Capítulo 35
Su mensaje seguía sin ser respondido. Le había mandado un mensaje a Yoongi dos horas atrás diciéndole que subiera, pero el mayor ni siquiera lo había visto. Quizás era mejor así, porque aún no estaba seguro de que iba a decir, o hacer, si el alfa llegara a su puerta.
Había sido un impulso del momento. Había tenido que estar en el mismo ascensor Yoongi, pero Namjoon y Hoseok también habían estado ahí por lo que solo observó la espalda del mayor en ese momento. Cuando sus amigos salieron rápidamente solo había pronunciado el nombre del alfa cuando alguien más subió en el siguiente piso. Estuvo a punto de bajar al mismo tiempo que el mayor, pero aun estaba debatiéndose la misma pregunta que se hizo en su oficina cuando hablaba con Hoseok y Namjoon. ¿Por qué quería detener a Yoongi?
No es como que tuvieran una conversación pendiente, lo que había sucedido en el baño habían sido dos alfas sintiendo esa necesidad de dominar. Su instinto era fuerte alrededor de Yoongi, y al parecer era lo mismo para el otro alfa.
Revisó una vez más su celular, pero el mensaje seguía sin ser visto. Su lobo gruñó inquieto pero simplemente lo ignoró y se dejó caer contra el respaldo del sofá mientras cerraba los ojos. No quería darle control a su lobo, si lo hacía podía terminarían frente a la puerta de Yoongi.
El ruido del ascensor deteniéndose en su piso no ayudó a calmar a su lado animal. Sólo él estaba en ese piso, por lo que él elevador sonando significaba que tenía una visita.
Su oído se agudizó tratando de captar algún sonido que indicara que Yoongi era quien se acercaba a su puerta. Sus músculos se mantuvieron en la misma posición, esperando pero tensos y listos para moverse.
Y por fin lo escuchó el carraspeo y ese tono bajo inconfundible.
— No se que mierda hago aquí.
Podría haberse reído de Yoongi cuestionando se a sí mismo cuando ya estaba fuera de su puerta, pero estaba más enfocado en llegar rápidamente a la misma para abrirla.
Cuando la abrió, Yoongi le mostraba la espalda, parecía a punto de irse. Pero ya era muy tarde, lo tenía a su alcance. Estiró su brazo y atrapó el antebrazo del alfa.
Sonrió cuando ese gruñido frustrado llegó a sus oídos. Escuchar gruñir a Yoongi siempre lo hacía sonreír divertido.
— ¿Tan rápido te vas, Yoongi-hyung? Ni siquiera me saludaste.
— ¿Acaso estabas atrás de la puerta esperando?
— Si — dijo bromeando mientras jalaba al mayor más cerca —, ya que no me respondiste el mensaje, me quede esperando por ti en la puerta. — Acomodó al alfa contra la pared al lado de su puerta abierta, le encanto que Yoongi mirara su abdomen descubierto. — Si hubieras tardado diez minutos más yo estaría bajando para ir por ti.
Yoongi no respondió, solo le gruñó. Su mirada desafiante, ceño fruncido y brazos cruzados frente a su pecho. Quizás el mayor solo estaba en una postura defensiva y los brazos enfrente pretendían advertirle que no se acercara, pero solo podía apreciar lo sexy que se veía de esa manera. La tela de su camisa negra estirándose sobre los bíceps hinchados, sus pantalones grises abrazando perfectamente esas caderas. El hecho de que había llevado puesta su ropa desde esa mañana.
— ¿Vienes a devolver mi ropa, Yoongi-hyung? — Su mano se movió a la cintura del alfa, acarició de arriba hacia abajo disfrutando de los músculos duros que se contrajeron por su toque. — Si es así, déjame ayudarte a mancharla con tu semen antes de que te la quites. — Sonrió por el ceño fruncido del mayor. — ¿Entramos?
— ¿Por qué mierda entraría contigo?
— Supongo que podemos hacerlo aquí.
Se encogió de hombros y empezó quitar el suéter que había tomado cuando se quito las apretadas ropas semiformales que usaba en el trabajo. Lo había dejado abierto, en su pensamiento se convenció de que lo hacía porque quería estar cómodo, pero una voz en el fondo de su mente había gritado que de es manera su abdomen quedaría a la vista de Yoongi si el mayor llegaba. Alardear sin duda estaba en el ADN de los alfas, o al menos de muchos de los que conocía, por eso se demoro en deslizar lentamente la tela tejida por sus brazos, se flexionó innecesariamente y sus feromonas se volvieron más fuertes.
El aroma de Yoongi también se intensificó y su lobo gruñó encantado por lo bien que olía.
Ese par de ojos gatunos lo miraron con fiereza pero no pudieron ocultar ese vistazo que el mayor volvió a dar a su torso.
Su sonrisa creció en su rostro cuando se acercó y poco más, hasta que la punta de su nariz rozo la piel pálida de la mejilla de Yoongi.
— ¿Quieres mi mano o mi boca en tu pene, Yoongi-hyung?
El pecho del mayor retumbó fuerte con su gruñido. Esos brazos finalmente dejaron de estar cruzados y uno de ellos se elevo de inmediato para que esos largos dedos pudieran tomar el cabello de su nuca, recibió un tirón fuerte cuando Yoongi lo acercó. Sus labios chocaron con fuerza, succionaban peleando por ver quien lo hacia más fuerte.
El alfa mayor también lo empujaba en medio de su beso, su intento de dejar de estar encerrado contra la pared, pero el tenía un mejor idea de donde quería estar. Sus brazos rodearon el cuerpo de Yoongi, lo apretaron lo suficiente para evitar que cayera cuando lo levanto del piso. No fue como las pocas veces que había cargado a una de sus parejas de sexo, el mayor no rodeó su cadera con sus piernas y no colocó ambos brazos alrededor de su cuello. Yoongi gruñó fuerte, mantuvo sus piernas estiradas y una mano empujaba su pecho mientras la otra jalaba su cabello para que el beso continuará. Cargarlo hasta su habitación no fue fácil con el contrario retorciéndose para que lo bajara, pero sin duda fue excitante la manera en que sus entrepiernas se rozaban y como su beso se volvió más intenso y agresivo en su lucha por dominar.
No perdió tiempo esta vez en intentar preguntarle a Yoongi si estaba seguro de lo que estaban haciendo, lo intento una vez esa tarde mientras estaban en el baño y el mayor le había dicho que no hablara. Esta vez no se detendría a razonar porque estaba seguro de que el alfa lo hubiera empujado de verdad si no quería lo que estaba sucediendo, en su lugar sus manos se movieron rápido quitando la ropa que cubría esos músculos marcados bajo piel blanca. Aunque no termino de deslizar el pantalón por los muslos cuando su boca ya estaba apresurándose para probar la deliciosa erección que salto en cuanto quedó libre de la tela restrictiva.
No sentía que tuviera suficiente de Yoongi. Todo el fin de semana habían estado juntos teniendo sexo por su celo, solo unas horas después de que se habían separado volvieron a correrse juntos en el baño de la compañía y ese día aun no termina y esa urgencia de mas burbujeaba bajo de su piel por ese alfa que estaba extendido debajo de él disfrutando de su lengua y labios.
Yoongi lo hacía volverse loco.
¿Realmente solo estaba atraído a él?
¿Por qué se sentía tan intenso cada vez que estaban juntos?
Miró hacia arriba aun con la gruesa erección en su boca, la vista de los músculos duros de ese abdomen ondulado por la rápida respiración, el sonrojó que le dio color a la piel pálida y esa mirada dominante hizo pulsar su erección dolorosamente. Llevó su mano derecha debajo de su pantalón de pijama y jaló fuerte su pene mientras succionaba con más insistencia, su recompensa fue un gruñido fuerte y su cabello atrapado entre los puños apretados del mayor.
La erección caliente contra su lengua era bastante gruesa y larga, su boca no cubría mucho de ella , pero realmente lo intentó hasta que su reflejo de nauseas se activó. Solo dejó ir unos centímetros para respira pero no se estaba dando por vencido. En un movimiento rápido metió ese pene un poco más de lo que había estado antes, podía sentir la punta hinchada al inicio de su garganta obligando a sus músculos a retroceder para acomodarla. El sabor salado de la piel combinado con el pre-semen que soltó esa erección y el fuerte aroma de las feromonas de Whisky hicieron que su cabeza diera vueltas.
Deseo de dominar, excitación o posesividad, ya no estaba seguro si era una de ellas o las tres y estaba muy concentrado en ese pene duro como para que le importara resolver su cuestionamiento.
Cerró los ojos con fuerza, moviendo su lengua, chupando y deseando llegar más allá, tener toda esa erección en su boca hasta que solo la protuberancia del nudo quedara fuera.
Gruñó en aprobación cuando esos dedos largos tomaron mas duro su cabello y esas caderas se movían tanto como podían de manera insistente y dominante.
El pulso fuerte aumentaba en ambos y su mano dejó de ser suficiente sobre su pene. La irritación y frustración se acumularon en su ser, su lobo gruñía moviéndose de un lado a otro exigiendo ser él quien le diera placer al otro alfa, pero ya era difícil mantener su mente clara solo estando en el mismo espacio que Yoongi.
Su boca soltó la erección ajena con un sonido húmedo que resonó en el silencio de la habitación. Igual que la primera vez que tuvo ese pene entre sus labios, el mayor intento volver a ponerlo dentro y gruñó enojado por no lograrlo.
Sus sonrisa era grande mientras sus labios se deslizaban por ese abdomen duro bajo la mirada molesta y oscura de Yoongi. Y realmente era divertido ver esos labios fruncidos en un ceño molesto, pero alargar el momento no era una opción cuando su pene palpitaba de dolor por lo duro que estaba. Agarró esa garganta con su mano extendida manteniendo en el mismo lugar ese rostro para comenzar con el beso doloroso que los hizo gruñir a ambos. Empujó su lengua de manera brusca lamiendo y probando cada centímetro de esa boca caliente, igual que se imaginaba metiendo su pene entre esos labios de color rosa.
Yoongi gimió, mordiendo su labio y a él le encantó la manera en que ese alfa quería dominarlo al mismo tiempo que se retorcía bajo el invitándolo por más. Causarle eso al mayor era igual de embriagador que el especiado aroma a Whisky que envolvía sus sentidos en ese momento.
Podría y quería besar esos labios toda la noche, pero su pene adolorido le recordó su urgencia de correrse cuando lo frotó contra el de Yoongi. Se apartó disfrutando de esos segundos que el mayor persiguió sus labios sin querer dejarlo retroceder.
Lamió el lugar donde los afilados colmillos le habían sacado un poco de sangre y gruñó.
Como quería darle la media vuelta, levantar ese delicioso trasero y follarlo fuerte y profundo hasta que estuviera tan lleno de su semen y su nudo.
Pero solo lo giró hacia si costado y se puso detrás pegando su pecho a la espalda fuerte y rodeando con fuerza al mayor para que no se alejara.
— Déjame usar tus muslos, Yoongi-hyung.
No espero por el gruñido que llegó un segundo después, ya estaba metiendo su erección entre los muslos. Su pene quedó envuelto entre la suave piel, la dureza de los músculos del alfa y el calor corporal que desprendía. No era tan delicioso como estar dentro de Yoongi, pero estaba cerca, y cuando la cabeza de su pene rozó el saco de piel que contenía los testículos del mayor, gimió.
Se apretó más contra el cuerpo del alfa, sus dientes y labios fueron a la curva de ese cuello para besar y morder mientras escuchaba como los gruñidos se intensificaban. Realmente no espero que hacer algo así, un gesto tan posesivo, fuera tan satisfactorio.
¿O solo lo es porque se trata de Yoongi?
— Aprieta fuerte Yoongi-hyung.
Lamió ese lugar detrás de la oreja del mayor cuando su mano bajó para envolver la desatendida erección hinchada del mayor, no esperaba que realmente acatará sus palabras aún cuando gruñó en desafiante.
El movimiento de su mano y sus caderas nunca se coordinaron, pero los dos fueron duros y ansioso, buscando llenar sus dedos del semen caliente de Yoongi y a la vez marcar la piel blanca con su esencia.
Perdió la noción del tiempo. Su orgasmo parecía tardar una eternidad en llegar mientras su pene adolorido esperaba por liberarse pero el momento en que gimió contra la nuca sudorosa de Yoongi con su semen saliendo con fuerza y su nudo hinchando se hasta su punto máximo fue demasiado rápido para su gusto. Quería seguir más tiempo así, meciéndose contra esos muslos, besando la piel de ese cuello y envuelto entre esas feromonas alfa que Yoongi desprendía.
Su cuerpo seguía insatisfecho, por mucho que disfrutará cada orgasmo quería hacerlo hasta asegurarse que el alfa entre sus brazos ni siquiera pudiera levantarse de su cama. Pero su mente pensaba diferente, nublada por la satisfacción solo se fue pagando hasta que sus párpados se cerraron.
Lo último que recordaba era que sus brazos se apretaron más contra Yoongi para que el mayor no se fuera.
No podía evitar que la puerta hiciera ruido mientras entraba a su propia suite, pero aun era demasiado temprano para que su madre o Young-sun estuvieran despiertas, por lo general se despertaban en el momento en que el salía para ir al trabajo y aún faltaba más de una hora y media para eso. Tenía que ser suficiente para entrar a hurtadillas ducharse y aparentar que había dormido ahí toda la noche y no dos pisos más arriba con Jungkook, quien se había envuelto a su alrededor con brazos y piernas haciendo imposible que se fuera a escondidas. Había despertado al menor para que lo soltara y había insistido en ir a bañarse a su propia habitación en lugar de aceptar otro préstamo de ropa. Ya no le importaba mucho lo costosa que fuera después de que vio como el mismo Jungkook había casi roto los botones de la camisa que portaba el día anterior, en ese momento le preocupó más que su pene, otra vez, controlará su cuerpo y terminaran haciéndolo una vez más.
— Al fin llegas, como te fue con tu pareja.
Se congeló a medio paso. Por su mente no paso la idea de ser cuidadoso a la hora de pasar frente a la cocina. Su madre lo miraba desde la mesa con una sonrisa y una taza entre sus manos delgadas.
— ¿Qué haces despierta, mamá?
— Oh no querido mío, justo ahora soy yo la que tiene curiosidad y derecho de interrogar. Llegas por la mañana con la misma ropa de ayer, que para empezar ni era tuya, y rota. — Señaló la camisa con su mirada divertida, no necesitaba ver para saver que habia dos botone faltantes y el tercero que colgaba de solo un delgado hilo. — Además con tu cuello con tantas marcas que apenas veo el color normal de tu piel. Y estoy agradecida de no tener sentido del olfato porque creo que me sonrojaría.
O te escandalizarías por el aroma de Jungkook en mi.
— No es lo que-
— ¿No es lo que pienso?
Mierda, ¿por qué me siento como un cachorro descubierto haciendo una travesura?
La sonrisa de su madre creció y sus ojos se llenaron de felicidad.
— En realidad no me tienes que decir nada, solo quería intentar descubrir al menos el nombre de quien sea que te tenga tan interesado como para querer pasar las noches con esa persona. Nunca has llevado a nadie a casa, ni siquiera se si tus celos los pasas con diferentes personas, solo sabía que esos días no te vería, pero siempre fuiste tan cuidadoso que me entusiasma saber que encontraste a alguien que te hace perder la cabeza al punto de olvidarte tu siempre estricto sentido de cuidado. — La mayor se levantó y se acercó, una de sus manos soltó la taza para acariciar su mejilla. — Si esa persona te hace feliz por favor no dejes que mi estúpido actuar del pasado influya en lo que tu corazón te pide. No todos los omegas son como yo.
— No es un omega — se sorprendió diciendo casi de inmediato, su mente confundida y su corazón acelerado.
— Bueno, entonces, no todas las relaciones son como las que tuve después de tu padre. Mientras te haga feliz no me importa que sea y no tienes que aclarármelo, solo quiero que sepas que estoy feliz por ti y que me encantaría conocer a esa persona si tu quieres presentármela. — La mayor apartó su mano. — Ahora volveré a la cama, te daría un beso en tus adorables mejillas pero no tengo ni idea de si sería higiénico.
La risa cantaría de su madre envolvió sus oídos mientras la mayor se alejaba.
Su corazón se sentía cálido por las palabras que le dijo, pero en su mente había tantas dudas y preguntas que el dolor de cabeza comenzó a hacerse fuerte.
— Despierta. — Aún con los ojos cerrados pudo adivinar que Hoseok era quien lo empujaba por el hombro, moviéndolo con insistencia. — ¡Kim Namjoon, despierta! Tienes que ir a tu habitación.
— Si, si.
Tomó la mano que seguía moviéndolo y jaló al otro beta hasta que sintió el peso del cuerpo delgado de Hoseok encima del suyo. Apretó sus brazos alrededor del escandaloso pelinaranja que le había robado sus valiosas horas de sueño.
Su primer intento de abrir los ojos no resultó, las luces de la habitación se habían quedado encendidas desde el día anterior y fueron muy intensas para sus ojos que apenas salían del sueño. El brillante color de cabello de Hoseok no ayudó tampoco pero fue rápido encontrarlo a pesar de su vista un poco llorosa.
— ¿Que hora es?
El mayor lo miró molesto mientras intentaba empujarse para salir de su apretado agarre, aunque no estaba teniendo mucho éxito.
— Son las cinco de la mañana, tienes que irte a tu habitación, ahora.
— Que horas tan malditamente estúpidas para despertarse… y despertarme.
— Es porque te tienes que irte a tu habitación antes de que despierten todos, comienzan a salir a las seis treinta y no te pueden verte salir de aquí.
Miró confundido al beta, su cerebro con sueño no trabajaba tan rápido y no estaba ayudando que quisiera burlarse del ceño fruncido de Hoseok, quizás dando un beso en los delgados labios para molestarlo un poco.
— ¿Por qué sonríes? ¡No sonrías!
Mierda, realmente le gustaba molestarlo y ver que ese rostro que siempre se mostraba amable y sonriente para todo el mundo solo fuera de miradas duras y ceños fruncidos con él.
— ¿Es porque en este piso hay empleados de JWM y KSM?
— ¿Por qué más seria? Si te ven salir de aquí se harán ideas.
— ¿Cómo pensar que tuvimos sexo? — Él ceño de Hoseok se fue dejando atrás mejillas sonrojadas y mirada esquiva. Que el mayor se pusiera tímido estaba gustándole aún más que verlo con el ceño fruncido. — No te preocupes, si piensan eso yo les aclararé que solo nos besamos.
Abrazo más fuerte al mayor, una de sus manos en la nuca de Hoseok para detenerlo cuando se acercó a esos labios delgados.
Siempre sintió una especial satisfacción por molestar a Hoseok, por eso no había dudado en hacerle creer a su papá que eran realmente novios, eso sin duda era lo que él pelinaranja menos quería. Pensaba aclarar todo antes de que terminaran la comida, pero ese impulso de enfadar aún más al otro beta lo había llevado hacia adelante, hacía esos labios que nunca paraban de sonreírle a todo el mundo.
Esa fue su perdición.
Debió de haber sabido que era una mala idea, desde él, las relaciones serias dejaron de interesarle y también las personas sonrientes que presumían de desear esa pareja perfecta para tener una vida perfecta. Hoseok era todo eso, por lo mismo dejó de sentirse atraído por el mayor en cuanto conoció sus pensamientos. Por eso le encantaba molestarlo y demostrar que él no podía ser siempre perfecto, educado y sonriente. Pero ya no podía dejar de pensar en besarlo, en ponerlo todo confuso y sonrojado por sus labios y su toque. Ya no quería dejar de hacerlo.
Quizás se estaba cansando de lo mismo de siempre. Encontrarse con desconocidos en algún bar y follar en el baño o en algún motel cercano.
Solo… es porque ha pasado tanto desde que estoy con alguien como él.
La novedad pasará.
Lo hará…
Se giró sobre su costado llevándose a Hoseok con él, fue su turno de quedar casi encima del mayor con su rostro enterrado en la curva del cuello, el tenue y dulce aroma de yogurt y melón otra vez atravesó sus sentidos.
Olía bien.
¿Qué mierda estoy pensando? Tengo que volver a dormir, esta claro que no estoy razonando.
— Duerme.
— ¡¿Qué?! ¡No! Tienes que irte.
— Si, en un momento.
Cerró los ojos, extrañamente la voz preocupada y molesta de Hoseok insistiendo en que se fuera solo lo arrulló hasta que volvió a quedarse profundamente dormido.
De nuevo había sucedido. Se había ido a dormir solo en esa inmensa cama, había abrazado tanta ropa de su alfa como pudo para tener ese aroma a madera y fuego rodeándolo y haciéndole creer que su alfa estaba ahí con él. Pero despertaba con su alfa abrazándolo de verdad, el calor del mayor y su cuerpo grande que lo cubría por completo.
Una sonrisa estiró las comisuras de su boca, su corazón otra vez latía fuerte en su pecho y ese sentimiento de cosquilleo estaba ahí en la boca d esa estómago.
Le encantaba despertar así, entre los brazos de su alfa. Eran sus mejores momentos de cada día, cuando estaban juntos.
Una vez que se levantaban de es cama las incertidumbres regresaban.
¿Cuánto más durará esto, mi alfa queriendo estar cerca de mi? ¿Volverá a marcarme para que nuestro lazo no se disuelva? ¿Quiere a nuestro cachorro o solo siente que es una obligación?... ¿Algún día me querrá?
Todas esas preguntas llegaban a su mente durante todo el día, una tras otra, repitiéndose una y otra vez.
Su alfa se encargaba de mantenerlo seguro cuando otros alfas olfateaban y miraban en su dirección. Lo mantenía alimentado, había comido dos veces más en esas pocas semanas al lado de Jin de lo que hacía habitualmente. Pero en realidad no era como lo había imaginado, no hablaban entre sí, no caminaban de la mano, no lo abrazaba a cada momento del día y apenas miraba en su dirección.
Quería a su alfa, quería formar una familia con él, pero no quería que él mayor se sintiera obligado a ello. Le ponía triste pensar que quizás su cachorro crecería sintiendo que no era deseado por alguno de sus padres, él lo había vivido en su infancia, su madre le había dado todo el amor del mundo pero siempre sintió que faltaba esa otra parte, se supone que cada cachorro tenía un par de seres que se habían unido para crearlo, y de niño se preguntaba en donde estaba esa mitad faltante. No quería eso para su cachorro.
Pero si se siente atraído a mi en sueños, quizás pueda amarme algún día.
Ese había sido el pensamiento que había sido su luz. Su alfa se inclinaba cerca de él para que percibirá su aroma, cada distante toque era cuidadoso, gruñía cuando cualquier otro alfa estaba lo suficientemente cerca y en sueños siempre lo buscaba y terminaban abrazados de esa manera.
Quizás el mayor aún no lo aceptaba pero el lobo de este sí lo quería. Realmente eran una pareja destinada, podía sentirlo cada vez que miraba a su alfa, algo que nunca creyó posible encontrar porque siempre declararon que solo los alfas y los omegas sentían esa intensa atracción. Tener una pareja destinada era algo muy valioso y él ya se sentía muy atraído por su alfa. No quería que esa unión se perdiera solo porque no fue lo suficientemente valiente de intentar que funcionara.
Toda su vida había vivido con miedo. A que descubrieran que era un gamma, a que culparan y encerraran a su tía por falsificar su prueba de casta. A que su celo se saliera de control y terminara como su madre. Siempre intentaba mantener un perfil de lo más bajo, no miraba a nadie a los ojos, su mirada siempre en el suelo, sus reacciones siempre controladas y su único interés era trabajar para devolverle a su tía un poco de los sacrificios que había hecho por él, aunque la omega se negara a ello.
Pero ahora quería intentarlo. Quería saber si era posible que su alfa lo quisiera, que realmente deseara a ese cachorro que tendrían. Se haría a un lado si eso no pasaba, pero al menos quería ser valiente e intentarlo.
Delineó con cuidado la nariz del mayor, esa ceja, debajo de uno de los ojos cerrados y terminó en esos abultados y carnosos labios. Suspiró por lo guapo que era su alfa, se había sentido tan nervioso la primera vez que lo vio, no podía creer que alguien tan atractivo entrara en su oficina, en ese momento pensó que era algún modelo perdido o que era como ese otro modelo rubio y sonriente que había entrado una vez pidiendo ver los retoques de sus fotos porque había confundido el departamento de informática con el de edición. Obviamente veía rostros atractivos cada vez trabajaba en las páginas de la empresa, tenía que manejar muchas fotos de modelos en cada campaña, pero, para él, Kim Seokjin era el más atractivo de todos, quizás eran sus gustos o el hecho de que ese magnífico alfa le pertenecía, o al menos sus almas se pertenecían la una a la otra.
— Me gustas tanto.
Volvió a suspirar, la sonrisa en su rostro fue grande antes de congelarse y desaparecer ante la vista de esos oscuros ojos que lo miraban.
Despertó.
Pasó saliva. Quería alejar la mirada y separarse, pero sus ojos y su cuerpo no obedecieron.
Se quedaron así, solo mirándose uno al otro por varios segundos, la habitación estaba en silencio pero su acelerado corazón retumbaba contra sus oídos.
El primero en moverse fue su alfa. El brazo que estaba sirviendo como su almohada se movió detrás de él. Por unos segundos una luz se unió a la que entraba por la ventana y esos ojos se apartaron de su rostro para mirar más allá de su cara.
— Aun es temprano, la alarma sonará en media hora. Trata de dormir, ahora que estás esperando a nuestro cachorro estas más cansado.
Parpadeo rápido, quería evitar llorar pero la humedad se acumulaba rápidamente en sus ojos. Era la primera vez que su alfa mencionaba al cachorro que crecía en su vientre, y se había referido a él como nuestro. Se sentía tan feliz.
Quizás, después de todo, no seria tan difícil lograr que su alfa lo quisiera.
Dejó de ser precavido y por primera vez abrazó a su alfa con fuerza aún cuando sabía que este estaba despierto. Se acomodó y frotó su rostro en el amplio pecho con una sonrisa y sintiéndose muy cálido.
Realmente quería mucho a su alfa.
Era increíble que U-jin no se hubiera despertado aún después de sus tres alarmas.
Aunque quizás eso era por lo caliente que se había sentido el rostro del mayor cuando cubrió su cuerpo desnudo con las cobijas. Quizás realmente tenía fiebre.
Volvió a tocar la frente del beta de cabello azul.
Si, definitivamente tenía que ser fiebre.
Escribió un texto rápido a Jin, era el único que sabía que podía encargarse de llevar algunas medicinas a U-jin, después de todo eran amigos. Quería ser él quien lo hiciera, pero si perdía el vuelo que salía en cuarenta minutos llegaría tarde a la filmación y eso retrasaría a todo el elenco y al personal. Aún era un novato en ascenso a pesar de su popularidad, no podía causar problemas y que los rumores sobre su poco profesionalismo comenzarán.
Pero realmente me gustaría despedirme de U-jin.
La respuesta de Jin llegó y verla también hizo que notará la hora. Tenía que correr. Afortunadamente había dejado su maleta lista.
Miró al dormido beta una vez más.
Nunca se hubiera imaginado estar con otro beta hombre, solo había salido con una chica beta y había tenido una relación con un omega, en su casta era eso lo que se esperaba si es que querían tener una familia y él quería una.
Pero U-jin… simplemente le tomó desprevenido lo mucho que le había gustado estar con el mayor. Cada segundo se había sentido como si fuera correcto.
¿Fue de esa manera porque ambos habían bebido mucho? ¿O solo porque realmente entre ellos dos podría llegar a ser así de increíble?
Tendría que averiguarlo.
Pero después porque la hora en su celular no paraba de avanzar con rapidez.
Salió corriendo y presionó con insistencia el botón del ascensor, había llamado a recepción para que bajaran su única maleta e hicieran el tramite para que solo tuviera que entregar la llave. También sabía que un auto estaría esperándolo. Hizo todo eso con la esperanza de que U-jin despertara en ese tiempo y pudieran hablar. Él no era alguien de una sola noche o de sexo por diversión y realmente esperaba que el mayor tampoco lo fuera.
Le mandaría un mensaje de texto, para hablar de lo que había sucedido y preguntarle a U-jin porqué lo había propuesto en primer lugar. El beta le había dicho guapo, realmente esperaba que no fuera esa la única razón porque de verdad le desagradaba las personas que solo se acercaban a él por razones tan superficiales, personas que se sentían con derecho de juzgar la apariencia exterior y que no se tomaban el tiempo de conocer la personalidad.
Un mensaje de texto, no estar frente a frente, no era la mejor manera de hablarlo, pero por sus horarios tendría que conformarse con ello. Y si el mayor no contestaba… tendría su respuesta.
Tenemos nuevas portadas para esta saga, espero que les gusten💜
Mis bellos Makis, se que la espera por este capítulo fue larga, espero que haya valido la pena para ustedes. Perdón pero el cansancio me pudo mucho estas dos semanas, incluso me dos días me quedé dormida escribiendo y corrigiendo este capítulo.
Los quiero Makis lindos. Espero su semanita iniciara bien y que solo mejore 😊💜
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