𝐸𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑒𝑛𝑡𝑟𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑢𝑛𝑖𝑣𝑒𝑟𝑠𝑜
𝑇𝑢́ 𝑒𝑠𝑡𝑎́𝑠 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑝𝑖𝑠𝑜
𝑇𝑜𝑑𝑎 𝑚𝑖 𝑎𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛 ℎ𝑎𝑐𝑒 𝑐𝑟𝑒𝑐𝑒𝑟 𝑡𝑢 𝑝𝑜𝑑𝑒𝑟
¿𝑁𝑜 𝑠𝑜𝑦 𝑡𝑢́ 𝑙𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑣𝑒𝑠 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑗𝑜?
¿𝐸𝑠 𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑣𝑖𝑠𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑠𝑖𝑜𝑛𝑎𝑑𝑎?

31 de Octubre

La habitación estaba completamente oscura como la noche misma, la única claridad era el reflejo de la luna que chocaba con el espejo frente a su cama. Karina se encontraba intentando conciliar el sueño una noche más, pues desde que se mudó de casa de sus padres a esta sus noches no han sido las mismas.

Con su amiga Min Jeong querían escapar un rato del ruidoso estilo de vida en la ciudad, así que retaron una casa en un pueblo cercano a esta. De día este era colorido, lleno de vida, pero de noche sentían como si toda esa energía fuera consumida. Ambas creían que el pensar eso era por el hecho de mudarse por primera vez, restándole importancia.

El viento soplaba y soplaba, hacía que las hojas de los árboles se movieran, Karina de pronto sintió un escalofrío mismo que la orilló a cubrirse de pies a cabeza con su sábana. Al descubrirse la cara después de unos minutos vio su reflejo en el espejo, se sentó y siguió observando, se sentía hipnotizada por la tranquilidad que le hacía sentir.

Después de un rato en la oscuridad viéndose a ella misma, percibía como si todo a su al rededor comenzara a desvanecerse, sentía como el espejo la llamaba a acercarse y ella como si estuviese bajo un hechizo sin dudar aceptó. Se sentó frente a este cuando de repente una mano con uñas largas tocó su hombro, eso la hizo despertar de su trance haciéndola asustarse.

— Tranquila, no pienso hacerte daño. — la mano recorrió de su oreja a su mejilla, pudo sentir el tacto de esa alargada uña.

Podía detallar su cuerpo e incluso su vestimenta, tenía un vestido largo café, era holgado y un poco roto; tenía muchos brazaletes de oro, pero uno especialmente le llamaba la atención por las incrustaciones de rubí en él. A pesar de notar todos esos detalles, le era incapaz verle un rostro alguno.

Quería gritar y salir corriendo, pero esto le resultaba imposible, era como si no tuviera control sobre su cuerpo, solo lágrimas lograban salir.

Cerró con fuerza sus ojos, era lo único que podía hacer. Al abrirlos seguía en su habitación, pero parecía tener años abandonada, se levantó y miró al rededor como ramas de plantas crecían y luchaban por romper la madera, sintió fríos sus pies pues el suelo era un charco gigante de agua.

Caminó hacía la puerta, al abrirla se percató de cómo toda la casa se encontraba en el mismo estado, ni sabía qué pensar. Con un hilo en la garganta comenzó a nombrar a su amiga.

—MinJeong ah... — se escuchaban sus propios pasos y el eco que estos producían junto al agua.
— ¿Estás aquí? — No había respuesta, pero escuchaba cómo susurros eran murmurados, solo que no lograba comprender lo que estos decían.

Haciéndole caso a su instinto salió de la casa, pero al hacerlo se sorprendió pues estaba ahora ubicada a la orilla del río.

Caminó con sus descalzos pies, sintiendo escalofrío a cada paso dado. Al llegar al río observó su reflejo en este, un poco distorsionado por el movimiento de la corriente, pero nuevamente se percató de esas manos con uñas largas sobre su cuello lo cual la confundió pues no sentía ese tacto.

Levantó su cabeza y la vio frente al río, quiso correr, pero la casa había desaparecido y a tras de ella estaba tan tupido de árboles y plantas que eran imposible atravesar.

Su respiración era agitada y sus piernas temblaban, dirigió su mirada nuevamente hacía donde aquella mujer estaba, pero ya no había nadie. Agotada se sentó en el suelo y observó su reflejo, quería que todo acabara, pues a este punto ya no sabía si estaba soñando o esto era una realidad.

La imagen de sí misma en el agua se distorsionó cada vez más y de repente unas manos salieron de él arrastrando su cabeza hacia el río. No podía respirar, pataleaba y en su inconsciente intento de gritar bajo el agua hacía que el poco aire retenido se perdiera y se ahogara lentamente cada vez más.

Sentía el agua meterse a sus oídos produciendo un ruido extraño en ellos, podía sentir como su corazón latía desenfrenadamente y fue entonces que abrió los ojos y despertó.

Su respiración era agitada y sin duda sentía que el corazón se le salía del pecho, pero estaba en su habitación, ¿a caso todo esto había sido un sueño?

Salió, bajó corriendo las escaleras y se encontró a MinJeong sirviéndose cereal tranquilamente.

— Buenos días —Sonrió su amiga.

— Hola... — Se sentía tonta por creer que fue real.

— ¿Quieres un poco?

— Por favor — se acercó a la mesa mientras se hacía una cola de caballo, ciertamente se sentía más relajada e incluso se rió por lo sucediendo. "Creo que es la fecha que me hace soñar este tipo de cosas" pensó

— Aquí tienes — Le acercó el tazón.

— Gra... — no pudo acabar, frente a ella estaba su amiga, sí, pero también ese brazalete con incrustaciones de rubí.— Gracias...

Miró hacía los ojos de MinJeong, esta solo le sonreía como si nada estuviera pasando.

Karina no sabía que ese 31 de octubre ambas chicas tuvieron el mismo sueño, la diferencia es que sólo una logró despertar.

¡Hola! ¿Cómo están?
Lamentamos la demora, quizá el espíritu del jalowin se les fue pero espero y disfruten de cada os de este libro.

El terror no es mi fuerte, empezando porque me da mucho miedo si quiera ver scary movie, así que espero les guste este one shot

brutallyalivee

- A 🌷

Créditos a: godisjichu Princess_Lalice

Estás dos guapas me ayudaron muchísimo en la inspiración, se les quiere ❤️👄❤️