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Capítulo 49

Cuando entró en la habitación, se escuchó el grito de U-jin y enseguida algo pasó volando a un lado de su rostro. Se quedó quieto parpadeando mientras la expresión del mayor cambiaba de sorprendido a reconocerlo.

— ¡¿Ta-Tae?! ¡Me asustaste!

U-jin llevó ambas manos a su rostro lanzando un suspiro.

Si, quizás no debió de haber persuadido a la recepcionista para que le diera una copia de la llave de la habitación del mayor y solo debió de haber tocado a la puerta como la gente normal. Se arrepentía de haber asustado al mayor, pero no de ver lo adorable que se veía en ese momento… y tentador. Los pantalones seguían desabrochados, apenas sosteniéndose de las caderas y la camisa aún desabotonada dejaba al descubierto todo el torso del más bajito, aunque su vista se detuvo unos segundos más en ese vientre plano. Desde que supo del embarazo de U-jin había soñado un par de veces con la apariencia del mayor cuando el cachorro creciera más y se hiciera notar. Definitivamente se vería muy adorable.

— Lo siento, U-jin hyung, quería sorprenderte.

— Pues me sorprendiste.

Se terminó de acercar y no perdió la oportunidad de deslizar sus manos por la piel lisa de la cintura del mayor para acercarlos. Le gustaba la manera en que reaccionaba a su toque, estremeciéndose ligeramente y con las mejillas sonrojándose.

— ¿Cómo es que te dieron la copia? — El ceño del mayor paso de estar confundido a estar fruncido. — ¿De nuevo Jin anda de entrometido?

A pesar de las palabras, podía ver que U-jin no estaba realmente molesto con el alfa.

— No, solo hable con la recepcionista y la convencí.

Por alguna razón eso solo hizo que U-jin frunciera más su ceño.

— Claro, cuando yo necesitaba de verdad una copia de la llave para ver como se encontraba Jimin,  le dieron demasiada importancia a los protocolos, pero ven un rostro atractivo y les valen los malditos protocolos.

— ¿Piensas que soy atractivo, U-jin hyung?

La mirada del más bajito solo fue a otro punto d esa habitación con su rostro volviéndose rojo.

— Y-Ya l-lo-lo sabes, te lo di-dije e-esa vez.

— ¿Cuándo? — preguntó sonriendo porque recordaba bien esa vez, a pesar de haber tomado no podría olvidar esa primera vez que durmieron juntos. — No lo recuerdo, ¿podrías recordarme, U-jin hyung?

— N-No, si no lo recuerdas es tu problema.

El mayor comenzó a empujar su pecho con intención de soltarse, pero solo lo agarró más apretado contra su torso y dejó que sus dedos jugaran con la piel de la espalda del más bajito creando caminos que solo hicieron que U-jin se retorciera más cerca.

— U-jin hyung, vine para invitarte a una comida.

— ¿U-Una comida?... ¿Co-Cómo una cita?

Besó la mejilla del mayor con una sonrisa por lo expectante que se veía.

— Esta no sería como una cita. Te invitaré a una justo después de esta comida, me aseguraré de planear la mejor de las citas.

Volvió a besar la mejilla del más bajito.

— Entonces, ¿por qué va a ser esa comida a la que me invitas?

— Oh, esa. Será con mis padres, vamos a decirle del cachorro.

— ¡¿Qué?!

Los ojos del mayor se abrieron por completo.

— Ellos vendrán el fin de semana, así que quería aprovechar para decirles.

— E-Espera, ¿no crees que es muy rápido? — preguntó preocupado y con sus manos en puños sobre si pecho.

— Bueno, muestro cachorro no se va a esperar para comenzar a crecer dentro de ti — dijo peinando uno de esos mechones rebeldes detrás de la oreja del mas bajito. — Y estoy seguro… — y temía por ello — de que mi mamá se enojara mucho conmigo por no poder conocerte lo más pronto posible y llenarte de regalos.

Se estremeció. Esa mujer podía ser adorable pero daba miedo cuando su padre o él le ocultaban algo, y si ese algo era su futuro nieto, estaba seguro de que le esperaba el regaño de su vida por ocultarlo.

— Pe-Pero… ¿y si no le agrado a tus papás? ¿Qué pasa si piensan que lo hice a propósito?

Oh, tiene miedo de no caerles bien.

— U-jin hyung, esa noche apenas fue tu presentación como iota, no podías saber que quedarías embarazado. Y te aseguro que mis padres te tratarán bien. Ellos me apoyan en todo y siempre han dicho que mi felicidad es lo que importa así que tengo que conseguirla por mi mismo y no dejar que nadie más me diga que hacer.

Además…

Miró al más bajito. Era mayor que él pero tan tierno que parecía menor. Toda su familia tenía debilidad por las cosas pequeñas y lindas, incluso su madre que ya era pequeña, aunque claro que no podías decir eso frente a ella porque no te iría bien. Así que U-jin realmente no tenia nada de que preocuparse.

— ¿Por qué me miras así?

— U-jin hyung, ¿te molesta que te digan que eres pequeño y adorable?

El rostro del mayor volvía a ser rojo, incluso la piel bajo sus manos se sintió más caliente al tacto.

— N-No lo se… nunca me lo han dicho.

— ¡No es verdad! ¡Pero si eres adorable! — Estaba realmente sorprendido, como había pasado tantos años sin que nadie se diera cuenta de que U-jin podía ser adorable. — Te sonrojas muy lindo y cuando estás nervioso a veces te trabas al hablar y otra hablas tan rápido y diciendo lo primero que se viene a tu mente y cuando lo hicimos tu-

Dos manos encima de sus labios le impidieron seguir hablando.

— ¡Basta! — Adorable. — Ya entendí.

Definitivamente U-jin no tendría problema alguno en agradarle a sus padres.

El fotógrafo aviso sobre el siguiente descanso y su hermana se apresuró a ir con él en cuanto lo miró, con una gran sonrisa en su rostro.

— Hermosa.

— Basta, oppa, solo lo dices porque me quieres mucho.

Hye-jin golpeó ligeramente su brazo pero ya estaba con sus mejillas ruborizadas.

— Cierto, y porque es verdad.

Su hermana solo negó con una sonrisa en su rostro mientras se sentaba a su lado.

— Ahora, dime porque viniste a la sesión, oppa, que me quieres decir.

— Nada, solo supe que tendrías una sesión y quise venir a verte. — Su hermana alzó su bien cuidada y maquillada ceja tan alto que fue un poco gracioso. — ¡¿Qué?!  ¡Te estoy diciendo la verdad!

— Oppa, desde que te vi esta mañana tienes esa cara de que de nuevo estás sumido en tus pensamientos. Además, no vi que te acercara a hablar con Hoseok-oppa. ¿Están peleando?

Bueno, ya que lo mencionas…

— Él está enojado, yo no.

Su hermana suspiró y lo tomó del brazo. Lo llevó a unas sillas acomodadas en un rincón un poco alejado de donde todo el personal acomodaba el set para la siguiente sesión de fotos. Ya podía ver a Taehyung siendo maquillado.

— ¿Qué hiciste, oppa? — fue lo primero que dijo Hye-jin cuando estuvieron sentados, su mirada estaba seria y sus brazos cruzados.

— ¿Por qué te pones de su lado? Yo soy tu hermano, ¿sabes?

— Lo sé, y te quiero mucho. Pero también te conozco y, ahora, conozco más a Hoseok-oppa. Así que cuéntame, te ayudaré.

— Si… bueno… — Iba a recibir un golpe enserió de su hermana por lo que le iba a contar. — Antes quizás debería decirte que… pues era mentira que Hoseok y yo somos novios…

Se preparo para recibir un golpe de su hermana, pero Hye-jin solo negó y volvió a suspirar.

— Ya me parecía raro que no me hubieras contado en cuanto comenzaste a andar con Hoseok-oppa, tu me cuentas todo. O eso creí.

Maldición, como lograba Hye-jin hacerlo sentir tan culpable con esa mirada de cachorrito.

— Si te cuento todo, pero… — Mierda, oportunidades para decirle si tuve… — Mira, no quise ocultarlo, y tampoco engañar a papá, pero fue tan… raro como pasó.

— ¿Están saliendo?

— Si, aunque Hoseok va a negarlo, pero pues ya nos besamos y nos masturbamos juntos.

— ¡Oppa! ¡No necesito saber eso!

— Cierto, perdón. — Fue su turno de suspirar. — ¿Recuerdas lo que te dije cuando Jungkook me presento a Hoseok?

— Si. Dijiste que quizás lo invitarlas a salir pero unos días después dijiste que nunca se llevarían bien.

— Sabes que solo he tenido una relación seria, y no terminó nada bien.

El ceño de su hermana se frunció, como cada vez que mencionaba al único novio que había tenido.

— Ni siquiera me recuerdes a ese omega tonto, solo quiero tenerlo de frente para decirle unas cuantas verdades.

Sonrió sin de verdad sentirlo. Amaba a su hermanita y claro que le complacía que lo quisiera defender, pero en realidad había sido él quien arruino las cosas, aún cuando para el resto fue él a quien engañaron.

— Se que tu y papá lo culpan a él, pero en realidad fui yo quien se comportó distante hasta alejarlo… No quería que me gustará más. No al punto en que mamá y papá se querían. — Estaba bien queriendo a Hye-jin y a su padre, y teniendo una amistad con Jungkook y esa extraña relación con Hoseok. No quería más. — Ese es mi miedo de una relación y Hoseok… el me recuerda un poco a mamá, sus palabras sobre lo bonito y maravilloso que puede ser el amor, esos sueños de un matrimonio perfecto. Pero yo sé que eso se puede arruinar y si él amor es tan fuerte puede hacer que una persona se pierda en su mente y su dolor, como le pasó a papá.

— ¿Y, entonces, porque comenzaste a salir con Hoseok-oppa?

— Primero fue para molestarlo, cuando fuimos a casa, papá pensó que era mi novio y yo solo seguí el juego para molestarlo un poco… pero lo bese y solo lo seguí haciendo. Siempre fue divertido ser quien lo hiciera enojar.

— ¿Acaso eres un cachorro? — Su hermana volvía a tener su ceja alzada. — Oppa, ya estás grande como para molestar a quien te gusta. — Bueno, pero era divertido. — Entiendo todo lo que dices, pero no puedes alejarte de alguien que te gusta solo porque temes enamorarte profundamente y después perderlo. Igual en algún momento uno de los dos morirá, pero te quedarán todas las memorias de ambos. Papá se perdió en su dolor demasiado tiempo pero sabemos el gran amor que le tuvo y le tiene a mamá, además no todos lideran de esa manera con perder a su pareja. — Hye-jin lo miró por unos segundos en silencio, su rostro serio. — No puedes quedarte con esa experiencia y pensar que aplica para todos, eres muy inteligente y se que sabes todo lo que te estoy diciendo, pero tienes que recordarlo y aplicarlo en ti mismo.

— Creí que lo estaba intentando, de verdad intentando, incluso le dije a Jungkook que no me complicaría demasiado pensando y hace dos semanas le propuse que fuéramos novios…

— Pero…

— …Quizás justo cuando vi que él me iba a responder… — responder que “si” — yo… agregué unas palabras que lo hicieron cambiar de parecer… y molestarse…

— ¿Qué le pudiste haber dicho?

Miró sus manos en lugar de a su hermana.

— Bueno ya te dije que nos mastur-

— Ya lo dijiste, oppa.

— Cierto… Pues en realidad no hemos tenido sexo. Así que le dije… que aceptara ser mi novio porque así… pues ya no se haría el difícil y tendríamos sexo.

— ¿Y lo dijiste enserió?

Podía escuchar la incredulidad en la voz de su hermana.

— Claro que no, pretendía hacer una broma… pero quizás lo dije demasiado seriamente.

El golpe que no recibió antes lo recibió justo en ese momento, pero la menor ni siquiera le dio tiempo de decir algo.

— No te atrevas a quejarte, te lo merecías. — Escuchó otro suspiro de su hermana, pensó que a ese paso la menor se quedaría sin aire en los pulmones.—  Oppa, deja de tratar de estropear esa relación justo antes de iniciar. Hoseok-oppa te gusta lo suficiente para pensar en algo serio con él, ¿no?

— Si, pero-

— No, sin peros. Te gusta y yo se que él es una buena persona, además no se dejaría besar si realmente no le agradaras de alguna manera. Deja de tener miedo, ve y cuéntale todo esto a Hoseok-oppa.

— ¿Todo?

— Todo. Él tiene que saber que ya te gustaba desde que se conocieron y si no lo haces te juro que iré con Jungkook-oppa y le pediré que me acompañe a decirle a Hoseok-oppa todo lo que dijiste de él en cuanto lo conociste. Y obviamente añadiremos las palabras melosas que usaste..

— Nunca dije nada meloso sobre él — reclamó.

— No, esas las inventaremos. No le voy a decía a Hoseok-oppa que dijiste que tenía un buen culo, ni ninguna de esas cosas que dijiste que querías hacer con él. — Su hermana le volvió a fruncir el ceño. — Deberías de dejar de darme tantos detalles, te quiero mucho pero tengo un limite para escuchar lo que mi hermano mayor quiere hacer con alguien en la habitación.

— Lo intentaré.

Claro que te seguiré contando todo.

— No te creo. — La menor lo dijo con una mueca pero se escuchaba la diversión en su voz. — Te doy solo este día para que vayas y soluciones las cosas con Hoseok-oppa.

— Hye-jin no creo que hoy-

— Solo hoy, oppa — le advirtió apuntando con una de esas largas uñas y un segundo después le regalo una sonrisa. — Te quiero. Ahora vuelve al trabajo.

Con un abrazo, su hermana se fue hasta donde estaba Taehyung y comenzó una conversación con el otro beta ignorándolo.

Bueno, al parecer tengo que ir a buscar a Hoseok.

La puerta de su oficina se abrió, no tuvo que apartar la mirada de su laptop para saber quien entraba sin siquiera avisar, por segunda vez en ese día. Y ni siquiera habían llegado a la mitad de sus turnos en el trabajo.

— Yoongi-hyung, te traje el almuerzo.

La bolsa llena de comida fue colocada frente a él y Jungkook se sentó con una sonrisa y comenzó a apartar todo en su escritorio sin importar si estaba o no trabajando. Solo había pasado una semana desde aquella vez que aceptó no alejar a Jungkook y recibir el cortejo del lobo de este.

Y había sido una semana extraña.

 Jungkook se la pasaba en su oficina durante el trabajo, los primeros dos días incluso se había llevado su propia laptop y trabajaba en ese mismo lugar en el que estaba sentado en ese momento. Tuvo que hablar con él para que no hiciera eso pero eso no detuvo al menor de ir en cualquier tiempo que tuviera libre. Cada día en esa semana le había comprado el almuerzo, y gracias a que cinco días atrás el gato azabache del menor había sido llevado a Seúl, ahora Jungkook estaba más tiempo en la suite, así que ahora desayunaba, almorzaba y cenaban juntos.

No habían dormido en la misma habitación desde esa noche, pero ya pasaba el resto del tiempo de su día con el alfa menor.

Además, Jungkook, se estaba tomando enserió el cortejo. Comprarle comida, caminar siempre a su lado, abrirle cada puerta e incluso presionar el botón del ascensor por él, marcarlo con sus feromonas. Todo el mundo le preguntaba a Jungkook si estaba cerca de su celo porque las feromonas eran siempre intensas cuando el estaba a su lado. El menor hacía gestos “inocentes" como presionar el pulgar en su muñeca y cuello o pegarse a su espalda y olfatear su nuca, pero sabía que cada uno de esos gestos eran buscando poner sus feromonas en sus glándulas de aroma para que oliera a él.

O también, esto.

El contenedor con su comida siempre estaba acompañado de una rosa roja. Era algo que no todos los alfas seguían haciendo, pero la mayoría de los que cortejaban a un omega, regalaban una flor que fuera parte del aroma del omega o que le recordará a ellos. El tenía aroma de rosas rojas, era un aroma poco común en alfas pero de todas maneras pocos podían olerlo porque sus aromas principales lo opacaban.

Al parecer Jungkook puede olerlo.

Esa era la séptima rosa que recibía, pero su corazón seguía acelerando se igual que con la primera. Y nunca sabía que decir después de recibirla, solo se quedaba callado, pero más de una vez se preguntó si eso no hería al menor.

Miró a Jungkook, esos ojos oscuros se encontraron con los suyos solo un segundo después, como si hubiera estado esperando que el lo mirara.

Gracias por la rosa. Eran solo cuatro palabras pero sus labios no cedían.

Su lobo decidía actuar en momentos demasiado extraños. Como esa vez en el ascensor, cuando actuó solo besó a Jungkook frente a Jin y Jimin. En parte había sido para dejar al alfa desconcertado, pero tenía que admitir que el aroma de Jin tan cerca le había puesto… ansioso.

El alfa era su amigo y lo había sido por años, y esa era la primera vez que se sentía así de inquieto. Solo horas después, en la comodidad de su cama y el silencio de que lo rodeaba se dio cuenta. Tomó al alfa de Jin como competencia. Y sabía que tenía razón porque los aromas de alfas a su alrededor, sobre todo los más intensos, lo hacían gruñir, como cualquier alfa cuidando a una potencial pareja.

Así que el aroma de Jungkook sobre él, esos momentos que el menor pasaba en su oficina, las comidas juntos o tener en la suite hasta que era hora de ir a dormir… nada de eso le molesto, en realidad su lobo estaba aceptando cada gesto. Así que el único problema ahora era que él aceptara o no la relación que Jungkook le proponía.

Pero aun no lo admitía en voz alta. No le gustaban los cambios y aceptar lo que Jungkook le proponía era un cambio demasiado grande. Además ninguno de los dos había tenido una relación, y estaba el problema sobre la mínima cantidad de relaciones entre alfas que de verdad funcionaba.

No quería ser así, pensar en los “y si… quizás…", pero cada vez que sentía que podía decirlo su mente volvía a pensar en todo de nuevo hasta que al final se convencía de que aún no era el momento.

— ¿Tan guapo soy que prefieres verme antes que comer, Yoongi-hyung?

Pregunta como si él no supiera que es guapo.

— Quisieras.

Retiró con cuidado la rosa y la dejó en el florero donde estaban las otras. Si el regalar rosas seguía, tendría que comprar uno más grande. Aunque ese ya atraía su mirada de vez en cuando mientras trabajaba, incluso le gustaba el aroma que perfumaba su oficina. Incluso cuando comenzó a comer parecía que su mirada no dejaba de ir a las rosas.

Aunque también robó una mirada de Jungkook.

No se cuanto más tarde. ¿Jungkook esperará por mí?

Aun parecía que todo a su alrededor se trataba de algún tipo de película que él estaba viendo desde afuera.

Aturdido. ¿Esa era la palabra? Estaba bastante seguro de que era esa. Desde que estaba acostado en esa camilla viendo que el medico movía y presionaba botones en la pantalla donde se supone que estaría viendo a su cachorro, solo esperaba que el medico le dijera que había algo mal con la máquina y que por eso no podía escuchar el latido del bebé. Pero no había nada mal con la máquina, absolutamente nada. El nudo en su garganta, las lagrimas picando en sus ojos pero sin deslizarse por sus mejillas y ese hueco en su pecho no se hicieron esperar cuando recibió esa noticia. Le pidieron a Jin que saliera y lo dejaron con una enfermera omega que lo iba a “preparar” para un legrado, pero… ¿como se puede preparar a alguien para algo así?

Con una bata de hospital puesta y acostado en esa camilla fría y dura mirando el techo blanco al igual que esas cuatro paredes, todo fue tan irreal, como la peor de sus pesadillas y sin embargo su cuerpo perdió fuerzas y su mente sólo intentaba buscar algo que le dijera que estaba realmente en un sueño y que al despertar todo estaría bien.

¿Por qué todo luce tan… borroso?

Oh, solo son mis ojos.

Las lágrimas seguían ahí, sin poder salir pero obstruyendo su vista. Se dejo perder en el tiempo y todo lo que pasaba a su alrededor. El médico dijo algo a la misma enfermera omega que le puso esa delgada bata de hospital y ella salió y volvió con Jin.

— Todo salió bien, dejaremos que pase la anestesia local y puede llevarse a su pareja a casa.

Jin asintió, su rostro tan serio como nunca antes lo había visto. Fue extraño porque sólo unos momentos atrás reían de camino al hospital para el chequeo de su novena semana como recomendó el doctor, por ser un gamma, había dicho.

¿Porque no sintió nada cuando pasó el legrado? ¿Fue por la anestesia?

Pero aún así, ¿no debería sentir cuando su cachorro fue retirado?

¿Y porque ese medico dijo que “todo salió bien"?

Si todo estaba bien, ¿por qué se sentía tan hueco y doloroso en el centro de su pecho?

¿Cómo podía comprender cuando el doctor, la enfermera y Jin repitieron una y otra vez que “no fue su culpa”, cuando ni siquiera le decían exactamente el por qué había pasado?

“No hay latido.” “Fue un aborto espontáneo.” “No hay causa concreta.” “Su estado como gamma pudo o no influir.”

Nada de lo que dijo el doctor le explicaba que le había pasado a su cachorro, porque ya no estaba con él.

¿Por qué no iba a nacer y por qué se lo tuvieron que retirar de esa manera tan fría y extrapersonal donde él no tuvo que hacer nada más que acostarse y mirar el asfixiante blanco que había a su alrededor?

Si era verdad, si no fue su culpa… si no había un culpable… ¿por qué quería buscar uno y reclamarle o implorar le que le regresara a su cachorro?

Nueve semanas tuvo ese pequeño pedacito de vida en su vientre, si es poco o mucho paro otros no le importaba, para él fue suficiente para amarlo con todo su corazón, fue suficiente para hacerlo sentir ansioso y emocionado por su llegada.

— Solo saldré para que te pongas la ropa, Jiminie, y enseguida nos iremos. — ¿Su ropa? Cierto, ahora ya podía sentir sus piernas. ¿Ya había pasado la anestesia? —  Todo está bien, no fue tu culpa.

Jin besó su frente y le dio una sonrisa, pero se veía tan triste cuando salí por la puerta.

— Déjeme ayudarlo, señor Park.

La enfermera omega volvía a estar a su lado, lo ayudó a sentarse y fue por la ropa doblada cuidadosamente.

Fue cuando ocurrió. Finalmente su lobo aulló adolorido, comprendiendo que era todo, una vez que se volviera a poner la ropa, saldría del hospital dejando atrás a su cachorro, del cual no tenía ni idea de dónde estaba en ese momento, no sé lo iban a mostrar, nunca conocería el hermoso bebé que pudo haber sido, nunca sabría si tendría sus ojos o los de Jin, no lo vería crecer ni esperar por ese momento en que sabría finalmente si sería un alfa, omega o gamma.

Lo perdí.

El alarido que escapó desde el fondo de su garganta sonó terrorífico incluso para sus oídos, y estaba seguro de que nunca había habido tantas lágrimas mojando su rostro y cuello.

Así debía sentirse el estar muriendo, no podía siquiera imaginar un dolor más grande que lo que ya estaba sintiendo.

Un par de manos pequeñas lo alcanzaron y frotaron su espalda y su brazo pero eso no sirvió de nada. El aroma de Jin llenando de pronto la habitación tampoco le hizo sentirse mejor.

Lloró y gritó hasta que no podía ver nada por la cantidad de lagrimas en sus ojos y hasta que su garganta se sintió en carne viva, quemando y protestando adolorida como nunca antes.

Algo mojaba también su hombro pero no podía reunir las fuerzas para dejar de lado su dolor y poner más atención a su entorno.

Solo podía pensar en pedirle perdón a su cachorro, por no lograr que creciera como se suponía que debería haber hecho, por que jamás lo iba a conocer, nunca lo tendría entre sus brazos.

Perdón.

Esa palabra lo acompaño cuando todo se volvió negro.

😭🤧
No se si logré describirlo de buena forma, nunca he estado embarazada así que me base en la experiencia de alguien que conozco, y no quiero tratar un tema así de manera simple, por lo que también investigué y me puse a chillar porque soy bien llorona. No es un tema fácil de escribir o tratar y quiero que sepan que no me lo tome a la ligera, lamento si parece lo contrario y no pude tratarlo de manera adecuada. Quizás es una historia, y no debería de tomar tan enserió el desarrollo de los personajes, pero antes de comenzar un libro ya imagino la mayoría de las situaciones que les ayudará en su camino hacia ese momento en que ya están en paz consigo mismos o con alguna situación determinada.

Solo recuerden que me gustan los finales felices y siempre les tratare de dar los finales más lindos posibles, así que esto es solo un poquito de lagrimas antes de que todo mejore.

Los quiero mis Makis 💜

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