
XXXVIII: SORTILEGIOS WEASLEY
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𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟯𝟴:
𝗦𝗢𝗥𝗧𝗜𝗟𝗘𝗚𝗜𝗢𝗦 𝗪𝗘𝗔𝗦𝗟𝗘𝗬
Pasé todo el verano junto con mi madre. La verdad es que lo que mas quería era verla para así aprovechar el tiempo perdido. Me decía lo bien que ella se encontraba y lo feliz que estaba de que nosotros estuviéramos a salvo gracias a mi padre y a la orden del Phoenix. Vivian, mi padre y yo estuvimos mucho tiempo en casa de mis abuelos. Pues ahí, estaba mi madre.
Mi mano sanó y por fin pude escribir el libro que tanto quería. Por fin tenía un nombre, una historia, un desarrollo. No lo he terminado pero se perfectamente como es que quiero que sea. Y llevo ya algunos capítulos. Me alegra tanto eso. Jamas creí avanzar del capitulo tres. Y claro que lo hice en la hermosa y perfecta libreta que Fred me regaló.
A quien si, si he visto mucho. El y George por fin tienen su propio lugar. Sortilegios Weasley esta ubicada en Diagon Alley. Y ahí mismo, ellos consiguieron un departamento en la parte de arriba del lugar. Y siempre que podía, iba a visitarlos. Aunque estos últimos días, no tanto. O ellos están muy ocupados con sus grandes ventas o yo tengo que checar algunas cosas para el próximo año escolar.
Por eso decidí venir a visitarlos el día de hoy. Creo que ya han pasado dos semanas y media sin verlos. Y es que en verdad vendían mucho. Entre al negocio y vi a muchos estudiantes pero bueno, claro esta que como son en su día diario. Con su ropa normal y algunos acompañados de sus padres.
Y quien corrió a darme un gran abrazo fue Luna Lovewood.
- siempre creí que la próxima vez que te vería sería ya en el gran comedor. - yo le regresé el abrazo. La verdad es que el año pasado le tomé mucho cariño. Es una gran persona la cual muchos deberían darle una oportunidad. - pero claro, como no lo pensé. Es claro que tu estarías aquí.
- creo que nunca me había tocado venir con tantos clientes. - dije mientras acomodaba mi bolso en mi hombro. Y es que es verdad, las veces que yo venía si había gente, pero no como hoy. - es increíble.
- lo sé, ya llevo varias cosas. - me muestra La Bolsa llena que llevaba en su mano. - ¿tu comprarás algo?
- quizá. - asentí con la cabeza.
- ¿algo que te interese de nuestros nuevos productos? - escuché la voz de George detrás mío.
- contamos con muchas cosas para que puedan soportar de sus clases. - nos dice Fred a mi y a Luna. - pero eso ya lo saben. - no pude evitar sonreír.
- hola. - Luna los saluda.
- hola. - yo repito, con singular alegría. Quería de verdad correr a abrazarlos.
- bien, iré a ver que mas consigo. - Luna me dice una vez que vuelve a tomar de su bolso. - en estos momentos se que lo único que quieres y necesitas es ver a tus amigos.
- adiós Luna. - le dije y esta nos sonríe a los tres y se retira. - te veo en clases. - le dije a lo lejos.
Fred y yo nos quedamos viendo con una gran sonrisa. Considero tres semanas demasiado tiempo sin verlo. Estaba por acercarme a abrazarlo y George es quien se coloca entre los dos y me da un gran abrazo.
- si, yo también te extrañé mucho pequeña Lottie. - no pude evitar reír ante eso, mucha menos cuando vi la expresión de Fred. Me suelta y luego me despeina del cabello, frotando mi cabeza como ambos siempre hacen. - quizá este sujeto mucho menos atractivo que yo es tu novio pero, yo no dejo de ser tu mejor amigo.
- en eso estamos de acuerdo. - le dije mientras lo volví a abrazar. - los extrañé mucho.
- ¿ya puedo abrazar a mi novia? - le dice Fred a su gemelo y este pone su cara de confusión.
- no lo sé ¿puedes? - lo molestaba y solo vi como estos se empujan jugando y riendo. - adelante. Yo seguiré ayudando a los clientes por si tienen dudas o algo.
- felicidades por cierto. - le dije antes de que se retirara. - el lugar luce increíble.
- claro que luce increíble, yo lo decore. - dice riendo y se retira.
- ambos lo decoramos. - me aclara Fred. - también son mis ideas.
- ¿en serio? - le preguntaba pero no porque no le creyera, sino por lo tierno que luce al intentar convencerme de que es cierto.
- por supuesto que si. - sonreí ante eso y me acerqué a el para poder darle un gran abrazo. - por fin.
- te extrañé. - y es que ahora luce tan guapo. Mas de lo normal. Se ha cortado el cabello, y viste mas formal para esto de su trabajo. - mucho.
- ven. - me toma de la mano y no dice nada mas. Caminamos hacia su departamento.
- ¿sabes? yo esperaba un "yo también te extraño" o inclusive un "te quiero" pero esta bien. - bromeaba con el pero este lo primero que hace es llevarme directo a su cocina. - aunque si quieres darme de comer no me quejo.
- de hecho si. - ríe nervioso. - preparé empanadas de calabaza.
- ¿Fred Weasley sabe cocinar? eso no lo sabía.
- oye yo tampoco lo sé. Tendrás que ser tu quien pone aprueba mi comida así que... no te preocupes si te enfermas, aquí tenemos de todo para curarte. - me fui directo a sus brazos para poder tomar de su rostro y acercarlo para poder besarlo. Pero no fue para nada, el no se agacho.
- ¿cómo podré besarte si eres tan alto? - reí apenada por ese fallido intento de besarlo.
- sabes que pude agachar la cabeza y ya. Tan solo quería ver como te apenabas. Te pones rojita y luces tierna. - se ríe de mi.
- eres un tonto. - el sonríe y me toma de la cintura para cargarme y yo me abracé de su cintura con las piernas. - mucho mejor.
Abracé de su cuello con mis brazos y me acerqué para poder besar de sus labios. Su tacto como siempre era de lo mas... perfecto. Sus grandes y fuertes manos tomándome con fuerza de la cintura y haciendo que nuestra cuerpos se pegaran aun mas, me llevó a la barra de la cocina y me colocó ahí delicadamente para así yo poder tomar asiento y seguir con lo nuestro.
Esta vez el se acerca a mi y me besa con mas profundidad. Entrelazando sus dedos en mi cabello mientras que yo acariciaban de su espalda baja. El sonríe, a medio beso, y no pude evitar hacer yo lo mismo.
- si, te extrañé. - por fin dice. - y mucho.
- no se que voy a hacer en clases cuando tu no estes ahí. - le dije mientras le mostraba una cara triste. - no podré acostumbrarme.
- mira como quiera, jamás tomamos clases juntos por obvias razones. - hace lo de siempre, pasa un mechón de cabello por detrás de mi oreja y besa de mi mejilla. - así que, no cambiaría mucho.
- pero si era bueno... poder verte en los pasillos. - mientras yo hablaba, el besaba de mi cuello, lo cual no me hacía para nada fácil el hablar. Sentía como todo mi cuerpo se estremecía y tan solo el contacto de sus labios húmedos en mi labio, me erizaban los vellos de la piel. - o en el gran comedor.
- no olvides que conozco el castillo de memoria. - dice aun con sus labios pegados en mi cuello. - en cualquier momento yo podría ir...
- ¿en serio? - le dije con real entusiasmo. Y el lo notó, tanto que levanta la cabeza para verme y sonríe.
- por supuesto. - me acerqué para volver a besarlo pero se quita.
- hey.
- no, espera. - se ríe. - quería decirte que eres la primera que conoce el lugar.
- la primera y media escuela. - agregué.
- si bueno, me refiero de mi familia. - oh. Me contó cómo su familia. Eso fue lo más lindo que meh a dicho. Y eso que me ha dicho tantas cosas lindas. - se supone que vendrán, una vez ya más cercana la fecha de el nuevo año escolar.
- en ese caso... que increíble. - no sabía que contestar ante eso pero claro que me hacía feliz saberlo. - ¿cómo está tu mamá?
- no se si quiera hablar de mi mamá ahora que lo único que quiero es besarte. - esta vez el se acerca a mi pero yo me hago para atrás. - hey.
- deberíamos ir a visitarlos. La madriguera. - el asiente. - digo claro está que tú si los has visto pero yo no.
- extrañas a tu suegra, que dulzura. - dice molestándome.
- no es mi suegra. - dije tan solo para saber, cual sería su respuesta. Primero, no dice nada, solo sonríe. Por supuesto que ni loca me caso a esta edad. Eso yo lo sé perfectamente, no quiero casarme en un futuro cercano. Pero saber que mi novio me ve como su futura esposa, me parece algo interesante.
- bueno, por ahora. - la respuesta que esperaba oír. Me acerqué ahora yo para besarlo y de nuevo, se quita.
- basta de eso, ya no es gracioso.
- lo es cuando te pones molesta.
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