Capítulo 28
— ¿Esta bien, presidente Jeon?
— Si.
Intentó contener la respiración. El omega frente a él olía demasiado dulce, su lobo gruñó por la esencia que desprendía su empleado. Aún no estaba en celo, pero ya no faltaban más que unas horas para ello, podía sentirlo.
Sus sentidos descontrolados, sobre todo su olfato y su oído.
Seguía gruñendo por los aromas de los omegas, no era culpa de ellos que oliera su celo cercano y sus esencias se llenarán de feromonas, pero era irritante estar rodeado de tantos aromas dulces y florales, la puerta cerrada de su oficina no los bloqueaba y para su mala suerte había tenido que pasar gran parte de su turno de trabajo en la sala de juntas.
También se había vuelto un problema el aroma de los alfas, aún más cuando Yoongi le pasaba justo enfrente como en ese instante, ya había perdido la cuenta de cuantas semi-erecciones había tenido en el transcurso del día a causa de esa esencia amanerada y picante que poseía el mayor, era un aroma que realmente le fascinaba, embriagante, tal y como su bebida favorita y combinado con el aroma de las rosas que podía percibir por su olfato sensible, el alfa le parecía más y más seductor a cada minuto.
— Presidente Jeon, ¿necesita algo? — Alejo su vista de Yoongi para ver a quien le hablaba, era él alfa empleado de KSM que había estado trabajando a la par con Namjoon. — No parece muy concentrado.
Forzó su sonrisa como respuesta. Los últimos tres días había identificado a dos alfas que se sintieron atraídos por él, sin embargo él que le hablaba justo en ese momento parecía tener menos problemas y restricciones a la hora de coquetear con alguien de la misma casta. El aroma a melisa y anís no era de su total agrado, pero con su celo tan cerca no estaba poniendo muchas objeciones. Realmente era doloroso pasar un celo por su cuenta, no solo el acto del sexo calmaba a los alfas, también las feromonas, en su caso las de los alfas.
Muchas veces había deseado que los supresores de celo funcionarán en él, no tenía problemas para encontrar con quien pasar sus días de calor pero si hubo una o dos ocasiones en que simplemente quería estar solo sin pasar por el problema de compartir una misma cama con un extraño.
Esa ocasión era una de esas veces.
— Solo un poco distraído. — Se acercó un poco más al alfa, del que ya no recordaba su nombre, su sonrisa coqueta en su lugar y mirada intensa. — Hay un aroma muy atractivo rondando cerca de mi.
El aroma del Whisky y las rosas rojas.
Miró a Yoongi, solo pretendía robar un vistazo por un par de segundos, solo lo hizo porque su lobo no dejaba de buscar ese atractivo aroma o esa voz baja que sonaba deliciosa en sus oídos, no espero que el mayor lo estuviera viendo. Habían pasado días desde que sus miradas se cruzaron o incluso se habían dirigido la palabra el uno al otro. Estaba respetando lo que Yoongi le había pedido, se recordaba eso cada vez con más frecuencia, pero su lobo no dejaba de buscar al mayor.
— ¿Qué tan cerca está ese aroma?
Gruñó por la voz a su lado, no era tan baja ni rasposa, no se sentía como una caricia a su audición, era irritante, sobretodo con ese tono meloso que estaba empleando. Pero volvió a plantar una sonrisa en su rostro y le permitió a sus feromonas salir un poco más.
— Yo diría que bastante cerca.
Como en esa misma habitación a unos cinco pasos adelante.
— ¿Realmente?
Agh, esa voz melosa.
— El CEO Jwa esta aquí — dijo alguien en la sala de reuniones, salvándose de seguir escuchando esa voz.
El alfa mayor que se puso al frente de la espaciosa habitación llamó les sonreía de manera amistosa cuando comenzó a hablar captando la atención de todos los presentes.
— Vengo a agradecerles todo el buen trabajo que han hecho, y por la rapidez con la que han tomado cada tarea, no tengo más que elogios para la manera en que ambas compañías están llevando el proyecto y la manera que han logrado integrar dos ideas distintas. Sin embargo siempre he sido fe los que piensan que la convivencia fuera de la oficina es una actividad importante, por eso reserve todo un restaurante que ya nos está esperando para que tengamos una comida bien merecida por estas cuatro semanas trabajo bien realizado.
Los aplausos y victoreos fastidiaron bastante su oído sensible, pero también lo hacía la idea de ir a una comida de equipo. Solían ser ruidosas con los trabajadores emborrachándose, conversaciones diversas que saturaban su oído, y un ambiente informal donde no se sentía del todo cómodo.
Y todo sería peor con su celo a nada de suceder.
— Quizás en la cena de equipo me pueda sentar junto a usted, presidente Jeon, para conversar.
El alfa a su lado desprendió más y más feromonas alfa, siguieron picando un poco en su nariz pero al menos la insinuación era evidente. Quizás convencer a un alfa para que lo acompañara a la cama sería más rápido de lo que pensó.
— ¿Estás escuchándome, Yoongi? — Jin se atravesó en su campo de visión, el alfa tenía el ceño fruncido.
— No.
Quito el rostro del mayor con su mano y siguió observando la salida por la que se iba a los baños.
— Es sincero, tienes que admitir que ese es un gran rasgo en un amigo.
— Ja, ja, que gracioso eres U-jin.
— ¿Verdad que sí?
En realidad si estaba escuchando a sus amigos… bueno, a medias.
Su atención estaba un poco, bastante, más enfocada a continuar vigilando esa salida que no solo te llevaba a los baños del lugar, si ni también a varios pasillos poco iluminados con terrazas y sofás.
Había perdido interés en la comida un momento atrás. Cuarenta y siete minutos atrás, y no, no controlaba el tiempo solo daba la casualidad que miró su reloj en ese momento y lo volvió a hacer en ese momento. Pero igual solo estaba preocupado. No le importaba que Jungkook hubiera desaparecido con la excusa de ir al baño, eso no le inquietaba, en lo más mínimo. De verdad.
Su preocupación era porque también Sukmin, el gerente del departamento digital en KSM, había ido solo un minuto después también al baño. El mismo empleado al que Jungkook no había dejado de acercarse durante la reunión. Quizás el pelinegro estaba detrás de su empleado y él tenía que averiguar si Jungkook no lo estaba obligando de alguna manera, porque mantener a sus empleados en un ambiente te laboral adecuado era su trabajo.
Solo por eso.
Se retiraría una vez que se seccionar de que su empleado no estaba siendo forzado de ninguna manera.
Si, tenía que hacer eso.
— ¿A dónde vas, Yoongi? — preguntó Jin.
— Al baño.
Ya no escuchó la respuesta de su amigo alfa, ya estaba de pie y en sus primeros pasos de camino al baño. O mejor dicho, a los pasillos que había más allá del baño porque ni siquiera se molesto en llegar a ese lugar, sabía que no encontraría a Jungkook ni a su empleado ahí.
No se equivocó.
La puerta de una de las terrazas estaba abierta, solo eran visibles dos figuras muy cerca una de la otra, pero el aroma de café negro y chocolate amargo de Jungkook era inconfundible.
Se acercó apresurando su paso, esperando escuchar al empleado de su misma empresa negándose a las atenciones del alfa menor.
No fue el caso.
El alfa de Marketing digital estaba mostrando una sonrisa coqueta, el aroma que desprendía estaba plagado de feromonas que buscaban atraer, y su mirada a Jungkook no se podía confundir con otra más que deseo.
Su lobo gruñó molesto y él miró incrédulo la escena que tenía enfrente. No, algo estaba mal, algo tenía que estar mal. Quizás Jungkook… había hecho algo con sus feromonas, la última vez el aroma del menor solo había afectado alfas en la sala de juntas, tenía que ser algo de eso.
— ¿Podemos hablar, Jungkook?
Remarcó el nombre del menor. No estaba dispuesto a llamarlo de manera formal, de cualquier manera el menor había sido el primero que le pidió que no lo llamara de esa manera.
— Ge-Gerente Min.
Noh Sukmin lo miró con los ojos muy abiertos, pero Jungkook solo lo observó con su mirada intensa y expresión neutra.
— Necesito hablar con Jungkook, a solas. Vuelve a la mesa.
Sukmin miró al menor y volvió su vista a él cuando esté no lo miró de regreso.
— S-Si… Claro, Gerente Min.
Cada segundo que el alfa castaño tardó para alejarse, era un segundo que podía sentir el ambiente sentirse más y más pesado, al igual que esa mirada en Jungkook que parecía ser más oscura.
Cuando los paso finalmente dejaron de escucharse contra el suelo de madera, su cuerpo fue tirado hacia enfrente. Jungkook le había dado media vuelta y lo coloco contra la pared, en el mismo lugar en el que había estado el alfa que acababa de marcharse. Estaba sorprendido por la acción del menor, aún más cuando se acercó hasta que sus alientos se mezclaron, tan cerca que podía ver las pestañas contrarias.
Su lobo estaba extrañamente en silencio justo en ese momento.
— ¿Por qué hiciste eso? — Esa era la primera vez que escuchaba a Jungkook molesto con él, la voz del menor se había vuelto peligrosa, algo que erizo su piel. — Sabes lo que estaba pasando, ¿por qué intervienes? ¿Tomarás su lugar y me acompañarás durante mi celo?
— ¿Tú celo?
— Si, mi celo, el que será en cualquier momento y para el cual necesito un compañero de cama. — Jungkook se acercó más, ambos pares de labios casi tocándose. — ¿Serás tu, Yoongi-hyung?
— Puedes tomar supresores — dijo con desafío en la voz.
— No lo haré. Ya tenía mi propio plan pero tú interrumpiste.
Su lobo gruñó.
— Es empleado de mi empresa, mi responsabilidad mientras estamos en este viaje.
La carcajada de Jungkook fue amarga, llena de incredulidad. Incluso él se estaba cuestionando sus palabras.
— ¿Y crees que ese alfa no es lo suficientemente mayor para tomar la decisión de con quien folla?
— ¿"Ese alfa"? Siquiera sabes su nombre.
El menor sonrió de lado, la misma sonrisa arrogante de siempre teñida con amargura.
— Solo necesito saber que esta dispuesto a follar y que al parecer el no tiene problemas con que su compañero de cama sea de la misma casta, eso es bueno porque con mi celo cerca no tengo tiempo de estar lidiando con alguien que no quiere aceptar que no le disgusta ser besado por un alfa.
No respondió a la provocación. De cualquier manera no era verdad. El primer vez había sido atacado por las feromonas de Jungkook por eso no logró empujarlo. El segundo beso…
No, no le gustó ser besado por el menor, solo fue porque su lobo quería dominar, por eso participó en el beso, solo por eso.
Su postura se volvió más derecha, no igualaba la altura del menor pero igual se paro con desafío, no estaba dispuesto a retroceder, le demostraría que el no deseaba besarlo.
El pelinegro se acercó un poco más. Su respiración se volvió inestable Por el intenso aroma a café y chocolate amargo, era sofocante pero ni de una mala manera, solo que su mente comenzó a sentirse más neblinosa, esta vez sus labios se tocaron ligeramente. Tenía que apartarlo…
Sus labios se separaron, esperando por algo que nunca llegó. Su mente comenzó a trabajar una vez más cuando el menor dio un paso hacia atrás, poniendo distancia entre ellos.
Escuchó el suspiro del contrario, uno molesto pero también frustrado.
— No se por que te metiste con mis planes, pero lo único que necesito es un alfa para pasar mi celo, así que escucha, Yoongi-hyung, si no vas a ser tú quien vaya a la cama conmigo ya no intervengan más.
Su nombre fue remarcado, como si muy tarde recordará que el era mayor y le debía respeto por ello, aunque parecía ser a propósito, como burla.
Él se quedó en silencio. Por supuesto que no iría a la cama con Jungkook, no era correcto. No podía estar bien.
— Bien, entonces volveré por ese alfa, no vuelvas a interrumpirnos.
Jungkook se alejó dejando que el silencio lo envolviera en esa terraza con iluminación tenue y con su mente hecha un lío de pensamientos que no tenían sentido alguno.
Para el momento en que volvió a la mesa, Jungkook estaba hablando nuevamente con Noh Sukmin, el menor no mostraba más expresión que su sonrisa ladeada, pero él otro alfa realmente mostraba deseo sin importarle que tuviera gente alrededor.
Su lobo gruñó en su interior cuando vio la escena. Estaba actuando raro ese día.
Volvía a llegar a una de las terrazas de aquel restaurante. Como lo pensó, la mayoría ya estaba ebrios y comenzaban a ser muy ruidosos pero fue perfecto para que volviera a retirarse de la mesa junto al alfa que le coqueteaba sin que nadie cuestionara porque todos estaban muy ocupados en sus propias conversaciones.
— La gente de tu empresa se hospeda en el mismo hotel, ¿cierto?
— Si.
— ¿Me invitarás a tu habitación?
Miró a ese alfa del que aún no le interesaba conocer el nombre, ya no coqueteaba de manera sutil, ahora las manos ajenas se deslizaban por su torso y lo jalaron más cerca. El alfa ya tenía su rostro ligeramente inclinado, pidiendo un beso. Supuso que de cualquier manera lo iba a tener que hacer cuando estuvieran en la habitación.
Se inclinó y termino de cerrar el espacio que los separaba.
Sabía a cerveza.
Era demasiado desesperado.
Muy ruidoso. Gemía como si estuvieran haciendo más que besarse.
Lo odió y su lobo estaba demasiado molesto por tener a ese alfa, ese aroma y ese tono de voz.
Estaban mal.
No se sentían correctos.
Su lobo quería a Yoongi.
— ¡Mierda!
Se apartó de manera brusca, ese alfa estaba con la mirada desenfocada y labios entreabiertos, aún excitado pero también confundido.
— ¿Qué? ¿Qué pasa?
— Vuelve a la mesa.
— Pero creí que íbamos a ir a-
— Ya no. — Frotó su rostro frustrado con la palma de su mano. Mierda, su celo estaba a nada de tomar el control de su cuerpo. — Lo siento pero ni siquiera puedo ni quiero besarte, no creo que podamos hacer nada más.
Olió el enojo en el alfa justo antes de escuchar los pasos alejarse con un fuerte pisar.
Mierda, mierda, mierda.
Ahora no tenía nadie con quien pasar el celo, todo porque su lobo elegía ese momento justo para actuar de manera obstinada.
Su animal deseaba a Yoongi. Ese aroma de Whisky y rosas rojas. Esa voz baja y ronca.
Mierda.
Tenia que salir de ese lugar.
No sabía que podía hacer una vez que su lobo tomara el control.
¡Feliz Navidad mis Makis!
Se que es tardío pero igual les mando mis mejores deseos a todos ustedes.
Espero que el capítulo les gustara y no se preocupen que la noche de Jungkook y Yoongi no termina ahí donde se separan en el restaurante 😉.
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