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Capítulo 45

¿Porque se necesitaban tantos estudios para un simple virus de resfriado?

No quería alarmarse cuando le dijo a Jin que nuevamente el fin de semana comenzaba a sentirse mal, solo le pidió permiso al alfa para ir al medico y creyó que sería una rápida vista, obtendría sus medicamentos y saldría directo a la oficina sin querer perder un día más de trabajo.

¡Pero ya había estado ahí dos horas!

En la revisión, el médico dijo que quería hacerle unas pruebas y después de dos muestras de sangre y más toqueteo del médico aún no le aclaraban nada. Sólo lo habían dejado en el consultorio solo por mucho tiempo.

Estaba preocupándose.

Jin le dijo que ese doctor era el mismo que atendió a su papá por años, aunque el médico solía viajar a Daegu para eso. Era el mejor de Seúl, o eso le había asegurado Jin.

Pero… ¡¿por qué está tardando tanto?!

Ya estaba más que nervioso y las preguntas en su cabeza no estaban ayudando.

¿Es algo grave?

¿Es algo incurable?

¿Están trayendo ayuda psicológica para darme la noticia de que voy a morir?

No importaba cuántas veces trataba de calmarse y alejar esos pensamientos, estos volvían.

La puerta al fin volvió a abrirse, asustándolo en el proceso. Y el miedo no retrocedió cuando vio que el médico no iba solo.

¿Era un psicólogo? ¡¿Realmente estaba tan grave que moriría?!

— Tenemos los resultados de sus estudios y mi suposición era acertada, señor Jang. — Podía sentir su labio inferior temblando, pero no podía controlarlo. — Para informarle bien de su situación traje con migo al doctor Im, él es-

— Es un psicólogo, ¿verdad? Voy a morir, ¿cierto? — Los sorprendidos médicos trataron de hablar, pero el miedo lo hizo comenzar a hablar desesperado. — No puedo morir, tengo que cuidar a mi abuela. Ella ya es muy mayor. Y podría estar enferma. Ahora no lo esta y siempre dice que es fuerte como un roble, pero podría estarlo pronto. No tiene a nadie más desde que mis papas murieron. Se pondrá mal si le digo que voy a morir. Quizás le dé un infarto-

— Señor Jang, puede tranquilizarse, no va a morir.

El que le presentaron como doctor Im, estaba en cuclillas frente a él.

Parpadeo las lágrimas que se juntaron en sus ojos y comenzó a tomar respiraciones profundas al ritmo que el doctor Im le señalaba con susurros.

— No soy psicólogo, señor Jang. — El médico más joven se apartó y tomó un lugar detrás del escritor, al lado del otro doctor. — Soy doctor especializado en castas mínimas.

Por castas mínimas se refería a quienes eran como Jimin. Gamas, epsilon, sigmas y todos los que eran minorías.

Se tranquilizo al saber que no era un psicólogo y que al parecer no iba a morir. Pero entonces, ¿qué hacía ese doctor ahí?

— ¿Y porque usted me va a informar de mis resultados? — Miró al otro médico. El doctor Won comenzaba a desdoblar las hojas que antes habían estado en su respectivo sobre, obviamente ya los habían abierto antes. — ¿Qué está pasando? ¿Qué tengo? ¿Qué pruebas me hizo?

Los dos médicos lo miraron, pero fue el mayor quien comenzó a hablar.

— Señor Jang, me dijo que ha tenido relaciones sexuales hace dos semanas. — Podía sentir su rostro caliente por la repentina mención de lo que había respondido hace dos horas durante el primer chequeo. — Y justo después enfermo por casi una semana.

— Si-S-Si. Pero, ¿por que importa eso?

El clima aún era frío, Taehyung y él… pues ninguno se había preocupado por las mantas, incluso aunque la calefacción estuviera apagada. Entendía como pudo haber conseguido un resfriado… quizás, porque no recordaba mucho poco antes de que se quedó dormido y solo sabía que casi una semana después despertó y se dio cuenta de que había estado enfermo.

O era… ¿no era un resfriado?

Ambos eran betas… Los betas no tenían la inmunidad de enfermedades sexuales como los alfas y omegas, ellos aún podían transmitirlas…

Miró con sorpresa al doctor con la realización de lo descuidados que habían sido esa noche. Estaba tan borracho que no podía recordar muchos detalles, pero sin duda estaba seguro de que no habían usado condón… ninguna de las veces que lo hicieron.

— ¿L-Lo que tengo… esta relacionado… con haber tenido re-relaciones? — preguntó con voz inestable.

— En parte — su corazón dio un vuelco, fue doloroso en su pecho — y es por eso que el doctor Im le explicara.

Miró desesperado al doctor más joven, no tenía ni idea de porqué él era quien tenía que explicarle pero eso no importaba, solo quería que le dijeran y ya.

— Señor Jang, usted es un iota.

— No, soy un beta — contestó con seguridad.

No sabía que clase de broma estaban planeando esos dos médicos pero a él, igual que a todos los cachorros de diez años, le hicieron la prueba que revelaba su casta para adjuntarlo en su historial. Eran un poco obvias porque la presentación ocurría en ese momento, en caso de los alfas, omegas, gammas, sigmas, además de que el aroma era un importante delator. Pero esa prueba existía para la sobras castas que eran un poco más difíciles de distinguir o que no pasaban por una presentación.

Así que estaba seguro, no había habido ni un solo fallo en su prueba, no recordaba cada minuto pero si sabía que había sido tan rápido que su mamá le permitió jugar en el parque cercano porque tenían tiempo para perder.

— En realidad creíste que eras un beta y ese pudo ser el resultado de tu test de casta, pero eso fue porque nunca pasaste por tu presentación.

— Yo no tuve ninguna presentación.

Ya estaba molestándose, esa broma estaba yendo muy lejos y lo peor es que el doctor Won no hacía nada por terminar con el parloteo del otro médico.

— Si lo hiciste. No estuviste resfriado una semana, estabas pasando por tu presentación. La temperatura alta, la somnolencia por los cambios en tu cuerpo, la pérdida de apetito, los recuerdos borrosos o ausentes, el dolor abdominal y, esto es solo una suposición porque en realidad no lo mencionaste, pero ya que eres mayor y estás en edad reproductiva supongo que también hubo bastante excitación sexual.

— Suficiente de esta broma. — Pues lo habían logrado hacer enojar. — No se por qué estaba haciendo esto, pero es suficiente.

Se levantó de la incomoda silla que ya lo había estado molestando por pasar tanto tiempo sentado en ella, pero no alcanzo a dar ni un paso cuando el médico mayor colocó las hojas extendidas.

— Estos son los resultados de sus muestras de sangre, señor Jang. — Reacio a parecer afectado, se mantuvo de pie aunque quería leer lo que había escrito en ellas. Aunque eso no fue necesario. — Una es una prueba de casta, el resultado reveló que es un iota y la otra… que tiene dos semanas de embarazo.

Su mente quedo en blanco o quizás eran sus emociones que no sabían como debería estar sintiéndose en ese momento.

Solo era capaz de escuchar un molesto zumbido en sus oídos, algo que le impedía que los sonidos de su alrededor parecieran están bajo el agua. No eran claros… solo ruido de fondo.

Sus ojos bajaron a esas hojas  pero era incapaz de entender lo que decían. Conocía cada letra pero solo no reconocía las palabras, no en ese momento.

No quería entender lo que decían.

Solo estaba esperando escuchar que le dijeran que era una broma o tal vez la risa de los médicos porque igual esos sonidos le dirían que estaban jugando con él.

Pero ese momento no llegaba.

El doctor Im seguía moviendo los labios pero no sabía que era lo que estaba diciendo o lo que estaba inventando para sostener su ridícula historia.

Solo lo soporto unos segundos… o minutos más el tiempo… ya no era capaz de medirlo.

Pensó que su mente se había quedado en blanco, sus oídos sordos y sus sentimientos paralizados pero la respiración pesada que no parecía llevar suficiente aire a sus pulmones y su corazón acelerado que quería escapar de su pecho comenzaron a avisarle que en realidad estaba sintiendo algo… miedo.

Pánico… porque una parte de él creía en esas palabras absurdas cuando llevo una mano a su abdomen bajo.

La habitación dio vueltas hasta que las ganas de vomitar fueron tan intensas, aún más que las últimas dos mañanas en cuanto despertaba.

Náuseas por las mañanas.

La mano sobre su abdomen se cerró en un puño que arrugó la tela de su camisa. En el fondo de su mente no dejaba de aparecer el rostro de Taehyung y muchas preguntas para las que no tenía respuesta. Pero todo fue empujado por ese pensamiento más fuerte que le gritaba que esa situación tenía que ser una broma,  que esos médicos, por alguna razón, le estaban diciendo mentiras.

— ¡No les creo! ¡¿Por qué están haciendo esa clase de bromas a los pacientes?!

Tomó las hojas en el escritorio y las arrugó entre sus dedos cuando se daba media vuelta para salir de ese consultorio, lejos de esos médicos mentirosos.

Estaba bastante seguro de que corrió hasta el auto que le había prestado Jin después de que la puerta del consultorio se cerró a su espalda.

Golpeó la puerta de la oficina de Jin solo dos veces antes de que se escucharan pasos apresurados.

— Silencio, Jimin está dormido.

Su amigo estaba “susurrando", pero estaba seguro de que si Jimin no se despertaba por eso, no se despertaría con los flores suaves que dio en la puerta antes.

Aun así asintió para decirle al mayor que entendía y solo entonces Jin le permitió entrar.

Jimin estaba en el sofá con una manta delgada cubriéndolo y dormido profundamente.

— ¿Jimin esta bien?

— Dice que se siente muy cansado. Anoche durmió bien pero leí que por estar embarazado podría dormir el doble. Todo el fin de semana ha dormido mucho. — Su amigo miró cada segundo a su pareja mientras hablaba. Se quedó unos segundos de esa manera y luego suspiro y finalmente lo miró. — ¿Necesitas algo?

— Solo venia porque ya casi es hora del almuerzo y a preguntarte por U-jin hyung, ya tardó y no me respondió mi mensaje. ¿Sabes algo de él ?

Jin miró su teléfono y un ceño fruncido apareció en su rostro.

— Tienes razón, ya tardó mucho y yo tampoco tengo ningún mensaje de él. Le hablaré al doctor Won.

Jin no pudo comenzar a llamar.

La puerta de su oficina se abrió y cerró con un fuerte golpe que lo sobresaltó, hizo que Jin gruñera y despertó a Jimin.

Pero nadie se atrevió a decir una palabra. Nadie comentó nada sobre la manera en que U-jin había entrado a la oficina, ninguno de los tres se movió ni un poco de sus lugares.

Estaban mirando a su beta que tenía un rostro furioso pero con lágrimas bañando sus mejillas.

A largas zancadas, el beta se acercó y aventó unas hojas arrugadas en el escritorio, su enojada vista húmeda sin apartarse de Jin.

— ¡El médico impostor que me recomendaste me acaba de jugar una maldita broma de mal gusto!

Jin lo miró en busca de ayuda pero estaba tan perdido como su amigo así que solo alcanzó la hoja que había quedado más cerca de él.

Notó que Jin hacia lo mismo con la hoja estante.

No podía hacer que aquel papel volviera a verse como antes pero fue fácil leer en el. Sobretodo porque reconocía lo que era eso. Todos tenían una igual desde los diez años cuando presentaban su examen de casta. Sólo que era extraña por más de una razón.

Tenía el nombre de U-jin, pero estaba fechada con ese día y lo mas extraño fue la casta que se resaltaba con letras más gruesas: IOTA.

Miro hacia Jin, pero el mayor parecía estar aún más desconcertado.

— ¿Jin?

Jimin se terminó de acercarse, estaba tomando con las manos pequeñas el brazo de su pareja y pronunciando su nombre con voz suave, pero Jin no quito la vista del papel.

— ¿Qué es esto, U-jin?

— Eso es lo que quiero saber, Jin.

El labio inferior de su amigo peliazul estaba temblando y más lágrimas se deslizaron fuera humedeciendo los caminos que se habían secado en las mejillas del mayor.

¿Esa hoja en las manos de Jin decía algo más?

— ¿Qué pasa? — preguntó cuando su paciencia y su calma se rompieron.

Jin lo miró, pero sus labios solo formaron una mueca.

U-jin fue quien respondió a su pregunta después de una amiga carcajada.

— Pues al parecer toda mi vida es mentira, porque no soy un beta, soy un iota y por si esa noticia no fuera ya desconcertante me dicen que también estoy embarazado.

El aliento escapó de sus labios.

¿Escuche mal?

Tomó la hoja de las manos de Jin y leyó rápidamente. En realidad era una prueba de embarazo y decía que U-jin tenía alrededor de dos semanas.

Si es un iota, realmente podría estar embarazado.

Pero era… simplemente era difícil de entender.

Incluso si la presentación de los iotas era tardía, ¿cómo podía ocurrirle a alguien de más de treinta años? ¿Eso era posible?

— Por favor, Jin — suplico U-jin con voz rota. — Dime que te pusiste de acuerdo con el doctor Won y esto solo es una broma, por favor. No me enojaré mucho contigo si me lo dices ahora.

Por muy poco alcanzo a sostener a su amigo peliazul cuando parecía desvanece. Lo coloco en una silla y pronto Jin y Jimin estaban también de ese lado del escritorio con rostros preocupados.

— Nunca te haría algo así  U-jin.

Con una sonrisa triste, el peliazul asintió.

— Lo se  solo quería pensar que si porque no se… no se que más pensar… no se si quiero creerlo…

— U-jin, el doctor Won no jugaría con algo así, ha tratado a mi papá desde hace años, no se que esta pasando pero…

Jin no pido seguir hablando, el ceño fruncido en su rostro hacia notar que le costaba encontrar las palabras.

Él ni siquiera lo intento. Consolar a alguien, aún pensaba que era pésimo e ello. No sabría ni por dónde empezar.

Afortunadamente estaba Jimin con ellos.

— No puedo ni imaginar que estas pensando o sintiendo, hyung, pero se que justo ahora tienes que asimilar lo que te dijeron y que no puedes estar solo en este momento. — El pelirrosa limpio el rostro de U-jin con delicadeza, aunque unas cuantas lágrimas más salieron el gamma siguió con paciencia hasta que las lágrimas se detuvieron y solo dejaron unos ojos húmedos. — Tómate este día para ti, no pienses en nada más. Mañana iré contigo a ver al médico, ¿si?

— ¿Iras conmigo, Jiminie?

El menor de todos asintió con entusiasmo.

Jin dijo algo más, Jimin dijo algo más y U-jin finalmente mostró una sonrisa, aunque fue pequeña, pero no podía concentrarse en la conversación.

¿Qué podía decir?

Claro que le encantaría acompañar a su amigo, pero de nada serviría que estuviera ahí, ¿o si?

No, no serviría de nada. Ni siquiera sabes que decir en este momento, ¿qué harás en ese lugar?

Jin y U-jin fueron sus únicos amigos, los que se mantuvieron a su lado a pesar de su carácter y lo poco que revelaba de sí mismo.

Pero todo estaba cambiando tanto…

Para empezar ya no eran solo ellos tres, ahora Jin tenía a Jimin, U-jin estaba embarazado así que eso podía significar que tendría a Taehyung.

Él ni siquiera apodia solucionar las cosas de manera correcta con Soo-il, aunque gracias a Jungkook había ha lado con su hermano y había vivido un pequeño momento feliz.

Jungkook.

También se estaba volviendo diferente. El menor ya no tenía sus sonrisas torcidas y burlona, solo sonrisas que lo hacían ver más atractivo. Y no entendía la mayoría de esas miradas que le había estado dando en los últimos días. Su relación aparentaba ser la misma pero por tres días Jungkook no lo había tratado de tocar de manera sexual, ni lo intentaba persuadir de que durmiera en su habitación. Así que estaba cambiando parcialmente.

No quiero que las cosas cambien.

Los cambios no siempre eran para mejor. En su juventud un nuevo alfa de su mamá significaba un nuevo infierno. Un nuevo amigo de Soo-il era una nueva preocupación porque no quería que un alfa le hiciera a su hermano algo malo. Una nueva orden de hipoteca de su cada, significaba un trabajo de medio tiempo más aunque apenas durmiera.

Lo nuevo traía consigo posibilidades y no todas eran buenas.

Y sin embargo yodo a su alrededor parecía estar cambiando.

Con su mente hecha un lío se despidió y salió de la oficina alegando trabajo pendiente y una repentina falta de apetito cuando Jin le recordó que era hora del almuerzo.

Solo quería llegar a la oficina y cerrar la puerta al mundo exterior y a los cambios que estaban sucediendo.

Sintió que pasaron horas mientras estaba sentado tratando de calmarse, de aclarar su mente y sólo tratar de alejar esa actitud. Era un alfa, y había huido cuando su amigo lo necesitaba en lugar de darle consuelo.

Tengo que disculparme con U-jin.

Con un suspiro tomo el valor de levantarse de su silla  aunque no fue más allá. Y de todas maneras se vio interrumpido por el alfa que entraba en su oficina con una bolsa de papel y esa sonrisa.

No podía acostumbrarse a esa nueva sonrisa en Jungkook… no podía evitar pensar que el menor parecía realmente feliz cuando le mostraba esa sonrisa… y que era por él.

— Traje tu almuerzo, Yoongi-hyung.

— No te pedí uno.

— Pero tampoco ibas a comer uno. — Sin permiso alguno, Jungkook acomodo el desorden de su escritorio y coloco un almuerzo que parecía suficiente para dos personas. — Escuché que dijiste que no tenías hambre pero no sería bueno que te saltaras comidas.

— ¿No has considerado usar auriculares para dejar de escuchar conversaciones privadas?

— No, lastiman mis oídos.

El menor le mostró otra grande y deslumbrante sonrisa mientras se acercaba a su lado del escritorio. Las manos grandes tomaron su cintura y lo giraron levemente para que ambos estuvieran de frente.

— No te preocupes por tu amigo, probablemente esta conmocionado por la noticia  pero los tiene a ustedes.

— Por si no escuchaste bien, yo no soy de ayuda.

Jungkook besó su mejilla. También había comenzado a hacer mucho eso en los últimos tres días.

— Jimin y Jin-hyung ya le dieron palabras de consuelo, y tu equilibraste tratando el asunto con normalidad, eso es importante también, Yoongi-hyung. Ahora solo tienes que seguir siendo su amigo, si no te muestras diferente él apreciará la normalidad, yo lo haría.

Miró de cerca esos ojos oscuros y brillantes unos segundos antes de que la punta de la nariz ajena rozaba su mejilla. Sintió la comisura de su boca encontrándose con el roce suave de los labios del alfa menor.

— No estoy para besos Jungkook.

Lo empujó ligeramente pero el menor no se dejó apartar, ni un milímetro, la nariz siguió creando figuras sin sentido en su mejilla haciendo que su piel cosquilleara.

— No iba a hacer eso. Solo quería sostenerte.

— No necesito ser sostenido como si fuera débil. — Empujó con más fuerza hasta que el menor cedió y pudo ver ese rostro. — Soy alfa, puedo lidiar con esto.

— Entonces déjame abrazarte.

— Eso es lo mismo.

— No lo es.

El menor le giño un ojo y terminó de jalarlo más cerca, hasta que los brazos lo rodearon y se apretaron como dos fuertes bandas a su cintura. La nariz del menor terminó entre su cuello, pero solo le gruñó y se dio por vencido porque sabía que ese mocoso igual seguiría haciéndolo.

— No puedes estar triste hoy, Yoongi-hyung. En unas horas es la fiesta de cumpleaños de Soo-il hyung, lo vas a preocupar si te presentas así.

— No estoy triste. Solo… — inseguro por todas las cosas que están cambiando, no quiero que las cosas cambien, ya es desconcertante y… estoy… asustado. — Estoy bien.

El suspiro de Jungkook logró erizan su piel por ese aliento caliente chocando directamente contra sus poros.

— No tienes que decir eso si no lo sientes de verdad, Yoongi-hyung. No me gusta. — La sinceridad y el tono de Jungkook le hicieron sentir hielo en su columna. — Sunyoul lo decía mucho cuando era adolescente pero sabía que estaba mintiendo y también se que estas haciendo lo mismo. No me tienes que decir como te sientes, solo no me mientas y digas que estas bien. No necesitas hacer eso conmigo. Si no estás bien solo déjame hacerte compañía, aunque estemos en silencio, ¿si?

No contestó, pero tampoco corrigió al menor y ni trató de desmentirlo.

Solo se quedó ahí.

Jungkook… su comportamiento se siente diferente.

Lindxs Makis, espero que su fin de semana haya estado bonito. Aquí otro capítulo más que espero que les gustará.

Les quería explicar esta nueva casta, se que es aun menos conocida que los deltas y gammas, pero se enteraran de ella más adelante, lo prometo. Se que ahora se quedan con la duda y el suspenso, pero creo que ya es propio de mi 😅.

Tengan bonita noche 💜

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