien más. No sabría ni por donde comenzar. Se supone que era instintivo pero… ¿y si en realidad se quedaba en blanco en ese momento?
— Eres un tonto.
Yoongi volvió a atacar sus labios. Dos pares de manos torpes se turnaron entre acariciar tratar de quitar la ropa del contrario, aunque no era una tarea fácil con sus cuerpos tan pegados como lo estaban.
El aroma de Yoongi no hacia más que aumentar y sus sentidos estaban envueltos por completo, olfatear esa esencia ya no era suficiente, quería inundarse de ella, que no fuera capaz de oler nada más.
— Realmente no creo… que sea buena idea, Yoongi-hyung. — Apretó un poco más cerca el cuerpo del alfa, su rostro estaba enterrado en el cuello de piel blanca a pesar de los pequeños gruñidos qué él mayor soltaba. — Ya hueles delicioso y esta siendo difícil controlarme de extenderte en la cama y solo follarte.
Dos manos se enredaron en su cabello y apretaron con fuerza, obligándolo a levantar el rostro para ver esos ojos gatunos brillantes.
— Solo hazlo — gruñó Yoongi.
Pero el alfa parecía fue contradictorio con sus palabras porque lo empujó con fuerza para que fuera él quien se recostara. El cuerpo del mayor escaló más cerca de su rostro y pronto un desesperado alfa luchaba por sacar su erección bajando un poco el elástico de su pantalón de chándal. El pene largo y duro qué apareció frente a su rostro ya estaba con la punta húmeda y goteando un delgado y transparente hilo de presemen qué pintó sus labios.
Quería probarla tanto. Pero Yoongi parecía tan desesperado qué se burlo un poco, solo besó la punta cuidando el no abrir sus labios para que esa punta rojiza e hinchada no pasará más allá de ellos. Le sonrió al mayor que solo le devolvió un ceño fruncido. Un gruñido fuerte resonó en la habitación y Yoongi volvió a frotar su pene contra sus labio con más insistencia pero volvió a hacer lo mismo que antes con una sonrisa en su rostro.
— Jungkook. — Yoongi ya parecía desesperado cuando gruñó su nombre de esa manera. — Abre la boca.
Y lo hizo encantado.
Aunque tuvo que retener un poco esas caderas para que no golpearan hasta el fondo. Y aún así la punta del pene de Yoongi golpeó la parte posterior de su boca. El alfa mayor tomó su cabello y presionó más fuerte, así que hizo lo posible por relajar su garganta antes de soltar esas caderas y dejar que Yoongi follara su boca con desespero.
Pero no solo se quedó quieto. Alcanzo el lubricante de debajo de la almohada y baño sus dedos más que otras veces. Las piernas abiertas del mayor sobre su torso no dejaron qué la prenda descendiera más allá de unos pocos centímetros y solo unos segundos bastaron para desesperarlo y llevarlo a romper la tela que le impedía llegar a esa pequeña entrada apretada.
Trató de concentrarse en preparar bien la entrada, pero que fuera Yoongi quien llevaba el ritmo de los embistes en su boca lo hacía difícil, además de que su concentración se está yendo rápidamente por culpa del aroma a whisky qué lo rodeaba.
Con dos de sus dedos inmóviles aún dentro del Yoongi, redobló sus esfuerzos en chupar el largo pene. Su garganta ya estaba protestando por los fuertes empujes pero igual la apretó alrededor de esa punta bulbosa y trago el liquido qué se filtraba. Las caderas de Yoongi se descontrolaron un poco más y se preparo para recibir la corrida del mayor. No tardó mucho en llegar y llenarlo al punto de que tuvo que alejar un poco al mayor para sacar el pene de su boca.
Semen se deslizó por sus comisuras, le llenó la barbilla y fue más abajo por su cuello.
El sabor de Yoongi estaba por completo en su lengua, lamio también sus labios más de una vez porque podía saborearlo en ellos.
Y aún parecía insuficiente.
Trabajó sus dedos en el interior de Yoongi mientras seguía lamiendo ese pene sensible frente a su rostro, lamio los laterales y dejo que sus labios succionaran con fuerza esa protuberancia hinchada para tratar de calmar el ardor qué se sentía cuando el nudo se expandía sin la restricción de un cuerpo.
Yoongi gruñó un par de veces por lo sensible que estaba, pero las manos del alfa no soltaban su cabello y seguían acercando su rostro al pene que no se había ablandado en lo absoluto.
— Recuéstate, Yoongi-hyung,
— No — gruñó el alfa.
Bueno, había intentado qué fuera por las buenas. Pero igual le iba a encantar pelear un poco.
Enganchó su brazo en la pierna del mayor para desequilibrarlo y lo empujó con fuerza. Se incorporó tan rápido como pudo, pero el mayor ya está intentando levantarse.
— Hoy estas tan obstinado, Yoongi-hyung. — Tomó esta vez ambas piernas juntas y quitó el pantalón roto junto a las zapatillas deportivas, aprovechó qué la atención del mayor estaba en gruñirle y le dio media vuelta para subir su cuerpo sobre él y mantenerlo contra el colchón. — Me encanta.
Vacío más lubricante directamente en esa entrada apretada y entró de un golpe.
Las feromonas a su alrededor enloquecieron.
El celo de Yoongi ya estaba ahí.
Su cuerpo se puso tenso, esperando el rechazo del alfa.
Un par de ojos gatunos brillantes lo voltearon a ver.
Y lo atrajeron más cerca, a un beso brusco lleno de mordidas. Su pene se contrajo cuando ese interior se apretó a su alrededor, era tan malditamente apretado qué fue difícil moverse, parecían atascados en esa posición.
— Yoongi-hyung… relájate para mí. — Besó la mejilla del mayor, pero un gruñido fue su respuesta. — Tan gruñón.
Le sonrió al gruñón alfa que le dio otro apretón en su pene. Tenía que buscar qué se relajara.
Su vista fue a ese juguete mal acomodado en la caja abierta, lo lleno del resto del lubricante de la botella y lo presionó contra el pene duro de Yoongi. Fue tan malditamente difícil hacerlo con una sola mano pero fue efectivo. Comenzó a masturbar a Yoongi y su pene al fin pudo moverse entre ese canal apretado.
Embistió con dureza, ya se sentía al borde y desesperado por llenar al alfa, bañarlo en su aroma desde el interior.
Su cabeza estaba dando vueltas y en ese punto no sabía si era por las fuertes feromonas o por lo imponente qué iba a ser su orgasmo.
Solo sabía que su lobo estaba demasiado agitado, pidiendo más. Quería estar más cerca de Yoongi aunque ya estaba pegado por completo a esa amplia espalda, quería ir más profundo, más fuerte, pero sus embistes ya eran con toda su fuerza.
Era una maldita necesidad insaciable, no importaba cuanto golpeaba, esos gruñidos mezclados con gemidos solo lo hacían querer bañar al alfa de su aroma.
Una choque eléctricamente atravesó su columna cuando se corrió. Su mano también tuvo que dejar de moverse porque Yoongi ayudó dentro de ese juguete transparente qué se envolvía en el largo pene.
Su lobo gruñó molesto por no haber quedado unido al alfa, pero también le estaba exigiendo volver a embestir ese cuerpo duro qué aún movía ligeramente las caderas hacia atrás.
Dudaba de verdad que fueran a apurar en algún momento mientras el celo de Yoongi duraba. El mayor ya estaba levantándose y empujándolo contra la cama.
Los besos bruscos volvieron, ambos desesperados y peleando por el control. Sus manos no dejaban de tocar al contrario y Yoongi se flotaba contra su muslo aún cuando tenía el juguete alrededor de su pene.
— Más.
Yoongi le mordió con fuerza el labio, el sabor ferroso de la sangre se mezclo con el de esos labios del mayor que succionaban.
Su pene definitivamente estaba mas qué listo para seguir, estaba golpeando el lindo culo desnudo aún cuando su nudo ni siquiera había comenzado a desinflamarse.
Se ayudó de su mano para guiar su pene u el otro para retener al inquieto alfa que se restregar contra su erección y que a la vez quería alejarse. Yoongi estaba luchando entre tomar el control y solo seguir con lo que su cuerpo ya sabía. Fue realmente provocador qué él alfa lo deseara de esa manera aún cuando su instinto luchaba contra ser el que estaba recibiendo.
— Alfa… mggh…
Los ojos del mayor lo miraron cada segundo mientras se deslizable dentro, y ya sentía que su corazón saldría en cualquier momento de su pecho.
Yoongi lo reconocía como alfa, y aún así lo estaba besando de esa manera necesitada donde sus lenguas se saborearlo con ansias de más.
La emoción recorriendo en su pecho, su cabeza y en prácticamente todo su cuerpo, nunca antes la había sentido. Tan fuerte y arrolladora cuando ambos dejaron de besarse y solo se miraron mientas el embestía hacia arriba y Yoongi bajaba en su pene.
Ni siquiera había una sincronía pero lo hicieron funcionar a su manera.
Deslizarse dentro y fuera del interior aterciopelado no debería ser algo nuevo, pero cada instante se sintió como algo nuevo e igual de excitante qué la primera vez.
Mierda. Se iba a correr de nuevo. Como un maldito adolescente solo por ese intenso aroma a su alrededor.
Se sentó y abrazo con fuerza el cuerpo de Yoongi, sentía que necesitaba aferrarse a algo antes de que su orgasmo lo alcanzara.
Y Yoongi le dio algo en que enfocarse cuando volvió a tomar sus labios. Ya no sabía quien estaba ayudando a quien. Se sentía perdido, como nunca antes lo había estado en sus celos pasados. Solo su cuerpo seguía moviéndose con entusiasmo dentro del Yoongi.
— Tócame, rápido.
Su mano alcanzo el silicón alrededor del pene de Yoongi y volvió a moverlo, al ritmo en que Yoongi subía y bajaba por su erección.
Cuando sus testículo se volvieron a apretar contra su cuerpo, uso ambas manos para masturbar más duro al mayor, torció el juguete alrededor del pene para que se apretara más y eso al fin hizo que Yoongi volviera a llenarlo con abundantes disparos de semen que se quedaron ahí pintando el transparente juguete.
Su erección también fue apretada en un calor aterciopelado qué se convulsionado como loco a su alrededor. Así qué no tuvo más elección qué correrse con fuerza por segunda vez. Su frente sudorosa pegada al pecho agitado del mayor.
La voz ronca de Yoongi se lleno de bajitos gruñidos mientras lo olfateaba. Y añadió pequeñas mordidas cuando llego a su hombro.
— ¿Quieres morderme Yoongi-hyung? — preguntó provocando al mayor.
— Si — gruñó como respuesta.
Dientes afilados se incrustaron en su brazo, lejos de su glándula de aroma. El alfa no se separó hasta que la mordida fue lo suficientemente profunda y después lamió para ayudar a curarla.
Se separó y miro esos ojos entrecerrados.
— Creí que querías marcarme.
Un destello de claridad atravesó a Yoongi, cuando contestó finalmente dejo de ser esa voz de mando qué había estado usando.
— No quiero eso. — El mayor olfateo su cuello de un lado al otro. — Me gusta tu aroma, no quiero que cambie si te vuelves un delta.
La sonrisa en su rostro tenía que ser de las más grandes de su vida. Alejo esos mechones húmedos de la frente del mayor y lo atrajo en un beso más suave esta vez.
— Estas siendo muy honesto hoy. — Miró esos hermosos ojos hipnotizantes. — Me encanta.
Yoongi mordió su otro hombro como respuesta, con un gruñido de por medio. Antes de volver a verlo.
— Quiero entrar en ti.
La seriedad detrás de esas palabras fue absoluta
Y continuamos en el siguiente capítulo 🤭🤭
Los quiero mis Makis 💜
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