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Capítulo 44

Ahora sabía, que podía mantener una conversación con Soo-il sin que su estúpida lengua atacara a su hermano con insultos o menosprecio. Había hablado y sonreído en la cocina, habían hablado aún cuando Jungkook y Sunyoul volvieron.

No podía decir que volvieron a ser como antes, como cuando Soo-il era el cachorro que lo seguía a todas partes y le pedía que lo abrazara, le enseñará a cocinar o le regalaba una sonrisa tierna que dejaba ver las encías de color rosa. Quizás nunca volverían a serlo y saber eso le dolía porque fue él quien lo alejó, pero no quería ser quien causara miedo en Soo-il, odiaba esa mirada cautelosa en su hermanito cuando lo miraba, ese hyung que carecía de emoción cuando lo llamaba.

Fue tu culpa.

No podía negarlo.

Su actitud le ganó varios golpes de los alfas con los que su mamá se enlazó después de su padre, y en ese entonces fue lo mejor que se le ocurrió para que esos alfas dirigieran su atención e ira hacia él en lugar de a su mamá y a su pequeño hermano. Esos años deseó tanto ser un alfa adulto fuerte y capaz de proveer a su pequeña familia que perdió de vista el también hacerles saber lo mucho que los quería.

Hasta que fue demasiado tarde y sus palabras y fría actitud solo hicieron a su corazón olvidar. La primera vez que insulto a Yoongi por su casta, por algo que su hermano no había tenido elección, por algo de lo que no debería renegar porque su madre también lo era, notó que la punzada de culpa en su pecho era apenas perceptible. Debió de haberse dado cuenta en ese entonces pero solo lo hizo hasta que su hermano prácticamente huyó de Daegu para estudiar la universidad en Seúl, lejos de él. Y aún así no pudo detener su palabras cada vez que se encontraban.

Los hábitos realmente podían ser terribles.

— ¿Yoongi-hyung, en que piensas?

El aroma del café lo envolvió e hizo que su lobo estuviera más atento.

Jungkook lo miraba con la cabeza ligeramente inclinada. Su sonrisa divertida y sus ojos con arrugadas a los lados.

Casi se veía inocente, parecido a Sunyoul. Solo que es mirada era diferente a la del Jeon menor. Solo la apariencia y la ropa que Jungkook traía ese día eran similares.

Igual esta agradecido con Jungkook. El pretexto de ir al supermercado con Sunyoul y dejarlo a solas con Soo-il fue muy obvio y realmente no creyó que nada fuera a salir de dejarlos a solas, y sin embargo había hablado con su hermano y lo había visto sonreír para él después de tanto tiempo.

Miró a ese alfa pelinegro que seguía esperando por su respuesta y solo fue hacia adelante, hasta que sus labios chocaron con los contrarios.

Los dos gruñeron al mismo tiempo, justo antes de que sus lenguas comenzarán a luchar entre ellas. El sabor dulce del postre que había hecho antes aún perduraba en ese labio inferior que succionó con fuerza hasta que la lengua de Jungkook fue de nuevo al interior de su boca.

Comenzaron a avanzar a ciegas y torpemente porque no se separaron ni un poco. Su lobo estaba cada vez más inquieto en su interior. La última semana se había a dormir tres veces en la cama de Jungkook, su aroma estaba en esa habitación tan fuerte como el de Jungkook, pero su lobo siempre estaba a la espera de marcar con su aroma. Más en ese momento que el aroma a playa persistía en la cocina y la sala. La esencia del hermano menor de Jungkook no era desagradable pero su lobo la odiaba en ese momento. Solo podía pensar en que otro alfa había estado ahí y no le gustaba.

Incluso Jungkook olía a Sunyoul.

Al momento que cayeron en el sofá, el encima de Jungkook. Sus manos se movieron de arriba abajo por los costados, el pecho y alrededor del cuero del menor, dejando de lado ese aroma a playa y cubriéndolo con el suyo. Pero su lobo no está conforme con ello, podía olerse en la ropa de Jungkook pero no era lo que quería.

Quitó el amplio hoddie negro que tenía puesto el menor y sus manos hicieron exactamente el mismo recorrido de antes, hasta que su aroma parecía emanar de la piel del otro alfa. Sólo entonces su lobo retrocedió y le dio el control.

Su pulgoso tenía un serio problema con marcar con su aroma.

Con el control de su cuerpo de nuevo en su poder se deslizó hacia abajo, hasta que estuvo frente a la entrepierna de Jungkook. La erección del menor elevaba la tela de del pantalón de chándal.

Sus encuentros con omegas habían cumplido con el propósito, pero, tal como dijo Jin, solo hacía lo que debía para calmar sus celos, y en pocas ocasiones por placer. Podía contar las veces que había querido hacer algo mientras estaba teniendo sexo.

En ese momento quería.

Aunque no estaba muy seguro de que sus labios encajaran alrededor de esa cosa que salto en cuanto bajó el elástico que se aferraba a la cintura del menor.

Ni siquiera le había dado una mamada a un omega, como mierda iba a lograrlo con esa erección.

— ¿Te estas acobardando, Yoongi-hyung?

El tono burlón de Jungkook solo lo hizo querer pelear.

— ¿Por qué lo haría? — gruñó.

— Esta bien si no puedes, Yoongi-hyung. No te exijas.

Esa maldita sonrisa.

— Ni que fueras tan grande.

En un movimiento brusco se llevó el pene de Jungkook a su boca. Realmente se estaba arrepintiendo, esa cosa llenaba su boca al límite y su mano le dijo que aún faltaba mucho por tomar.

— Mggghhh…

Sus ojos se elevaron por el sonido. Creyó que Jungkook lo estaría observando con esa sonrisa de lado que se burlaría de su pobre intento de tomarlo casi por completo en un solo movimiento. Pero solo encontró a Jungkook echando la cabeza hacia atrás y en ese mismo instante dos manos grandes lo sostuvieron en su lugar.

Su lobo gruñó satisfecho y él retomo su tarea, estaba decidido a mantener a Jungkook de esa manera.

No retrocedió, solo hizo lo posible por relajar su boca y dejó que el pene de Jungkook se deslizará más y más. Se detuvo un momento cuando la punta tocó la parte posterior de su garganta, fueron unos segundos los que respiro con calma tratando de que las náuseas se fueran y continuó un poco más. Fue solo muy poco pero estaba sonriendo en su mente por haber logrado tomar la mayoría. Sus dedos solo envolvían el nuevo grande y un par de centímetros por encima de este.

— Yoongi-hyung…

La voz sin aliento de Jungkook hizo que su propio pene brincara aún atrapado dentro de su ropa pero no hizo nada por aliviarse a sí mismo, su mente ahora se preguntaba; ¿qué seguía?, ¿cómo iba a mantener a Jungkook en ese estado?

Mierda. Siempre tomo sus encuentros sexuales a la ligera, no recordaba mucho de ellos por lo que no podía pensar en cómo esos omegas le habían dado una mamada a él.

¿Pero era necesario recordar eso?

No era un omega dándole una mamada a un alfa. Era un alfa dándole una mamada a otro alfa, y podía recordar bien como Jungkook lamia y succionaba su pene.

Su boca ya no podía abrirse más, pero trato de mover su lengua alrededor de la piel salada y caliente. No había prestado atención al sabor de Jungkook, lo quito de su mente pensando que le disgustaría, pero el sabor no era fuerte ni malo y en realidad se estaba volviendo loco por lo fuerte que era el aroma de las feromonas de café cerca de la entrepierna.

Su mente comenzaba a dar vueltas.

Presionó su lengua con fuerza contra la vena inferior que podía sentir, era gruesa, caliente y palpitaba. Estaba un poco reacio a moverse pero no podía dar una mamada solo quedándose estático. Deslizó el pene hasta que sus labios estaban envueltos solo en la punta, y su lengua fue en busca del pequeño orificio que había ahí, se sentía muy bien cuando Jungkook la hacía en su pene e hizo lo mismo. No fue difícil de encontrar y el gruñido satisfecho del alfa le dio la aprobación. Forzó la punta de su lengua en esa pequeña hendidura y gotas de presemen fueron a parar en sus papilas gustativas.

Es salado.

Pero no era agrio ni le disgustó.

Hizo lo mismo dos veces más y cada una de ellas más presemen fue a parar en sí lengua, llenándolo del sabor de Jungkook.

Con una mirada hacia arriba se dio cuenta de la mirada carmesí que se oscurecía a cada segundo mientras se miraban a los ojos. El pecho de Jungkook subía y bajaba rápido, agitado.

Era molesto mirar a alguien hacia arriba, como alfa le era molesto. Pero en ese momento su lobo se mentada la cola satisfecho, estaban mirando hacia arriba, pero la respiración de ese fuerte alfa estaba a merced de lo que él hiciera.

Y estaba decidido a agitarlo mas.

Volvió a deslizar la erección dentro, hasta que sintió la punta golpear su garganta y después retrocedía hasta que tenía solo unos pocos centímetros sostenidos entre sus labios. Hizo lo mismo una y otra vez, aún cuando su pene exigía atención, aún cuando su cuello y mandíbula protestaban por el movimiento y aún cuando su boca salivaba al punto de que podía sentir su barbilla húmeda.

Ignoraba cuanto había pasado, ignoraba cada protesta de su cuerpo. Solo se detuvo cuando Jungkook habló.

— Yoongi-hyung… estoy a punto…

Esas palabras sin aliento y los dedos que se apretaron en su cabello fueron su señal.

Pero no para continuar.

Quería al alfa desesperado, que él fuera la causa de esa desesperación.

Se alejó rápido, hasta que esa erección caliente abandono su boca y un gruñido fuerte retumbó en el pecho de Jungkook.

Se ve desesperado.

Sonrió y bajo su cabeza, simulando que tomaría de nuevo esa erección dura entre sus labios. Pero en cambio dejó que su nariz fuera hasta el vello oscuro que se rozaba encima del pene. Jungkook aspiro aire de manera brusca y audible, sintió el pene palpitar bajo su mano que aún no lo soltaba.

Se quedó ahí, dejando que su respiración caliente chocará contra la piel sensible de ese lugar.

— ¿Lo vuelvo a poner en mi boca o… lo quieres poner en otro lugar?

La sonrisa de Jungkook apareció de nuevo y un gruñido retumbó fuerte.

El menor lo elevo y en un movimiento cambio las posiciones. Ahora él estaba recostado en el sofá, con Jungkook encima besándolo y gruñendo satisfecho cuando se probó en su boca. Manos rápidas abrieron su pantalón y se deshicieron de el junto a la ropa interior. Los dos estaban desnudos de la cintura hacia abajo y ninguno perdería el tiempo en quitar el resto de la ropa.

El beso que compartían se detuvo unos segundos. Los dedos del menor recogieron la saliva que había en su barbilla y después se metieron entre sus labios, aunque su lengua no fue la única que los lubricaba, la lengua de Jungkook se unió en un extraño besó que no mantenía un ritmo claro.

— Abre bien las piernas, Yoongi-hyung.

— Idiota.

Jungkook estaba riendo mientras llevaba esos dedos húmedos entre las mejillas de su trasero. Había insultado al menor cuando le pidió abrir las piernas, pero igual siguió las instrucciones cuando sintió como su anillo de músculos era acariciado con movimientos circulares.

Mierda.

Ni siquiera podían moverse mucho en ese espacio pero lograron continuar sin que ninguno cayera. Sus labios peleaban, Jungkook tenía ambas manos ocupadas, una en su trasero y la otra acariciando su erección que palpitaba porque finalmente era acariciada, o más bien apretada con fuerza, pero la ausencia de delicadeza sólo hizo que sus testículos se apretaron más contra su cuerpo.

Sus manos estaban en Jungkook, también acariciaba el pene resbaloso por su saliva y su otra mano estaba jalando el largo cabello azabache para mantenerlo cerca mientras se perdían en un beso brusco que agitaba su respiración cada vez más con cada segundo.

Parecían apresurados. Ambos movían sus manos sin detenerse, se besaban apenas tomándose tiempo para respirar.

Su lobo gruñía por como ese animal de café lo envolvía, su interior se contraía cada vez que esos dedos entraban en él y su lengua apenas podía seguir el movimiento de la contraria.

Su mente estaba cada vez más sumida en la misma niebla espesa que lo ponía confuso y excitado cada vez que estaba con Jungkook.

Realmente su conciencia se iba, su cuerpo parecía tener el doble de terminaciones nerviosas y cada toque solo lo acercaba a su orgasmo.

Y casi pierde su carga cuando el 0ene de Jungkook lo estiró de una sola y brusca embestida.

Todo su cuerpo tembló y su instinto solo le decía que tenía que sujetarse con fuerza de algo.

Sus uñas fueron a la espalda del menor, incrustados en la tela y en la piel debajo de esta. Sus dientes mordieron la piel que estaba encima de la clavícula con fuerza hasta que el sabor de piel y unas gotas pequeñas de sangre llenaron sus papilas.

Ese día estaba más excitado.

Quería correrse aun cuando apenas estaban iniciando.

Quería que su semen llenará el poco espacio que había entre sus cuerpos, que su corrida impregnada de su aroma al otro alfa.

Su interior no dejaba de contraerse alrededor de la erección que lo estiraba al límite. O casi al límite. El nudo de Jungkook siempre era más grande y su interior siempre lo aceptaba.

Era extraño como podía sentir cada centímetro moviéndose dentro fuera, golpeando ese lugar que le hacía gruñir y rodar los ojos.

Incluso gimió con un golpe especialmente duro que dejo la piel de su trasero cosquilleando y su interior quemando.

— ¿Fue muy duro… Yoongi-hyung?

La sonrisa era especialmente burlona cuando se combinaba con esos ojos carmesí.

— Apenas y lo sentí — contestó con un bufido.

— Entonces tendré que asegurarme que lo sientas muy dentó, Yoongi-hyung.

Y esa fue su sentencia.

Solo bastaron unos pocos de esos golpes duros para que un orgasmo desgarrador le arrancara un gemido.

La habitación dio vueltas.

Ese vez estaba siendo realmente intenso.

En el fondo de su mente no se alejaba el pensamiento de que en esa ocasión había sido él quien inició todo.

Pero era algo más.

Algo en lo que no podía pensar porque su mente estaba inservible en ese instante y su cuerpo solo seguía recibiendo estipulación por el alfa que buscaba su liberación con desespero, dando en ese punto sensible en su interior y provocando roces constantes en su nudo extendido por parte de ese abdomen duro que seguía deslizándose de arriba hacia abajo.

Y después lo sintió.

Su interior calentándose por los chorros de semen que lo humedecía y su interior extendiéndose en toda su capacidad para acomodar el nudo que les incapacitaría moverse por unos minutos.

Sus párpados cada vez tardaban más en abrirse, no podía ver a Jungkook pero si sentía que el menor estaba restregándose contra su cuello, justo encima de su glándula de aroma.

No tuvo energías ni siquiera para gruñir.

Dejo que sus ojos se cerraran

De cualquier manera Jungkook se encargaría de él, de limpiarlo y llevarlo a la cama.

Estaba seguro de eso… aunque no sabia porque.

Era solo la tercera vez que despertaba antes que Yoongi de las veces que el mayor se había quedado a dormir con él.

Nada era diferente.

Por la noche los había llevado a la cama cuando su nudo se desinflamó lo suficiente para salir del interior de Yoongi. Había limpiado a ambos y había desnudado al mayor para evitar que estuviera incómodo.

EL mayor respiraba tranquilamente usando su brazo como almohada, pero eso también había sucedido, no era la primera vez.

Así que esa mañana debía de ser como las otras.

No había nada diferente.

Pero la realidad era que lo había.

Pensó en revisar la hora de su celular, pero su brazo libre se negaba a dejar de envolver la cintura del otro alfa.

Sus ojos solo lo miraban, bueno lo observaban con detenimiento fijándose más de lo necesario en cada pequeño detalle. Incluso encontró unos lunares pequeños y muy claros en la piel blanca de la mejilla.

Estuvo así por tanto tiempo que Yoongi despertó y a él solo le parecieron segundos.

— Es espeluznante dormir mientras alguien te mira, ¿sabias eso?

Sus labios formaron una sonrisa de inmediato por ese ceño fruncido y sus oídos estaban encantados por lo ronca y baja que era la voz adormilada del alfa.

— Mmm, no estoy seguro, ¿qué tal si la siguiente vez lo haces tú?

— ¿Qué tal si mejor te golpeó para que despiertes más rápido? — se burló Yoongi con una sonrisa de labios apretados.

— Te lo cambio por una de esas mamadas deliciosas como la de ayer.

— Mejor te muerdo.

Hizo una mueca de dolor. Definitivamente no quería una Mordida en ese lugar.

— Bien, te dejaré golpearme. Igual sano rápido.

La risa de Yoongi lleno la habitación, los ojos del mayor estaban entrecerrados y podía ver las encías pálidas así como los dientes pequeños.

Podía escucharla.

Pero sus oídos estaban siendo acaparados por el insistente latido de su corazón que sólo iba en aumento. Un dolor sordo en su pecho lo hizo expulsar el aire.

“Un día solo lo supe. Soo-il hyung sonrió, sonrió de verdad, y mi corazón no pudo calmarse. Mi pecho se sintió apretado, pensé que no podía respirar bien pero aun así se sentía bien.”

Las palabras de Sunyoul volvieron a su mente y sólo podía pensar en una cosa.

Mierda.

Metió su rostro en el cuello de Yoongi y apretó sus brazos alrededor del alfa.

— ¿Qué sucede, Jungkook?

No pudo contestar, solo se quedó así.

Mierda.

¿Jungkook se dio cuenta de algo 🤔?

Como prometí, aquí esta la actualización de hoy, perdón la tardanza en el celular es más tardado escribir porque aumentan mié errores de dedo y me distraigo más fácilmente con las notificaciones 😅

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