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Capítulo 41

— ¿Te puedes sentar de una vez?

— Tu concéntrate en el trabajo, Jin.

Ignoró a su amigo y siguió revisando los datos que se mostraban en la pantalla de su computadora.

— Eso intento, pero llevamos cuarenta minutos revisando estos documentos y tu has estado de pie todo ese tiempo, es raro. — ¿Por qué siquiera pensé que no haría un escándalo? Es Jin. — ¡La silla está justo a tu lado!

Si, pero es más incómodo estar sentado.

Maldito Jungkook.

Realmente no había parado hasta pocas horas antes el amanecer. Solo tuvo tres horas de sueño pero ese era el menor de sus problemas. Caminar era incómodo, subir al auto del menor fue aún más incómodo y cada vez que se levantaba una punzada atacaba su espalda baja y su trasero. Si se sentaba frente a Jin, solo tendría a su amigo preguntando… y quizás acertando con sus teorías.

— Pero quiero estar de pie. — Iba a matar a Jungkook si se cruzaba ese día en su camino. —Solo vuelve a lo que estamos haciendo y ya no busques escusas para no trabajar.

— Yo no uso escusas, en serio es raro.

Miró al mayor con una ceja alzada.

— Como no era una escusa ir al sofá a verificar que la manta de Jimin fuera lo suficientemente cálida, aún cuando tienes la oficina con calefacción.

— Aunque tu y yo estemos bien, nuestra temperatura es más alta, Jimin podría tener frío.

— ¿Y no podías solo preguntarle? — Miro al pequeño gamma que los miraba con una mano cubriendo sus labios para ocultar su risa. — Esta a solo dos metros a tu izquierda. Solo fuiste a sentarte ahí con el por diez minutos.

— Le podría dar pena hablar frente a ti.

Resopló por las absurdas palabras.

— Se siente más cómodo hablando conmigo que contigo. Te recuerdo que en todo el viaje de Daegu hacia aquí no cruzaste ni una palabra con él.

— Estaba molesto por… ¡Cierto! — Indignación cubrió el rostro de su amigo cuando se giró en su silla para ver a Jimin. — ¡¿En que mundo se considera una disculpa dejar una nota con mi asistente y para él colmo que escribieras que tu “me perdonas por no decirte que soy el CEO”?! — Jimin mordió su labio inferior de manera nerviosa mirando al suelo, aunque sus mejillas estaban sonrojadas y las comisuras de su boca se alzaban en un sonrisa. — ¡Y cuatro días después!

— Por favor, Jin. Ya han pasado casi tres meses, ¿realmente vas a reclamarle por ello ahora?

— Sigo indignado.

— Deja de tratar de evadir tu trabajo, te recuerdo que tenemos más cosas por hacer porque estamos dividiendo la parte de U-jin.

Había visitado al beta el día anterior, antes de ir a la oficina. U-jin aún tenía un poco de fiebre cuando entró en la habitación, al parecer estaba más enfermo de lo que creyeron pero el mayor siguió insistiendo que no necesitaba ir a un hospital. Solo le quedó dar instrucciones al personal del hotel para que subieran comidas a la habitación y Young-sun se había ofrecido revisarlo unas cuantas veces al día, cuando su mamá estuviera tomando una siesta y cuando él llegara a casa.

Y tú estuviste tan ocupado esta mañana que no pasaste a verlo.

Mordió su labio inferior sintiéndose culpable por no revisar a su amigo enfermo, aunque apenas había tenido tiempo de bajar, ducharse y vestirse, todo había sido más lentamente por el dolor en su cuerpo.

— Bien, me callaré y haré mi trabajo tan rápido que te sorprenderás… si te sientas de una vez en esa silla.

No se está rindiendo.

— ¡Bien! ¡Solo ponte a trabajar!

Acercó la maldita silla y puso toda su concentración en no hacer ningún gesto ni sonido cuando su trasero tocara la dura superficie.

El dolor se extendió por toda su columna vertebral, no hacer ninguna mueca fue difícil, pero apretó los dientes para que ningún sonido saliera.

Ojalá caigas por las escaleras, Jungkook, al menos estarás tan adolorido como yo.

— ¿Por qué pareces adolorido?... — Jin lo miró con un ceño fruncido que cambió a ojos muy abiertos cuando su mente comenzó a trabajar. — ¡Espera! ¡¿Te duele el trasero?!

— Jin, dijiste que te pondrías a trabajar. — Se arrepentía de no haber tratado de terminar ese trabajo el mismo. — Cállate y termina.

— Oh no, no, no. No puedes pedirme que me ponga a trabajar cuando me acabo de enterar que te duele el trasero. — Jin apartó su laptop y con sus antebrazos se apoyó en la superficie lisa del escritorio, su mirada totalmente en él y ya maldita sonrisa burlona en esos labios gruesos. — ¿Qué mierda hiciste para que te duela ese lugar?

Era momento de irse. Aunque levantarse iba a ser un reto cuando tenía al alfa mirando tan fijamente.

Incluso Jimin lo miraba curioso dese el sofá. El gamma miraba de él a la pared que dividía la oficina de Jin y la de Jungkook.

Recordó lo que había pasado el día anterior en el ascensor. Claro que Jimin estaba suponiendo, después de todo había estado en el ascensor y había visto como Jungkook se bajaba en detrás de él.

Aunque quizás no se diera cuenta porque Jin lo arrastró a la habitación con prisa.

Miró una vez más al gamma.

Lo siento Jimin, pero tengo que cambiar de tema.

— ¿Cómo estas, Jimin? — El pelirrosa se sorprendió por la pregunta, dejó de mirar la pared con la semillas rojas. — Espero que este alfa no fuera un bruto contigo, entró a la habitación con mucha prisa.

Esperaba que Jimin se sonrojara, pero no al punto que lo hizo. Todo el rostro y lo que podía ver del cuello pálido se volvieron de un intenso tono rojo. El gamma, soltó un sonido avergonzado y cubrió su rostro con ambas manos, pero no le pareció suficiente y uso la manta para cubrirse por completo.

Volteó a ver a su amigo. Jin miraba el pequeño bulto que se había vuelto Jimin con una sonrisa en sus labios.

— ¿Paso algo? ¿Le hiciste algo, Jin?

— Solo le recordaste algo que quiere olvidar — respondió su amigo riéndose.

Aprovechó que su amigo miraba a su pareja para levantarse de esa silla. No pudo ocultar la mueca de dolor, pero afortunadamente ninguno de los presentes lo estaba viendo.

— Oh, ya — dijo una vez que tomó todas sus cosas entre sus brazos. — Tan malo eres que el pobre de Jimin está avergonzado de su alfa.

— ¡Oye! ¡No es eso!

— Si, si. Como sea, vuelvo a mi oficina. Envíame tu parte del trabajo antes del almuerzo.

No era lo ideal, era mucho mejor que estuvieran juntos para corregir cualquier error cuanto antes, si lo hacían por separado solo tardarían más. Pero no se estaba quedando un segundo más con su ruidoso y curioso amigo.

— Solo estas huyendo, Yoongi, pero pronto me dirás porque te duele el trasero hoy o lo averiguarse por mi mismo.

Salió de la oficina sin mirar al alfa.

Aunque solo fue a chocar con el otro alfa que quería evitar ese día.

— Yoongi-hyung, vamos a mí oficina.

Jungkook lo miraba sonriente, la puerta de su oficina abierta detrás de él en una invitación.

Frunció el ceño.

— No quiero.

Se dio media vuelta, listo para ir a su propia oficina, pero el menor no lo estaba dejando ir. Lo tomó del brazo y lo arrastro hasta su oficina, con esa maldita sonrisa feliz en todo momento.

— Será rápido, Yoongi-hyung.

En cuanto atravesó el umbral de la puerta, Jungkook le quitó su laptop y maletín y lo llevó a su escritorio. Él no se separó mucho de la puerta, aunque de todas maneras Jungkook lo arrincona en ese lugar. Las manos del menor fueron a su cintura y esos labios se acercaron.

Y ese maldito aroma.

El café negro y chocolate amargo comenzaron a hacer que su cabeza diera vueltas.

Su lobo gruñó, por la cercanía y la lejanía entre ellos. Estaba enloqueciendo. Era la única explicación que podía formar, porque sus emociones siempre eran contradictorias alrededor de Jungkook.

Quería alejarlo porque el menor tenía que recordar que no podía simplemente besarlo cuando quisiera y en cualquier lugar que se le ocurriera.

Pero sus labios ya estaban separándose para recibir  los de Jungkook. Su cuerpo estaba acostumbrándose al toque del otro alfa alarmantemente rápido… y bien. Su piel ya distinguía cuando eran los dedos del menor los que lo tocaban, se erizaba en ese lugar de contacto, si pene comenzaba a estar semi erecto cada vez que estaban tan cerca como para tocar a Jungkook con solo estirar su mano, como en ese instante.

El menor se cerco más, las manos en su cintura lo acercaron haciendo que diera un paso hacia enfrente.

Un gruñido resonaba en su garganta pero aún así sus ojos se cerraron a la espera del beso.

Hasta que un sonido se escucho detrás de él.

Y Jungkook se alejó.

Estaba desorientado mirando hacia enfrente  donde el menor tomaba algo del escritorio.

— Ya puse seguro a la puerta, Yoongi-hyung, déjame ponerte un poco de pomada.

— ¿Qué…? — Miro detrás de él, la puerta realmente estaba con seguro. Jungkook se acercó para cerrar la puerta… no para besarte. — ¿De qué hablas?

— Estas adolorido, ¿no? — Jungkook le mostro el tubo alargado que sostenía en la mano, lo recordaba, lo uso en él después de que pasaron el celo d menor juntos, en ese lugar. — Estaba escuchando cuando estabas en la oficina de Jin-hyung, no te sentabas porque estás adolorido.

— Como mierda pudiste escuchar eso, las oficinas tienen paredes insonorizadas.

— Solo para la audición normal, mi oído es mucho mejor que eso.

El menor se encogió de hombros con esa sonrisa arrogante extendida en su rostro.

— Por supuesto — resopló rodando los ojos. — De cualquier manera no me estas poniendo eso aquí en la oficina.

— Pero, Yoongi-hyung, te seguirá doliendo. Te anudé muchas veces, y al despertar aún tenías mi pene-

— ¡Yo lo hago! — Se acercó, y extendió su mano abierta, mantuvo su ceño fruncido pero igual sabía que su rostro estaba sonrojado. — Dame esa maldita pomada, me la pondré en el baño, ¿feliz?

— No. — La mano de Jungkook se escondió detrás de la espalda del menor, alejando la pomada de su alcance. — Será difícil que lo hagas, y tienes que ponerla adentro para que funcione. Tus dedos son largos pero tienes que-

— ¡Solo cállate y dame esa maldita cosa!

Se abalanzó tratando de conseguir el tubo alargado que el menor escondía, pero la mano libre de Jungkook rodeó su cintura y lo retuvo con sus cuerpos juntos. El mocoso era fuerte, no sirvieron de mucho sus forcejeos.

— Yoongi-hyung, yo lo haré.

La sonrisa de Jungkook se había ido cuando volvió a mirar esos ojos oscuros.

Ese alfa que constantemente lo molestaba, y siempre tenía su sonrisa arrogante de lado, estaba mostrándole un rostro por completo serio y que no aceptaría una negativa como respuesta

 Te pones serio con cosas bastante ridículas.

— ¿Por qué te ríes, Yoongi-hyung?

— Por nada. — Se alejó un paso hacia atrás, Jungkook lo dejo ir bastante rápido. Miró hacia la puerta indeciso. — No podemos hacerlo aquí.

— Te lo dije, Yoongi-hyung, mi oído es muy bueno, escucharé si alguien de acerca. Lo haré rápido, ¿si?

No podían simplemente bajarse los pantalones he inclinarse sobre el escritorio de Jungkook para dejar que le pusiera pomada, aunque la puerta estuviera asegurada, alguien podría necesitar hablar con él menor y el aroma en la oficina sería difícil de disipar. Tendría los dedos de Jungkook dentro, sabía que el menor no iba a hacerlo de manera simple y solo poner la pomada, los movería de manera provocativas y eso lo pondría duro.

— No podemos hacerlo aquí.

— Será más sospechoso que vayamos al baño juntos, además ahí puede entrar cualquiera.

Bueno, el mocoso tienen razón. Y en realidad necesito esa maldita pomada.

La última vez había sido bastante efectiva para el ardor en su trasero.

— Bien, pero tienes que ser malditamente rápido, ¿entiendes?

— Claro — contestó un sonriente Jungkook que no le dio confianza alguna. — Inclínate sobre el escritorio, Yoongi-hyung, y baja tu pantalón.

¿Podría estar en una posición más humillante?

Su pecho y rostro contra la madera fría y sus manos sosteniendo con fuerza su pantalón para evitar que bajara hasta sus rodillas. Solo estaba descubriendo suficiente como para que pusiera la pomada, no mostraría más.

— Es tan rojo, Yoongi-hyung.

— Mgggh.

El dedo del menor rodeó el anillo de músculos con una maldita lentitud exasperante, lo estaría empujando si no sintiera que estaba húmedo, ya estaba aplicando la pomada. Aunque eso no lo retuvo de gruñir cada segundo que estuvo ahí mostrando su trasero para el otro alfa.

Como si no se lo hubieras entregado la noche.

Algún día su voz interior y él tendrían serios problemas.

¿Por qué mierda siempre le tenía que recordar lo que se esforzaba por olvidar o ignorar?

Como el hecho de que en realidad no te disgusta estar con Jungkook en la cama.

Mierda.

Si.

Tendrían serios problemas.

Cortito pero con mucho amor para mis Makis ❤ Espero que esten pasando días bonitos mis linduras, recuerden que los estaré leyendo en los comentarios 🤗💜

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