Capítulo 39
Con el paso de los días, Kai se encontraba mucho más animado de lo usual, se miraba al espejo con mucho más cariño y se decía así mismo lo bueno que era cada mañana, ni hablar de los cariñitos o mimos que el Alfa le propinaba.
Pero las vacaciones no duraban mucho, por lo que el Omega se tuvo que acostumbrar a pasar tiempo consigo mismo, algo que ayudo bastante, a pesar de que Yeonjun a veces se ausentara en sus momento por las clases, dentro de todo la pasaba bien cuando estaba solo y cuando el Alfa volvía a su departamento se abrazaban con mucho amor.
No era común en ninguno de los dos dormir siestas, pero así paso a ser cuando se abrazaban por mucho tiempo que caían rendidos en los brazos del otro, ya sea en el sillón o en cama.
Justo como ahora.
Kai despertó luego de la siesta de la tarde que había realizado junto al menor y aun que se sintiera perezoso con algo de sueño, toco a su costado esperando sentir el gran cuerpo de Yeonjun, pero tuvo que abrir los ojitos al no sentir nada al lado suyo.
Se iba levantar para quejarse como un bebé, pero un rápido movimiento que se metió por debajo de las sabanas hasta colocarse encima suyo, brindando calor sobre su cuerpo, lo despojo de cualquier miedito de haber despertado solo y un recorrido de besos húmedos lo lleno de calidez dejando salir un suspiro relajado.
Iba a preguntar al Alfa de rico olor donde se había metido, pero tuvo que interrumpir sus palabras con un soplido caliente cuando los dientes contrarios cepillaron el contorno de su mandíbula y sin ningún gramo de timidez subió sus manos por la espalda desnuda de Yeonjun.
Y cuando iba a volver hablar, de sus labios se escapo un pequeño jadeo cuando sintió la rodilla del menor abrir sus piernas con firmeza y manos acaricias sus muslos desnudos, notando lo cálida que se encontraban más lo completamente satisfactorio que había sido ese movimiento.
Kai tuvo que abrir sus ojitos grises, ya que los había tenido cerrados disfrutando la sensación de tener semejante cuerpo musculoso encima suyo y se mordió el labio cuando lo primero que vio fue el hermoso rostro de su chico.
-Junnie. -lo llamo, viendo como este sonreía para luego acercarse nuevamente a su cuello, por lo cual ahogo un gemido lastimero cuando la lengua del mismísimo Alfa descendió por su cuello logrando que arqueara la espalda.
Se encontraba bastante sensible como para ser despertado de esa forma.
Nuevamente abrió sus ojos viendo a Yeonjun concentrado sobre él, con el cabello agarrado con un moño en la parte de atrás y con un exquisito olor a Menta, hasta que lo puso algo ansioso cuando volvió a mirarlo con esa sonrisa risueña y ese par de ojos verdes de Bambi que lo hacían arder debajo suyo ahora.
-Mi precioso dormilón al fin despertó. -sonrió de lado, frotando sus manos sobre esos muslos que eran su obsesión una y mil veces.
-¿D-Dónde estabas? -pregunto algo sonrojado, ya que esa mirada traviesa no la veía hace bastante.
-Fui a hacer la tarea, no era tanta y no quería levantarte. -respondió mirando enamorado la carita linda del Omega.
-Oh. -pronuncio comprendiendo su pequeño solitario despertar y sin poder evitarlo, llevo su mano peinando un mechón del travieso pelo del Alfa para ponerlo atrás de la oreja. -Eres muy lindo...
Yeonjun se sonrojo un poco, por lo que se inclino a besar la pequeña nariz de Kai con sumo amor para luego volver a su anterior posición para admirarlo.
-Tu lo eres más. -ahora el sonrojo se apodero de Kai acompañado de un tímida risa cuando su nariz fue besada nuevamente. -Tengo hambre. - admitió.
-Si quieres puedo preparar algo, ¿Qué te gustaría comer?, ¿de qué se te hace agua la boca? -ofreció estirándose un poco en el lugar.
-Y para ser sincero, lo que quiero comer esta justo frente a mis ojos...
Aquella frase fue la que detuvo todo movimiento en el rubio, quien tuvo que volver a conectar miradas con el menor, el cual no poseía ni una mínima pizca de broma en su semblante, Yeonjun hablaba bastante enserió.
-T-Tu quieres-...
-¿Me dejarías hacerlo Hyuka? - interrumpió, divertido con la timidez del mayor por lo que tuvo que volver a su lugar favorito en el hueco del cuello para succionar la piel acanelado.
-Junnie~ -Kai presiono sus labios para ahogar un dulce sonido cuando los dientes del mencionado comenzaron a mordisquear su piel.
-¿Ahora que dices, Hyuka?, ¿Me dejarías comerte? -volvió a proponer cuando vio que su trabajo de seducir a su victima estaba funcionando.
No obtuvo respuesta más que un movimiento afirmativo con la cabeza, lo que provocara que una suave risa saliera de sus labios, volviendo adentrarse en el cuello del Omega para disfrutar de su sabor y olor agradable de Azucena, el cual no probaba hace mucho.
Extrañaba tocar el cuerpo delgado de su Omega, pero no iba a mentir que amo todos estos días donde dormían y el se encargaba de ver la belleza del Omega en silencio, admiro cada una de las largas pestañas en sus ojitos, memorizo cada lunar, babeo por esos labios rosados levemente rellenitos, peino aquel cabello ruludo pero sedoso y ni hablar del autocontrol que poseía para no lanzarse encima de su angelito.
Era verdad que amaba esos momentos de paz, esos momentos donde se sentía como un simple humano admirando tremenda obra de arte, pero extrañaba poseer aquel cuerpo curvilíneo que con amor tomo varias veces y estaba dispuesto a hacerlo de nuevo.
-Mi precioso Omega. -susurro contra la nuez de adán, mordiéndola levente cuando subió sus manos por debajo del pijama de Kai, quien se estremeció cuando esos pulgares empezaron a jugar con su pancita. -Mi hermoso y encantador Kai. -siguió hablando con aquel tono que puso los pelos de punta en el mencionado.
Los besos en su cuello seguían siendo propinados, lo que lo hacia arquear la espalda, además de recibir carias delicadas por toda su cintura, como si esta no hubiera sido tocada en siglos, como si Yeonjun quisiera volver a recordar lo sexy que le resultaba esa parte del cuerpo en el Omega.
-Mhhgg~... -gimió necesitado cuando se dejo llevar, derritiéndose con el paso de los aventurados labios del Alfa, que para su suerte al fin subieron por su mandíbula y rozaron los suyos.
Kai tembló con un cosquilleo sobre sus labios, ansioso por querer probar de los besos de Yeonjun, quería recodar aquellos besos húmedo que se dedicaban cuando se encontraban encendidos y antes de que pudiera pedirlo, el contrario se inclino para unirlos al fin.
Cuando el Alfa mordió el labio inferior para adentrar su lengua, todo se torno suave, sin prisa, era relajado y paciente a pesar de que sus lenguas se encontraban interactuando, dejando que sus sabores se mezclaran, disfrutando de cada segundo en el que Yeonjun habilidosamente chupaba de la lengua de Kai con pasión.
Las manos aún sobre la piel acanelada no se quedaron quietas, lo que provocara que gemidos murieran en medio de su dulce danza, por su parte, el Omega tampoco quería dejar sus manos quietas, por lo que las llevo a la cabellera verde, despojándola del moño para meter sus dedos dentro y acercarlos aun más para profundizar el beso.
El encuentro entre sus bocas se había vuelto un poco más húmedo y salvaje, aunque a veces Yeonjun volvía al movimiento suave, Kai no lo dejaba y eso provocaba que la sonrisa apareciera un par de segundos durante esa mini batalla de labios.
Era evidente que habían extrañado tocarse de ese modo.
Yeonjun queriendo que Kai respirara, movió su boca hacia el lóbulo de la oreja contraria para jugar un poco con ella, ¿y por qué no?, deslizar sus manos con pura delicadeza sobre el pecho acanelado, haciendo sentir al Omega delicado por el toque frágil que le propinaba, un gemido fuerte fue lo que impulso a ambos a pasar al siguiente paso.
Sin decir nada, el rubio se dejo quitar la única prenda inferior, siendo observado por el Alfa que para su sorpresa solo poseía ropa interior, pero no pudo pensar mucho cuando una mano se poso sobre su pecho caliente, el cual subía y bajaba por la acelerada respiración del momento.
La mirada de Yeonjun poseía mucha lujuria, mucho deseo, ganas de poseerlo como siempre lo había hecho y aunque viera cierta duda en esos ojitos verdes, Kai supo que el Alfa no haría nada a menos que se lo pidiera.
-Alfa. -gimió al llamarlo, ya que ver al pelirosa casi desnudo frente suyo, con ese hermoso cuerpo y con una mirada ultra acalorada, no pudo contener su desesperación en su llamado. -P-por favor...
Aquella suplica fue el segundo impulso que Yeonjun necesito para agacharse y con su lengua apropiarse de uno de los pezones de Kai, quien gimió fuerte por lo sensible que se encontraba y con sus manos jalaba del cabello rosa seguido de varios espasmos, mientras por su parte, el Alfa se tomaba su tiempo para estimular ambos botoncitos, quería dejarlos llenos de marcas y rojitos.
-¡Aah!, A-Alfa...
El mayor solo podía gemir fuerte, no sabia lo que le pasaba o talvez era el tiempo que tardaron en volver a tocarse, pero su piel quemaba, cada beso, cada mordida, el recorrido de esas grandes manos, solo causaba que su excitación subiera rápidamente y sus feromonas volaran por toda la habitación.
-Eso es... deja salir tu dulce melodía, Omega. -dijo realizando un camino de besos hasta el ombligo del nombrado, presionando sus labios sobre la tersa piel, dejando marcas que únicamente el vería.
Pronto un olor familiar se apodero de las fosas nasales del Alfa, inhalo profundamente con sus pupilas dilatándose con el dulce aroma de Cerezas, de tan solo imaginárselo se le hacia agua la boca, por lo que acaricio los muslos con deseo mientras bajaba sus besos ansioso.
-Junnie, e-eso... Oh. -soltó un gemido lastimero cuando esos labios pronto se encontraban jugando con el elástico de su ropa interior. -L-lunas...
-¿Lunas? -dejo salir una risita. -Te hare ver las estrellas~ -sin más que agregar, siguió con su labor de repartir besos ahora sobre las caderas de Kai, embelesándose con los gemidos desesperados que este soltaba.
La desesperación en el Omega era evidente, tanto que elevaba inconscientemente sus caderas cuando el Alfa delineaba dicha zona con la lengua, para luego chupar y dejar una evidentes marcas.
-Por favor... p-por favor, Alfa. -sollozo en medio de suplicas, moviéndose contra los labios del menor, sin poder evitar sentir como las gotas de lubricante ya habían empapado su ropa interior y seguramente las mantas bajo sus cuerpos.
Ya emborrachado del aroma, además de encontrarse completamente desesperado, Yeonjun bajo lentamente la ropa interior húmeda de Kai, para luego llevar uno de sus dedos a la entrada, viendo lo fácil que este entro por el lubricantes y sintiendo la humedad rodear su falange.
El Omega jalo por aire cuando sintió al fin la intromisión, su pecho se hincho y su espalda se curveo, haciendo puños con sus manos las mantas, pero dejo salir un gemido mucho más fuerte cuando su miembro fue soplado y luego lamido mientras ese dedo se movía dentro suyo.
-Tan mojado para mi, tan jodidamente listo para recibirme, ¿no es así, Omega?-encantado por el resultado, comenzó a girar su dedo para luego introducir otro a la vez que solo le dedicaba lamidas al miembro contrario.
-Alfa, Alfa... A-Alfa... Ahgg~ -los gemidos y las feromonas del rubio eran tan fuertes que lo hacían sentir débil y drogado al Alfa, que sin ningún problema adentro otro dedo en la resbalosa entrada de su Omega.
Los dedos dentro suyo hacían cualquier cosa para hacerlo enloquecer, se retorcían, se abrían, entraban y salían, eran grandiosos, largos como gruesos, tan perfectos que varias veces rozaron su punto lo cual lo hacia enloquecer.
Hasta que Kai decidió abrir sus ojitos grises en medio de temblores para mirar a Yeonjun, que abría un poco más sus largas piernas, notando lo hipnotizado que se encontraba mirando como sus dedos desaparecían en la entrada de quien gemía y pronunciaba su nombré a la par que aumentaba sus movimientos.
-¡Yeonjun! -grito sin poder evitarlo, tras esperar tanto, al fin la lengua del mencionado se adentro probando su comida favorita, la cual sabia a Cereza, llegando lo más profundo que su lengua le permitía, penetro a Kai, quien tiro su cabeza hacia atrás para soltar un largo y dulce gemido.
El Omega podía autoproclamarse como un verdadero desastre, sus gemidos eran completamente descontrolados, la saliva se le escapaba por la boca como su propio liquido correr por sus piernas temblorosas, no era broma, estaba disfrutando ser la comida de su Alfa después de tanto.
Por muy esplendoroso que se sintiera ese momento, Kai quería algo más.
-Alfa c-creo que... -llamo como pudo y con la respiración acelerada, sentía que podía venirse en cualquier momento. -¡A-Alfa!...
Yeonjun escucho su llamado, pero aún no quería detenerse por lo que prosiguió a hacer circulos con su lengua mientras seguía deleitándose con el sabor dulce de su Omega, hasta que decidió adentrar un par de dedos más, acompañado de su lengua para escuchar los sollozos contrarios y seguidamente ver como el cuerpo bajo suyo se corría tras un fuerte grito de excitación.
Al alejarse, noto el desastre que había hecho de Kai, con su esencia por las mantas con su lubricantes salir de su entrada rojiza, su delgado cuerpo temblar por la sobre estimulación, con sus caderas sin estabilidad y su pecho jalar aire como loco.
Y su carita, esa preciosa carita sonrojada y desesperada.
-Eres sin duda mi dulce favorito. - suspiro entre palabras, lamiendo sus dedos con restos de lubricante bajo la atenta mirada abrumadora del omega que aun sufría con la vista nublada por el orgasmo. -Mi delicioso Omega, ¿puedo seguir comiéndote?
Los ojitos grises llenos de lagrimas de Kai lo miraron, mirada que fue entendida al instante por Yeonjun quien se acerco a juntar sus labios, dejando que el Omega se probara a través del encuentro, sintiendo como ronroneaba por cumplir su capricho en cuanto lo beso y con una sonrisa los separo para escuchar su respuesta.
-Yeonjun. -murmuro sobre sus labios, viendo como este esperaba ansioso. -Quiero que me anudes, pero... - parpadeo con lentitud, notando como el semblante confundido se apoderaba del menor y es que Yeonjun lo hacia sentir tan malditamente amado, ¿Cómo no hacerlo? -También quiero tu marca...
Lo dijo.
Sin evitarlo el pecho del Alfa se lleno de una calidez inmensurable, tanto que hasta sus propios ojitos comenzaron a brillar y su corazón a palpitar, una sonrisa se reflejo en su rostro, con su mano ahueco una de las mejillas acaneladas sin poder creer lo que acababa de escuchar.
-¿Lo-Lo dices enserió?
Hueningkai no pudo evitar sonreír.
-Si, lo digo enserió. -coloco su mano por encima de la Yeonjun. -Aunque ya soy tuyo y tu mío, quiero que sea más que oficial, mi tierno Alfa...
Yeonjun no pudo decir más nada, que solo acercarse para brindarle un beso a esos hermosos labios, sentir como la felicidad lo invadia por completo, no esperaba que Kai dijera esas palabras tan pronto, pero cuando solo las dijo, supo que era lo que quería.
La marca.
Tuvo que separarse de esos labios para despojarse de su ropa interior rápidamente, su lobo estaba igual de ansioso y al fin podría sentir hasta los huesos que Kai era suyo.
Se miraron entre sonrientes y excitados.
Marca, marca.
Sin perder tiempo ubico su miembro en la entrada del Omega, se miraron unos segundos más y tras un asentimiento, Yeonjun se adentro en aquel interior apretado, el cual le daba una cálida bienvenida después de un largo tiempo desde la ultima vez que habían tenido intimidad y aquello se sentía como el mismo paraíso.
Sin duda, el Alfa podía morir en ese momento de felicidad, pero no sin antes marcar a su Omega, además, el calor que emanaban sus cuerpos era demasiado, se encontraban tan excitados como enamorados que aquel encuentro iba a ser mejor que los anteriores.
-R-Rápido, muévete Alfa. -ordeno el mayor desesperado, no podía aguantar ni un segundo más y aquello hizo sonreír al pelirosa, su Omega lloriqueando, pidiendo que se moviera, era la cosa más preciada que guardara en su memoria hasta el fin de los tiempos.
Y cuando arranco la primera embestida, el gemido que dejo salir Kai tras ser tocado en su punto dulce, fue solo el comienzo.
Los movimientos de Yeonjun lo impulsaban aferrarse con fuerza de la espalda musculosa, rasgándola con sus cortas uñas, sabiendo que dejaría marcas que luego curaría, pero ahora lo importante era gemir el nombre de su chico.
-Junnie-Aah... ¡Aah!, si... t-tan bueno. - lloro el Omega, alzando las caderas, enredando sus piernas pata hacer más profundas las embestidas, sintiéndose tan completo cuando los golpes de Yeonjun se hacían cada vez más rápidos y duros.
Las penetraciones tomaron un ritmo rápido, golpeando fuertemente sus bolas contra el traserito de Kai, asegurándose de golpear lo más seguido posible en su punto dulce, siendo lo suficientemente duro con el sonar de sus pieles al chocar y gruñendo a la par con esas exquisitas paredes que abrazaban su miembro.
Sin evitarlo la palma de su mano presionaba el bulto que se formaba, gracias a su miembro, en el ombligo del Omega, lo cual lo hacia enloquecer y gritar aun pero con cada fuerte estocada que daba acompañada de ese detalle, sintiendo glorioso la sensación de ser bien recibido y ver la sexy expresión contraria por eso.
-¡Aah!, ¡Aah-Mhggg!... s-si~ más, m-m¡Aah!...
-Oh, te sientes tan bien, Omega. -le dijo en medio de un gemido, sin cesar sus movimientos, solo ahogándose en todos los sonidos de su alrededor, el respaldar la cama golpeando contra la pared, sus pieles chocar con vehemencia, lo obsceno que se escuchaba el entrar y salir de su pene, más los melodiosos gemidos del rubio.
Si, en el paraíso.
-M-Mi... ¡Dios!, Ahgg~... Alfa, A-Alfa. - las lagrimas que descendían por sus ojos eran limpiadas por la lengua de Yeonjun.
Y como si fuera posible, los movimientos del menor se hicieron mas habilidosos como agresivos, logrando penetrar con muchas más fuerza el punto dulce de Kai, haciéndolo suplicar por más entre inentendibles balbuceos.
No había nada más que hacer, el final se acercaba cuando el Omega sintió el conocido cosquilleo en su vientre bajo y aun con los golpes intensos del pene del Alfa, sabia que no iba a durar por mucho tiempo más.
Llego la hora.
Marca, la marca.
Bastaron un par de embestidas más para que Kai se viniera como cascada, manchando con tiras blancas su vientre y el de Yeonjun, sintiéndose borracho y aturdido por las penetraciones que aun seguían su ritmo.
Y aunque tuviera la vista nublada entre estrellas, inclino su cabeza para dejar descubierto su cuello y esperar por lo mejor.
Esa era la señal, solo pudo aumentar el ritmo y dejarse llevar cuando dejo salir su gran nudo dentro de quien amaba, logrando que Kai gimiera fuerte por lo cargado que ahora se encontraba, lleno con la semilla de su alfa que no dejaba de expulsar chorros de semen espeso y caliente dentro de su culo, lleno y satisfecho.
Aun que no del todo.
Marca, Alfa la marca.
Los colmillos de Yeonjun picaron y aún sin dejar de emitir pequeños movimientos con su pelvis, con sus filosos dientes penetro la piel de Kai.
Los colmillos de Yeonjun picaron y aún sin dejar de emitir pequeños movimientos con su pelvis, con sus filosos dientes penetro la piel de Kai.
Finalmente.
Y por primera vez en la vida, ambos se sintieron completos.
Dejando de lado el dolor, Kai pudo sentir con claridad como se formaba el enlace con Yeonjun, la sensación fue tan pero tan increíble que sonrió entre lagrimas, se había formado el puente entre todo su ser y el del Alfa que amaba.
Sin duda no había sensación más hermosa que aquella.
Se abrazaron en silencio, Yeonjun admiro con orgullo y amor la gran marca en el cuello del Omega que había reclamado al fin como suyo, luego comenzó a repartir besos junto a lamidas para limpiar la sangre mientras el nudo que los unía bajaba.
Mi Omega, al fin mío.
Luego de dejar limpia la estrenada marca, formo un camino de besos hacia las mejillas del rubio para luego propinarle muchos piquitos los cuales fueron interrumpidos por la risita risueña del igual entusiasmado Omega.
-¿Me sientes? -pregunto con su sonrisa aconejada, refiriéndose a la marca.
-Siempre te sentí, Junnie. -sonrió igual de contento, se sentía tan satisfecho y tan completo, ¿Cómo no estarlo?
El menor dejo salir un risa que lleno de amor el corazón de Kai.
Su tierno Alfa, ahora es más que suyo.
-¿Fui muy duro? -pregunto refiriéndose a todo, llevando su nariz y labios a la marca para disfrutar del aroma combinado entre ambos.
-No, fue perfecto...
En efecto el calor comenzó a disminuir, pero Yeonjun no dejaba de pasar la lengua por la marca con suma delicadeza, aliviando a Kai quien seguía flotando entre las estrellas que el Alfa le prometió sentir, ¡y diablos, que fue genial!
Fue el mejor momento de su vida, tanto que si fuera posible lo guardaría en un frasquito de cristal en sus más íntimos recuerdos y jamás se olvidaría de el.
Luego de que todo se calmara y que Yeonjun terminara su labor con la marca, salió del cálido interior, para luego colocarse de costado y colocar a Kai frente suyo con una mano sobre su cintura, besando todo su rostro con entusiasmo y bajo su armoniosa risa.
Se miraron entre sonrisas, hasta que Kai no pudo evitarlo más y se acurruco contra el acolchonado pecho del Alfa, drogándose con su aroma combinado con el suyo, mientras sentía como las yemas de los dedos contrarios acariciaban sin cesar la marca.
-Yeonjun...
-¿Si?
-Te amo. -murmuro con su bella voz, logrando que Yeonjun pegara un gritito enamorado, para luego besar varias veses más los labios de Kai haciéndolo reír.
-Yo también te amo...
♡
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