Capítulo 43
— Dijiste que los invitarías a comer, ¿por que me despertaste tan temprano?
Yoongi adormilado, con el cabello azabache alborotado, bóxer, una camisa de tirantes casi transparente y un suéter medio puesto era una imagen de lo más maravillosa y excitante.
Por general el mayor era quien primero se levantaba, pero cuando era de manera contraria ponía ese ceño fruncido donde su labio inferior sobresalía un poco.
— Porque también los invite a desayunar. Ya despierta, Yoongi-hyung, no tardan en venir.
Le pasó la taza de café, era lo único que Yoongi le permitía preparar en la cocina, después de quejarse de su poca habilidad para cocinar.
— Pudiste haberme dicho ayer, de esa manera no me hubiera quedado a dormir.
— ¿Por qué?
Yoongi le gruñó, tomó un sorbo de su bebida y le volvió a gruñir.
— Tengo que ir a bañarme a la suite.
— ¿Por qué? Te puedes bañar aquí.
El mismo bebió de su taza para evitar sonreír por esos ojos entrecerrados que el mayor le estaba dando.
— No voy a bañarme aquí, se darán cuenta que olemos igual. Dijiste que tu hermano tiene buen olfato.
— Puedes decirles que te quedaste a dormir porque trabajamos hasta tarde. — Señaló la mesa del comedor con las laptops cerradas y las hojas acomodadas en orden a los lados. — Ahí están los documentos con los que te estaba ayudando, no estaríamos mintiendo… del todo.
Aunque si era necesario que el mayor tomara una ducha para eliminar el aroma de lo que habían hecho justo después de terminar con el trabajo.
— ¿A qué hora van a estar aquí?
— A las nueve.
— Mierda, Jungkook, eso es en diez minutos.
Con un largo sorbo, el mayor término la mayoría de su bebida, apresurado por terminarla.
— Quizás antes, estaba hablando con Sunyoul justo antes de despertarte, ya venían en camino.
— ¿Por qué no me despertaste antes? — preguntó gruñendo.
— Lo intente, pero es difícil despertarte. Incluso me lanzaste una almohada.
— ¿Y de quien es la culpa que durmiéramos hasta tarde?
— No me puedes atribuir toda la culpa, Yoongi-hyung.
Con otra mirada asesina el mayor dejo su taza en la mesa y dio media vuelta para regresar a la puerta de la cocina.
— Idiota. Me voy a duchar.
Su mirada bajó a ese trasero apretado dentro de la tela oscura de los bóxer. Su lengua fue a al interior de su mejilla.
— Ya tome una ducha, pero puedo entrar contigo y lavar tu espalda, Yoongi-hyung.
— Ni lo pienses.
Miró con atención ese lindo trasero alejarse hasta que desapareció y sonrió por cuando finalmente el alfa quedó fuera de su vista.
Cuando Sunyoul y Soo-il entraron y se sentaron frente al mayor, Yoongi se puso tenso y evitaba mirar en dirección al omega.
Podría haber intentado que hablaran, pero su atención fue a su hermano. Sunyoul olfateaba en dirección al pasillo, sus mejillas enrojecidos y sus ojos sorprendidos y grandes.
La habitación.
Tenía una idea de lo que Jungkook había olfateando en ella.
— ¿Qué pasa, Sunyoul? — preguntó Soo-il mirando a su pareja confundido.
Su hermano negó con un movimiento de cabeza y solo se sonrojo más cuando evitó mirar hacia enfrente.
Ahora todos en la sala miraban hacia cualquier otro lado que no fuera uno de los presentes. Yoongi y Soo-il parecían especialmente reacios a decir una palabra. Afortunadamente ya había hablado antes con Sunyoul y habían acordado darles un momento a solas a los hermanos Min, los dos esperaban que pudieran animarse a hablar.
— Sunyoul, acompáñame. — Rodeó los hombros de su hermano con un brazo, eso logró atraer la atención del menor. — Vamos a comprar lo que necesita Yoongi-hyung para hacer la comida.
Esos ojos grandes tardaron unos segundos antes de que la comprensión los llenará.
— E-Esta bien.
Soo-il no tardó en levantarse cuando su pareja lo hizo.
Sunyoul lo miró a él, un poco reacio a decirle a su pareja que no podía ir.
— Creo que es mejor que te quedes, Soo-il hyung. — El omega levantó una ceja y su hermano solo se puso más nervioso. — E-En-En el auto s-será más difícil estar atrapado con el aroma de m-mi hyung y mío.
Soo-il solo hizo los mismos ojos amenazadores que Yoongi le había dado cuando le dijo que sus hermanos estarían llegando en pocos minutos.
— Cierto, Soo-il hyung. Acabas de pasar un celo con Sunyoul, tu lobo estará más sensible a los aromas. Recuerda lo que pasa cuando estás en ese estado.
Al parecer la pareja d esa hermano lo recordaba. Meses atrás había estado por bastante tiempo en la cocina escuchando como Soo-il comenzaba a entrar en celo.
El omega frunció el ceño pero volvió a sentarse.
Y frente a Soo-il estaba prácticamente la misma imagen, Yoongi mirándolo con ojos entrecerrados que prometían que recibiría un golpe más tarde.
Doce minutos.
Era lo más que había convivido con Soo-il, en silencio, desde que su hermano salió de Daegu para vivir en Seúl.
Nunca había sido agradable para su hermano estar en la misma habitación que él. Ciertamente cuando estaban a solas él había sido un idiota. Era mejor quedarse callado, la última vez le había funcionado bastante bien, Soo-il lo encontró en la cocina lo invitó a su fiesta de cumpleaños y él solo asintió y lo acompaño de regreso con la pareja de su hermano. Había sido uno de sus mejores encuentros a solas, solo no tenía que abrir su tonta boca para que su lengua dijera palabras antes de que su mente pudiera detenerla.
Era suficiente estar en el mismo espacio que Soo-il sin que su hermano quisiera salir corriendo, por eso no intentó hablarle y solo imitó a su hermano cuando comenzó a ver la televisión.
Quizás robó un par de miradas de reojo. Aunque eso solo logro que notará la manera en que su hermano movía sus dedos de manera nerviosa.
Entonces no esta tan tranquilo como aparenta.
La mueca aparentemente relajada solo era una máscara.
Felicidades, lograste que tu hermano menor aprendiera a actuar indiferente.
Por unos minutos había creído que Soo-il y él podían estar en un mismo espacio, si el menor no le dirigía la palabra estaba feliz con solo verlo ser feliz, pero al parecer no era el momento.
Aún no. Le hiciste bastante daño.
Volvió a mirar la hora. Jungkook y Sunyoul se habían ido ya por veinte minutos. No podían tardar mucho, él le había dado una lista a Jungkook con los ingredientes. Claro que Jungkook pagaba por qué alguien hiciera las compras en su lugar, pero confiaba en la pareja de Soo-il, al menos Jungkook le había contado suficiente para saber que Sunyoul tendría todo bajo control.
Sería mejor que fuera a la cocina mientras los Jeon volvían, al menos de esa manera podría iniciar con el postre que le gustaba a Soo-il. También pondría la cafetera.
No, chocolate caliente.
Jungkook dijo que Sunyoul no bebía café.
Además a Soo-il le gustaba, al menos le gustaba al cachorro omega que siempre esperaba ansioso a que él terminará de prepararlo.
Comenzaba a ir a la cocina cuando la vos de su hermano lo detuvo.
— ¿Te vas?
La esperanza se hizo lugar en su pecho. Su hermano se lo preguntó de manera que le hizo creer que el menor no quería que se fuera.
— Pensaba ir a la cocina… Voy a preparar chocolate caliente.
— Oh… — Las mejillas blancas de Soo-il se pintaron levemente de rosa. — Creí que preferías el café.
— Pero tú alfa no toma café, Jungkook dijo eso.
— Yo puedo prepararlo para Sunyoul, puedes beber café.
— No me importa tomar chocolate.
Su hermano asintió mirando hacia otro sitio. Por unos segundos espero, inseguro de si Soo-il iba a decir alguna otra cosa. Fue bastante incomodo para los dos, ninguno estaba seguro de que hacer.
— Puedo… — Soo-il mordió su labio inferior unos segundos. A pesar de que le mataba la curiosidad por saber lo que su hermano trataba de decir, espero con paciencia, temía hablar y romper con esa conversación normal que tenía al fin con el menor. — Puedo ayudarte… si quieres.
— … Esta bien…
Espero hasta que Soo-il caminó a la cocina antes de caminar despacio detrás del menor.
Al el inició fueron bastante torpes en la cocina, chocaron un par de veces a pesar del espacio grande que era esa habitación y estuvo a punto de tirar al suelo los únicos ingredientes que tenían. Por suerte no están usando cuchillos.
Aunque con los minutos pasando encontraron un ritmo. No hablaron mucho más allá de lo esencial pero el aroma de su hermano lo estaba calmando cada segundo más, era más dulce de lo que recordaba pero igual era un aroma familiar que tranquilizaba a su lobo.
Su mente no dejaba de recordar el pasado. Estaba recordando la imagen de un pequeño Soo-il que necesitaba subir a una silla para alcanzar a ver lo que hacía en la estufa. Ese mismo pequeño con un mandil demasiado grande que le ayudaba a cortar frutas con un cuchillo especial para niños que él le había comprado. Su hermano de catorce años cocinando por primera vez solo y viéndolo con ojos impacientes mientras probaba el primer bocado a la espera de su aprobación. Y, aunque Soo-il no lo sabía, esa vez en que estuvo en la última fila observando con su pequeño hermano se graduada como chef.
No pudo evitar que sus ojos s expusiera un poco llorosos, lo único que alcanzó a hacer fue girarse para intentar calmarse, por suerte Soo-il estaba decorando las bebidas.
— Están listos.
— Si… — Se aseguro de que la humedad en sus ojos se terminará de ir con unos parpadeos rápidos antes de mirar a su hermano. — Se ven muy bien.
Tomo una de las tazas entre sus manos y admiró la taza desde varios ángulos. Se veían realmente bien.
— Gracias… — Soo-il acercó su propia taza y la miró sin intentar beber de ella. — Son mejores que los que decoraban cuando era cachorro.
Sonrió por el recuerdo. Siempre que le permitía a su hermanito decorar su propio chocolate era un desastre, pero su lobo siempre meneaba la cola feliz porque el cachorro se estuviera divirtiendo.
Había estado cuidando tanto sus palabras alrededor de su hermano que se sorprendió cuando sus labios comenzaron a moverse, aunque esta vez al fin eran palabras que podía decir con una verdadera sonrisa.
— Ponías tanta crema batida que se desbordaba de la taza, al final la mesa terminaba más decorada.
La sonrisa de su hermano hizo doler su pecho, no de mala manera, estaba muy, muy feliz.
— Y hacia que brindáramos como si se trataran de cervezas.
Correspondió la sonrisa de Soo-il sin miedo está vez, sin sobrepasar las cosas y sin temer decir una palabra mal.
— Porque decías que se parecían a lo que papá tomaba con sus amigos.
El menor asintió, aún con una sonrisa y él solo quería conservar ese momento.
Deslizó la taza por la superficie lisa llamando la atención de su hermano. Soo-il finalmente lo miró a los ojos y con sólo dos segundos averiguó sus intenciones y también deslizó la taza hasta chocarla ligeramente.
Estaba sonriendo cuando dio el primer sorbo de su bebida. No era fan de lo dulce, pero era el mejor chocolate que había tomado en años.
Capítulo cortito pero finalmente terminaron esas pequeñas vistas de como están dudando, por parte de Jungkook será un poco más notorio pero después de este capítulo veremos a un Yoongi agradecido por haberle dado ese tiempo con Soo-il, y si, le va a agradecer de esa manera 😏, recen por qué el trasero de Yoongi no quede muy adolorido 🙏🏻
Tengan bonita semana, mis Makis 💜
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