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Capítulo 39

— Deja de acercarte tanto.

El gruñido de advertencia de Yoongi había sido su diversión desde que entró acompañado de la señora Min. Había estado provocando al otro alfa durante toda la comida solo para escucharlo gruñir porque cada vez que eso pasaba la piel pálida de las mejillas del mayor se pintaba de un tono rojo que el alfa trataba de ocultar.

Era bastante lindo cuando actuaba así.

Volvió a acomodarse recto en su propia silla, alejándose un poco, muy poco, de Yoongi y volvió a comer de su propio plato escuchando como Sunyoul tosía tratando de ocultar su risa.

— Yoongi, no seas así con Jungkook. — La mamá del alfa miraba a su hijo mayor con los ojos entrecerrados, fue gracioso e impresionante lo mucho que esa mirada se parecía a la que Yoongi y Soo-il hacían cuando estaban amonestado a alguien. — Él solo está siendo amigable sirviendo comida en tu plato y tú le has estado gruñendo, por eso es que tienes pocos amigos.

Ya esperaba que la obstinación de Yoongi no flaqueara por las palabras de la omega, pero tuvo que contenerse de reír cuando ese labio inferior se abultó en un puchero inconsciente.

Le alegraba haber aceptado cuando Sunyoul le dijo que comerían con la familia de Yoongi, al fin podían estar cerca. Su lobo había exigido la cercanía todo el día anterior y durante esa mañana. Tener Yoongi evitándolo había empeorado las cosas. Su instinto de cazar e ir por el alfa fueron bastante fuertes. En el estacionamiento había estado a punto de sacarlo del auto de Jin para llevárselo con él.

Solo quería volver a tenerlo en su cama. Su lobo lo necesitaba cerca.

— Señora Min, Yoongi-hyung me gruñe todo el tiempo pero así es como me dice que le agrado.

Paso su brazo izquierdo por encima de los hombros del alfa solo para ser empujado al instante con otro fuerte gruñido de por medio.

Estaba sonriendo cuando el rostro del mayor se enrojecido por completo, su ceño fruncido haciendo que los ojos gatunos brillarán un poco.

— Estoy bastante seguro de que así es como te digo que te mantengas malditamente alejado.

— Min Yoongi, ¿acabas de maldecir? — preguntó la omega indignada.

— Lo siento, mamá — dijo Yoongi gruñendo.

— ¿Me estas gruñendo?

— No.

Otro ceño fruncido apareció en el rostro de Yoongi mientras atacaba su comida, mirándola como si esta le hubiera hecho algo malo.

Frente a él, Sunyoul comenzó reírse y eso le ganó la atención de un molesto Yoongi con una mirada que fue idéntica a la que había usado la señora Min unos segundos atrás.

Su hermano menor se puso tan sonrojado y adorablemente nervioso cuando se dio cuenta.

— Lo-Lo s-si-siento, yo… eh… — Para huir de la mirada de Yoongi, Sunyoul miró hacia la omega sentada al frente de la mesa. — Te-Tengo que u-usar el baño.

— Claro, querido. Es la siguiente puerta del corredor.

— Gra-Gracias, señora Min.

Sunyoul se fue a toda prisa y en solo unos segundos había desaparecido de la cocina.

— Asustaste a mi hermano. — De nuevo se estaba inclinando hacia la izquierda, molestando a Yoongi en su espacio y empujándolo levemente con el hombro. — Y a penas comenzaba a relajarse a tú alrededor.

El mayor se movió en su silla alejándose un poco, pero volvió a acercarse.

— Yo creo que estaba lo suficientemente relajado para reírse de mi. Aléjate — agregó empujándolo, pero de nuevo se acercó haciendo que Yoongi frunciera aún más su ceño.

— Yoongi, no debes de asustar al alfa de tu hermano, cuando regrese te disculpas con él.

— Sunyoul no esta asustado mamá — Soo-il alcanzo la mano de la omega y le dio un suave apretón —, solo le dio vergüenza por reírse de esa manera cuando no se lleva bien con hyung.

— De todas maneras esta mal. Yoongi, deberías de tratar de llevarte bien con el alfa de Soo-il  además de ser tu cuñado, también es el hermano menor de tu amigo, trátalo mejor.

El alfa pelinegro a su lado solo continuo con su comida, de nuevo tomando bocados con movimientos bruscos y masticando de la misma manera.

Ya lo había molestado por bastante tiempo, desde el elevador había escuchado esos gruñidos guturales y se había ganado demasiadas miradas afiladas. Pero no podía parar.

— Yo me encargo, señora Min. — Volvió a pasar su brazo alrededor de los hombros del mayor pero esta vez apretó su agarre para que Yoongi no pudiera empujarlo tan fácilmente. — Aún nos quedan unas semanas en Seúl antes de acabar el proyecto, haré que nos reunamos más para que puedan conocerse mejor.

— Eres un verdadero encanto, Jungkook. Eres tan buen amigo y hermano que te preocupa que Yoongi se lleve bien con Sunyoul. Te agradecería que lo hicieras.

— Yo no — gruñó el mayor.

— Yoongi. — La omega le advirtió con la mirada al alfa y de pronto ya tenía sus ojos amables cuando lo miro a él. — Espero que mi hijo no complique tus buenas intenciones — si, buenas intenciones —, adora a Soo-il y para él ningún alfa será lo suficientemente bueno para su hermanito, a pesar de que Sunyoul sea perfecto.

Yoongi le frunció el ceño, la señora Min lo miraba agradecida y Soo-il tenía las mejillas altas sonrojadas y fingía estar concentrado con su comida mientras robaba mirada furtivas de su hermano mayor.

— Me alegra tanto que hicieran esta comida hoy y no el fin de semana que descanso, habría odiado perderme este melodrama, les esta quedando genial.

— Oh, Young-sun nonna, ¿has estado aquí todo este tiempo?

— ¡Ja! Eres tan gracioso Jungkook, no se porque Hye-jin no me lo dijo antes.

Le sonrió a la beta rubia a su lado y por solo unos segundos se centro en ella, pero un gruñido y un empujón lo hicieron regresar su mirada a cierto alfa pelinegro de ceño fruncido que lo miraba de mala manera.

Yoongi volvió a gruñir bajo cuando sus miradas se encontraron y se levantó llevando su plato casi vacío con él hacia la cocina que estaba detrás y que era separada por una larga isla decorad con una superficie de mármol oscuro. El mayor rodeó el mueble y desde el otro lado volvió a darle una de esas miradas afiladas que se suavizaba por ese ligero tono rojo en la piel blanca de las mejillas.

— Yoongi, ¿qué tal si preparas el postre que le hacías a Soo-il cuando era niño, apuesto que le gustará.

Los dos hermanos se miraron al mismo tiempo, fue un movimiento instintivo que causó que los dos miraran hacia otro lado con un sonrojo extendiéndose en sus rostros.

— Él es chef, lo puede preparar mucho mejor que yo.

La señora Min suspiro de forma ruidosa y miró al mayor de sus hijos.

— Yoongi, deja de discutir por todo y solo has ese bonito gesto para tu hermano y nuestros invitados.

— Bien.

Yoongi comenzó a moverse de manera fluida en la cocina, parecía estar en un sitio que frecuentaba y en el cual estaba cómodo.

Er completamente opuesto a él en ese aspecto. Nunca le había interesado cocinarse para si mismo o para alguien más. Pero si quería ver a Yoongi cocinar.

Se levantó en el momento en que Sunyoul finalmente volvía y tomaba su lugar al lado de su pareja. Su hermano lo miró con ojos grandes preguntando sin palabras por lo que iba a hacer y él solo tomó su plato y le sonrió.

Rodeó la isla de la cocina y miró a Yoongi con una sonrisa grande.

— ¿Qué quieres?

— Yo te ayudo, Yoongi-hyung.

El alfa se relajo un poco, quizás había pensado que solo iría a molestarlo como lo había hecho toda la noche.

— ¿Sabes hacer postres?

— No.

— Sabes cocinar.

— No.

— Alguna vez has preparado algo de comida.

— No. — Se encogió de hombros. — Siempre he tenido quien la prepare para mi, contrato a excelentes cocineros o simplemente compro comida.

Yoongi lo miró con rostro molesto.

— Solo vuelve a sentarte, Jungkook, me estorbarás menos.

— Ignora a mi hijo. — La señora Min le dio unas palmaditas en el hombro cuando llegó a donde ellos estaban. — Hazle compañía, es bueno enseñando a cocinar, estoy segura de que aprenderás pronto si cocinan juntos más seguido.

— Entonces vendré todos los días para que me enseñe a cocinar.

— Por supuesto, yo estaría encantada de que vinieras todos los días y a Yoongi le hará bien tener a su amigo cerca con más frecuencia. — La omega le dio otra palmadita en el hombro y se acercó más  su hijo. — Yoongi, enséñale a hacer el postre, nosotros iremos a sentarnos en la estancia.

— ¿Tengo opción? — susurró el mayor mientras la señora Min iba a dejar los platos sucios.

— Te escuché. — Sonrió por el ceño fruncido del alfa cuando su mamá tomó ambas mejillas entre las manos delgadas. — Deja de ser así con tu amigo, nadie va a juzgarte si te comportas más amable con Jungkook, en realidad nos alegraríamos de que dejes de tener barreras a tu alrededor y permitas que alguien sea cercano a ti.

La omega se fue y Yoongi de inmediato lo miró, retando lo silenciosamente a hacer algún comentario. Pero en realidad no quería hacer ninguno. Las últimas palabras de la señora Min seguían en su mente.

Podían aplicar para mi también.

— Vamos, Yoongi-hyung. No aprenderé a hacer el postre si no haces nada.

El alfa lo miró por unos segundos aún sin moverse.

— ¿Realmente quieres aprender?

— Si.

— Puedes pedírselo a Soo-il, tu te llevas bien con él.

Si, pero no me interesa verlo cocinar a él.

— Pero yo quiero que lo hagas tu, Yoongi-hyung.

— Solo quieres molestarme.

Se encogió de hombros con una sonrisa.

— Quizás.

No. No creo que sea eso.

Su hermano y Soo-il estaban caminando a su lado pero ambos daban pasos dudosos mientras más se acercaban al ascensor.

El había ido a acompañarlos solo porque la señora Min se había quedado dormida y Young-sun la había llevado a su recamara, en cuanto a Yoongi, dijo que no quería incomodar. Aunque los hermanos Min se miraron por mucho tiempo ninguno dijo nada y simplemente dieron media vuelta y se alejaron.

— Parece que te llevas bien con mi hyung.

Le sonrió al omega que evitaba mirarlo directamente.

— Creo que no te diste cuenta de todas las veces que me gruñó, Soo-il hyung.

— Pero si de verdad lo hubiera querido, te habría alejado. No creo que mi hyung sea de los que toleren a alguien que no es de su agrado. Además nunca deja que nadie se acerque de esa manera. Sólo nos lo permitía a mamá y a mí, después de que papá murió.

— Hace mucho tiempo que no conviven juntos, quizás no conocen lo que le gusta o no al otro. — Abrazo a su hermano por los hombros y le dio un ligero apretón. — Me pasa lo mismo con Sunyoul, estoy aprendiendo de nuevo sobre lo que le gusta a mi hermano.

— Puede ser… Entonces ya nos vamos… Jungkook… ¿le puedes recordar a mi hyung sobre mi fiesta de cumpleaños?

— Claro, no tengo problema, pero creo que le gustará más escuchar la invitación de ti, Soo-il hyung. Quizás para él Sunyoul solo lo invitó por cortesía, pero si realmente lo quieres ahí, deberías de invitarlo tú.

Mierda. Había dicho que no se metería en la relación de Yoongi y Soo-il y ahí estaba convenciendo al omega de su hermano que fuera a hablar con Yoongi.

 Soo-il volvió a mirar hacia la puerta de la suite por la que habían salido, sostenía el labio inferior entre los dientes mientras Sunyoul le pasaba su mano por la espalda de su pareja.

— Siempre que estamos a solas… — Soo-il agachó la mirada — me habla como ese día que estuvimos los cuatro juntos en casa de Sunyoul.

Esta bien, ya había intervenido, solo tenía que asentir y despedir a los dos antes de volver a su habitación.

— No voy a pretender saber porqué Yoongi-hyung dijo eso, pero se que es muy diferente de como habla de ti.

Soo-il lo miró con esos ojos gatunos y volvió a mirar la puerta cerrada.

— Ahora regreso. Voy a hablar con Yoongi-hyung.

El omega volvió sobre sus pasos con prisa y desapareció detrás de la puerta.

— Hyung.

— ¿Qué pasa, Sunyoul?

— ¿Solo te llevas bien con él hermano de Soo-il hyung o… dormiste con él?

Despeina el grueso cabello azabache con una mano.

— ¿Estas aplicando tus habilidades de detective conmigo?

— Sabes que los olí cuando bajaron del ascensor… olían…

Los ojos grandes de su hermano miraron la pared detrás de él, sus mejillas rojas por la vergüenza.

— ¿Excitados?

— S-Si-Si… ¿Realmente…?

Suspiró. Tenía un debate entre manos. Le había prometido a Yoongi que Sunyoul no se enteraría, pero le había prometido a su hermano que nunca le mentiría. Aunque ya había roto la promesa de Yoongi con Namjoon realmente no quería volver a hacerlo.

— Se supone que no diga nada. No preguntes, Sunyoul, por favor.

— Entonces si du-durmieron juntos.

Ahora todo el rostro de su hermano era de un rojo Más intenso. Los ojos grandes seguían mirando para todos lados. Aunque eso no le impidió seguir hablando al menor.

— Lo que me dijiste antes, ¿fue así? ¿Solo querías acostarte con él?

Sonrió por la insistencia de su hermano.

— ¿No dejarás de preguntar?

— Lo siento, hyung. Pero…

— ¿Pero?

— Es que… parece que te gusta.

Era la segunda vez que escuchaba eso después de que Namjoon lo dijo dos días atrás y aún seguía pensando que su amigo beta y su hermano estaban creándose ideas. La lujuria que sentía por Yoongi si era diferente, más intensa de lo que había sentido antes, algo a lo que no le podía dar nombre, pero seguía siendo deseo sexual.

— Eres el segundo que me dice eso. Mi amigo también lo mencionó. Pero no entiendo porqué piensan eso.

— Por como lo miras, como sonríes con cada cosa que hace. — Respondió de inmediato Sunyoul tomándolo un poco por sorpresa. —Si gruñía, si resoplaba, si te empujaba… parecía que lo molestabas a propósito para obtener una reacción de él y cuando la obtenías sonreías feliz. Además no dejaste de mirarlo o prestarle atención por más de diez segundos.

Bueno le gustaba molestar a Yoongi porque… quería ver sus reacciones.

En eso no se equivocaba su hermano, pero dudaba que “sonriera feliz”, solo sonreía y ya.

— Hyung, yo tampoco me di cuenta a la primera que Soo-il hyung me gustaba. La primera vez que nos presentaron me gustó su aroma y cuando volví a encontrarme con él me intrigaba, pensé que quería ser su amigo porque me agradaba. Incluso pensé que mi amigo estaba equivocado cuando me dijo que a mi me gustaba Soo-il hyung.

Así que su hermano, quien miraba a su omega como si fuera todo para él, no se había dado cuenta de que le gustaba quien ahora llevaba su marca.

— ¿Entonces como te diste cuenta?

— Un día solo lo supe. Soo-il hyung sonrió, sonrió de verdad, y mi corazón no pudo calmarse. Mi pecho se sintió apretado, pensé que no podía respirar bien pero aun así se sentía bien. Me di cuenta porque quería verlo todos los días, y porque quería estar cerca que mi olor estuviera en él. — Los ojos de Sunyoul brillaban mientras hablaba, podía escuchar el descontrolado latido en el pecho del menor, no era necesario tener sus sentidos para darse cuenta, los ojos grandes de Sunyoul parecían brillar con fuerza con el recuerdo. Incluso su hermano se dio cuenta porque se sonrojó cuando volvió a mirarlo y sonrió avergonzado por perderse en sus recuerdos. — Hyung, deberías de pensarlo bien, si sigues insistiendo en que no te gusta de manera romántica puedes perder tu oportunidad detener una relación.

— Somos dos alfas, aunque lo que dices sea cierto, si Yoongi-hyung me gusta, de todas maneras las cosas seguirán igual. Él no tendrá una relación conmigo. — Su hermano iba a comenzar a hablar de nuevo pero lo detuvo con un gesto de su mano. — Yo nunca he estado en una porque todas mis parejas de cama son alfas que después fingen que nunca pasó y buscan un omega o beta para casarse y tener familia. No creo que una relación romántica esté en mi futuro.

— Si no lo intentas nunca lo sabrás. Yo te apoyaré si lo necesitas — declaró su hermano entusiasmado.

— ¿No se supone que el hermano mayor es quien ayuda al menor?

— Deberíamos de ayudarnos mutuamente, así que pide mi ayuda si la necesitas.

— Bien. Si es el caso lo haré.

Volvió a despeinarse el cabello del menor, escuchando su risa cuando lo atrajo más cerca en un abrazo de lado.

Sunyoul devolvió el abrazo pasando su brazo por detrás de su espalda.

— Hyung, deberías de averiguar bien lo que sientes. Si sigues tratando a quien te gusta como alguien con quien solo t-te a-acuestas, él va a creer lo mismo.

Suspiró.

Su hermano no dejaría el tema ahora.

— Lo haré, Sunyoul.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo.

— Bien.

Su hermano sonrió haciendo aparecer las arrugadas de su nariz antes de separarse para recibir entre sus brazos a su pareja, quien se acercaba caminando lentamente con Yoongi a su lado. Los hermanos Min no parecían especialmente cercanos, pero al menos caminaban uno al lado del otro.

Llamó al ascensor mientras Sunyoul hacia su habitual rutina de bañar a su omega con su aroma, lo hacía siempre aún cuando fuera el aroma de otro omega el que estuviera sobre Soo-il, y lo haría especialmente en esos días porque podía oler que el celo de Sunyoul estaba cerca.

Cuando su hermano y su omega subieron, Sunyoul miró de Yoongi a él más de una vez, sus ojos grandes expectantes cuando se miraron entre ellos. Sabía lo que quería decir, que cumpliera su promesa, así que asintió al menor, no le podía decir que no a esa mirada de cachorro.

— ¿Cuándo es tu celo, Sunyoul?

— Creo que en cuatro días.

— Entonces supongo que nos veremos hasta tu día de descanso la próxima semana para comer juntos.

— Esta bien — contestó sonriendo.

La supuestas dobles comenzaron su camino para cerrarse pero la mano rápida de Soo-il presionando un boto las mantuvo abiertas.

— ¿Puedes despedirme de mamá, se quedó dormida antes de que lo hiciera?

Yoongi parpadeó, como si le costará entender las palabras o más bien que el omega estuviera dirigiéndose a él.

— Si, yo le diré — respondió lentamente.

— Esta bien, gracias… — Soo-il soltó el botón y unos segundos después la puertas volvieron a cerrarse lentamente. El omega miró a Yoongi antes de quedar oculto detrás del metal. — Nos vemos, hyung.

Sonrió por cómo sonaba el rápido latido de Soo-il, aun cuando se alejaba por el ascensor podía decir lo nervioso que había estado el omega al decir esas tres palabras y también podía decir lo mucho que le había gustado escucharlas al alfa que estaba a su lado, aunque él rostro de Yoongi solo mostraba una expresión neutra.

— ¿Qué me vez?

— Estoy tratando de recordar cuando te he visto sonreír.

El mayor rodó los ojos.

— Adiós, Jungkook.

— Espera. — Sujeto la cintura de Yoongi y lo hizo retroceder hasta la pared. Había sido así la primera vez que se besaron, aunque esa vez había estado tan caliente que había sido bastante brusco. — ¿Dejarás de evitarme?

— ¿Por qué insistes en que estemos cerca? — Las dos manos del mayor se apoyaron en su pecho, no lo empujaba pero tampoco le dejaba acercarse más. — Ya obtuviste lo que querías de mi.

— Te lo dije, no se que me pasa cuando estoy contigo.

— Lo hiciste, pero también dijiste que no sabias que nombre ponerle. Primero piensa en lo que quieres antes de exigirlo.

— ¿Y tu, Yoongi-hyung? ¿Tienes totalmente claro que es lo que quieres?

La morada felina bajo a sus labios más de una vez, la respiración caliente que chocaba contra su rostro se volvía cada vez más rápida.

— No — gruñó Yoongi. — Me siento exactamente igual que tú... No lo sé.

Su aroma me va a volver loco.

Casi podía saborear el Whisky en su lengua y solo quería lamer la piel del alfa para comprobar si su aroma era también su sabor.

— ¿Subirás conmigo a la habitación?

Yoongi gruñó cuando lo presionó más contra la pared pero no apartó la mirada. Solo se vieron uno al otro, ninguno dijo nada por varios segundos. Hasta que Yoongi le dio la respuesta que pensó que nunca obtendría.

— Si.

Espero que les gustará el capítulo mis lindos/as Makis 😊

Tengan un lindo día, mañana habrá otro capítulo así que no los haré esperar por lo que va a pasar en la habitación de Jungkook 😉

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