Capítulo 37
Cuando a Kai fue diagnosticado como un Omega infertil, la familia Huening entró en una posible desesperación, a pesar de tener otros dos hijos que podrían seguir con sus linajes, para ellos un Omega sin abundancia no servia o era simplemente una desgracia para la familia en si.
Kai sabía que las cosas iban a cambiar desde entonces, pero nunca creyó que al grado de querer huir de su casa.
No solo su autoestima cambió, si no que desde que los pensamientos insultos o los atormentantes lograron causarle varios ataques de ansiedad como el que había tenido recientemente, desesperación y miedo, la mezcla de ambos no era nada extraño para el pobre Omega.
Recuerda llorar en su cuarto cuando nadie lo vio y cuando vio a su familia, a pesar de que lo lastimaran, el les seguía sonriendo, porque aún guardaba ese cariño familiar que ellos olvidaron de un día para el otro.
Las personas deprimidas creen conocerse bien así mismas, pero lo que no saben es que entre su personalidad y lo que ellos ven, hay una muralla llamada depresión, una demasiado larga y profunda que llega hasta ahogarlos en sus propios pensamientos.
Kai no quería ahogarse, quería salir de esa casa que día a día lo hacia sentir como la peor porquería del mundo y aún que a veces lo aceptaba, una persona se cansa y por mucho que le cueste debia huir de aquello que lo atormentaba.
Sus padres, hasta sus hermanos, eran la tormenta que todos los días Kai se enfrentaba.
Pero cuando conoció a Yeonjun, todos los problemas parecían estaban esfumados, hasta que su mente se planteo una pregunta que destrozo por completo su lindo cuento de hadas.
¿Cómo reaccionaría Yeonjun al saber que no puede tener crías?
Es decir, el Alfa era joven y completamente nuevo como el con el tema del amor, ¿pero si seguían juntos?, ¿y si seguían guardando el secreto?, ¿Cómo reaccionarían las personas cercanas a Yeonjun con su condición?.
Kai sabia que estaba puesto en medio de una delgada linea entre el rechazo y la aceptación, sabia a lo que se frente si la verdad salía a la luz, pero Yeonjun tenia algo, no sabia que pero era algo que lo impulsaba a no decepcionar a ese hermoso ser.
Entonces se dio cuenta lo muy enamorado que se encontraba del Alfa.
Ninguno de los dos lo sabia pero si lo notaban, la conexión, el deseo, no era algo de un Alfa y un Omega en celo, bueno si, pero no del todo, había algo más, algo que los atraía como un imán a un metal, obviamente sus lobos también eran participes de dicha conexión, sin embargo lo que sentían o la fuerza que los atraía era mucho más fuerte.
Amor resultaba ser la mejor respuesta.
Si, amor.
-Amor, voy a bañarme…
Oh, que lindo sonaba eso.
-Mmm…
-¿No quieres unirte? -un besito en el cuello fue depositado, lo que le provoco un mini escalofríos y ganas de sonreír.
Estaba en el paraíso.
-¿Mi pingüinito va seguir durmiendo? - pregunto con voz juguetona mientras abrazaba con sus fuertes brazos el cuerpo del Omega quien seguía sonriendo como bobo enamorado.
-Tengo sueño aún. -declaro luego de unos segundos.
-Bien, me apresurare en terminar de bañarme, luego sigues tu, desayunamos y luego salimos de paseo, ¿Qué dices?- propuso comenzando a separarse del peligris que formulo una queja por la falta de calidez. -Si haces eso nunca saldremos de la cama. -comento con un risa divertido por la actitud aniñada.
-Tal vez es lo que quiero. -pronuncio con otro puchero pero aun seguía sin moverse de la cama.
-Tomemos aire fresco, estuvimos encerrados estos días entre nuestros asuntos. -dio a recordar, lo cual peso mucho para Kai que le dio la razón internamente.
-Bien, prepara la tina. -acepto levantándose perezosamente de la cama con los ojitos hinchados y una clara mueca adorable.
-¿Vamos hacerlo juntos? -pregunto con entusiasmo mirándolo desde afuera de la cama con ternura.
Kai dejo la molestia de lado, bostezando una vez se incorporo más cómodo sentado en el colchón, mirando con sus ojitos grises la sonrisa aconejada en el menor, lo que lo lleno de ternura en un instante y solo pudo corresponderle con el mismo gesto.
-Siempre...
-Oh, mi lindo romántico y precioso Hyung. -halago por el coqueteo de su mayor, acercándose para besar su frente y sonriendo con las mejillas algo sonrojado mientras se retiraba al baño para preparar las cosas. -¡Te amo! -su grito retumbo entre los azulejos del lugar tras una armoniosa risa que puso contento al acanelado.
Aquel grito también había retumbado en su corazón, sin duda amaba lo hiperactivo y compresivo que lograba llegar a ser Yeonjun con su persona.
Con una sonrisa cuadrada se levanto de la cama para comenzar a desvestirse con pereza, pero solo llego a hacerlo de la parte superior, pues cuando estaba a punto de deshacerse de la inferior vio su reflejo en el espejo del cuarto y se quedo mirando por un rato.
Se acero poco a poco, mirándose con atención, mirando cada detalle, aun que tuviera un pantalón corto que lograba mostrar sus largas y brillosas piernas, o su ombligo adorable, o lo estrellado en lunares que se encontraba, era sensual, tenia un lindo cuerpo, pero el no miraba su físico en si.
Se miraba así mismo.
Quería mirar algo más que lo que eso.
¿Por qué no se amaba?
¿Es solo por su condición que se despreciaba de esa manera?
Decidido centrarse en otras cosas, como las cosas buenas que poseía.
Por lo que paso sus manos por sus brazos, haciendo recorrido luego por su pecho, bajando por su ombligo solo para parar en su cintura, una linda curva aparecía a los costados lo cual hacia que sus manos encontraran una posicion donde posarse, se veía bien y inevitablemente sonrió.
Luego se puso de perfil de lado, mirando lo delgado que aun era pero tampoco tanto, era un termino medio que según lo que sus ojos veían, era perfecto, aunque antes de llegar a detallar su espalda baja no pudo evitar pensar que su trasero sin duda era grande, es decir, no grande en si pero esponjo y voluminoso.
Yeonjun ama su trasero.
Soltó un risa recordando cuando este se durmió sobre su trasero, por lo que tuvo que admitir que quizá su cuerpo cumple con la definición de curvilíneo y sexy.
Tenia que admitir que era la primera vez que se veía al espejo buscando sus defensas buenas y dentro de todo estaba orgulloso de sentirse bien con su cuerpo, para el era lindo, había que admitirlo, no podía decir que no era lindo y eso lo lleno de orgullo.
Luego se miro de frente y vio sus piernas, eran muy lindas al igual que el resto, su rostro era lo ultimo que quería observar pero cuando volvió a centrarse solo en su cuerpo pensó.
¿A Yeonjun le gustaba su cuerpo completamente?
Es decir, con que le guste a el mismo era más que suficiente, pero con Yeonjun en su vida tenia que hacer una excepción, a pesar de saber que tenia un fetiche con su culo, ¿Qué pasa con el resto del cuerpo?
En su rostro se dibujo un mueca algo inseguro, por lo que movió sus manos hacia su ombligo e intento taparlo, tal vez si bajaba un poco más de peso no aparecería una bultito en su panza o quizás...
-¿Qué haces, Hyung?...
Inevitablemente salto en el lugar al sentir la presencia del Alfa atrás suyo, por lo que se aparto un poco y se quedo un rato viendo sus reflejos sin saber que decir o que inventar.
-Emm... y-yo... bue-bueno estaba...
-¿Admirando tu belleza? -pregunto con una sonrisa tranquila, atrayendo por la cintura al chico para este apoyara su cuerpo espalda a su pecho y se miraron junto en el reflejo.
-S-Si, digo no... es decir... -se puso nervioso, no quería sonar como un creído o algo por el estilo, pero que el menor interrumpiera su pequeña admiración bajo por completo su poco autoestima.
-Eres muy... -susurro cerca de su oído para luego apoyar su mentón en su hombro y observar como Kai aún seguía cubriendo su cuerpo. -¿Sabes lo que veo?...
-¿Q-Qué?...
-Un lindo Omega. -comenzó a hablar mientras lo abrazaba con mucho mas cariño. -Con un color de piel besado por los mismo labios del sol, estrellado en lunares como la noche misma, delgado con curvas como caderas bien pronunciadas lo cual lo hace ver bastante sexy, con una pancita de bebé que causa ternura, además de su precioso rostro bien marcado, completamente perfecto para mis ojos. -describió oliendo como el Kai comenzaba a soltar feromonas de felicidad al ser halagado de la manera más preciosa posible. -Pero para mi sorpresa todo lo que dije no fue solo lo que me enamoro por completo de el, ¿quieres saber qué fue?...
Kai asintió con los ojitos bien brillosos, sin duda Yeonjun era increíble.
-Su corazón. -continuo hablando, con una sonrisa que podía de curar por completo de cualquier mal al Omega.
-Tan bondadoso, tan bueno, sincero, tímido, comprensivo y-...
-Roto. -se animo a completar con una pequeña mueca en el rostro, lamentablemente no evitaba decir la verdad, porque era verdad, Kai se encontraba roto.
-Si, roto y sólo. -confirmo Yeonjun, pero no se iba a detener con solo eso.
-Pero eso formaba parte del pasado, porque ahora me tienes a mi...
-Ahora si. -la sonrisa volvió a posarse en Kai haciendo relajar todos los sentidos del Alfa.
-Eres más de lo que podrían opinar los demás, incluso de lo que piensas tu mismo, eres mucho más y puedes hacer mucho más. -lo animo besando su mejilla con sumo cuidado, viendo como la actitud triste abandonaba el cuerpo que tenia aprisionado entre sus brazos. -Eres capaz de hacer lo que quieres, de estudiar, de amarte, de crecer, todo es posible, solo tienes que creer en ti y veras lo muy valioso, atractivo y sorprendente que eres...
-Junnie. -menciono su nombre con mucha alegría, ahora si quito sus manos de su ombligo y sonrió aún más grande que nunca. -¿Dónde estuviste todo este tiempo?...
-Oh, Hyuka. -el menor sonrió de igual forma. -¿Dónde estuviste TU todo este tiempo?, eres tú a quien siempre estuve buscando, la pieza faltante en mi vida, lo que me faltaba para sonreír y sentirme vivo, sin importar lo que opinaran los demás de mi o de ti, eres aquello que estuve buscando por años. -confeso logrando que sus aromas ahora se mezclaran por toda la habitación.
-Pensé que seria feliz el día que saliera a la calle sin inseguridades, pero eso no se compara al momento en que llegaste a mi vida, porque tu sola existencia curo cualquier mal en mi...
Kai ahora si quería llorar, ver a Yeonjun abrir su corazón, saber que se había sentido así cuando el solo se estaba rompiendo poco a poco, pensar que le alegro más de un día sin tener el objetivo de hacerlo, estaban tan enamorado y perdidos en el otro.
-T-Te amo Alfa. -declaro tratando de contener las lagrimas, quería ser fuerte y claro. -Aunque e-este mal conmigo mismo, prometo dejarlo atrás, prometo centrarme en las cosas buenas y dejar de traer problemas-...
-No traes problemas, Kai, no lo haces. -negó inmediatamente.
-Para mi si lo son. -se trago las lagrimas y se acerco a frotar su mejilla contra la del Alfa, bebiendo de su aroma lo más lento y cariñoso posible, transmitiendo lo mucho que lo quería.
-Tratare de verme con otros ojos, quiero saber que puede ser más que una simple decepción...
-Ya eres mucho más que eso...
-Contigo me siento así. -se animo a confesar. -Entre tus brazos me siento protegido, amado, muy amado que solo puedo pensar en lo mucho que te amo y en lo mucho que me importas, en lo tanto que intentas ayudarme pero sobre todas las cosas, amo que hayas aparecido en mi vida para hacerme sentir vivo una vez más. -ahora Kai beso la mejilla de Yeonjun. -Te amo...
-Estoy contigo y siempre querré estar contigo. -el pelirosa sonrió embobado, le encantaba cuando el Omega decía que lo amaba, llenaba de calidez su corazón. -No me importa lo que piensen o lo que pienses de ti mismo, solo se que te amo y espero que eso baste...
-Créeme... -coloco la palma de la mano bajo el mentón del menor y lo atrajo para un beso corto pero cariñoso. -Es más que suficiente...
Se besaron en medio de sonrisas y risas, Yeonjun estaba contento de que aquella charla se haya realizado, ni hablar de Kai que sentía como si una tonelada de ladrillos fuera quitada de arriba suyo.
El menor fue encaminándolos hacia el baño, mientras se susurraban lo que mucho que se amaban y a pesar de que hayan tenido conversaciones similares a las que acaban de tener, esta podría decirse que es la primera en la que Kai se siente bien luego de la charla.
No sabia si era por todo lo que paso, como los ataques, las ganas de tener un hijo, los miedos de ser nuevamente abandonado, las inseguridades, las comparaciones, pero a pesar de que sonara tan mal, sabia que todo eso debia dejarlo atrás y si, eran enseñanzas pero eran recuerdos que si los seguía teniendo en cuenta, no iba a poder avanzar.
Y Hueningkai quería avanzar.
Quería hacerlo por Yeonjun.
Avanzar con Yeonjun.
Dejar los miedos de lado, dejar de atormentarse, aprender de ellos y seguir con su vida.
Para Kai todos los días eran pesadillas de las que de despertaba cuando dormía, pero con Yeonjun, esas pesadillas ahora eran sueños bellos de los cuales no quería dormir para despertar.
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