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Capítulo 24

Los besos pronto fueron interrumpidos por sus sonrisas, sonrisas que fueron causadas por la euforia que le hacia sentir el contrario.

-Yeonjun. -canto su nombre con diversión y cariño, pasando sus manos por la cabellera larga del chico.
-¿Queremos disfrutar del lugar o queremos disfrutar del otro?...

-Mmm... -fingió pensar rodeando con sus brazos la cintura del chico, besando su frente en medio de risas. -Creo que podemos hacerlo en ese orden, ¿Qué opinas? -susurro lo ultimo haciendo reír más al chico entre sus manos.

-Opino que nos estamos equivocando de orden. -susurro también, casi sonando como cómplices de una travesura mientras se toqueteaban de vez en cuando, al paso que retrocedían hacia la cocina del lugar.

-Estoy seguro que lo primero que se me viene a la cabeza es comer cada centímetro de tu cuerpo y degustar de tus labios acolchonados, mi precioso y exquisito Omega. -hablo exageradamente, alzando por los muslos al acanelado chico para posicionarlo en la alacena para proseguir a besar una mejilla sonrojada. -Pero también tengo hambre de comida...

La risa que soltó Kai, fue tan mágica que Yeonjun juro estar en el cielo por un par de segundos que logro admirar ese precioso ser reír en cámara lenta, tan inocente como puro, era perfecto.

"Se paciente campeón, será tuyo después del viernes y tendrá una hermosa marca en su cuello que gritara tu nombre".

Soltó un suspiro encantado, últimamente se estaba poniendo de acuerdo con su lobo en muchas cosas.

-En el patio hay una pileta climatizada, ¿no te gustaría que nos metiéramos un rato? -propuso el pelirosa, masajeando su cara contra el pecho del Omega, sintiendo como su pechito se movía cuando reía encantadoramente.

-Seria muy encantador. -acepto el pelinegro, mimoseando el cabellito de su Alfa con cariño. -Debemos dejar las cosas en el cuarto antes...

Entonces Yeonjun asintió entusiasmado y sin que se lo pidieran, llevo los bolsos hacia el cuarto, los cuales aventó restándole importancia lo que traían o hacia donde caían.

Luego volvió por Kai quien reía por la actitud ansiosa frente suyo, pero no le toco más que gritar cuando su cuerpo fue puesto como un costal de papas sobre el hombro del menor para caminar hacia el patio.

-¡Yeonjun!

Pero este ni lo escuchaba, solo los lanzo al agua hundiéndose en ella y tan pronto salieron a al superficie comenzaron a tirarse agua, a jugar entre risas, cosquillas.

Todo parecía mágico en ese instante, ya que la risa del otro resonaba en los pensamientos del otro y eso de alguna forma se veía muy lindo.

Huening nunca imagino estar así con una persona.

Yeonjun nunca imagino estar así con una persona.

¿Qué será lo que le atrajo del otro?, a parte del celo, obviamente.

Cuando el Alfa se le quedaba mirando al Omega era instantánea la pregunta que se le venia a la mente, ¿era por pena?, claro que no, ¿era por el celo?, puede ser, pero no, ¿entonces que era?, ¿el hecho de ser entendido cuando la gente esperaba más de ti?, ¿el comprender sentirse solo contra los demás?, ¿el que lo haya aceptado como es?, o era algo completamente diferente, como decir que Kai es el ser más hermoso del planeta tanto como apariencia y personalidad.

No lo sabia, no sabia en que momento su corazón comenzó a palpitar tan fuerte como ahora de tan solo verlo sonreír mientras se quitaba la ropa, como esa reluciente cara era todo lo que necesitaba para verlo tan brillante.

Solo podía ver como todo se transformaba en cámara lenta, como Kamal ahora le dirigía la mirada con un pequeño rubor en sus mejillas, como se acercaba con su mirada traviesa y avergonzada.

Pronto sintió como el también era despojado de sus ropas, con ayuda del mayor claro, pero cuando solo faltaba sacarse la remera pudo saber la distancia corta que los separaba y solo pudo sentirse anonadado cuando sus narices rozaron.

El aroma del Omega inundo la atmosfera y sus ojitos no dejaban de verse con anhelo.

Esos hermoso ojitos grises que amaba ver cuando despertaba.

Ese exquisito aroma que amaba oler cuando se sentía intranquilo.

Esa armoniosa voz que amaba escuchar cuando se sentía aburrido.

Esa carita angelical que de tan solo verla feliz era como el mayor regalo del mundo mundial.

Las entretenidas conversaciones.

Los encuentros candentes.

Los besos en medio de sonrisas.

Todo, todo lo que Hueningkai es, le encantaba.

Lo tenia loco y...

-¿Yeonjun? -cuestiono aquella preciosa voz que con su rostro curioso lo observo.

El menor negó lentamente volviendo en si, parpadeando un par de veces deseando no estar en uno de esos sueños largos porque para el Hueningkai era irreal y tan perfecto que temía que desaparezca algún día de su lado.

-S-Si... yo... Mmm. -se quedo sin palabras pues sus ojos verdes seguían perdidos en el rostro del contrario.

-¿Te encuentras bien? -ladeo la cabeza curioso de ver como las mejillas del pelirosa ahora eran medio rojizas, sin saber si era por la pileta o por alguno de los pensamientos internos del chico.

Más, Yeonjun solo lo miro por otro rato más, viendo cada facción, cada lunar, cada destello del hermoso rostro del Omega pelinegro, el cual ya brillaba por si solo con su bronceada piel, suave, muy suave como sus adictivos labios.

Labios.

Quería besarlo.

Pero no quería besarlo no sin antes decirle lo que había descubierto.

-Te amo, Hueningkai...

Los ojitos del mencionado se abrieron con sorpresa y retrocedió un poco en el lugar al no saber si escucho con éxito lo que acababa de declarar el contrario.

-¿Q-Qué tu... que tu?... ósea, ¿Qué? - tartamudeo sin entender lo que estaba pasando.

¿Era real?, ¿esto estaba pasando de verdad?

-Iba a esperar hasta el viernes, pero... -soltó un suspiro con el corazón latiendo a mil por hora, pasando sus brazos por la cintura del Omega para atraerlo y jugar con sus narices de manera delicada para finalmente mirar a los ojos una vez más. -No puedo contener más lo que siento, solo quería que lo supieras...

-J-Junnie. -los ojitos grises brillaron en un destello lleno de esperanza y amor.

-Me enamore de ti, Omega. -continuo apoyando su mejilla en el hombro del contrario para mirarlo desde ese ángulo y suspirar. -Funciono, siiii. -dijo victorioso al final con una risa que contagio al mayor.

Mientras que las mejillas y orejas del pelinegro se pintaban de rojo, el corazón le partía el pecho de tan solo escuchar los sentimientos del Alfa ser dichos en voz alta, algo de lo que hablaban muy comúnmente pero no tan esperado como ahora.

Su lobo pedía desesperadamente que besara ese pucherito posado en los labios del pelirosa, pedía que se aparearan inmediatamente para tener la tan dichosa marca, pero como Kai tenia más control humano, antes que nada quería ser igual de sincero antes de pasar por aquellos pasos.

-No eres el único enamorado aquí, Alfa. -susurro mirando con cariño al menor quien sonrió aconejadamente, aliviado de al fin escuchar una respuesta. -Y también te amo...

-Esa palabra es muy fuerte, ¿no? -dijo entre divertido y serio. -No sabia si era muy pronto para decirla, pero es lo que siento y lo que siento por ti no debería ser callado, ni siquiera por mi. -declaro volviendo a su posición anterior y mirar con ojitos iluminados al contrario.

-Lunas, Yeonjun. -expreso tímidamente mientras desviaba la mirada solo por unos segundos antes de volver con el menor. -No se que hice para encontrarme a alguien como tu en mi camino...

-Oh, Kai Hyung. -grito rodando los ojos. -Yo mismo me tendría que hacer esa pregunta, ¿Qué hice yo para encontrarme con este perfecto Omega?...

-Y-Yaaa... no soy un Omega perfec-...

-Ah.. Ah. -lo interrumpió negando.
-No me importa el hecho de que no puedas dar vida, Kai, ya hablamos de esto, a mi no me importa. -recalco juntando sus manos por debajo del agua hasta entrelazar sus dedos para brindarle seguridad a la carita triste del acanelado. -Te hicieron ver la vida de una forma, una forma mala, pero yo mismo me encargare de que eso cambie...

Hueningkai sonrió.

-Ya hablamos de esto. -susurro suave pegando sus frentes. -Un bebé no te convierte en un buen Omega, es más, no tendrías porque querer ser un buen Omega para que los demás lo vean, tendrías que ser todo lo que tu quieras ser pero solo si tu lo quieres. -abrió los ojos viendo como los del contrario empezaban a verse las lagrimas salir.
-Se tu propio orgullo Kai, se lo que tu quieres ser y que los demás se vayan al carajo...

El Omega sonrió asintiendo, aguantándose las llanto para no pasar por otro momento triste cuando evidentemente el contrario lo estaba alentando, no lo juzgaba, lo quería como es y tenia razón.

Tenia que ser la mejor versión de si mismo, pero con sus metas en mente y no las que los demás esperan de el.

-Te admiro demasiado. -confeso, ya que Yeonjun paso casi por lo mismo, talvez no con el mismo tema pero si con lo que esperaban los demás de él. -Una pollera no te hace menos Alfa de lo que ya eres...

Ahora Yeonjun sonrió.

-Lo se...

-Les partirías la cabeza de un solo golpe a decir verdad. -agrego haciendo reír en carcajadas al contrario.

-Eso también lo se...

-Y-Y que no pueda dar vida, no me hace menos Omega. -siguió hablando pero con la cabeza agachada, la cuál fue alzada por el mentón gracias al menor, lo cual le dio coraje para sonreír y subir cara con orgullo. -No me hace menos persona. -corrigió.

-Estoy orgulloso de ti. -lo miro con admiración. -Cuando sea el momento encontraremos la solución, aún somos jóvenes, aún eres joven y yo diría que primero nos encarguemos de darnos felicidad a nosotros mismos haciendo lo que nos gusta, ¿Qué dices? -opinó besando una de las mejillas del contrario quien ilumino sus ojitos con aquella petición.

-Eso suena fantástico...

-Tu eres fantástico...

-No más que tu...

-Créeme, eres más que yo y que todos los que están en este mundo...

・・・

Mirar el cielo estrellado era uno de los pasatiempos favoritos del Omega cuando se quedaba solo en casa encerrado, privado de su libertad y de tan solo verlas otra vez ahora solo pudo recordar que hace meses atrás vivía en un infierno.

Pero esa noche había algo diferente al pasado.

No solo que tenia una mejor vista de las estrellas claro, si no que se encontraba agarrando la mano de una persona que muy difícilmente lo trataría como aquellas personas que creyó su familia hace tiempo atrás.

Ahora mismo Yeonjun le explicaba el significado de las estrellas y por supuesto que lo estaba escuchando, solo que sus ojitos solo se centraron en lo lindo que se veía explicándole algo que a sus oídos ya no llegaban.

Se tuvo que acordar de la historia que un día le conto su madre, aún cuando lo amaba, esa historia donde ella le decía que el iba a sentir magia cuando conociera a su pareja, que era una tarea difícil pero no imposible de lograr y que todo era armado por la diosa Luna.

Obviamente no le creyó a la primera, ya que lo veía como una locura, pero el de verdad quería enamorarse de un Alfa, uno que lo amara con todo su corazón, que lo tratara bien, que lo apreciara con cada partícula de su alma y eso, eso era lo que alguna vez deseo en una pareja, algo que con el tiempo se fue desvaneciendo gracias a su pequeño desliz.

Pero ahora, mirando a Yeonjun como el único ser en la faz de la tierra, muy posiblemente sea un momento irreal para su dañado subconsciente, pero con el paso del tiempo, eso fue cambiando ahora parecía hermoso todo lo que vivía y todo es gracias a la persona que tenia al lado suyo.

Creer de nuevo en el amor es difícil.

Pero parece que no fue tarea difícil para el Alfa sonriente que tenia delante suyo, hormonal, pero encantador sin duda.

-El lunar arriba de tu labio es muy inspirador...

-Espera, ¿qué? -lo miro divertido, empezando a reír a carcajadas cuando escucho las palabras cómicas del mayor salir de la nada. -¿Y que te inspira, si se puede saber? -alzo una ceja comenzando un juego.

-Mmm... un montón de cosas. -se acomodo de costado, mirando igual de divertido al contrario. -Ven, acércate, te las diré...

-Oh, claro que me las dirás...

Al acercarse ya sabían lo que lo que iba a pasar.

Se besaron.

Y fue el beso más lindo bajo las estrellas que pudieron imaginarse alguna vez.


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