Capítulo 11
Yeonjun paso re contento la mitad de periodo de clases, hoy tendría una cita con Kai, además, acordaron conocerse más en medio de un cortejo del cual estaba orgullo de haber propuesto.
Hoy no vestía tan extravagante, en realidad, nada de colores claros, se puso un pantalón de vestir más una remera mostaza arriba que amoldaba su cintura y se sentía orgulloso de haber combinado ambas prendas.
Ahora se encontraba en la biblioteca leyendo algunos libros, tenia la hora libre y por ende se encontraba tranquilo mientras que de lejos, unos ojos femeninos tímidos se acercaban.
Pudo oler el aroma de una Omega cerca, pero nunca conto con que esta se posicionara justo delante suyo, por lo que tuvo que subir la mirada y sonreír cuando reconoció a la persona.
-Arin, ¿Cómo estas? -saludo amable, era la única Omega que lo trataba bien en aquel instituto, claro, sin contar a sus amigos.
-B-Bien, ¿Cómo estas tu, Yeonjun? - pregunto con la manos ocupadas, sosteniendo una bolsita de galletas caseras que ella misma hizo.
-Bien, muy, muy, muy bien a decir verdad. -contesto sonriente y la verdad que no mentía.
La chica sonrió igual de contenta, le gustaba cuando Yeonjun se encontraba contento y no triste por los comentarios inmaduros de sus compañeros o del todo el alumnado en especifico.
-Me alegro por ti, Yeonjun, mereces ser feliz cada día a decir verdad. -se animo a decir y sin esperar a que el contrario contestara le tendió la bolsita de galletas. -Estas las hice ayer en mi casa, son caseras y como me sobraron p-pensé en ti. -se sonrojo un poco pero no fue vista.
El pelirosa miraba fascinado la bolsa, a decir verdad tenia hambre, por lo que no vio el sonrojo o las intenciones de Arin, ignoro la pequeña notita que esta tenia colgada y en un solo saque, ya se encontraba comiendo la primera galleta.
-Saben muy bien. -le dijo cuando trago su primer bocado, pero para su gusto, Kai las hace mejores. -Te lo agradezco, Arin...
-Me alegre que te hayan gustado. - sonrió tímida, lista para continuar la charla con el Alfa. -¿Sabes?, quería pedirte un favor...
-Oh, me compraste con galletas, eso es ser tramposa. -comento entre risas junto a la Omega quien negó con las mejillas más rojas. -Era broma, dime...
-Bueno, a mi no me va bien en matemáticas y quería saber si podrías enseñarme, tienes un excelente promedio en esa materia. -dijo al fin, sintiéndose orgullosa de haberlo dicho.
Ahora solo faltaba que Yeonjun aceptara.
-Claro. -acepto y Arin ahogo un grito desesperante por eso. -Pero te dare clases en biblioteca, no creo que necesites tanta explicación, tus notas no bajan del ochenta porciento...
Los ojitos de la Omega se iluminaron, que el Alfa la tuviera en cuenta era maravilloso y totalmente soñador, solo que no sabia que Yeonjun conocía ese dato gracias a que el nombre de la chica va antes que el suyo cuando los profesores dictan el promedio de los exámenes.
-Si, los tres últimos temas no los tengo tan claros, seria un honor que me explicaras. -expreso dejando salir sus feromonas de felicidad que hicieron inquietar un poco a Yeonjun.
Se había acostumbrado al aroma de Kai que ya cualquier olor era inquietante para su lobo, solo quería el del Omega y de nadie más, pero por respeto solo se conservaba en silencio.
-Una vez a la semana, si quieres en recesos, porque me gusta irme temprano a mi casa. -informo el pelirosa, comenzando a guardar sus cosas.
-Muchas gracias, Yeonjun. -agradeció aún estática, sin poder moverse ya que no creía todo lo que había hecho.
Arin se quedo sentada, no iba a salir temprano esta vez, le había prometido a la bibliotecaria ayudar a guardar el nuevo cargamento de libros, por lo que solo pudo dejar ir a su amor platónico y con la mirada desear que se haga realidad.
Mientras que el mencionado le regalo una sonrisa cálida y antes de que sea tarde, salió de la biblioteca colocándose su perfume, no quería que el aroma de la chica le haya quedado por todos lados, por lo que guardo la bolsa con la galleta dentro de su mochila y ya seguro de oler como el, el timbre hizo acto de presencia.
Todos salieron de sus cursos rápidamente para irse a sus hogares.
Yeonjun iba a empezar a moverse rápido, cuando una silueta bastante familiar se hizo presente en su campo visual.
Kai, todo hermoso y con la mano levantaba saludándolo al lado de un árbol plantado cerca de la entrada del instituto.
Se acero con una enorme sonrisa y rodeo con sus brazos la cintura fina del Omega, se enterró en su cuello para aspirar con anhelo el olor a Cerezas con Azucena que desprendía del hermoso chico.
-¿Cómo llegaste hasta aquí, Hyung? - pregunto primero, ronroneando un poco cuando esos largos dedos se enterraron en su cabello.
-Pues, seguí el camino que siempre tomas para venir hacia aquí y pregunte a un par de vecinos, soy asombroso, ¿no?-conto con una sonrisa divertida que contagio al contrario.
-Eso sonó tan acosador, pero viniendo de ti es hermoso. -dijo en broma llevándose un tierno gruñido del mayor.
-Chistoso, quería darte una sorpresa. -admitió separándose un poco para mirar al menor. -¿Te sorprendí?
-Mucho...
Justo cuando Kai iba a seguir hablando, un Alfa desconocido se posiciono al lado de ambos, rompiendo la hermosa burbuja que habían armado, pero el más alarmado de todos era Yeonjun, quien puso al mayor tras suyo rápidamente.
-¿Por qué ocultas a ese precioso Omega, idiota? -la voz de Bogum era la voz más irritante para Yeonjun, pero ahora solo deseaba patearle las bolas cuando se refirió a Hueningkai de esa manera.
-¿Quien es, Yeonjun? -pregunto el pelinegro con el ceño fruncido, el aroma de ese Alfa era asqueroso.
-Alguien sin importancia. -la mirada seria del pelirosa logro detener el paso de Bogum. -Vámonos...
-No me digas que ese es tu Omega, ¿Dónde conseguiste uno como esos? - sin embargo la voz irritante del tipo seguía sonando en sus tímpanos, parando la retira para dar la vuelva furioso. -¡Oh, vamos!, no me mires así...
-Deja de molestar Bogum. -el pequeño gruñido que dejo salir al final pudo estremecer al Omega quien se aferro con mucha más fuerza de su brazo, tirando de el para marcharse.
Justo cuando creía poder mantener a ese molesto Alfa lejos de ellos dos, un agarre en el brazo del Omega lo aparto de su lado, lo que hizo que gruñera más fuerte cuando Bogum agarro el mentón del acanelado sin su permiso.
-Hola bonito, dime, ¿en serio te interesa este Alfa que viste de maricona? - pregunto acercando su rostro al del Omega para admirarlo de cerca.
La paciencia de Yeonjun llego al limite, tan pronto como pudo se acerco para alejar a Hueningkai de Bogum, pero su sorpresa se hizo presente cuando el más bajo empujo al Alfa para retroceder y colocarse junto a el.
-Me interesa más de lo que te podrías imaginar, idiota. -dijo con la voz tan firme y enojada que aquello sorprendió de sobremanera a los tres, incluido el pelinegro mismo. -¿Por qué no desapareces de nuestra vista y nos dejas en paz?
Con la valentía que aun poseía, entrelazo su mano con la de Yeonjun y se fueron alejando, dejando al Alfa impactado por lo que acababa de pasar pero fue Kai quien paro en el lugar para voltearse una ultima vez.
-¡¡Y para tu jodida información ME ENCANTA QUE MI ALFA vista como "maricona", eso no solo me excita si no que también hace que me guste mucho más cada maldito día y tu solo eres un Alfa estúpido!!
Gritando esas ultimas palabras, tiro del cuerpo impactado de Yeonjun quien con las mejillas algo sonrojadas se dejo llevar por el Omega que parecía tirar humo por sus oreja, estaba muy enfadado con aquel Alfa desconocido, ¿Quién podría decirle esas cosas feas a Yeonjun?
Cada paso que daba parecía darlo con bronca, no sabia a donde iba pero si sabia que tenia a un Alfa agarrado de la mano, el cual estaba olvidándose de su pequeño shock por la situación y empezó a ver con ternura el acto heroico que protagonizo Hueningkai.
Yeonjun empezó a frenar un poco, riendo bajo cuando el mayor empezó a soltar bufidos por su baja velocidad, aquello provoco que lo mirara y gracias a la conexión de sus miradas Kai pudo quedarse quieto como rojo a la vez.
La vergüenza y la conciencia cayo en el cerebro del Omega que pronto se dio cuenta de lo había dicho, talvez fue irrespetuoso con un Alfa por primera vez, pero recordó que este se lo merecía por tratar mal a Yeonjun, aún así fue sumamente vergonzoso conocerse enojado también por primera vez.
Bajo la mirada sintiéndose tímido dé repente, justo estaba a tiempo de disculparse, sabiendo que seguramente hizo mal las cosas pero clara fue su sorpresa cuando una caricia en su mejilla fue dejada y una mano en su mentón subió su mirada.
Yeonjun le sonrió de la forma más linda posible, tenia los ojos brillosos lo que lo hacia ver no solo feliz como atractivo, si no también agradecido, por lo que calmo sus sentidos de manera instantánea y con una sonrisa tímida se sonrojo.
-Gracias, Hyung. -hablo en un susurro, posando una mano bajo la cintura del mencionado para pegarlo a su pecho aun sin dejar de mirarlo. -Fuiste un Omega muy valiente, estoy realmente conmovido...
Hueningkai ensancho sus sonrisa y aun con el rubor apoderándose de sus orejas, apoyo sus manos en el pequeño del menor muy encantado por esas ultimas palabras que lograron cambiar sus pensamientos.
Definitivamente estaba cayendo por Yeonjun y eso que era solo el comienzo.
-No es nada. -contesto al fin. -No me gusto que ese idiota haya hablado así de ti. -dejo salir un puchero inconsciente, con un leve enojo que antes se estaba esfumando.
La risita del pelirosa más el beso que dejo en su mejilla, pudo desaparecer cualquier enojo en Kai quien también reía de manera tímida por el gesto y por la mirada penetrante pero hermosa de Yeonjun.
-Creo que le diste una lección maravillosa y claro, unas palabras que le dejaron en claro lo idiota que es, ¿no es así? -el pelinegro asintió repetitiva veces. -Ahora vamos a tener nuestra primera cita y nos vamos a olvidar de ese mal rato, ¿si?
-Si. -acepto, notando como Yeonjun le hablaba como si de un bebé se tratara pero no es como si le molestara.
Entrelazaron sus manos una vez más y se encaminaron tranquilamente para comenzar de una vez por todas su cita.
・・・
Entre miradas tímidas se adentraron a una cafetería muy clásica, la cual era muy linda, parecía acogedora, algo que le pareció muy curioso a Kai quien miraba fascinado el lugar.
Eligieron una mesa al lado de un ventanal, se sentaron y rápidamente llego una chica a dejarles las cartas, para luego agarrar su anotador para esperar las ordenes de los dos clientes.
-Mmm... estoy indeciso. -hablo el pelinegro leyendo la variedad de postres que ofrecía el lugar.
-Yo creo que ya lo se, un café con medialunas y para mi acompañante, ¿te con una rebana de tarta de frutilla? - probo suerte con aquello ultimo, aliviándose cuando los ojitos del Omega se iluminaron y asintió entusiasmadamente.
La muchacha se retiro dejándolos solos y con unas sonrisas en sus rostros.
-¿Cómo sabias que no me gustaba el café? -pregunto aun asombrado.
-Cuando desayunamos no tomas café y tu siempre te sirves otra cosa. - contesto recordando todas esos momentos en la mañana. -Y cuando compro frutillas siempre te las acabas. -dijo eso ultimo con una risa al final.
-Es que son muy ricas. -admitió al darse cuanta que lo habían atrapado, igual eran los únicos dos en la casa, de alguna forma era evidente que el Omega se las acababa.
-A mi me gustan las cerezas. -subió y bajo sus cejas haciendo estallar de risa al contrario. -Me pregunto si cada rincón de tu cuerpo sabe a eso...
-¡Yeonjun! -lo regaño con las mejillas encendidas. -Y-ya deberías saberlo. - agacho la mirada tímido, diciendo eso ultimo.
-Oh, claro que lo se, pero todavía me falta recorrer muchos lugares y-...
-P-Para. -le tapo la boca con la palma de su mano, no quería seguir escuchando más o se mojaría encima. -Cambiemos de tema o habrá problemas...
Yeonjun asintió sonriente, dejando que Kai le destapara la boca.
A nada de poder hablar, sus pedidos habían llegado a la mesa, Yeonjun había agradecido por los dos, pero antes de poder continuar fue de vuelta a buscar a la chica para pedirle servilletas y durante ese transcurso, Kai no le saco la mirada de encima.
Con una sonrisa en su rostro miraba fascinado al Alfa de pura sangre, era sin duda un sueño para el todo lo que le estaba pasando, pero se concentro en la ropa linda que Yeonjun vestía el día de hoy y la verdad que se veía precioso ante sus ojos.
Inevitablemente frunció el ceño de tan solo recordar lo que anteriormente le habia pasado, ¿había más personas como ese Alfa idiota molestando a Yeonjun?, ¿Por qué la gente pensaría de esa forma tan cruel con Yeonjun cuando lo ven?
Quiso tranquilizarse cuando el Alfa volvió a sentarse delante suyo pero solo quería hablar de ese tema por un momento, solo para saber que era lo que pensaba Yeonjun de toda su situación y saber si se encontraba bien, ya que no sabia si el comentario de Bogum le había afectado o no.
-Te tengo una pregunta que no es personal. -levanto la mano como si estuviera en jardín, haciendo reír y asentir con ternura al Alfa. -¿P-Por qué crees que las personas tienden a juzgar los supuestos defectos de otras? -dijo sin más.
Yeonjun lejos de mostrar una mueca o algún signo de que aquella pregunta le haya afectado, puso su mano en su barbilla pensando en alguna respuesta, con una cara graciosa haciendo que la preocupación se desvanezca en Kai.
El menor no era ningún tonto, a pesar de su corta vida, vivió a su corta edad un montón de acontecimientos que lo hicieron hacerse cada vez más fuerte, obviamente le costo pero ahí se encontraba ahora, frente a un Omega, uno que jamás creyó poder tener gracias a que siempre lo señalaron como un defecto el vestir de mujer y sabia lo que Hueningkai quería saber.
El Omega se preocupaba por el y eso lo hacia feliz, por lo que puso su mejor cara porque no sentía algún tipo de tristeza, solo al principio cuando Bogum lo insulto, pero se desvaneció cuando Kai lo defendió dándose cuenta de muchas más cosas de las que ya sabia.
-Pues... porque duele mucho que te ganen en virtudes. -contesto al fin, dejando sorprendido al contrario. -Soy un Alfa de pura sangre, animándose a vestir con lo que más le gusta, algo que las personas toman como un defecto, cuando en realidad solo soy libre y feliz, cuando seguramente ellos no lo son...
La sonrisa de Yeonjun apareció con la bella sonrisa de Kai que se puso contento por aquella respuesta, entonces ambos comenzaron a disfrutas de su merienda y con sus cálidos corazones palpitando sin cesar.
La primera cita que ambos tenían, con muchas emociones pero era la primera vez para ambos todo lo que estaban experimentando y se sentían agradecidos de haber cruzado sus caminos.
Aún no lo sabían, pero ambos eran el sueño del otro y se estaban haciendo realidad.
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