6 años atrás
12 de Enero
Ambas chicas se encontraban solas, una pequeña de tan solo 11 años se encontraba comiendo un emparedado mientras que su hermana de 19 años pintaba sobre un lienzo.
Se logro escuchar como la puerta era abierta y cerrada de manera brusca, aquello alarmó a las hermanas.
—Habitación, ahora.— habló la mayor, lo único que se logró ver fue como la de cabellera rubia trató de ir rápidamente a su habitación.
Una risa grave sonó por el lugar —¿A dónde vas?—
La pequeña se quedó inmovil. Negando ligeramente mientras trataba de correr, ahora, hacia su hermana pero aquello no se le hizo posible.
Una mano fuerte se encontraba entre el brazo de la menor —¿No extrañaste al tío Sam?— Bromeó, no tenía ninguna relación con ella pero se llamaba a si mismo así —Vamos, Alissa, la última vez nos divertimos mucho.— La pequeña tragó saliva.
Solo logró balbucear —Quiero ir con Lizzie...— murmuró mientras que buscaba su hermana con la mirada, quien apareció en unos pocos segundos.
—¡Sam! Un gusto tenerte aquí.— Se acercó, saludandole para luego alejar suavemente a la pequeña. —Alissa me iba a ayudar a hacer la cena, ¿no es así?— Miró a la menor, quien solo asentía puesto que su cuerpo aún se encontraba temblando, el mayor solo asintió mientras que se iba al salón junto al padre de las Williams.
La menor apretaba con gran fuerza la mano de su hermana —¿Cuándo llegará Pietro?— Preguntó atemorizada, sentía su pequeño cuerpo temblar.
—Está trabajando, llegará en un rato.— Soltó sin más para luego comenzar a cocinar algo simple.
Elizabeth no era la mejor cocinando, Pietro se encargaba de alimentar a sus hermanas mientras que Elizabeth de ver como se encontraban tanto física como mentalmente.
La de ojos oscuros trató de alcanzar un vaso para poder ayudar a su hermana, éste se rompió puesto que antes de caer en las manos de la chica cayó al suelo.
—Liz...— Miró preocupada, solo se logró escuchar como alguien caminaba hasta la cocina.
Actualidad
27 de octubre
El de cabellera rubia logro sostener el vaso antes de que cayera, la mirada de la joven se dirigió al contrario. —Por poco.— Comentó mientras que lo dejaba en la mesa de noche.
—Gracias.
Ambos se encontraban en la habitación de la chica, Alissa esperaba a que Violet terminara de platicar con Pietro puesto que desde hace ya un mes parecían más amigos, eran muy cercanos desde la noche en que Violet se fue a quedar al hogar de los Williams -luego de aquella "noche de chicas", Violet comenzó a quedarse más‐.
Bueno, no hay razón para mentir. Violet comenzó a pasar más tiempo con Pietro, pero Alissa comenzó a pasar más tiempo con Tate.
La chica acomodó su cabeza en las piernas del de tez pálida, no era extraño puesto que luego de conocerlo por ya aproximadamente 4 meses, le tenía confianza. —¿Sabes qué harás en Halloween?— Cuestionó mientras que veía la película "500 Days Of Summer" cual se encontraba en la laptop de la chica.
Negó suavemente —No tengo nada planeado.— Acariciaba la rubia melena de la chica —Vayamos a una cita.— Propusó mientras su vista se encontraba en la de ella.
Aquella propuesta no hizo más que sorprenderla, miró directamente al contrario —¿Qué?
—¿Te gustaría?— El rostro de Tate no expresaba mucho, solo se podía ver una suave sonrisa en sus labios. —Nos conocemos hace 4 meses con 3 días, ya. Y es como si te conociera de toda mi
..Mi vida.— No pudo evitar sonreír, aquello le causó una gran ternura a la contraria, solo asintió.
—¿Tate?— Cuestionó mientras que sus miradas se juntaban nuevamente, un breve "¿Hm?" Fue la respuesta del nombrado. —¿Cómo te han ido en las sesiones con Lizzie? Le he preguntado pero no me cuenta.— El contrario se movió un poco, Alissa se sentó así quitando su cabeza de las piernas del contrario.
Una sonrisa se encontraba en los labios del chico —¿Le preguntas sobre mí?— Evitó el tema, debido a tal pregunta la chica se delató a si misma.
Se levantó —¿Tienes hambre? Iré a ver a Pietro y Vi ¿me acompañas?— Una carcajada salió de los labios del contrario.
—Cobarde.
Aquella burla hizo que Alissa mirase de mala forma al rubio.
—Copia barata de Kurt Cobain.
El felino, Kurt, se encontraba recostado en el piso sin importarle nada la pelea de su dueña y el chico.
—¿Disculpa?— Preguntó ofendido.
Aquello fue como un atajo para la menor —Estás disculpado.— Aclaró.
Ambos soltaron una suave carcajada, negando ligeramente.
La chica se encontraba en completo silencio, aquello preocupaba a la mayor. —¿Jean?— Volvió a preguntar, notando como salía de su trance.
—Ellos me dan miedo.— Aquello confundió aún más a la mayor, ¿a quién se refería con eso?
Dejó el lapiz sobre la mesa, a un lado de la libreta. —¿A qué te refieres con "ellos"? ¿Quienes son ellos?— Preguntó de manera cálida.
—El niño y hombre rubio. ¿Lang...Langud?— Trataba de recordar.
Para Elizabeth aquello fue como un balde de agua fría cayendo sobre su espalda. —¿Los Langdon?— La menor asintió rápidamente al oír el apellido. —¿Te hicieron algo, Jean?— La pequeña se mantuvo en silencio.
—Son malos...— Fue lo único que comentó antes de levantarse de aquel sofá —¿Señorita Williams?— Le miró mientras que una lágrima caía por los ojos de la pequeña.
Aquello fue doloroso de ver para la nombrada, quien se levantó y acercó a ella —Dime, cariño.— Habló suavemente.
—Tenga cuidado con ellos...Son malos.— Volvió a repetir —Muy, muy malos...— Abrazó a su psicóloga, la mayor no sabía como reaccionar ante tal acción y aquellas palabras.
Solo siguió el abrazo de la pequeña mientras que acariciaba su rojizo cabello.
Debía averiguar la verdad, primero aquel señor en la tienda, el cómo Constance pidió sesiones para Michael -a las cual nunca fue- , las sesiones con Tate y finalmente la pequeña Jean quien no podía mentir sobre eso: Elizabeth estaba dispuesta a descubrir la verdad.
Costase lo que costase.
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