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𝑨𝒄𝒕𝒊𝒗𝒊𝒅𝒂𝒅 𝑷𝒂𝒓𝒂-𝑵𝒐𝒓𝒎𝒂𝒍

≫────°❅•𝖄𝖔𝖔𝖓𝖒𝖎𝖓•❅°────≪

La mayoría de cajas ya estaban vacías solo debía deshacerse de ellas pero estaba agotado totalmente después de haber pasado horas desempacando y colocando sus cosas en su nuevo apartamento en el centro de la Cuidad de Busan.

Él venía de Daegu pero le salió la oportunidad de mudarse ya que había conseguido un trabajo en el auditorio de música de Busan, así és, él era compositor y profesor de música a eso se dedicaba así que tenía empleo nuevo y vivienda nueva.

La mayoría de sus instrumentos ya los había colocado en lo que sería su nuevo estudio de composición, en algunas cajas solo quedaban cachivaches y esas cosas así que con pereza las metió en el ático del fondo de su apartamento ya después las iba a acomodar bien.

   —Está todo listo gracias por su ayuda chicos.

Los dos mencionados se dejaron caer cansados en el sofá mientras Yoongi les servía café recién preparado con su cafetera nueva.

     —Aquí tienes Nam con dos de azúcar y para ti Jin con una de azúcar.

—Gracias hermano.

El líquido aromático caliente les cayó muy bien, llevaban desde ayer ayudando a Yoongi con su mudanza. El resto de la noche lo pasaron hablando entre chistes y bromas hacia Yoongi.

Halloween estaba cerca así que a Jin le encantaba hacerle bromas a su hermano menor.

—Y entonces dicen que la niña se aparece todas las noches en ese mismo ático donde se ahorcó. —Terminó SeokJin su relato.

Yoongi tenía mala cara ya que Namjoon y SeokJin se empeñaban en contarle historias de terror para estrenar su nuevo apartamento.

—Ya callense que me duele la cabeza de oírlos. —Se había quejado.

Pero la verdad era que Yoongi era el ser más miedoso de la faz de la tierna y rogaba internamente no tener que usar el ático nunca en su vida.

-Si y si la ves tienes que decirle "perdón por verte sin tu permiso" o dice la leyenda que te va a perseguir durante la noche con la misma soga con la que se ahorcó y tratará de ahorcarte también.

Los vellitos a penas visibles de la piel de Yoongi se erizaron.

—Ya callense por favor estoy cansado.

—¿O será que tienes miedo? —Se burló Namjoon acabando su café.

—¿Miedo yo? Están dementes, estoy cansado es todo. —Yoongi se levantó para llevar las tazas sucias al fregadero en la cocina.

Se le podía escuchar como refunfuñaba "¿miedoso yo?" desde la sala.

—Te pasaste Jin esta noche tu hermano no va a dormir. —Se río Namjoon tomando su chaqueta de cuero color café y sus llaves.

—Es casi Halloween así que una pequeña historia no hace daño. ¿Nos vamos bebé?

Namjoon asintió y fueron en busca de Yoongi a la cocina y se despidieron de él.

Yoongi acabó de acomodar lo que había lavado y cansado se fue a su habitación, estaba muy agotado porque había sido una semana bastante cansada de ir y venir con cosas desde Daegu y todo lo demás. Mañana era su primer dia de trabajo en el conservatorio de música.

Se sacó la ropa y se metió entre las cobijas y cerró los ojos. De inmediato el relato de SeokJin se le vino a la mente.

—Maldición. —Susurró levantándose para ir a la puerta y poner el seguro.

—¿Con eso no va a entrar ningún maldito fantasma en mi habitación? Pues no pero al menos me da más seguridad.

Volvió a meterse en las cobijas y se fue quedando poco a poco dormido, durante la madrugada se despertaba y se quedaba de guardia tratando de escuchar cualquier sonido proveniente del ático, pero solo se podía apreciar el sonido de los ladridos de los perros y alguno que otro gato.

Al día siguiente comenzó su nueva rutina, preparar su café, bañarse y alistarse, tomar un desayuno exprés y retirarse a su nuevo lugar de trabajo. El resto del día fue bien. Conoció a sus nuevos alumnos y todos le habían agradado tenían talento en especial uno que tocaba el saxofón muy bien llamado Taehyung con el que habia congeniado muy bien.

Al día siguiente era Halloween así que por mandato del director del lugar debian hacer algo alusivo, así que había dejado a sus nuevos alumnos componer un fragmento de una sonata de terror para una película imaginaria.

Con ello había culminado su día así que volvió a la tarde hasta su apartamento. Se fijó que en la parte trasera del vehículo habían quedado dos cajas grandes.

Al estacionar frente a su edificio pudo divisar bien su entorno con más detenimiento que antes. A un local de distancia a mano derecha había una floristería, más allá una librería, en frente una heladería y del lado izquierdo un pequeño local que se llamaba "Coffee & talk" se veía llamativo y acogedor quizá pasara por ahí en las tardes. Afuera del local había una pareja platicando, uno de ellos era alto y su cabello negro brillante con una gran sonrisa y el otro más bajito era rubio de sonrisa más bonita incluso que la del alto.

No pudo enfocarse en otra cosa que no fuera en la pareja que hablaba y reía fuera del café.

En definitiva su vecindario nuevo era bastante accesible en cuanto a lugares, sabía que cruzando la calle había un parque aunque él no lo iba a necesitar mucho, no era de salir al parque jamás.

Ya habían varios niños en busca de su disfraz perfecto para el día siguiente, él no compraba nunca dulces para darle a los niños y esta vez tampoco sería la excepción.

Abrió su auto y sacó las dos cajas dejándolas en el suelo mientras cerraba y volvía a enfocar su vista hacia la pareja, no quería parecer mirón o indiscreto pero no lo podía evitar. El rubio bajito era muy atractivo.

Cuando los ojos azules del rubio lo descubrieron mirandolo se sintió todo un acosador. Pero el semblante del rubio lo incomodó porque al parecer se había sorprendido y no sólo eso, le había dicho algo al oído al otro muchacho y también se lo quedó mirando con su rostro bastante confundido y asombrado.

Yoongi sintió su rostro arder así que mejor se alejó de ahí poniendo seguro a su auto y tomando las cajas. Una de ellas era pesada. Seguro era la caja donde llevaba la otra parte de sus instrumentos musicales.

Al llegar a su apartamento solamente las metió al ático. Fue rápido porque después del relato de Jin lo quería pisar lo menos posible.

Dejó la puerta cerrada y se fue directo a la cocina a preparar algo de comer pero al abrir el refrigerador vio que no tenía nada. Con la mudanza se había olvidado de surtir su alacena y su refrigerador.

Con pesadez tomó sus llaves y salió de nuevo, había visto un minimarket a dos cuadras así que no era necesario que usara su auto, podía ir y venir perfectamente caminando.

Al bajar se sorprendió de ver a mucha gente frente al edificio, una patrulla y dos policías hablaban con un grupo de personas mientras que podía oír que alguien a lo lejos sollozando lastimeramente.

¿Qué habrá pasado? Se preguntó. Pero no podía ver con claridad hasta que se acercó. El chico rubio al que había visto hablar frente al café era quien lloraba parado a un lado de la puerta del café.

¿Qué había pasado? Seguro lo asaltaron o algo así. Debía preguntar cuan seguro era ese barrio. Aunque le habían dicho que era uno de los mejores.

Quiso poder acercarse a preguntar pero no tuvo el valor así que siguió su camino.

En el Market compró un poco de todo, desde cereal y leche hasta carnes y pan. Ya con sus bolsas volvió a su edificio, las personas aún seguian ahí pero el chico rubio ya no.

Subió hasta su apartamento y se metió directamente a su cocina a prepararse un sándwich de jamón con queso y un jugo de naranja y se sentó a ver la TV.

Afuera había bastante bullicio además de que habían personas adornando sus casas y escaparates con motivo de Halloween.

Al acabar su merienda se quedó dormido mirando un programa en la televisión. Sus ojos no dudaron en cerrarse un momento llevándolo a un estado de relajación que pronto se vio interrumpido por un estruendo que lo sobresaltó.

—¿Qué mierda...

Se puso de pie para poder escuchar mejor, era un sonido de cajas moviéndose.

¡El puto ático!

Negó mientras subía a su habitación y se encerraba ahí.

—No, es paranoia.

Se sentó en la cama agudizando el oído pero no se oía nada más.

Al cabo de una hora más o menos decidió bajar, no se podía quedar en su habitación toda la tarde debía preparar su clase de mañana.

Bajó a donde había instalado su estudio que para su mala suerte era justamente arriba del ático.
El ático tenía una pequeña escalerilla de cinco escalones de madera y una puerta y al lado de la pared el estudio de Yoongi así que pasó de largo ignorando el lugar y los sonidos que de ahí salían.

Ruidos de cajas arrastrándose.

Su piel se erizó hasta la nuca y tragó pesado.

Eso era solo su imaginación, ahí no había ninguna niña fantasma. ¿O si?

Se enfocó en su musica, tocó en el piano "Para Elisa" de Bethooven porque era la melodía que lo ayudaba a calmarse.

Para su suerte también los sonidos habían sesado.

Se quedó una medio hora más ahí trabajando en unas partituras que el día mañana le daría a sus alumnos para trabajar.

Estaba por levantarse a ver que haría para cenar cuando se detuvo en seco con el corazón bombeando a mil.

¿Había escuchado bien?

No, eso sí era real... lo había oído, era la voz de una niña ¿pequeña? Si parecía que si y llamaba a alguien.

-Virgen santisima de los tres poderes. -Murmuró saliendo corriendo de su estudio y tomando su teléfono de planta. -¡SeokJin dime que la puta historia de la niña ahorcada en el ático era inventada!

Cálmate Yoongi ¿Qué pasó?

—Llevo toda la tarde oyendo ruidos extraños, no les había prestado atención pero cabo de escuchar un puto "Papá" en el ático. Joder me estoy por mear SeokJin. ¿Tienes el número de un cura por ahí? Necesito que venga a sacar lo que sea que haya ahí, que exorcise o algo.

Yoongi ¿Estás seguro que no te has vuelto paranoico?

El sonido de una risita infantil logró atravesar toda la espina dorsal de Yoongi y con suerte también el auricular.

—¿L-lo oíste?

—¿Yoongi es la risa de una niña?

—¡Si, y viene del puto ático! Trae tu culo y el de Namjoon aquí ahora mismo porque yo no duermo solo esta noche ni ninguna noche hasta que venga un maldito sacerdote a sacar a esa entidad demoníaca o lo que sea.

El estruendo de algo rompiéndose lo hizo colgar el teléfono y salir corriendo a la cocina.

—Mierda, Mierda... ¿Dónde está? —Buscó y rebusco en todas las gavetas hasta que halló un frasco que recordaba que su madre le había dado para su confirmación.

Era agua bendita.

Con las manos temblorosas y sus pies pesados salió de la cocina y se colocó justo frente a la escalerilla del ático.

Un murmullo se podía oír a través de la puerta era como si hablaran pero a medias palabras.

"¿PAPI?"

¡SEÑOR JESUCRISTO! Esta vez había sido un poco más claro y fuerte.

—NO SOY TU PAPÁ ¿Q-uien e-res? —Atinó a preguntar Yoongi. Con su mano extendida con la botella de agua bendita la esparció salpicando la escalera y la puerta. -P-por favor ve hacia la luz... aquí no hay nada para ti. Camina hacia la...

"Papiiiiiiii"

La puerta del ático se abrió de golpe y Yoongi sólo pudo sentir como era arrastrado escaleras abajo yendo directamente hacia lo oscuro del lugar lleno de cajas, su corazón se le iba a salir así que cerró los ojos antes del impacto final. No quería ver a ese ente así que se llevó ambas manos al rostro mientras trataba de ponerse de pie.

Solo oyó unas pisadas y la puerta del ático volvió a cerrarse con fuerza y una risa malvada resonó por algún lugar de la casa.

—Ay Jo-joder, Jesucristo de la divina misericordia.

A pasos apresurados subió la escalera y casi cae de nuevo por ellas, su botella de agua bendita aun tenia agua así que la recogió y abrió como pudo la puerta para así salir corriendo a la cocina.

Sal, había leído que la sal es protectora o alguna mierda asi.

Como pudo encontró el salero y comenzó a esparcir la sal por todo donde podía pero ya no oía más voces ni ruidos, así que asomó la cabeza por la puerta de la cocina hacia la sala y vio que todo estaba en total silencio.

Dio un paso y luego otro en total sigilo con su agua bendita y la sal esparciendola por todos lados.

Al llegar a la sala que estaba ya en penumbra porque casi eran las seis de la tarde no encontró nada fuera de lugar así que se sentó soltando un largo y pesado suspiro.

—Es mi imaginación, todo es mi imaginación. —Se repetía una y otra vez. -Es culpa de mi hermano y de su estúpido novio.

Pasó bastante tiempo antes de que se comenzará a relajar, casi cerraba sus ojos cuando entonces de nuevo comenzó a temblar.

¡Eso eran pasos!

Pasitos como de un niño pequeño que corrían por todo el lugar, su cabello casi se le crispó y los vellos de su nuca se habían erizado cuando lo oyó detrás de él pasar rápido hacia un lado detrás de sofá.

Yoongi no se quiso dar la vuelta prefería no ver a los ojos a ese enteo podía ganárselo.

Después se oyó un estruendo en la cocina que lo hizo ponerse de pie.

Con el corazón casi queriendosele escapar comenzó a caminar hacia su habitación, necesitaba con urgencia aquel crucifijo que su abuela le había regalado así que subió a buscarlo.

En uno de los cajones de su armario logró encontrar un crucifijo del tamaño pequeño y también un rosario de esos que su abuela solía usar para rezar en la iglesia y se lo colgó en el cuello y de paso también agarro una biblia que hacía años no tocaba.

Bajó lento las escaleras oyendo los pequeños pero apresurados pasos por toda la planta baja que se detenían en la cocina y una risa bastante macabrezca que se le repetía una y otra vez en su cabeza.

"Papiiiiiiii Papiiiiiiii"

Yoongi estaba seguro de que iba a hacer pipi ahí mismo.

No quería asomarse pero agarró el valor y lo hizo.

Al llegar a la cocina vio todos los cajones de los muebles abiertos y los utensilios tirados por todos lados, la puerta de la nevera abierta y comida esparcida.

Pero entonces vio algo que lo dejó helado.

¡Era una sombra! Pequeña y fantasmal, que salio detrás de la puerta y corrió a velocidad extrañamente ridícula de la sala hacia arriba a las escaleras.

Por el piso habían huellas pequeñas, seguro eran de la niña ahorcada y se podía ver la figura bien hecha de los dedos de los pies y con una viscosidad pegajosa y roja.

¡Era sangre!

¿Y si era un vampiro o algo por el estilo?

Las risas ahora provenían de arriba junto a las rápidas pisadas.

Recordó que en la cocina había una trenza de ajo y no dudó en ponérsela de inmediato al rededor del cuello también.

Por eso Yoongi odiaba los Halloween, habían ciertas cosas que se despertaban para salir a comer ese día. Si lo sabía él, se había visto las películas de Jeepers Creepers, cada 22 años salia a comer. ¿Qué le aseguraba a él que está niña fantasma no salía cada Halloween a cazar almas puras como la suya?

Se paró al final de las escaleras y miró hacia arriba, ya su apartamento estaba envuelto en penumbra y debía encender las luces así que se aproximó lentamente hasta el interruptor y lo presionó.

—Me lleva la bruja...no, por favor mejor que no me lleve. —Gruñó cuando vio que no había Luz.

¿En que momento se fue la luz?

Apresuradamente corrió de nuevo a la cocina y no logró detenerse a tiempo cuando sus pies pisaron la sangre del piso en la cocina, era un gran charco así que patino y cayó de cara llenándose de la sangre viscosa.

—No mierda que asco no. —Lloró entrando en una crisis.

Si había una cosa que Yoongi no soportaba era los fantasmas seguido por la sangre.

Se levantó como pudo limpiando su rostro y sus manos y recogió su agua bendita, su salero, el crucifijo, el rosario y la trenza de ajo y la biblia y buscó a tientas una linterna, podía sentir como por su rostro resbalaba la sangre que estaba seguro no era de él.

Encendió la linterna y salio lento de la cocina en dirección al diván temblando de pies a cabeza.

Dudoso de ir arriba prefirió esperar cerca de la puerta a que la luz volviera así que se agazapó cerca de la puerta de su apartamento.

La sombra fantasma de la niña o lo que fuera volvió a aparecer en su campo de visión arriba al final del pasillo que de su habitación iba hacia las escaleras, parecía que en cualquier momento bajaría por él.

Cerró sus ojos con el miedo arremolinado en todo su cuerpo y cuando los abrió vio como el cuerpo del fantasma se contorcionaba hasta doblarse a la mitad y caminaba con sus extremidades por el piso con la cabeza colgando, ¿O era su imaginación?

Un estruendo sonó por todo su apartamento y entonces una luz cegadora lo dejó ver con más claridad al fantasma, media aproximadamente unos 90 Centímetro y todo él estaba cubierto de sangre, y en su mano llevaba un oso de peluche también cubierto de Sangre.

Un trueno resonó tan fuerte que lo hizo gritar y después de ello la figurita desapareció.

¡Ya venía por él!

¿Qué iba a hacer? Seguro al día siguiente Namjoon y Jin encontrarían su cadáver o peor aún, su alma vacía.

Recordó las palabras de su hermano mayor.

—¿C-como rayos era? ¿Pe-perdon por verte sin compromiso?... no... n-no perdón por orinarme en el piso... si joder que si... ¡Perdón por verte sin tu permiso! ¡Eso era! ¡PERDÓN POR VERTE SIN TU PERMISO!

"PAPIIIIIIII PAPIIIIIIII PAPIIIIIIII"

—VETE V-VETE NO ESTÁ TU PAPÁ AQUÍ...

Unas manos lo tocaron por la espalda y Yoongi gritó corriendo hasta la cocina y en uno de los porta cuchillos había uno grande así que lo tomó y fue de nuevo a la puerta con el arma en la mano a punto de defenderse.

Se quedó pasmado cuando vio la alta figura de Namjoon que le devolvía la mirada lívido y atrás de él a Jin y detrás de Jin Eunwoo quien era sacerdote amigo de Namjoon.

—¿Pero qué carajo pasó aquí?

—¿Yoongi a quien te discutiste al otro mundo? —Preguntó su hermano con los ojos fuera de órbitas.

El sacerdote empuñaba su crucifijo mirando aprensivo por todos lados.

Yoongi estaba todo rojo cubierto de sangre.

—¿Eso es... sangre?

Jin casi se desmaya.

—Yoongi habla, con un demonio...

—No digas esa palabra Namjoon, hay algo aquí, ese fantasma de la niña que se quitó la vida o no se si sea un demonio o un vampiro pero ha estado rondandome llamando a su "papá" es aterrador, esta cubierto de sangre y tiene un oso también lleno de sangre... ¡Es espantoso!

Namjoon se fijó en Yoongi, estaba todo sucio con esa cosa roja y el piso lleno de agua y sal.

—Sólo espero que eso sea agua. —Señaló el piso.

—¡LO ES, ESTÚPIDO! —bajó la voz cuando vio al sacerdote. —Lo siento padre, es agua bendita. ¿Podría por favor exorcisar a esa cosa y que me deje en paz? Necesito que se vaya o me voy yo de este apartamento.

—Si pero necesito que hagamos una conexión con el ente primero,necesito que lo llame. Si se pegó a usted es por algo hay alguna conexión ahí.

Yoongi negó repetidamente.

—No, no carajo no voy a invocarlo ¿Y si se lleva mi alma?

—No habría mucho que perder. —Dijo Jin.

Yoongi casi le saca el dedo medio solo porque estaba el sacerdote no lo hizo.

—Si no lo llamas no podremos sacarlo de aquí. —Añadió el sacerdote.

Yoongi suspiró ¿Qué más podía hacer? Bueno al menos no estaba solo.

—¿Bien que hago?

—Llámalo, concéntrate.

Yoongi asintió y cerró sus ojos con temor, temía volver a ver a esa criatura.

—¿Niña? ¿Niña fantasma estas ahí? Soy emm S-soy... —No le iba a decir su nombre a ningún fantasma no podía confiar. —Soy yo... yo vivo aquí y necesito que salgas para que podamos llevarte a... a la luz.

El sacerdote asintió.

Otro trueno resonó y seguido un nuevo Relámpago.

Desde arriba un llanto se hizo escuchar luego de un desgarrador "Papiiiiiiii"

Tanto Jin como Namjoon se abrazaron con el miedo saliendoles por los ojo y gritando como locos.

—¡U-un F-fantasma!

—Les dije que era real.

El sacerdote se apresuró a subir poco a poco las escaleras haciendo oraciones en latín.

Yoongi no se movió y tampoco SeokJin o Namjoon.

El llanto del fantasma era cada vez más fuerte.

—Pobrecillo es una almita en pena llamando a sus papis. —Susurró Jin.

De pronto otro Relámpago se diviso y un trueno resonó y la luz volvió.

Todo el apartamento de Yoongi era un caos total, lleno de agua, sal y cosas tiradas por el piso. Arriba se oía más que al sacerdote Eunwoo rezar con fuerza mientras que el espíritu lloraba también con más fuerza.

Y luego silencio.

Yoongi vio a Nam y a Jin separarse y caminar hacia las escaleras.

No se oía absolutamente nada.

Después de lo que pareció un siglo alguien llamó al timbre, Yoongi no se movió así así Jin lo hizo por él.

Unas voces detrás de él lo hicieron voltear y sintió que le daba algo, el chico rubio que había visto abajo llorando lo veía con cara de desconcierto.

—¿Qué haces con todo eso encima? —Señaló a Yoongi con el crucifijo y la trenza de ajo y todo lo demás.

—Es que hay un fantasma que lo persigue aquí en su apartamento. —Respondió Namjoon.

Luego los cuatro vieron hacia las escaleras como venía el sacerdote y a todos se les fue el alma al piso.

El chico rubio pasó apartando a todos con un grito en sus labios.

—¡Ese es mi bebé!

Yoongi estaba en Shock.

—¿Tú bebé? P-pero... pero yo no...

—¡Y está llorando por tu culpa lo asustaste tonto, ¿Y qué rayos le has echado encima?

El rubio llevó sus dedos Al cabello y rostro del fantasmita y luego lo olfateó.

—¿Jarabe de frambuesa?

Yoongi se llevó sus propios dedos al rostro y se quitó un poco de la "sangre" y al probarlo solo comprobó que era Jarabe de frambuesa que usaba para hacer sus creppes.

Yoongi no salía del asombro, se acercó a ver lo que él sacerdote llevaba en sus brazos y eso no era ninguna niña fantasma, ¡Era un bebé de unos tres años! Cubierto por todos lados del Jarabe de Frambuesa que él guardaba en la nevera.

—¿T-tu bebé?

—Si baboso, lo has asustado. Ven Taemin bebé precioso ¿Cómo has llegado hasta aquí? Dios, estaba tan asustado. Llevo toda la tarde buscándote.

Yoongi tenía muchas dudas que quería aclarar pero dos personas más entraron en su apartamento.

—¡Jimin! Carajo me has dejado hablando solo con los policías y has salido corriendo hasta... oh... encontraste a Taemin.

Era el chico azabache que estaba con el rubio abajo.

—¿Profesor Min? ¿Es usted? ¿Vive aquí?

Yoongi ahora enfocó sus gatunos ojos en el otro individuo detrás del azabache. Lo reconoció como Taehyung el chico del saxofón.

—¿Cómo llegó nuestro sobrino hasta su apartamento?

Yoongi negó mirando furioso a Namjoon y a Jin, solo era un bebé y por culpa de las estúpidas historias de ellos vivió un martirio y una psicosis creada por su mente y su miedo.

¡Claro! Nadie lo había jalado por las escaleras, había resbalado con el agua que él mismo esparció, y todo el ruido era causado por el niño llamando a su papá, y las visiones raras no eran más que producto de su miedo y su imaginación.

Se dejó caer en su sofá mientras se reía con ganas de lo estúpido que se veía con todos esos cosos en su cuello.

Jin se adelantó para llevar al bebé al baño para ayudarle al que se llamaba Jimin a asearlo.

—Lo siento Yoongi no debimos asustarte así. —Se disculpó Namjoon.

—Son unos hijos de puta.

Después de un largo rato y de que entre Namjoon y Yoongi y también su alumno Taehyung y el otro de cabello negro limpiaran todo el lugar Jin y Jimin bajaron con el sacerdote y el bebé limpio.

Yoongi estaba sentado en el sofá y vio como la pequeña figurita se acercaba a él.

Era muy lindo y extrañamente familiar.

—Yoongi, él  es... —Comenzó Jin.

—Muy... —Prosiguió Namjoon.

—Parecido a... —Habló Taehyung.

Jimin tomó a su bebé y lo alejó de Yoongi aún temiendo por si su vecino nuevo estaba loco.

—Lamento todo este circo ¿Jimin verdad? Eso no volverá a pasar.

—Estaban exorcisando a mi bebé, tonto.

Yoongi arrugó su nariz y se rascó la nuca apenado.

—Si yo...lo lamento.

Jimin lo miró por un largo momento y luego finalmente suavizó sus facciones y sonrió.

—Lamento el destrozo que Taemin hizo, solo estaba hambriento y asustado. En los videos de vigilancia del edificio se ve como se sale de su cochecito y se mete a tu auto lo lamento en serio yo también armé tremendo lío allá abajo con la policía, pensé que me lo había robado. No fue hasta que por fin el administrador nos mostró los videos que supe que aquí en algún sitio estaba pero no conocía el número de tu apartamento así que me guíe por su voz llamándome mientras lloraba, le teme a los truenos y Relámpagos.

Yoongi enfocó sus ojos gatunos en los del bebe que descansaba en los brazos de su padre.

Tenía los ojitos gatunos y oscuros, nariz redondita como los suyos y el cabello también negro y su piel tan lechosa y blanca como la suya y todos los notaban, todos estaban con la boca abierta viendo el enorme parecido de Taemin con Yoongi.

—¿Qué? ¿Hay más fantasmas detrás de mí o qué?

Fue el de cabello negro quien habló.

—Jimin dijiste que no conocías al papá de mi sobrino.

Jimin negó, no Mintió de verdad, no conocía a papá de Taemin. Lo cierto era que se había sometido a un procedimiento de embarazo invitro, solamente había ido a una clínica había comprado el esperma de un desconocido y se había embarazado así de fácil y sencillo.

Él soñaba con tener un bebé pero no quería una pareja porque había tenido muy mala experiencia con su última pareja que decidió que sería padre soltero. Así que fue la mejor solución que pudo encontrar jamás se imaginó que el verdadero donante del esperma estaría frente a él en ese momento.

—Yoongi no nos habías dicho que habías tenido algo con nadie.—Intervino Jin.

Yoongi negó, no había estado con nadie desde hacía cinco años su única compañía por las noches era su mano.

—Es que no estuve con nadie, acabo de conocerlo igual que ustedes. -Se defendió.

Jimin también asintió, tenía sus mejillas rojas ante la situación.

Taemin extendió sus manitos y Yoongi dudó en tomarlo hasta que Jimin sonrió con timidez.

—Está bien tómalo.

—Hola Taemin, soy Yoongi. —Murmuró.

Todos en la sala de Yoongi observaban la escena.

—Jimin dinos. —Exigió el azabache.

Jimin pusos sus ojos en blanco.

—Ya Tae, Jungkook. Jamás me embaracé de ningún ex novio ni nada, les mentí pero es que de verdad deseaba un bebé así que fui a una clínica y compre... Espermas.

Yoongi entonces asintió, recordó todo al instante.

—Y-yo una vez doné.

SeokJin y Namjoon casi abrian la boca hasta el piso.

—¿Qué? Pasaba por un apuro y era la solución a dinero fácil.

—¿Cuántos hijos tendrás por ahí por Dios Yoongi.

—Sólo lo hice una vez así que no hay posibilidad de que hayan más.

El bebé Taemin bostezo y se acomodó en los brazos de Yoongi quien no se sintió incómodo en ningún momento.

—Mañana es Halloween y... el café donde trabajo se llena y todo eso, si tu quieres puedes venir a beber café y a cuidar de Taemin por un momento, mis hermanos trabajarán tarde así que ninguno puede verlo por mi.

La voz de terciopelo de Jimin era tan bonita que a Yoongi le fue demasiado fácil decir que si.

—Estaré ahí a las 5. —Sonrió.

Jimin asintió tomando a Taemin de los brazos de Yoongi, no habían encontrado una sabana para envolverlo y toda su ropa estaba muy sucia que lo único que sirvió fue un suéter de Yoongi que Jimin encontró en la habitación.

Mañana seria un día cargado para él pues su café se llenaba pero con Yoongi viendo a Tae todo sería más sencillo y quizá acabe más temprano y pueda llevar al pequeño Tae a pedir dulces.

—Podríamos llevar a Taemin a pedir dulces sería su primera vez.

Yoongi sonrió mirando embobado a Jimin, él dijo que jamás iría a pedir dulces.

Y al día siguiente ahí estaba en el supermercado llenando su carrito de dulces, chocolatinas y gomitas y todo lo que pensó que podría gustarle a Taemin.

Era al fin y al cabo su hijo, no reconocido. Pero lo era.

Llegó puntual al café y sonrió cuando vio a Jimin darle algunas órdenes a sus dos empleados con Taemin en sus brazos.

—¡Gigi! —Gritó el bebé extendiendo sus manitos.

—Hola pequeño travieso, ¿Has descansado bien después del desastre en mi apartamento?

Jimin sonrió tímido dejando que Yoongi cargase a su bebé.

—Creo que le gustas. —Dijo Jimin.

—Creo que también me gusta, podría cuidarlo cada vez que lo necesites, estoy de regreso en casa a las 3 después de dar clases.

Jimin asintió encantado.

El profesor de música era guapo y tenía una sonrisa encantadora.

Al final de la noche Taemin iba de la mano de Jimin y de Yoongi por el vecindario con su disfraz de mandarinita a pedir dulces.

Yoongi iba feliz, al final la Actividad Para "Normal" en su apartamento le había llevado a conocer a su hijo y a un lindo chico de sonrisa hermosa.

Park Taemin

Un bolillo pal susto

≫────°❅•FIN❅°────≪

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