Capítulo 1
Iniciemos 😁
Ese día rutinario había comenzado exactamente igual que el anterior.
Sus mañanas en la oficina siempre empezaban con todos los trabajadores del edificio haciendo reverencia en cuanto lo veían pasar, deseándole un bien día. Preguntando y preguntando.
¿Cómo está, presidente?
¿Cómo va su mañana, presidente?
¿Algo que pueda hacer por usted, presidente?
Las mismas preguntas, día tras día. Y los mismos elogios una y otra vez.
Se ve muy bien hoy, presidente.
Ese traje le queda muy bien, presidente.
Es tan guapo, señor presidente.
Su porte es único, señor presidente.
Él solo se dedicaba a asentir y sonreír encantadoramente como lo había practicado infinidad de veces. Esa sonrisa que te hacia parecer amable y accesible, y probablemente solo un tonto joven encantador que no se preocupa más que por su apariencia y que si inteligencia era poca o nula.
Le encantaba que creyeran eso de él. Hacía más fácil que la gente alrededor bajara la guardia. Y era extremadamente divertido ver sus caras cuando estaban encerrados en una sala de reuniones y demostraba lo intimidante que podía ser, al menos era divertido para él.
Después de que aparentemente todos en la oficina se toparon accidentalmente con él para preguntar o elogiarlo, finalmente llegaba a su oficina, se sentaba detrás del escritorio y escuchaba.
Oh si, todos sabían que era un alfa puro. Todos eran consientes de que sus sentidos eran mejor que los de un alfa. Pero no sabían realmente el alcance de su oído y lo muy entrenado que estaba.
Le había costado años aprender a silenciar los ruidos innecesarios pero ahora era perfectamente capaz de quitar los zumbidos de las computadoras encendidas, el constante clic de dedos golpeando las teclas para escribir, el sonido metálico de cajones siendo abiertos y cerrados y las copiadoras siendo usadas en diferentes puntos de la oficina. Podía escuchar solo las voces de sus empleados.
Y lo hacía desde la comodidad de su oficina porque de esa manera ellos decían lo que de verdad querían decir.
Ah, de nuevo se encierra en su oficina a sentarse y descansar, es todo lo que alguien como él puede hacer.
No tiene que preocuparse por nada, su familia ya es adinerada, él solo tiene que cumplir con venir y mostrar su rostro.
¿Sabes que ayer se molesto por una tontería y despidió a uno del departamento de contabilidad? Probablemente se haya rendido al ver el informe lleno de números y para verse genial solo lo despidió.
Reía con cada palabra. Ellos realmente no sabían. Era mejor de esa manera.
Los rumores sobre un CEO de cualquier compañía empezaban dentro de la misma compañía. Si sus empleados tenían esas opiniones de él, entonces esos rumores llegaban a oídos de otros presidentes y posibles clientes. Cuando concretarán una reunión lo hacían pensando que podían conseguir lo que quisieran y eso los hacía estar menos preparados, algo bueno porque siempre lograba sacar provecho de ello.
Como el alfa de contabilidad al que había despedido. Entregó el informe creyendo que él solo firmaba y devolvía, ni siquiera trató de ocultar los beneficios que estaba obteniendo por quitar algunas horas a unos empleados novatos y atribuirse las a él. Pero el leía y entendía los informes que firmaba. Una lástima que se hubiera creído inmune porque se habían acostado una vez. Fue más tonto que pensara que podía evitar su despido tocándole el pene. Pero vaya que lo intentó. Incluso se había arrodillado frente a él diciendo que podían repetir lo de aquella noche.
Ni siquiera fue bueno en ese entonces. En todo momento lloriqueando porque era brusco. No, no había nada que quisiera repetir.
Eso lo enojó más. Fue patético que tratara usar sus feromonas para intimidarlo. Solo hizo falta que le ordenará salir del edificio con su voz alfa para que se fuera temblando y con la cabeza agachada.
Pero había dicho una mentira tras otra mientras tomaba sus cosas, a todo aquel que quisiera escucharlo y ahí empezaron esos rumores de un despido injusto. Aún así la gente se quedaba. Claro que se quedaban en ese trabajo, el salario era más que suficiente para que considerarán tener a un presidente tonto e injusto que no era más que una cara bonita.
Eran pocos los que lo conocían y uno de ellos caminaba con dirección a su oficina. Conocía ese andar pesado sin duda alguna.
Sonrió y grito, antes de que el beta tuviera la oportunidad de golpear la puerta.
— ¡Pasa, Namjoon-hyung!
El alto beta rubio entró con una mueca en el rostro.
— Odio cuando haces eso. ¿Otra vez estabas escuchando?
— Si. Están hablando del despido que ocurrió ayer.
Su especialista en Marketing digital y amigo se dejó caer sin elegancia alguna en una de las sillas, resoplando. Todos los que mencionaban la elegancia de Namjoon es porque no lo habían visto cuando estaba relajado y con alguien de confianza. Era alguien de pantalones cortos a la altura de los muslos, sandalias, camisas de tirantes y los gorros tejidos más viejos y deshilados que pudiera encontrar en sus cajones. Definitivamente era alguien lejos de ser elegante.
— ¿Qué están diciendo?
— Que fue injustificado. Que lo hice solo porque era demasiado idiota para leer el informe con muchos números y que lo hice para quedar bien. — Sonrió. — Quizás cambie algunas palabras.
— Idiotas ellos. Si supieran. — El mayor lo miró con diversión y curiosidad morbosa, ya sabía lo que iba a preguntar. — ¿Trató de seducirte? ¿Te ofreció chuparte el pene.
— Claro que si. Se arrodillo y todo.
— ¿Qué le dijiste? ¿Lo dejaste hacerlo y luego lo despedirte?
— Claro que no, no soy un idiota insensible. — El beta alzó las cejas. — No soy tan idiota insensible. Le dije que su última mamada había sido un asco y que tampoco quería joderlo porque lloriqueaba mucho la última vez.
— Si. Claro. No se porque esperaba algo diferente cuando eres realmente un idiota insensible.
— Sabes que soy tu jefe y puedo despedirte, ¿verdad? ¿Lo recuerdas?
— No lo harás, soy malditamente bueno en mi trabajo. Y tu único gran amigo.
— Hoseok-hyung también es mi amigo — mencionó, sabiendo lo mal que se llevaban y escuchando la voz del mencionado al otro lado de la puerta, acercándose.
— Ese beta es un dolor en el-
— ¡Pasa, Hoseok-hyung!
Los labios de Namjoon se sellaron al instante. Y frunció el ceño ante su sonrisa.
El beta que mencionaban entró con esa sonrisa que siempre portaba en su rostro y su cabello anaranjado que animaba cualquier espacio en el que entrara.
Hasta que vio al beta rubio y su sonrisa desapareció.
Aún no entendía como es que sus dos mejores amigos se llevaban tan mal.
— Venía a preguntarte algo — dijo su director de Marketing, y su ceño se frunció —. Puedo volver cuando no te estén quitando el tiempo porque ciertas personas no quieren trabajar.
Las fosas nasales de Namjoon se agrandaron cuando resoplando como un animal enojado.
— Agradecería que lo dijeras directamente en lugar de andar por las ramas. Y si no estoy trabajando es porque soy rápido en ello y no tengo pendientes.
Una sonrisa malvada apareció en el rostro de Hoseok, pero de alguna manera aún parecía que no dañaría ni a una mosca.
— No siempre es bueno presumir de lo rápido que eres. Ahora entiendo porque no tienes pareja.
— No soy alguien que se involucre en relaciones, me gusta mi libertad. ¿Cuál es tu excusa? ¿No siempre hablas sobre todas esas tonterías románticas? ¿Dónde está tu pareja?
— No la tengo porque yo si trabajo y para una relación adecuada hay que tomarse tiempo en conocer a la otra persona.
En realidad era entretenido verlos discutir pero si no los detenía sabía que podían pasar horas hablando de un mismo tema. Dio una palmada en el escritorio, lo suficientemente sonora pero si ser un verdadero golpe.
Sus amigos finalmente lo miraron. Cuando los dos estaban en una misma habitación parecía que el mundo alrededor se desvanecía.
— ¿Que me querías preguntar, Hoseok-hyung?
Después de una respiración profunda y esa sonrisa de nuevo en su rostro, el beta se sentó en la otra silla desocupada.
— Mi hermana pregunta si la necesitarás a ella y su equipo en algún evento en estas próximas dos semanas. Dijo que la quieren en una campaña que viajará a Seúl para una sesión de fotos y quiere asegurarse de que no la necesitas aquí.
— No, esta bien. Dile que vaya. Y por favor recuerdale que ella no es exclusiva de nuestra empresa, tiene su propia y famosa marca, no necesita considerarnos. Que haga lo que mejor le parezca.
— Le diré, pero sabes que no escuchará. Te conoce desde que tenías seis, creo que te quiere más que a mí. — Parecía indignado, pero en realidad sus palabras no eran ciertas, su hermana mayor quería y cuidaba mucho de su hermanito. — Incluso estuvo un poco enamorada de ti cuando cumpliste veinte. No entiendo que te vio.
— Oh, créeme, hyung. No me vio nada, porque si lo hubiera hecho no estaría solo un poco enamorada, sería incapaz de olvidarme.
Atrapó con facilidad el brazo de su amigo cuando intento alcanzarlo para darle un golpe.
Namjoon reía.
Hoseok le dirigió una mirada furiosa.
— No te parecerá tan gracioso si tu hermana menor se enamora de Jungkook también, es una posibilidad ahora que comenzará a trabajar para la compañía.
El beta rubio ni se inmutó por las palabras del pelinaranja. Sólo se encogió de hombros.
— No pasará, a Hye-jin no le gustan los alfas ni las alfas. Dice que son demasiado trabajo y demasiados grrr.
— ¿Demasiados grrr? — preguntó él indignado.
— Si. Dice que gruñendo por todo. Cuando están celosos, cuando están enojados, cuando están felices o cuando están excitados. Y que son malditamente posesivos y territoriales. Y no se equivoca.
Resopló. Había momentos en que odiaba a sus tontos amigos.
— Eso es estereotipo, no todos somos así. — Namjoon se encogió de hombros. — En ese caso, como un beta, tu deberías ser paciente, relajado y un apaciguador. Pero no eres nada de eso. Te encanta iniciar peleas con Hoseok-hyung solo porque si.
— ¡Él las inicia!
— ¡Yo no hago eso! Siempre trato de ser paciente pero solo unos minutos contigo me recuerdan tu idiotez y me es imposible. Bueno, solo unos segundos bastan, a veces ni siquiera estamos juntos un minuto cuando abres tu boca y dices mier-
— ¡¿Lo escuchas?! Claramente él es el del problema.
El teléfono de su oficina comenzó a sonar, acompañado de esa lucecita que indicaba que había una llamada de espera y que su secretaria quería confirmar si la recibiría.
— Los dos tienen un problema, ahora cállense que tengo que contestar.
Afortunadamente sus amigos se silenciaron cuando llevó el teléfono a su oído, la voz de su secretaria no tardó en llenar el auricular.
— Señor, hay un hombre que pide hablar directamente con usted, dijo que es urgente y que es sobre su hermano menor.
Presionó su mano libre contra su cara sin poder creer que después de todos estos años estaba escuchando algo al respecto.
Algo sobre su hermano menor al que no había visto en cinco años.
— Lo atenderé, gracias. — Presionó ese botón parpadeante, solo dudó por una fracción de segundo, y se giró. Sabía que sus amigos estaban preguntándose que le ocurría, pero en ese momento solo se dedicó a mirar por la enorme e innecesaria ventana de su oficina dándoles la espalda. — Buenos días, me informaron que usted necesitaba hablar urgentemente conmigo. ¿En qué puedo ayudarlo, señor..?
— Min Yoongi. — Una voz gruesa y ronca atravesó la línea, le gustaban ese tipo de voces, siempre eran un deleite para sus oídos. — En realidad busco que nos ayudemos mutuamente. Tengo entendido que usted busca a su hermano menor y yo quiero que mi hermano rompa su enlace, así que le puedo decir dónde está su hermano si usted me promete que se lo llevara de regreso a Busan o por lo menos que evitará que se interponga cuando me lleve a al mío de regreso a nuestra casa.
Parpadeó. Si lo que decía Min Yoongi era cierto, entonces no solo tenía información de Sunyoul, lo conocía personalmente por estar relacionado con el hermano menor de este. Tenía que averiguar más. Ganarse a quien estaba del otro lado del teléfono era el primer paso para que confiara en él, era bueno ganándose a la gente.
— Pues si lo que me dice es cierto, señor Min, yo estaría más que dispuesto a ayudarlo a romper ese enlace que no tiene su consentimiento, mi hermano es un irresponsable y mal educado, pero créame que la familia Jeon no tolerará un comportamiento así. — Hizo una pequeña pausa, esperando que Min Yoongi hubiera aceptado su tono indignado. — Seria tan amable de informarme sobre la ubicación.
— Es en Seúl, pero antes de decirle exactamente donde, me gustaría tener una reunión. Tiene mi nombre y mi numero, cuando esté aquí llámeme y yo puedo llevarlo hasta donde está su hermano.
Eso no sonaba muy confiable. Primero tenía que investigar. Un día debería bastar.
— Muy bien, mañana mismo salgo para allá. Nos vemos señor Min.
— Nos vemos señor Jeon.
La llamada finalizó y él ya estaba marcando a sus padres para avisarles sobre las nuevas noticias de Sunyoul. Ese niño regresaría con él a Busan a enfrentar a sus padres.
Ellos habían dicho tantas cosas que le parecieron absurdas, pero lo creyó cuando pasaron dos años completos sin noticias del menor. Si realmente había tomado dinero de ellos, si había usado su voz alfa para someterlos y huir, definitivamente había fallado en conservar su personalidad bondadosa de su hermano menor. Tenía que encontrarlo y cerciorarse que no se había convertido en alguien como sus padres. No su Sunyoul, quien era un cachorro tan lindo.
Dudó sobre el icono que realizaría la llamada.
Suspiro frustrado y volvió a enfrentar a sus amigos. Dejando de lado sus ridículas peleas, ellos siempre sabían aconsejarle.
— ¿Eran realmente noticias de tu hermano, de Sunyoul? — preguntó Hoseok, la familia Jeon tenía un largo historial de amistad y negocios con la familia Jung. Hoseok había estado ahí en la época que Sunyoul se fue. Namjoon llegó después, pero conocía la historia, aunque no compartía su pensamiento de que sus padres dijeran la verdad, decía que no cuadraba con el niño que le había descrito. — ¿Te dijo dónde está? ¿Está bien?
— En Seúl, no me dijo exactamente donde porque primero quiere una reunión conmigo.
— Eso me suena a una estafa. Primero investígalo, Kook.
— Ya lo tenia planeado — le aseguró al rubio —. Podría haber ido hoy mismo, pero primero haré que lo investiguen antes de partir a la ciudad. — Volvió a llevar su mano a su rostro mientras suspiraba. — ¿Qué hago? ¿Le aviso a mis padres? ¿Y si lo que me dijeron es mentira?
— Solo diles que te llamaron por una pista de su paradero, no les digas dónde — dijo Hoseok.
— Haz eso. Ve, averigua lo que necesites y una vez que regreses, decide si decirles o no. Aún no estás seguro de si te dijeron la verdad, por dos años no les creíste. Además, amigo tus padres pueden ser unas verdaderas víboras y lo digo solo porque tu ya lo has dicho antes, así que en realidad te lo estoy recordando.
Miró la superficie plana de su escritorio por unos segundos.
Luego asintió.
Sus amigos tenían razón.
No se podía confiar en sus padres, después de todo ellos eran sus principales maestros cuando se trabajaba de manipular.
Primero encontraría a su hermano y juzgarla por si mismo.
Solo esperaba que ese tal Min Yoongi estuviera diciendo la verdad.
Mañana comenzaré con la otra saga, las razones las explicaré en el mismo libro. Sólo les aseguro desde ya que no abandonaré esta historia, estaré alternando las actualizaciones, así que no se preocupen.
Espero que hayan disfrutado de su lectura.
Bonita noche 💜
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